8/08/2018

El Monte y el guía de Munietsus 7

Cuantos más bosques conocía más me convencía la singularidad del Monte Munietsus. Tuve que visitar algunas zonas de las que tenía poca información y revisitar otras, pues también tuve que realizar otro informe de él.Nada de lo que conocía se podía comparar con el inmenso "lomo" de Sestu Gordu y su grandioso faéu, este y el de Las Varas competían en igualdad con las mejores zonas del faéu de Monesteriu d´Ermu y superaban ampliamente los conocidos de Navarra; el robledal-faéu de las zonas del Cándanu, L´astaca, Los Ciervos o Decutsada no tenían parangón. Es cierto que muchas zonas estaban degradadas pero también lo es que la potencia regenerativa era inmensa. Quizás debido a su, relativamente, gran tamaño, nunca he visto un monte con tanta energía.
Creo que es esa energía, invisible pero de alguna manera presente, la que hace que muchos visitantes sientan algo de miedo al internarse en Munietsus;  la exuberancia con la que a veces se muestra el bosque puede abrumarlos, hacerles sentir pequeños y desvalidos. Cuando hay amplias vistas se pierden en la inmensidad del paisaje; pero lo peor para ellos viene durante la bajada: durante dos o tres horas se ven envueltos por el bosque y no es raro que lleguen a sentir claustrofobia; lo que para algunos, entre los que me encuentro, es una maravilla, para otros es una experiencia cuando menos desagradable.
En mis primeras visitas completas a Munietsus también yo me perdía en esa inmensidad: la diferencía radicaba en que a mí jamas me ha dado miedo el bosque.
En realidad el Monte Munietsus no es tan inmenso, ¿o sí?, dicen que tiene 2.695 hectáreas, pero esta medición, como casi todas, es falsa, pues se aplica a superficies planas y Munietsus es cualquier cosa antes que plano; si lográramos estirar su superficie hasta hacerla plana nos encontraríamos con una superficie mucho mayor. En la práctica, en la realidad la superficie es mayor, bastante mayor teniendo en cuenta el relieve del Monte; los desniveles son elevados, Las Tablizas están a 670 m. de altitud y el Pico Candanosa, por ejemplo, a 1680 m. Cada valle general esta recorrido por decenas de vatsinas y centenares de vaguadas, me acuerdo que en mi juventud circulaba una leyenda que decía que Muniellos tenía tantas vallinas como días tiene el año.
Para situarnos en esa "inmensidad" son imprescindibles los mapas topográficos. Tengo que decir que a mí siempre me han fascinado, tanto antes como durante y después de una excursión; antes para saber a lo que te vas a enfrentar,durante para situarte y después para revivir mentalmente la experiencia. Puedo pasar horas y horas observando y analizando un mapa y cuanto menor sea la escala, con lo cual aumentan los detalles, más disfruto.
Durante mucho tiempo solo tuve acceso a los cartográficos, primero del Instituto Geográfico Nacional y posteriormente del Ejercito, de escala 1:50.000; que significa que 1 cm. del mapa en la realidad son 50.000 cm. ( o sea 500 m.o 0´5 km.), teniendo en cuenta lo de siempre: son medidas en plano por lo que si el relieve no es totalmente llano el segundo número siempre será más elevado en la práctica. Utilizándolos como base los había usado para cartografiar las minas auríferas romanas y su infraestructura, los castros y las vías de comunicación en la tesina que había realizado.
Sobre el mapa, el del Concejo de Cangas del Narcea ocupaba cuatro hojas y parte de otras dos, colocaba una plancha de papel cebolla sobre la que iba trazando los ríos y sus afluentes. que a veces venían dibujados en el mapa original o que se insinuaban por la forma de las curvas de nivel. Dibujada la red fluvial pasaba a dibujar los diferentes hallazgos, que quedaban así perfectamente localizados. Luego hacía una fotocopia de la plancha y la retocaba con rotuladores, escribía los topónimos y creaba la leyenda. Era como un trabajo de artesanía que llevaba su tiempo, pero además de gustarme era el único al que tenía acceso.Esa forma de trabajar con los mapas es la que he mantenido a lo largo de mi vida y creo que moriré con ella
Los primeros mapas para el público, editados por el ICONA en los folletos de divulgación de la Reserva, eran muy esquemáticos. En el 83 editaron uno más detallado, con curvas de nivel.
Mapa del ICONA 1983


