Utilizaba unos mapas del Instituto Geográfico y Catastral de escala 1:50.000 y a pesar de que se ven en el pocos detalles descubrí un error de bulto. Desconocía y aún desconozco los topónimos reales de este monte y solo puedo mencionar los que traía el mapa. Al primer gran valle lo llama Arroyo de Cerezaléu (Creizaléu en bable occidental) y al segundo Arroyo Ordalecha y ambos aparecían como valles individuales, cada uno con su propio desagüe al río Narcea. Pero lo que yo veía y recorría en la realidad era diferente: ambos arroyos se juntaban y desaguaban en un único punto. La controversia creada me obligó a recorrer varias veces la zona hasta certificar el error del mapa. En una edición posterior pude comprobar que el fallo se había corregido.
![]() |
Mapa con errores |
Revisando actualmente los mapas de la tesina advertí que en ellos aparecía el mismo error, pues aquellos mapa del Instituto habían sido la base para la creacíon de los míos y como en esa zona no tenía nada catalogado se me había olvidado su corrección.
También llamó mi atención la existencia de unos teixus (taxus baccata) pequeños, con una disposición muy rara; parecían más un arbusto que un árbol, salían en matas delgadas y de poca altura y ademas abundaban bastante. Dudé de si eran teixus y dándole vueltas al asunto me acordé de una conversación con Collar, el amigo de Xedré, que tuvo un rebaño de cabras y que había tenido que deshacerse de el porque se comían todos los árboles que estaban naciendo. Era evidente que hasta allí no habían llegado las cabras, pero si sabía que en la zona había una abundante población de corzos y rebezus y llegue a la conclusión de que eran estos los que ramoneaban los teixus e impedían su crecimiento.
A este impresionante y enorme faéu, a las 1500 ha de Monesteriu hay que sumarle las de Xedré, había algo que le quitaba valor: la existencia de minas de interior de carbón; con alguna me topé durante mis recorridos. La minería no solo supone la bocamina, sino que lleva pareja una serie de transformaciones del entorno, provocado por las pistas por donde circulan los camiones, las escombreras...No recuerdo haber visto lavaderos de carbón que son los que más contaminan (estos estaban cerca del río pero en la ladera derecha del Narcea, un poco por debajo del pueblo). No había nadie trabajando pero creo que aún estaban en activo. Lo cierto es que cortaban la magia del bosque porque estaban incrustadas en el, a medio camino entre Xedré y Monesteriu.
Años más tarde en una visita a las partes más altas del valle que aún desconocía, pude ver algunas, ya abandonadas, cercanas a la braña de Fuentes del Narcea, en las cercanías del nacimiento de este río y de las camperas de La Veiga´l Palo de Cabuatses D´Arriba, donde también las había y que han acabado cerrando este año. No eran bocaminas muy grandes, pero había grandísimas escombreras ladera abajo, por entre el abedular.
Recientemente he vuelto a visitar la zona donde estaban las minas bajas y me vi gratamente sorprendido. Alguien que no lo sepa de antemano es probable que no se de cuenta de que allí las hubo. Las fayas desmochadas (tala maderera alzada del suelo) han rebrotado con potentes guías y la abundante hojarasca ha acabado tapando los escombros; queda algún resto pero la recuperación del bosque es sorprendente.
![]() |
Faya desmochada.2017 |
![]() |
Restos relacionados con la minería. Foto Ástor. 2017 |
Ya estando de Guía en Munietsos, como no disponía de tanto tiempo libre, me conformaba con ver, de vez en cuando, este mar arbolado y para ello nada mejor que subir a La Penona de Xalón, el mejor mirador natural de toda esta zona. Con algún amigo que disponía de vehículo nos acercábamos al pueblo de Xalón y luego tras una breve caminata ya estábamos en aquel risco, impresionante farallón calizo con una brutal caída por la parte de abajo, pero con el atractivo de una colladina, eso sí diminuta, por la parte de arriba. Allí sentados, dejando volar nuestros pensamientos, solíamos pasar toda la tarde oteando el grandioso faéu y el resto del entorno.
![]() |
La Penona de Xalón. Foto Ástor.2017 |
De todos los castros inventariados en la tesina , solo uno de ellos esta enclavado en un auténtico bosque: Los Castietsos de Rengos.
