7/31/2022

El Monte y el guía de Munietsus 88

Robledal partes altas de Decutsada. Monte Oubachu. 28 julio 2018.

 Además de la posibilidad de perdernos por culpa de la niebla, sabía por experiencia propia que la pretendida excursión a Las Tsagunas por Pena Velosa, en aquellas condiciones, tendría otras consecuencias desagradables. El monte iba a estar mojado y acabaríamos completamente empapados. Aunque no llueva la niebla humedece todos los arbustos y al andar entre ellos siempre te rozan y te transmiten el agua que contienen. En varias excursiones desde Las Tablizas , yendo por la senda a Las Tsagunas, me había pasado y lo cierto es que no es nada agradable. Acabas con el pantalón totalmente mojado, notas roces extraños, tirantez en la ropa y lo más incómodo es que no puedes hacer paradas largas porque si lo haces el cuerpo se te enfría mucho. Si no te queda otra lo soportas, pero pudiendo elegir...

Encima la ruta que íbamos a hacer tendría las cosas aún peores, con sendas poco transitadas y con la mayoría del trayecto monte a través y hasta era posible que en los tramos cercanos a las cumbres lloviznara algo. Desaconsejé la excursión y mis amigos de Xedré estuvieron de acuerdo, pero como era todavía temprano decidimos esperar un rato para ver si despejaba. A la altura a la que estábamos (en la carretera justo a los pies de la Braña de Pena Velosa) y por debajo de ella el día estaba despejado y mientras esperábamos les propuse intentar localizar, cerca de allí, el dolmen de Pradias, un monumento megalítico del que tenía alguna noticia.

Lo cierto es que no conseguimos localizarlo pero me llamó poderosamente la atención algo que vi. En las suaves lomas que hay entre Pradias y Centenales se veían grandes montones, separados entre si, de cepas de ganzo, algunas bastante mayores que un balón de baloncesto, que habrían sido arrancadas del suelo, supongo, con un "picón". La fuente de suministro estaba clara, pues la granda es el paisaje predominante en todo el entorno. A lo lejos se veía un tractor que cada poco hacía una parada para ir recogiendo la "cosecha". Me llamó mucho la atención porque nunca había visto algo parecido. Sabía que las ramas de ganzo, secas, servían para encender las cocinas o para preparar los "fornos" caseros donde se hacía el pan y que incluso, antes de generalizarse el uso de la electricidad, podían utilizarse para alumbrar, lo que en Mual llamábamos "gabuzu", enciendes una rama y la llama no se apaga hasta que no se consuma toda ella, y el proceso le lleva un rato. También sabía que las cepas, previamente desgajadas en trozos más manejables, podían ser un buen combustible para las cocinas económicas pues daban muchísimo calor y tardaban más en consumirse, pero su utilización en Mual era muy marginal.

En Mual abundaba la leña proveniente de los árboles, cuyo aprovechamiento es mucho menos costoso que el de las cepas ya que exige menos esfuerzo. Además muchas familias del pueblo tenían algún miembro trabajando en las minas de carbón y por aquel entonces a cada minero, aparte del sueldo, le daban varios sacos de carbón cada seis meses, el suficiente para su gasto. Un carbón de primera, una antracita que apenas si dejaba escorias tras consumirse ya que lo único que quedaba eran cenizas en polvo. Por ello la utilización masiva de cepas era algo nuevo para mí.

Desafortunadamente la bella Ibias estaba, y lo sigue estando, muy desarbolada. Las causas de ello son variadas. Su relieve con menores altitudes y su superficie más llaneada, aunque quizás deberíamos decir más alomada, con un clima más cálido y menos húmedo que el existente en el Alto Narcea (Ríu Rengos), provocó una temprana neolitización de su territorio. Esa mayor antropización es, sin duda, la causante de su también temprana deforestación, provocando un cambio de los paisajes existentes. Montes con grandas y zonas de pasto, enclaves humanas, terrenos de cultivo y algún enclave arbolado, sustituyeron a los antiguos robledales existentes, albares en las partes altas, carbatsus en las bajas, sapiegus en las secas y orocantabricos en las más agrestes y degradadas.