Mismo mapa fotocopiado y plastificado para las excursiones
El mapa tenía un gran fallo, estaba adulterado ya que los topónimos estaban castellanizados. La toponimia y en un sentido más generalizado "las lenguas" es una cuestión muy delicada que no conviene menospreciar. En Asturias, como creo que en otras muchas zonas de España, existen muchas lenguas, todas ellas derivadas del latín, pero bastante diferentes entre sí. Desde la Administración central del Pricipado de Asturias y la Academia de la LLingua hablan de los bables de Asturias: el oriental, el central, el occidental y de otro aún más occidental. El más occidental es el que se habla al occidente de la Sierra del Rañadoiro y su prolongación hasta el mar Cantábrico, que en realidad es una variante, de las cuatro o cinco que hay, del gallego, a pesar de lo cual la Academia lo sigue considerando como un bable más (gallego-asturiano).  En la práctica el bable dominante, el establecido por la Academia, es el central y ha establecido una serie de normas para este y para que el resto se adapten a él.
Pues bien, el Monte Munietsus es una zona de deslinde y de confluencia entre el bable occidental y él, llamemos a las cosas por su nombre, galego (fala del Eo-Navia). Munietsus antes de tener una explotación forestal la tuvo ganadera: ya desde antiguo era propiedad de una casa nobiliar que explotaba directamente una pequeña parte del Monte, el resto lo cedió o arrendó el uso de los pastos a los pueblos limítrofes, muchos de los cuales es de suponer que fueran sus antiguos propietarios, pero manteniendo la propiedad del suelo y su control para actividades como por ejemplo la caza o cortas madereras esporádicas, a las que se sumarían la cortas ya más planificadas con destino a la industria naval ya desde fechas muy antiguas (1768).
El uso que las personas hacen de un territorio hace que este se llene de nombres por cuestiones meramente prácticas. Así, en los fondos de los valles y las zonas altas que lindan con el Concejo de Ibias hay una confluencia de topónimos galegos y de bable occidental, dado que ambas comunidades lingüísticas hacían uso de este territorio. Por razones de cercanía geográfica y mayor uso creo que los topónimos más antiguos son los galegos y que posteriormente se fueron desarrollando los de bable occidental, unas veces adaptando los galegos. otras veces aceptándolos tal cual con mínimos cambios y otras veces creando topónimos nuevos.
Ejemplos de adaptación serían: Piélago (de Pélago), Boizuna (Boizona), Tixeirúa (Tixeiroa), Miradoiro (Miradeiro), El Penón de Las Tsagunas ( A Pena das Laguas), La Veiga Las Gallegas (A Veiga As Galegas), La Veiga Los Trabois (A Veiga dos Trabois)...Casos de aceptación serían: Las Leiras, Los Pradallos, Portelín y algún otro más. Los más numerosos serían los de nueva creación, con la particularidad de que eran desconocidos por los habitantes de los pueblos de Ibias cercanos: todos los que llevan Candanosa, por ejemplo el Pico Candanosa al que los de Alguerdo llaman Pico Cazarnoso, L´Orriu Valcarcel, Piedra Valcarcel que en Alguerdo denominan Pico d´Angarisal, Pena Belosa ( Pico regueira d´Ovella) etc.
En honor a la verdad aún desconozco algunos topónimos galegos dado que mis informantes habituales eran de Mual y su entorno. Por cierto los de los pueblos de Ibias cercanos le llamaban a Munietsus Moelos, y pueblos como Villardecendias, Oumente y Alguerdo tambíen se pueden considerar como portales de este Monte.
El resto del Monte tiene ya una toponimia propiamente de Bable Occidental, pues era utilizado por personas de los pueblos cercanos, Mual, Oubatsu y varios de la zona de Rengos que hablaban esa tsingua.
