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Trescastru, delante de la corona a la que debe su nombre. 28-12-2019. |
El cuarto verano fue el más largo de todos. Un amigo mío de Cangas, sabedor de mis andanzas veraniegas, me propuso ir a su pueblo, a casa de su familia. Él ya no vivía allí pero en la época de la yerba subía a echar no una mano si no las dos.
Una de las cosas más molesta, de las muchas que hay, del trabajo con la yerba, es el de los picores. La hierba seca despide mucho polvillo, grana y restos desmenuzados que al entrar en contacto con el cuerpo sudoroso, se adhieren a él, provocando un desagradable picor. Picor que no se va aunque te rasques y que te sigue incomodando incluso cuando estás durmiendo. Encima la higiene era prácticamente inexistente. No tengo ningún recuerdo de la ducha en Tsamera o en El Puertu y además la ropa la usabas una y otra vez, lo que obligaba a llevar bastante.
Incluso había que llevar ropa de abrigo porque a primera y última hora las temperaturas disminuían bastante. Eso si el tiempo acompañaba, porque si se metía a llover podía hasta hacer frío, sensación que se incrementaba por la inactividad a la que te veías sometido.
Yo siempre llevaba una buena provisión de libros por si se daba el caso, y bien que me fueron de utilidad en Tsamera, donde el primer verano vino muy revuelto y yo me pasaba horas y horas leyendo, metido en mi "cuarto", como en los pueblos llaman a las habitaciones. Un recuerdo del celebre "cuarto" que existía en las casas tradicionales, situada sobre las cortes del ganáu para, sin duda, aprovechar el calor despedido por los animales. Si era muy grande le llamaban "cuartón". Hasta tres gruesos libros sobre la revolución social española de 1936 pude leer en Tsamera.
Pero en Trescastru todos los días después de currar y antes de cenar nos dábamos una ducha. ¡qué placer sentir el agua correr sobre toda tu piel, llevándose el sudor y toda la inmundicia acumulada a lo largo de la jornada!. Y tras la cena, mi amigo y yo salíamos al corral y cómodamente sentados nos fumábamos tranquilamente un "pito".
El trabajo, como en todos los sitios, era duro. Había praus donde la hierba era tan alta y densa que en numerosas ocasiones la segadora se atascaba, tenía siempre que ir una persona con forcáu o engazo a su lado para que cuando esto ocurriera pudiera apartarla.
El auge del ganado bovino provocó un aumento notorio en la producción de "cuitu". Las deposiciones de las vacas, mezcladas con productos vegetales (folgueras, árgomas troceadas, patsa de cereal e incluso yerba) utilizados para mantener seca y mullida (de ahí "mutsir") la corte, era el abono que tras su fermentación se utilizaba para que las tierras, tanto las de cultivo como los praus, produjeran más. En las cortes de entonces se producía mucho cuitu porque el ganáu permanecía casi todo el tiempo estabulado y había que retirarlo por la mañana y por la noche. Más antiguamente, cuando había muchas cabras y ovejas, incluso en estas zonas pegadas a la Cordillera, la cosa era distinta. Las cortes de este ganáu no se limpiaban todos los días, sus deposiciones no son tan sueltas como las "muñicas" de las vacas. Sobre las deposiciones diarias se extendía una capa vegetal, con lo que el estiércol, ya seco, se iba compactando y aumentando de volumen hasta que al cabo de un año, haciéndolo coincidir con febrero que era cuando el cuitu se llevaba a las tierras, se sacaba. Una ardua labor en la que había hasta que picar y sacar en lonchas este prensado abono.
Este abono, muy potente por cierto, y el del cuitu, apenas si abastecían, entonces, las tierras de cultivo y los praus no se abonaban, solo aprovechaban las deposiciones que los animales emitían en los breves periodos en que los apacentaban y algún que otro esparcimiento de cal. De ahí que el riego fuera tan importante y en muchos casos imprescindible.
La desaparición de gran parte de la agricultura y de las tierras de labor, unido al aumento del ganado que más cuitu producía, así como el aumento de su estabulación, impulsó el abonado de los praus. Cuando las cortes se modernizaron, los purines (orina) se almacenaban y con una maquina especial se esparcían sobre los campos. Por su parte el cuitu se iba dejando en montones desde un tractor y luego con un forcáu de más de dos puntas o dientes se esparcía.
