Y para terminar con el asunto de las explotaciones auríferas de época romana, permitidme que os proponga dos excursiones para conocer los dos tipos de obtención de este mineral, en terrenos de nuestro concejo de Cangas.
Una os llevará prácticamente un día entero, pero no hace falta ser un atleta para realizarla y a pesar de que hay que andar, su esfuerzo es mucho menor que el necesario para ir a ver Las Tsagunas de Munietsus. Eso sí, aquí el ambiente boscoso brilla por su ausencia, aunque también posee su propio encanto. La otra os puede llevar, como mucho, una mañana y el esfuerzo es mínimo.
Cuando prospecté el Ríu del Coutu, bien al tun tun, o bien recabando topónimos e información sobre donde estuvieron "los moros" y visitando esos lugares, rodeados siempre de interesantes leyendas, lo hice haciendo uso de una bicicleta de mujer, sin barra pero robusta, que no recuerdo como me la había agenciado.
Cuando había que andar, que era siempre, aparcaba la bici y la dejaba algo apartada de la carretera, fuera de indiscretas miradas. Un día decidí internarme por Ríucastro, cuyo topónimo era prometedor, el mapa topográfico le llama Arroyo de la Braña. Su inicio se encuentra unos metros antes del desvío que lleva al pueblo de Combu, al lado de un pozu en el río del que ya os he hablado en otra parte. Junto a dicho desvío y pegado a la carretera, donde hay como una parada de autobús, hay un buen sitio para aparcar varios coches.
Cogí la pista de tierra, en perfecto estado, y no la abandoné, sin desviarme nunca a la izquierda y siempre cercana al cauce general. Tras subir un buen tramo y dejando a nuestra izquierda la "Braña La Folgueirosa", la pista zigzagueaba en torno al "Regueirón" para salvar el desnivel existente y llevarnos al "Campo La Veiga", un cutsáu en la sierra que deslinda el vatse del Coutu del Arganza.
Allí cogiendo en dirección al "Pico Cogotsu" y tras ascender algo está Monterroso, que ya bascula hacia el Arganza. Se trata, posiblemente de una de las mayores cortas a cielo abierto de nuestro Concejo y en donde los especialistas en el tema evalúan en 2´5 millones de metros cúbicos el terreno removido, siendo este, por no decir en su totalidad, primario, formado por pura roca.
Luego me explayaré sobre esta mina pero dejadme antes que os diga que la excursión tiene oto aliciente.
Estando un día en Las Tablizas sin hacer nada apareció una pareja, padre e hijo, y como no tenía nada que hacer estuve un rato platicando con ellos y conocer que les había llevado a viajar tan lejos de su tierra ya que eran franceses, de Burdeos. No recuerdo muy bien pero algo hablaron de un topónimo, el de Larna, un pueblo cercano a Mual. Lo que si recuerdo es que pronto estuvimos hablando de las abejas y de las construcciones de la zona para protegerlas de depredadores, especialmente del osu.
Estaban bastante informados del tema, casi se podría decir que hasta especializados en él, sobre todo el padre pues el hijo era bastante joven. Saliendo el tema del "talameiro" yo les dije que conocía la base de piedra y su elevación, aunque ya sin la plataforma de madera que lo coronaba y solo con algunos maderos, de uno de ellos.
Me pidieron encarecidamente que les dijera la ubicación del talameiro o, mejor aún. si los podía acompañar. Lo cierto es que a mí todo lo relacionado con la miel, un alimento que considero como algo mágico, me interesaba, así que quedé con ellos para el día siguiente.
Fuimos en su coche y aparcamos en el desvío a Combu que ya mencioné. Nada más bajarnos del coche y señalarles el valle por el que nos íbamos a meter, precisamente Ríucastro, el galo adulto se quedó mirando la entrada del valle, en concreto una zona de rocas, y tras observar desde diferentes ángulos dijo: "vaya, un cortín de roca, ¡que bonito! y parece que hay más, ¿te importaría que nos acercaramos a él?. No tuve objecciones, ¡ya puestos!.
Entrada a Ríucastro con la localización del Cortín de roca. Foto Google |
Nos metimos un poco por el valle de Ríucastro y luego subimos al cortín, no recuerdo si había algo de camino, pero ¿que importaba?, el terreno estaba despejado, con huellas de incendios recientes, una plaga que afectaba y sigue afectando a los preciosos valles el Coutu, dándole ese aspecto tan arisco y agreste, quedando los núcleos boscosos de La Xurbial, Saladín y algún otro, muy espaciados, reducidos y en proceso de una lenta recuperación.