En realidad el Bable Occidental forma parte de una comunidad linguística que desborda ampliamente Asturias y que podríamos llamar astur-leonés occidental que se adentra hasta Zamora, Norte de Salamanca y el Tras os Montes portugués, con ligeras diferencias entre sus componentes; en Cangas y un amplio entorno se utiliza la mal llamada "che" vaqueira, un peculiar sonido, solo ligeramente parecido a la che (ch).
Recuerdo una escena familiar, que se debió de repetir muchas veces pero que yo solo pude presenciar un par de veces: mi padre, Sabino, y mi hermano Naciu estaban sentados juntos y mi abuela Rosabra, a la que todos llamábamos afectuosamente "Mamina", estaba un poco más alejada. Naciu le había hecho entender a nuestro padre que el sonido "che" se escribía de dos maneras: uno con la "ch" normal y otro con la "ts" para la che vaqueira; Naciu le decía una palabra que llevara ese sonido y le pedía que le dijera como se escribía. Sabino repetía la palabra en voz alta, aplicándole los dos sonidos, no una ni dos veces sino unas cuantas veces y luego decía "esa con ts" o "esa con ch"; a veces mi padre dudaba y entonces Naciu se volvía a nuestra abuela y le decía "Mamina ¿cómo se dice tsugar?", pongamos por caso, y ella decía "¡coño! como se va a decir: tsugar" y oyendo su pronunciación a mi padre ya no le quedaban dudas "si, esa es con ts". Con medios tan parcos, Pero tan fiables, avanzaba mi hermano en el conocimiento de la Tsingua, en un momento en el que su conocimiento y difusión estaban en pañales.
La Academia impone que la representación gráfica de la che vaqueira sea con una doble "l" con un punto debajo de cada "l", pero como ni en las máquinas de escribir ni en los teclados de los ordenadores existe esa posibilidad, habría que ir a grafías especiales, tambíén aceptan que se haga con una "l",  un punto y otra "l" (l.l).
Hay quienes opinan que lo que realmente pretende la Academia es lograr una uniformidad de los bables y conseguir que sea la doble "l" la que se acabe imponiendo, que desaparezca la che vaqueira y que perdure la "ll" tipica del bable central, es decir, del oficial. Pese a alguna oposición, parece que esa tendencia será la dominante, sobre todo teniendo en cuenta el control que la Academia tiene sobre las publicaciones en bable. Si alguien quiere publicar algo en bable occidental, tiene que pasar por el aro. Las publicaciones en bable tienen aún un mercado muy reducido, nunca son rentables, lo que hace imprescindible el patrocinio y la colaboración económica de la Academia, que solo las concede a quienes sigan sus normas.
Yo he optado por representar la che vaqueira con la grafía "ts" porque es con la que estoy más familiarizado, ya que esta fue la más utilizada cuando se empezó a escribir en bable occidental. Escribir Muniel.lus en lugar de Munietsus me parece algo artificial y cuando lo veo escrito me cuesta entenderlo
Otra particularidad que me gustaría comentar es el del final de ciertas palabras que lo hacen en "o" o "u" y sus plurales; ambas pertenecen a un mismo sonido, a medio camino entre dichas terminaciones, por lo que da lo mismo escribir Munietsus que Munietsos, Sestu Gordu que Sesto Gordo, Refuexu que Refuexo, Entamburríus que Entramburríos...
El mapa del 83 se limitó a copiar, eso si seleccionando e incluyendo alguna novedad, de otro mapa.En los años setenta el ICONA compró el Monte Munietsus y despues, en 1979 para utilización interna elaboró un excelente mapa topográfico a escala 1:10.000, una auténtica gozada con un detallismo preciosista; pero el ICONA era un organismo de aquella "España una..."y claro los Topónimos estaban castellanizados
Mapa del ICONA 1979