Otras causas son mucho más recientes en el tiempo. La plantación masiva de pinos, desde los años cuarenta del pasado siglo, supuso un duro golpe para la economía rural ya que acabó con los pastos comunales y cercenó una economía que dependía en gran medida de ellos, provocando un madrugador éxodo rural, acentuado en los años sesenta por los cambios globales que se estaban dando en la economía española. Las primeras plantaciones provocaron , en cierta medida como venganza campesina, la llegada de los incendios y su reiteración a lo largo del tiempo. Pavorosos incendios que periódicamente asolaban los pinares y todo lo que se pusiera por el medio.

A esa conclusión, ya lo he dicho en otra parte, había llegado una empresa medioambiental a la que la Administración le había encargado un estudio para saber por qué en Ibias había tantos incendios, ya que, junto con Valencia, era la zona más quemada de España. Obviamente la Administración, causante de esas plantaciones a través de los consorcios que suscribían con las autoridades caciquiles locales, no hicieron nunca públicos los informes, pero los grupos ecologistas los conocíamos. Los incendios y el abandono del pastoreo hacen que el paisaje esté dominado por las grandas y con visos de mantenerse así porque tanto plantaciones como incendios siguen vigentes a día de hoy

Con estos antecedentes se entiende que, ya desde antiguo, el paisanaje de Ibias se vea obligado a utilizar las cepas de ganzo como combustible, ya que no existe otro. Solo se salvaba, en tiempos recientes la zona de Tormaleo, donde existían minas de carbón y que desgraciadamente en 2010 desaparecieron. En ese año se cerraron las de interior, después de 52 años de actividad, pero perduraron hasta el 2014 las de cielo abierto que se habían iniciado en el 84 en la zona de Villares. Las últimas a cielo abierto, bajo la dirección de Victorino Alonso un auténtico terrorista social y medioambiental, han provocado un deterioro ambiental difícilmente reparable y de unas dimensiones impresionantes.

La primera vez que vi el inmenso hoyo con agua de La Campa Tormaleo me quedé helado. Y aún sigue ahí para que se nos pongan los pelos de punta viendo la rapiña y voracidad de personajes como "Don Vito".

Por cierto, me he enterado que en Tormaleo han abierto, después del cierre de prácticamente todas las minas de España, una bocamina de la que se extrae y comercializa carbón de antracita.

Volviendo a Pena Velosa finalmente el día no despejó y tuvimos que renunciar a la excursión a Las Tsagunas. Como alternativa realizamos otra, aunque solo en coche, con paradas en Alguerdo, Oumente y El Villar (Villardecendias) que resulto muy interesante y de la que tal vez os hable en otra ocasión.

Posteriormente profundicé en el tema de las cepas y me enteré que con ellas se había hecho carbón vegetal y que este no era un carbón cualquiera ya que era el más apreciado en las ferrerías, lugares con instalaciones para fabricar hierro y elaborar instrumentos. Era incluso más apreciado que el que se obtenía con el roble o con el castaño y su producción era además más sencilla y menos peligrosa. Es lógico suponer que las ferrerías que hubo en Río Do Porcos y en Fornaza (y la muy probable de Valdoferreiros) utilizaran carbón de "tuergano" o de "torgo" (nombres asturiano y galego de la cepa de ganzo) y que muchos campesinos de los pueblos del entorno dedicaran algún tiempo a su obtención para sacar algún dinerillo extra. Como ya hemos hablado de otras utilizaciones de las cepas en el capítulo dedicado a los caleirus, me abstendré aquí de repetir lo ya dicho.

Para ver grandes grandas no hace falta desplazarse a Ibias. En el entorno de Mual y Oubachu también las hay ya que casi todo su solano está tapizada por ellas como ya vimos en capítulos anteriores.