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Forcáus especiales para esparcir cuitu. Casa Regueras. Caguatses d´Abaxu. |
Con el abonado orgánico la producción de yerba vio multiplicado su volumen y esto en Trescastru era muy notorio. Una hierba con unos gordos y altos tallos y una densidad sorprendente. Y eso que muchos de estos praus no eran de riego, los más productivos estaban en el entorno del pueblo, instalados sobre antiguas tierras de cultivo con muy buenos suelos. Era además una yerba de buena calidad, favorecida por la altitud a la que se encuentra el pueblo: 900 m.s,m.
Trescastru tenía praus bastante alejados pero que seguían utilizando porque los tractores hacían más rápidos los desplazamientos y acarreos y porque daban mucha y excelente yerba, sobre todo los de Vitsar d´Arbas en donde estuvimos al menos en uno. Eran además praus regados, aprovechando los regueiros que bajan, uno de Valdecuélebre y otro de El Puertu. Praus extensos y en terrenos tendidos, al pie del bosquete de bedules de Sucuetu d´Arbas, donde jovenes teixus luchan por recuperar la pujanza que las actividades antrópicas le habían robado.
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Praus del Regueiro Valdecuélebre. El situado a menor altitud ya es de Vitsar d´Arbas. En primer término Brañas d´Arriba. Foto Astor. julio 2017 |
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Sucuetu en la falda del imponente Cuetu d´Arbas. En primer término Brañas d´Arriba. 30-julio-2017. |
Es admirable ver como este bosque trata también de expandirse hacia arriba, en dirección al Cuetu, tratando de colonizar altitudes cercanas a su límite de distribución natural y otras ya imposibles de colonizar. Recuérdese que el Cuetu d´Arbas supera por poco los 2.000 m. y esa altitud le esta vedada a cualquiera de nuestros arboles autóctonos, incluido el bedul, el mejor colonizador en altura de ellos.
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Zonas altas de Sucuetu, en el límite de distribución del bedular. Detrás el vatse de Valdecuélebre, el Monte´l Gatu y el vatse de Corros. 11-agosto-2020. |
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Progresión reciente del bedular de Sucuetu por encima de los praus de la vega de El Puertu y por debajo de El Cuetu, adonde nunca podrá llegar dada su elevada altitud. |
Incluso estuvimos pañando hierba en algunos praus de solano, cerca de la carretera del puerto y de la Braña de Trescastru. una zona donde abundan los restos de cortas mineras auríferas romanas de no muy grandes dimensiones y que no han sido catalogadas en su totalidad ni por mí ni por los que realizaron la Carta o Inventario arqueológico del concejo de Cangas del Narcea.
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En primer término esquina de la Braña de Trescastru. Enfrente praus del avesíu que llegan hasta la pista que sube a Corros. 31-julio-2017. |
Lo peor de Trescastru era el calor, un calor asfixiante que no había manera de mitigar. Nunca en mi vida, excepto recogiendo fruta en Lérida (Lleida), he sentido tanto calor. Allí, en pleno julio, metido en el hondo del Valle del Naviegu, no había brisa, no se movía ni una sola hoja. Un día el hermano menor de mi amigo tuvo un corte de digestión al poco de comer y mientras trabajábamos y lo mismo me ocurrió a mí al día siguiente y a pesar de vomitar hasta lo que había desayunado, no me desfondé y tras reposar un rato pude continuar trabajando.
Teniendo tan cerca el Monte´l Gatu, al que me había prometido dedicarle una larga excursión, fui haciendo acopio de muchos de sus topónimos, un tema que ya entonces me atraía mucho, preguntándole, sobre todo, al hermano mayor de mi amigo. El "moirazo" de la casa, que era quien realmente llevaba la hacienda y el que mejor recordaba y conocía esos nombres. Incluso bosquejé un rudimentario mapa para su ubicación. Todavía algunas veces rebuscando entre mis viejos papeles, me encuentro con alguna ficha de las que había hecho con la idea de recopilarlos todos, tarea de la que desistí pues me surgieron actividades que me lo impidieron.
El hermano menor de mi amigo, que también estudiaba el resto del año me comentó que, cuando se terminaba la yerba de Trescastru, él siempre subía a Corros a realizar la misma actividad, solo que cobrando, en casa de Pepe, la única habitada durante todo el año de forma continua. Así podía disponer de un dinero extra mientras estudiaba y me dijo que si yo quería lo podía acompañar, que ya convencería él a Pepe para que me admitiera.
Teníamos unos días de espera así que antes de bajar para Cangas a descansar, decidí cumplir con la promesa que me había hecho a mi mismo de visitar el Monte´l Gatu.