Detalle zona de Las Tsagunas
Esto de castellanizar topónimos de Bable Occidental y de Galego es un tema complejo, muy complejo. Vaya por delante que yo no tengo nada en contra del castellano, ya que es la lengua en la que escribo y en la que, y eso es más importante, pienso.Decimos que es complejo porque una de las características de la toponimia es la de fijar nombres y palabras que pueden tener bastante antigüedad; la lengua hablada o escrita puede evolucionar pero los topónimos no cambian, o lo hacen muy lentamente. Los propios usuarios de los topónimos desconocen, en muchísimos casos, el significado que encierran, repiten lo que oyeron a sus mayores, los cuales hicieron exactamente lo mismo.
Si los propios nativos desconocen el significado de cada topónimo que decir de los encargados de traducirlos al castellano para plasmarlos en un mapa; el resultado es en la mayoría de los casos algo puramente aberrante. Pensemos por ejemplo en el caso del primer valle que hay después de Las Tablizas, en la zona se le llama Regueiru Decutsada, en la traducción aparece como Arroyo de Degollada. Los nombres cutsau, cutsada y otros similares hacen referencia a un paso de altitud relativamente baja entre dos picos, en una sierra; su traducción al castellano es sencilla: collada, collado. Aquí Cutsada hace referencia a La Mesa (La veiga´l Pumar) a 1200 metros de altitud, situada entre el Picu La Baxancada (1564 m.) y el Picu La Mesa (1440 m.) que comunicaba Munietsus con el Vatse Cabreiro, y desde este se accedía en poco tiempo al Puerto del Counio. La traducción correcta al castellano debería haber sido Reguero de Collada.
Otro ejemplo, en el Ríu Tixeirúa aparece el topónimo Crestón de El Condado,una rara traducción de Teso´l Cándanu; en esta zona cándanu hace referencia a un gran árbol, en concreto un roble, seco y de color blanquecino, que puede permanecer de pie durante bastante tiempo a pesar de estar muerto; es un topónimo que se repite y que esta en la base de otro muy abundante en Muniellos: Candanosa, que significa abundancia de cándanus.
Un último ejemplo, en este caso, de un topónimo galego; en la cabecera del Ríu Tixeirúa hay una braña, una fuente, una laguna y una vallina, todas con el topónimo según el mapa de Aveizuna. El nombre originario es Boizona, adaptado a Boizuna en el bable occidental o Beizuna que es como aparece en La Vilietsa, como Pico La Beizuna, cerca del Pico La Gubia, y La Beizuna, debajo del anterior, en el nacimiento de La Vatsina La Zreizal, en altitudes cercanas a los 1500 m. La "A" inicial fue un desliz del traductor ya que al preguntar por el nombre, los de Villardecendias, que eran los que utilizaban esa zona, le dijeron "A Boizona" y el mantuvo la "A" inicial sin darse cuenta de que era un artículo (La Boizona) y como Aboizona le pareció muy grosero lo transformo en Aveizuna.
Boizona es una palabra muy antigua que reflejaba un sector económico que luego cambiaría; una Boizona era una zona acotada, reservada en exclusiva para los bois (bueis = bueyes). Un buey en castellano hace referencia a un toro castrado, pero en esta zona, tanto la de Ibias como la del Narcea boi-buei designa tanto al toro como al toro capado; la Boizona se reservaba para los capados, posiblemente para evitar que transmitieran enfermedades a las vacas; en las brañas normales los toros siempre estaban con las vacas, para facilitar la reproducción.
Que se reservara una braña para los toros capados indica la importancia que estos llegaron a tener, utilizados para tareas de tiro, de carga y como excelentes productores de carne. Esta importancia decaería posteriormente cuando la ganadería bovina fue orientándose cada vez más hacia la producción de leche.
Ni que decir tiene que la edición del mapa del 83 levantó numerosas críticas, en concreto desde el Cuelmu Ecoloxista Pésicu protestamos y nos ofrecimos a la Consejería de Agricultura y Pesca del Principado  a la que el ICONA había transferido las competencias sobre la Reserva, de forma desinteresada, para revisarlo y poner la toponimia auténtica. La Consejería aceptó, aunque nunca nos reconocieron la labor.
Dentro del Cuelmu el mayor especialista en bable era mi hermano Naciu; con el hicimos alguna visita al Monte Munietsus y en Mual consultamos con algunas personas que más o menos lo conocían. Pero el asunto nos superaba, el que más sabía del Monte era yo, pero no lo suficiente; comenzábamos por una ladera e íbamos valle por valle, los informantes nos confirmaban o no los nombres del mapa y con Naciu debatían sobre su correcta pronunciación, pero pronto surgieron problemas, los topónimos no coincidían ni de lejos y nos acabábamos perdiendo, el informante y nosotros, en aquella marabunta de vatses y vatsinas.
A pesar de que teníamos dudas no nos quedó otra que aceptar muchos nombres como válidos y buscar su equivalente en bable occidental, también suprimimos algunos muy dudosos y añadimos y cambiamos algunos que teníamos muy contrastados. 
Remitimos a la Consejería un mapa como el del 83 con los topónimos "reales" y en el 85 el Principado editó un precioso mapa topográfico con curvas de nivel y colores hipsométricos, a escala 1:20.000 de la Reserva Biológica de Munietsus, que abarcaba algo de su entorno y con la toponimia en bable occidental, nosotros la enviamos con la grafía "ts" pero alguien se encargo de transformarla en la aceptada por la Academia.

Mapa de 1985

Detalle del mismo mapa
Como el mapa del 83 este también se plegaba y en el reverso también venían algunos datos sobre la Reserva y en donde no se corrigieron una serie de errores que habían aparecido en el primero, como el clima en el que se sigue diciendo que "es de carácter centroeuropeo". En lo relativo a la flora ya no se afirma, como hacía el primero, que la especie dominante es el carbayu (quercus robur) y solo se dice que el árbol dominante es el roble, sin especificar más. El roble dominante, como todos sabéis, es el albar (quercus petraea) y junto a él en numerosos avesius hay importantes faéus. Por contra la presencia de tejos es muy reducida y localizada en un único punto.

Mapa del 85. Reverso

Mapa del 83.Reverso
Recientemente se ha editado un nuevo mapa, del que nada puedo decir porque no he tenido aún la oportunidad de hojearlo.

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