De las grandas que observamos desde el improvisado mirador del Serrón, destacan tres. La más grande de todas ocupa la zona cercana a la sierra del Ríu Las Fayonas. Llega hasta los mismos altos de la sierra (Picos Da Avenida), desde el teso que divide Furmigueiros y la Vatsina del Corno, hasta los límites de la Reserva con el Monte Oubachu, prolongándose más allá hasta el Pico´l Counio y el Pico La Mesa (Pico La Baxancada), donde ya ralean las matas de roble.

Grandas del Ríu Las Fayonas. Foto Google.


Detalle del Ríu Las Fayonas con sus topónimos auténticos

Desde los altos baja por las laderas, progresando siempre más por los tesos que dividen las distintas vatsinas, teniendo en cuenta que la Vatsina del Corno tiene dos cursos principales. Por contra en los cursos de esas vatsinas la granda se retrae ya que la mayor humedad existente permite la progresión del arbolado. Aquí, en los cursos, el arbolado que mejor y más alto sube es el roble orocantabrico, con mucha presencia en la segunda Vatsina del Corno (la que da contra el Garabeño) y en la Vatsina´l Garabeño, así como algunas hiladas que en el entorno del Pico Las Penas del Garabeño y su imponente farallón rocoso, conectan con el arbolado del Monte Valdebóis. Detrás de esas avanzadillas espera el roble albar a que le llegue su turno, infiltrándose por suelos algo mejorados y capaces de retener mejor la humedad.

La granda en el entorno de Las Penas del Garabeño y su progresión desde el Pico, el Pico´l Counio y el Pico La Baxancada ya dentro del Monte Oubachu. 29 julio 2017.

Donde más progresa hacia abajo la enorme "calva" es en el teso más ancho de todo el Ríu Las Fayonas, el que separa el Corno del Garabeño. donde casi llega a la senda que sube a Las Tsagunas. Aquí los orocantabrica, aprovechando una vaguadina de la segunda vatsina del Corno que se mete contra el teso, están a punto de cortar la granda en dos, quedando la parte inferior totalmente rodeada de robles.

Teso entre Vatsina´l Garabeño y Vatsina del Corno. 27 julio 2018.

También progresa bastante por el teso entre la Vatsina´l Garabeño y La Candanosa, pero poco ancha debido la estrechez de esta última vatsina, con un alargado tseirón de muchos "quilates".

Estrecha granda de La Candanosa pegada al tseirón, por encima de la senda. 27 julio 2018.


Tseirón de La Candanosa. 27 julio 2018.

En el resto de la sierra del Ríu Las Fayonas, o sea en Furmigueiros y Los Tsagozos, conecta la vegetación arbórea de Munietsus con la de Valdebóis. En la Boqueta de Furmigueiros los albares lo hacen alternándose con unas camperas donde se encontraba la importante Braña de Furnigueirus de Valdebóis. Queda una granda en la sierra y el teso que separa ambas vatsinas, bordeada por matas de orocantabricos, que se prolonga también hacia abajo, conectando con unos farallones rocosos que acaban desplazándose por la vertiente izquierda de Los Tsagozos. En el cerro, más abajo, vuelve a haber otra pequeña granda que la senda atraviesa por algo más arriba de su mitad.

Granda encima y debajo de la senda en el teso entre Furmigueiros y Tsagozos. 26 julio 2016.


La granda por encima de la senda.Teso entre Furmigueiro-Tsagozos. 26 julio 2016.


La senda atraviesa la granda al inicio de Tsagozos en donde ya se está repoblando. 26 julio 2016.

En general, en esta zona del Ríu Las Fayonas, salvo algún farallón rocoso que hemos mencionado, los suelos sobre los que se desarrollan las grandas son relativamente buenos y muy aptos para el robledal. Hay un hecho muy llamativo, del lado de Valdebóis hay un buen bedular altimontano que llega hasta la misma cima de la sierra, pero no hay ningún abedul que se atreva a dar un paso hacia Munietsus. Sin la participación del bedul el proceso de colonización arbóreo va a ser muy lento, especialmente en las partes cercanas a la sierra donde la difusión (llegada de semillas, o sea de tsande) viene de abajo. Más rápida será la colonización de aquellas grandas que se encuentran rodeadas de robles en todo su perímetro pues aquí la difusión le viene de todos los lados.