En general los bosques del valle de Naviegu, igual que los de Cibea, son unos grandes desconocidos dentro de los que hay en el concejo. Todo el mundo conoce o ha oído hablar del de Munietsus o del de Monesteriu d´Ermu, que son sin duda los mayores, los mejores y los más emblemáticos. Pero pocos son los que han oído hablar, y no digamos ya conocer, de los parajes arbolados de Touzaque, Canáu, Monte´l Osu y este de Monte´l Gatu, sin duda el mejor de todos ellos, muy visible desde la carretera de El Puertu a poco que se fije uno. Algo imperdonable porque este bosque es una auténtica joya botánica, un bosque con todas las de la ley, a la altura, si le unimos Sucuetu, del Monte´l Sil o de los bosques de Parada La Vieja, otros grandes desconocidos.
El Monte´l Gatu es mayormente un robledal de quercus petraea, pero al disponer de terrenos a mucha altitud también posee abedulares naturales y otros como Sucuetu, sugidos tras la finalización del pastoreo tradicional con cabras y su colonización arbórea por el principal pionero de esta fase en el avesíu.
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Ladera izquierda del vatse de Naviegu, con Sucuetu, Monte´l Gatu y Corros. Julio-2020. |
Que el bosque fue pastoreado es algo que no admite dudas. Lo menguado de la economía campesina, pues las mejores brañas y camperas eran propiedad de señoríos, hizo que aquí también hubiera ganáu menudo. Las ovejas compartirían zonas de monte bajo y camperas con la vacas, reservándose el bosque , con sus claros, para las cabras, aunque no había incompatibilidades y tanto ovejas como vacas podían visitar el bosque, sobre todo sus linderos. El auge bovino y la adquisición de las brañas por las comunidades campesinas, eliminó la cabaña ganadera caprina y ovina y la bovina, que ya era dominante, pasó a ser la única representada. Desde ese momento el bosque, muy castigado por el pastoreo y la utilización que se había hecho de su madera, empezó a recuperarse.
Monte´l Gatu es ya casi un bosque maduro, pero las huellas de su pasado están ahí para quien quiera y sepa verlas. Aparte de los claros, que abundan en su periferia, con la típica presencia de grandes robles separados entre si, también abundan los acebos, grandes matas arboladas que se vuelven casi impenetrables en zonas como el teso y parte del lado que da contra Corros, una zona que ya está muy colonizada.
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Esplendoroso bosque de El Monte´l Gatu. 30-julio-2017. |
Viejos robles barbudos, con grandes líquenes, muy abundantes en las zonas bajas mas llanas y en vaguadas por encima del camino que desde Vitsar asciende a Corros. Alguna faya en zonas húmedas y el paisaje glaciar, con una enorme hondonada en su parte más alta, con bedules aislados y tseirones impresionantes por donde desplazarse era tan fácil como subir o bajar por unas escaleras.
La masa arbolada también era fácil de recorrer, lo que da idea de su madurez. Fiel a mi estilo, lo recorrí haciendo zetas sobre su contorno, desde la base hasta las cimas, aunque por la parte de Valdecuélebre, por donde también se estaba propagando el bosque, no lo hice por estar más pendiente, con tseirones de piedra fina y la existencia de mucho matorral.
Supongo que desde entonces este bosque esté más recuperado pues nunca lo vi quemar, algo muy frecuente en este valle y que por ejemplo mantiene encerrado en su vatse al bosque de Canáu, una pena porque este sí tiene una buena colonia de teixus, ausentes en el Monte´l Gatu, con la excepción de Sucuetu.
La misma recuperación también se ve en los otros bosques, aunque el Monte´l Osu y Touzaque están en una escala evolutiva más atrasada, lo que no los hace ser menos interesantes.
Visité el Monte´l Osu intrigado y atraído, sobre todo, por su nombre. Se encuentra en la vertiente derecha del Vatse de Rimolín, que es la más húmeda. No recuerdo si fue por consejo de personas de Trescastru o por decisión propia, lo hice partiendo de la Braña de Veigaimiedru (Vegameoro), situada en el cerro de entrada a este valle y a la que se accede sin problemas por un buen camino. Pensaba, así, recorrer el bosque a media ladera, con algún desplazamiento hacia arriba y hacia abajo. Nada más comenzar me encontré con problemas, el suelo del faéu era extremadamente pendiente y el arbolado era aún joven, sin ejemplares maduros. Tenía que ir agarrándome a troncos y ramas para poder desplazarme y lo cierto es que me decepcionó un poco pues esperaba un bosque de mayor envergadura.