Durante la ascensión el adulto me dio toda una lección de etnografía sobre el tema de los cortines, "curtíos" en ibiense. Según él había tres tipos: el cortín normal, de planta más o menos circular y que se adaptaba a suelos casi siempre pendientes. En él las colmenas están en repisas superpuestas, protegidas por altos muros de piedra, coronados por un saliente para evitar que el osu, tras "agatuñar" (trepar ayudándose con las uñas de sus garras), pudiera voltear hacia dentro. Este era el más abundante y todavía se podía ver en numerosos lugares.
Luego estaban los cortines de roca, como el que íbamos a ver, que aprovechaban salientes o repisas de paredes rocosas que no estuvieran muy alejadas del suelo, pero lo suficiente para que nada pudiera trepar hacia arriba. Luego mediante un muro de piedra que ascendía pegado a la roca, se aumentaba la repisa y se aislaba esta del suelo mediante otro saledizo de chousas. Para acceder a la repisa, donde se colocaban los "truébanos" también a diferentes niveles para que las abejas no encontraran obstáculos en sus continuas entradas y salidas de ellos, había siempre a mano una pequeña escalera de mano.
Los truébanos, para el que no lo sepa eran las colmenas rurales, tradicionales,hechas con un tronco con su interior vaciado, o con tablas con base y lados cuadrados, tapadas por varias capas, siendo la última de chousa (losa de pizarra) para evitar la entrada de agua.
Y por último estaban los cortines de pared, que aprovechaban una buena roca vertical, utilizándola como una parte más de la pared de piedra que cerraba el recinto. Este último y el cortín normal solían tener una puerta para entrar o salir de ellos.
Llegamos al cortín y ayudándonos de una escalera que había a sus pies pudimos acceder a él y deleitarnos contemplando los diferentes tipos de truébanos y su colocación y además con toda tranquilidad porque el cortín estaba abandonado y ya no había "abechas" que pudieran incordiarse por nuestra presencia, lo que por otra parte era una pena pues ello supondría su desaparición a corto plazo.
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Cortín de roca. foto Robert Chevet.1986 |
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Ascendiendo por la escalera de mano al cortín.Foto ídem anterior |
También vimos otro espectacular cortín, que combinaba algo de roca natural con gruesos muros, en un relieve pendiente pero muy accidentado, cercano al anterior, pero que desistimos de acercarnos precisamente por eso. Este tenía una puerta para acceder a su interior y parecía estar abandonado también recientemente.
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Cortín de pared. Foto ídem anterior |
Y creo que hubo un tercer cortín, también espectacular y adaptado al terreno de ladera, sobre suelos de roca y tseirones (para evitar la humedad que a las abejas les hace mucho daño) y como el anterior con unas paredes ciclópeas.
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Está un poco borroso pero merece la pena este espectacular cortín. Foto ídem anterior. |
Supongo que los cortines sigan existiendo, aunque habrán perdido el encanto que le daban los truébanos, así que al que le interese les puede echar un vistazo.
Fuimos luego a ver el talameiro, pista arriba y no muy lejos de la entrada del valle, no más de 2 Km. Pegado a la pista por su lado de abajo. Yo lo conocía de las varias veces que había ido a ver Monterroso, corta a la que también se podía acceder desde el vatse del Arganza, opción esta que nunca utilicé pues requería el uso de un vehículo para llegar a Las Defradas y luego subir andando y yo en aquella, como ya sabéis, no disponía de coche.
Todavía se veía la gruesa pilastra de planta cuadrada y con cerca de tres metros de altura, pero ya no había restos de la plataforma de madera que lo cubría y sobre la que se colocaban los truébanos. Tal dispositivo evitaba que el osu pudiera llegar a ellos. Para hacerlo los paisanos utilizaban la siempre útil escalera de madera. El único inconveniente es que la plataforma no podía contener tantos truébanos como el de un cortín normal.
Robert Chevet, el adulto, tuvo la delicadeza de enviarme cuatro fotos hechas por él durante aquella corta pero aleccionadora excursión.
Volví a ver el talameiro, esta vez en compañía de J. Naves, otro apasionado de la etnografía relacionada con el osu. Él y G. Palomero tenían una beca del ICONA para realizar estudios sobre el osu. Palomero "medró" y acabo creando la Fundación Oso Pardo, que aún sigue funcionando gracias a subvenciones de la U.E. Naves había contactado primero con el Cuelmu y luego conmigo. Tuve reticencias al principio pues a pesar de estar trabajando yo para el Principado, siempre tuve desconfianza de las personas vinculadas a la Administración y sobre todo al ICONA, pero Naves solo mostraba interés por la cultura apícola y por eso lo lleve a ver el talameiro. Desde aquí le pido disculpas por mi desconfianza inicial.
De vuelta a su coche me propuso acercarnos al pueblo de Combu donde conocía a un paisano , para que nos dejara ver unos peculiares recipientes para la miel. Y tuvimos suerte porque ya cerca del pueblo nos encontramos con su conocido, atareado con un cabrito que se comportaba de un modo extraño. Despues de saludarnos le pregunté que le pasaba al cabrito y él me dijo que los padres eran familia (padre e hija) y él había nacido con alguna deficiencia.