Esta parte de Munietsus, en pleno solano sigue presentando un aspecto de bosque degradado. A las grandas, roquedo y algún que otro tseirón se le une la presencia de bosques jóvenes o muy jóvenes en donde aún existen pequeños huecos desarbolados donde abundan los ganzos y toxus. Ser una de las zonas taladas a última hora por la empresa forestal sigue mostrando sus repercusiones.

Otra granda que llama poderosamente la atención es la Granda de Sextu Rapáu, situada en la parte inferior del Teso de Sextu Rapáu, y su prolongación hacia la Vatsigata´l Xardón, La Hozcona y La Hozquina donde la granda se combina con el roquedo. 

La Granda de Sestu Rapáu, Vatsigata´l Xardón, La Hozcona y La Hozquina. Foto Google.

La Granda de Sextu Rapáu combina suelos no muy malos, las partes superiores, con otros muy delgados y en donde incluso aflora la roca madre, los inferiores. La colonización arbórea va muy lenta pues es una zona muy seca y en pleno solano. De todas formas ya hay algunas pequeñas "islas" de árboles en su interior y en las partes altas la potencia de los ganzos ya preludian una pronta repoblación. La mayor parte del tramo inferior y la que se prolonga cerro abajo hasta casi el Ríu La Candanosa tiene suelos bastante rocosos y aquí el brezo rojo cede su lugar al brezo blanco, el ganzo especializado en este tipo de suelos. 

La Granda de Sestu Rapáu. Foto Google.


Progresión en la repoblación de la granda de Sestu Rapáu. 26 julio 2016.


Granda de Sestu Rapáu. 29 julio 2017.

La Vatsigata´l Xardón es una vatsina encajonada y poco extensa en anchura y en longitud, franqueada por crestas y farallones rocosos y algún tseirón. Hay una pequeña granda en su vertiente izquierda, arriba en el teso con la Vatsina Tonante. Con un suelo tan malo, es curioso observar como los árboles se desarrollan en las zonas donde el terreno dibuja vaguadas más o menos grandes. Zonas por donde circula el agua de escorrentía y que nos muestra claramente que si hubiera más humedad habría más arboleda. Obviamente la repoblación aquí le llevará más tiempo y no será tan completa como en las grandas. 

La Vatsigata´l Xardón bordeando la Granda de Sestu Rapáu. 27 julio 2018.


La Vatsigata´l Xardón, La Hozcona y La Hozquina. Foto Google.

Antes de La Hozcona y La Hozquina hay como dos pequeñas vatsinas, muy poco desarrolladas y flanqueadas, de arriba a abajo, por farallones rocosos y tseirones en las partes de abajo. La repoblación aquí es muy difícil aunque ya hay una delgada hilada de árboles en las líneas de las vaguadas y a largo plazo seguro que mejora. En el resto y en La Hozcona y La Hozquina lo que hay es un extenso ganzal de brezo blanco con ejemplares separados entre si y asentados en lugares con un mínimo de suelo. 

Crestas de La Hozquina y La Hozcona. 27 julio 2018.

Mejor suerte les ha tocado a dos pequeñas grandas situadas a mayor altitud y rodeadas totalmente por el bosque y que además poseen suelos relativamente buenos. Se trata de La Grandina de Sextu Rapáu y de otra a su misma altitud, arriba del todo de la Vatsigata y en el teso contra la Vatsina Tonante (pareada a las partes altas del farallón rocoso que hay en las vaguadas derechas de esta vatsina de Tonante). Su carácter solano, ambas están en tesos, hace que la repoblación sea lenta, pero inexorable pues la tsande les llega desde todos los lados. 

La Grandina de Sestu Rapáu a la izquierda y otra pequeña granda. Foto Google.

   

La Ruta a Las Tsagunas 36 El bosque mixto 2. Los Tsagozos.

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