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Praus inferiores de la Braña de Veigaimiedru, antesala del Monte´l Osu a media altura. Julio 2019. |
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Misma zona que la anterior. Julio-2019. |
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Monte´l Osu faéu-bedular con suelos tan pendientes que es casi imposible de recorrer a pie. Foto Google. |
Conecta el arbolado del Monte´l Osu, por encima de la mencionada braña con el del Regueiru Lus Castrietsus, ya en el curso del valle general, enfrente de Trescastru, donde junto a alguna faya predominan los robles y abedules, que juntos ocupan una amplia superficie. Lo visité cuando realizaba prospecciones arqueológicas ya que su topónimo era sugerente, pero no encontré nada sobre el terreno, más que los restos de antiguos praus pegados al curso del regueiru ya casi tomados por el bosque.
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Regueiru lus Castrietsus y una pequeña vatsina contra la Braña de Veigaimiedru colonizado hasta la cumbre por un prometedor arbolado. 28-12-2019. |
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El Regueiru lus Castrietsus tiene la forma de una gran corta aurífera y tal vez lo sea. En su cima está Calderín de Cobre, un hoyo de 2´5 metros de profundidad. |
Pero es Canáu el segundo gran bosque del Naviegu, favorecido por un relieve tan quebrado que le ha permitido mantenerse alejado de la presión ganadera, poseyendo un arbolado maduro donde conviven fayas, robles, abedules y una preciosa colonia de esbeltos teixus. Me contaba un paisano de un pueblo cercano que a veces penetraban en Canáu para sacar varales de teixu, para hacer carriles y cierres de fincas porque todos conocían la gran resistencia al paso del tiempo que posee esta madera.
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En el centro Canáu, flanqueado por tres brañas, más una cuarta, la del propio Canáu, cuya localización desconozco. |
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Esplendoroso también el bosque del vatse de Canáu. Julio 2019. |
Canáu es como un refugio natural, una gran hondonada conformada por el Regueiru Canáu y alguno de sus arroyos. El arbolado, desde este campo base, lleva ya varios decenios expandiéndose o tratando de hacerlo, favorecido por la disminución de la presión ganadera. Lo hace por el valle arriba del Naviegu, en dirección a la Braña L´Espina, situada en el teso de entrada al vatse de Tabláu, sobre buenos suelos, húmedos y con suaves vatsigatos. Aquí la presencia de muchos acebos sueltos testimonian un pasado de intenso pastoreo. Pero aquí la expansión está como congelada en el tiempo, casi parecida a cuando yo la conocí, pues cada cierto tiempo alguien se encarga de que las llamas lo "queimen". Mejor suerte está corriendo el crecimiento valle abajo, en dirección a la Braña de Naviegu, un terreno que según el mapa del Instituto Geográfico Nacional se llama La Boizuna, un topónimo del que ya hemos hablado en otra parte y que podríamos resumir como zona de pastos reservada para los buéis. Todavía se nota que el terreno estuvo desarbolado, pero poco a poco los árboles se están adueñando de él.
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Braña L´Espina. Contra Canáu el bosque pugna por recuperarse y lo conseguiría si no fuera por los recurrentes incendios. Julio 2019. |
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Brañas de L´Espina (rojo) y de Saldepuesto (negro) flanqueando una parte de las ampliaciones del bosque de Canáu. |
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El bosque de Canáu progresa valle abajo hasta la braña equinoccial de Naviegu donde vemos algunos de sus praus. 28-12-2019. |
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La Boizuna con restos aún de los claros pastoreados por los buéis. Julio 2019. |
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Expectacular la progresión que se está dando por encima de La Boizuna. Julio 2019. |
También progresa la expansión hacia las partes altas del propio vatse de Canáu, donde la Braña vaqueira de Saldepuesto, antaño imponía su ley, no permitiendo que creciera ni un solo árbol o arbusto. En la actualidad la braña, donde probablemente habría habido un embalse vinculado a la minería aurífera de época romana, solo es un espectacular mirador natural, con unas vistas increíbles del valle de Naviegu. Sentarse sobre alguna piedra de las derruidas cabanas y dejar que la vista se empape y la mente pueda volar, cual velero surcando los aires sobre el vatse de Naviegu. Ajeno a todo excepto a las sensaciones. Tiempo habrá para la fría interpretación del paisaje, en la braña solo apetece dejarse llevar y volar, volar..."Mis pies pisan la roca, mi cabeza sobre nubes va flotando" cantaba Hilario Camacho (el Dylan español) en su época de trovador hippie, algo que aquí se puede experimentar y sentir a fondo, sin necesidad de ninguna sustancia, solo a pleno pulmón.
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La braña vaqueira de Saldepuesto, un auténtico espolón sobre el valle de Naviegu. Foto Google. |