Quedé alucinado con los recipientes, ¡grandes no, grandísimos!, unos recipientes de madera, de una sola pieza. Un grueso madero pulido y con su interior excavado y creo recordar abiertos por arriba y provistos de una tapa. Nunca había visto y no he vuelto a ver algo como aquello y en otros puntos del concejo nadie recordaba algo parecido. Nunca me había imaginado que la miel se pudiera almacenar en recipientes de madera.
Recuerdo que de niño, en Mual, se utilizaban botellas de cristal y del inconveniente que ello solía provocar. La miel de los truébanos tiende a solidificarse muy rápidamente, una vez que se acaba el verano o el frío aparece bruscamente. La de colmenas modernas también lo hace si proviene de explotaciones rurales no muy intensivas. Por contra la miel comercial casi nunca lo hace.
La botella tiene una entrada, o salida, muy estrecha y cuando la miel o mejor dicho sus azucares, cristaliza y se solidifica no había manera de sacarla, tenías que ponerla al baño maría y dejarla cerca de la cocina para que el calor le impidiera repetir el proceso, en fin todo un engorro. Luego se acabó metiendo en tarros en los que puede entrar sin problemas una cuchara para sacar la miel.
Pero antes de la llegada de las botellas de vidrio, ¿donde se almacenaba la miel?. En zonas donde hubiera alfarería podría haber recipientes idóneos para ello, pero en las zonas altas del Narcea y sus afluentes no la había. La más cercana estaba en Tsamas del Mouru, la celebre cerámica negra, que no llegaba a esos lugares. En ellos la mayoría de los útiles, objetos y aperos de labranza eran de madera, por lo que es lógico suponer que los de miel no fueran una excepción.
El Ríu del Coutu es, de todos los valles de Cangas, el que permaneció durante más tiempo con problemas de comunicación. Desde Auguera (Agüera del coto) hasta cerca de La Viña hay un impresionante desfiladero, justo donde desagua el Vatse Cabreiru (l´Artosa), que mantuvo muy aisladas las partes de más arriba del valle. Recuerdo de muy joven pasar por la carretera y ver en Monesteriu a una anciana mirarnos con cara de asombro, señal de que no serían muchos los coches que había visto en su vida.
Y es precisamente este aislamiento el que hizo perdurar la existencia de utensilios que en otros sitios ya hacía tiempo que habían desaparecido.
Con todo el Couto era un lugar muy apropiado para la producción apícola. No era tan húmedo como las partes altas del Narcea y sus afluentes, lo que motivaría un mayor uso de este recurso.
Me gustaría volver a ver recipientes como aquellos de Combu y sería una pena que acaben desapareciendo, como está pasando con los cortines y otras joyas de la arquitectura tradicional. Hay documentada en una braña de Combu la existencia de una cabana cubierta con pequeñas tablas de madera, a modo de losas, y bastante bien conservada. ¡Algo único!.
Y centrándonos en la mina de Monterroso lo primero que hay que decir es que el nombre está sacado de los mapas topográficos en donde aparece como tal. Siempre he procurado obtener los topónimos reales de cada sitio, pero en aquellos parajes era muy difícil toparse con lugareños que me los indicaran, y luego en los pueblos había tantas cosas que preguntar y anotar que se me pasó y acabe aceptando ese nombre.
Monterroso. Foto Google |
Pero este no era el nombre popular, que tal vez fuera El Caborno ya que el vallecillo que nace al pie de la corta y baja hasta el Arganza se llama Regueiru Caborno. Conocemos al menos otro Caborno, relacionado también con la minería aurífera y que parece ser una variante del topónimo "cabuerco", que a su vez lo sería de "cárcaba" (en castellano "cárcava"), toda una familia de bellos topónimos que luego veréis ampliada con la explotación de Veigaipope y otras y que suelen estar relacionadas con la minería a cielo abierto del oro, aunque evidentemente algunas sean de origen natural.
Regueiro Caborno, coronado por Monterroso y el Cogotsu. Foto Google |
Monterroso o El Caborno es como una gran cantera en la que se extrajeron bloques de roca que luego fueron triturados, molidos, tostados y finalmente lavados. Aquí, como en el resto de grandes cortas de roca pura, es más que probable que en la molienda del mineral se utilizaran grandes moteros o artilugios de molienda movidos por la fuerza del agua, no utilizándose, al menos a gran escala, las cazoletas y molinos de mano documentados en otras cortas, también de roca pura pero de dimensiones más modestas, como las ya mencionadas de Pino del Oro. Los de mano se utilizarían de forma puntual y sobre todo en las múltiples prospecciones o cortas más superficiales que abundan por todo el entorno.