Es curioso pero en Cangas cuando se habla del Ríu de Rengos todo el mundo entiende que este es el que llega a la villa procedente del oeste, cuando en realidad el nombre de este río es Narcea.
La zona de Rengos es un tramo donde la confluencia de varios ríos (Munietsus, Gillón, el propio Narcea, Riumulín y Regueira Lus Praus) ha creado una gran vega, que va desde Ventanueva a Pueblo.
A diferencia de Riumulín, un largo valle con una cabecera doble, Regueira Lus Praus, de 1200 ha., es como un gran triángulo invertido cuyo vértice sería Pueblo de Rengos, aunque también tiene dos cabeceras: Lus Pusadoiros y la propia Regueira Lus Praus y que a pesar de que sus lados, constituidos por laderas, están muy desarbolados todo el resto esta cubierto por un tupido faéu.
Este faéu, en realidad, es la continuación del de Monesteriu-Xedré, que incluso desborda la Sierra del Rañadoiro para ocupar un trozo del Monte de Tsarón, y que luego continuará aun con potentes manchas en Munietsus y que ira difuminándose en las partes altas del Ríu del Coto, con algún que otro pequeño reducto y que rebrotará en Fuentes de Las Montañas, para acabar desapareciendo.
Aquí el faéu no es tan maduro como en Monesteriu, porque sufrió talas más intensas y recientes. En la parte de Lus Pusadoiros, la zona por la que ascendía la vieja carretera que llevaba al Puerto del Rañadoiro (hoy abandonada por la creación de un tunel que atraviesa la Sierra) se plantaron árboles foraneos, coníferas de crecimiento rápido. Esta misma idea también estuvo a punto de ser una realidad en el Monte Munietsos aunque al final, afortunadamente, se optó por preservar el bosque autóctono. Por aquí se ven abetos, cipreses, algunos en tan altas densidades que apenas permiten andar entre ellos y que hacen imposible la regeneración del faéu. También hay algunos alerces, curiosa conífera que es la única que pierde sus hojas a mediados de otoño y que ofrece bellas estampas cuando sus acículas empiezan a amarillear antes de caerse.
![]() |
Lus Pusadoiros.2000 |
Un aspecto destacable de este faéu es el de presentar amplias y numerosas superficies alomadas con numerosos tesos, que hacen que al recorrerlo por dentro te puedas perder fácilmente al no saber el punto exacto donde te encuentras, sobre todo cuando el arbolado te impide ver puntos de referencia; entonces lo mejor es dejarse llevar, sabiendo que al final y tirando para abajo acabarás saliendo a Rengos.
![]() |
Paisaje alomado.2000 |
El causante de este relieve alomado es la Sierra del Rañadoiro que bordea todo el lado superior del triángulo. La parte de Lus Pusadoiros tiene altitudes muy moderadas, en torno a los 1200m., que suben a los 1400m. en la parte de Regueira Lus Praus.
Separando ambas zonas hay un gran "tsombu", conformado por la sucesión de pequeños tesos y es precisamente en el último, antes de una zona donde el terreno ya es realmente pendiente, donde está el Castietso, un prominente castro, con dos antecastros en su borde inferior y superior, uno a cada extremo, con profundos fosos que se han ido rellenando con el paso del tiempo. El protector faéu que lo cubre enmascara su estructura pero aún se ven restos de potentes murallas, grandes piedras amontonadas cubiertas de "mofo" (musgo) y hojas.
Es, sin duda, un castro romanizado, relacionado con la red viaria que enlazaría Rengos con la zona Cabreira de Tsarón (donde hay otro castro, el único excavado en todo el Concejo de Cangas) por la zona más baja que hay en la Sierra y que a su vez estaría relacionada con las importantes minas auríferas del Curralín y todo su entorno.
Al encontrarse tan alejado de los pueblos y estar en pleno bosque, este castro no sufrió la reutilización de las piedras que conforman su estructura, su estado de conservación parece ser excelente y sería merecedor de una excavación arqueológica en condiciones.
Cuando descubrí este castro ya llevaba varios años de relación con los montes de Rengos, de hecho ya desde mis primeras salidas al monte esta era una de las zonas preferidas. A ello contribuía su cercanía a Mual y el que fuera muy sencillo acercarse a ella en autobús desde Cangas ya que había Línea en ambos sentidos desde las primeras horas del día hasta las últimas; subía tempranín, me perdía por el faéu y regresaba por la tarde, todo en el mismo día. Casi siempre optaba por internarme por las vatsinas de Regueira Lus Praus, porque el faéu era más espectacular y más desarrollado por esta zona. Por Lus Pusadoiros lo hice más tarde, utilizando en ocasiones un camino que salía cerca del Puerto de Rañadoiro, que atravesaba todo el faéu y que llegaba, aunque luego continuaba, a Campubraña, situado en un rellano del teso que separa esta zona del valle de Riumulín. Un camino sin muchos desniveles y muy facil de recorrer gracias a que el faéu lo mantenía muy limpio, pero cuyo tramo final era más dificil de realizar al estar la ladera izquierda de La Regueira muy desarbolada.
![]() |
Vatsinas de Regueira lus Praus. 2000 |
Pero también había otro motivo distinto del puramente botánico y paisajístico y que era de índole más personal. Mi padre era natural de Pueblo y ya desde pequeños mis hermanos y yo habíamos oído de su acongojada voz como su padre había sido asesinado por los fascistas en Campubraña. Toda la zona occidental de Asturias cayó relativamente pronto en poder de los Nacionales durante la Guerra Civil, debido al avance de las Columnas Gallegas. Entonces comenzó una brutal represión hacia todos aquellos que se habían mostrado partidarios de la República (republicanos, comunistas...) o los que aspiraban a una revolución social que transformara realmente el sistema (socialistas, grupos comunistas al margen del P.C., anarquistas, anarcosindicalistas...) y que en la zona de Cangas eran bastante numerosos. No se les hacía juicio alguno, eran lisa y llanamente asesinados; se juntaba un grupo de ellos y se les llevaba en camiones a las salidas de los pueblos donde eran fusilados. En Mual contaban que lo habían hecho varias veces por encima del pueblo, por la carretera que iba al Counio y que en una ocasión uno consiguió huir lanzándose monte a través y perdiéndose por la ladera de enfrente y que desplazándose por los montes había conseguido llegar a Francia y salvar su vida. Todos los niños sentíamos un profundo temor cuando pasábamos por aquel sitio.
Los "fugaos" fueron aquellas personas que temiendo ser represaliados huyeron al monte; algunos se organizaron en grupos guerrilleros pero la mayoría lo hacían esperando que las cosas se calmaran y pudieran, al menos, salvar su vida. En Pueblo de Rengos se refugiaron en la braña de Campubraña, en donde periódicamente recibían ayuda y alimentos de familiares y vecinos del pueblo. No eran guerrilleros, simplemente esperaban, pero alguien los delató y allí acudieron los "salvadores de la Patria" y a tiro limpio truncaron sus esperanzas; mi abuelo, cuando estaba a punto de escabullirse hacía le espesura de Riumulín, recibió un tiro mortal por la espalda. Aquella era la forma preferida de actuar de aquellos "valerosos" falangistas, asesinar a alguien indefenso y por la espalda, por si acaso.
Mi propio padre a punto estuvo de correr la misma suerte, por dos veces lo colocaron contra un paredón, amenazándolo con fusilarlo sino decía donde se escondía José, su hermano mayor al que buscaban. ¡Qué huevos tuvo Sabino!, mi padre, el bien sabía donde se escondía su hermano, pero siguió negándolo. José estaba en la propia casa familiar que tan concienzudamente habían registrado los facciosos sin resultados, en un doble fondo tan hábilmente camuflado que solo la familia conocía. En la segunda amenaza parece que aquella iba a cumplirse de no ser por la intervención de un oficial con algo más de sentido común "¿pero qué hacéis, no veis que es solo un crío?".
Recorrer Regueira Lus Praus y visitar Campubraña era para mí como hacerle un pequeño homenaje a mi abuelo y una forma de mantener viva su memoria. Quien ignora su pasado no tiene futuro, así que para mí "ni olvido ni perdón" y acabo con dos versos del gran músico argentino León Gieco del 2001
"Todo está clavado en la memoria
refugio de la vida y de la historia".
No hay comentarios:
Publicar un comentario