Detalle de El Caborno. Foto Google |
Aparte de los grandes cortados que se pueden ver acercándose uno a la parte superior de los frentes de corta, esta explotación destaca por su infraestructura hidráulica.
Como en otros muchos casos los técnicos mineros no evaluaron correctamente la riqueza de la explotación, claro que teniendo en cuenta que no disponían de la tecnología prospectora actual, que permite taladrar muchísimos metros en el suelo y extraer muestras para evaluar su riqueza, era la propia explotación la que, a medida que avanzaba, iba mostrando esta. Ademas no les quedó otra que actuar como hicieron.
En "el Campo La Veiga" a 1.114 m. de altitud, los técnicos establecieron un embalse colector alimentado por tres canales. Dos le venían del Oeste, por debajo de Penas Altas y Penas Juntas.
Embalse colector en el cutsau Campo La Veiga y canales que lo abastecían. Foto Google |
La "Antigua del Vatse Cabeiro" viene del lado del Arganza y llegaba como mínimo al cauce principal del Valle de La Forquina, que fue hasta donde yo la recorrí, con una nivelación perfecta en todo este trayecto y con alguna parte afectada por el paso del tiempo y su conversión en camino.
Desconozco el nombre de la antigua que le viene del lado del Coutu, en peor estado y que posiblemente esté relacionada con el embalse de "Pozu de Monesteriu", situado encima de la "Braña de La Sietsa" que captaría los regatos y fuentes del Arroyo de la Braña Nueva. Obviamente no hay relación con el "Pozu de Mujeres Muertas", no muy distante, pues está a menor altitud.
Un tercer canal le venía de las faldas del "Cogotsu", imponente pico, el más alto de todo el entorno, y que a 1.420 m. de altitud preside todo este lugar.
En el centro Campo La Veiga y sus canales: a la Dcha Antigua del Vatse Cabeiro y a la Izda la de la falda del Cogotsu y el canal emisario Antigua de La Branietsa. Foto Google. |
Del embalse colector salía un nuevo acueducto, también en perfecta nivelación, la "Antigua Branietsa", que acercaba más el agua a la explotación y que embalsaba en el "Campo Caborno" un cutsáu en el cerro que divide el "Vatse Las Corradas" del "Regueiro Caborno", del que salía un canal que atacaba , más allá, la primera fase de la corta, y algún ramal previo para zonas más bajas.
En rojo Antigua del Vatse Cabeiro y Campo La Veiga. En azul Antigua Branietsa y Campo Caborno. Foto Google |
Las cortas demostraron que la roca de encima seguía teniendo buena "ley", por lo que los tecnicos tuvieron que diseñar una nueva infraestructura hidráulica. El problema es que de la parte occidental de la sierra ya no había posibilidad de utilización pues el cutsáu del Campo La Veiga la cortaba a su altitud.
Por el lado oriental la sierra repetía el problema, el cutsáu "veiga La Braña", situado encima de la Braña de La Viña esta a 1078 m. de altitud, cortando la posibilidad de aporte de agua de esa zona para El Caborno.
Los romanos disponían de tecnología para que el agua subiera, los sifones utilizando la ley de los vasos comunicantes lo hacían y se utilizaban en los acueductos que suministraban agua a las ciudades, pero nunca, que se sepa, se utilizaron en el cielo abierto aurífero.
El único terreno que quedaba por encima de la progresión de la corta y que fuera utilizable era el del Cogotsu y los técnicos mineros optaron por una original solución. Partiendo de las zonas que se pensaban cortar se trazo un acueducto circunvalando el Pico Cogotsu: la "Antigua del Cogotsu" que a unos 1.200 m. de altitud va abrazándolo sin detenerse a modo de cinturón.
Antigua del Cogotso del lado del Coutu |
Con este complejo quedarían atrapadas las fuentes y las aguas que cayeran por encima del cinturón (una extensa superficie porque el pico no termina en pico sino que se prolonga lateralmente un buen trozo). Una obra de ingeniería con una inclinación milimétrica, tanta que cuando la recorrí, solo por su parte del Coutu porque era larguísima, en muchos tramos era difícil determinar hacia que lado circularía el agua. Los embalses o sus restos nos ayudaran a saberlo.
La Antigua del Cogotso dirigiéndose por el lado del Coutu hacia enfrente del Campo La Veiga y embalsar.Foto Google |
La Antigua del Cogotsu encauzaría la mayor parte del agua captada hacia la parte del Coutu cercana a la corta, esta parte del canal es mucho más larga que la que discurre por la ladera del Arganza. poco más allá de la Fonte del Regueirón y cerca del Campo La Veiga, aunque a mayor altitud y otra vez en el deslinde Coutu-Aganza hay un precioso y amplio embalse perfectamente conservado de 60 X 10 metros, con una profundidad actual de 2 metros y que en su día debio de ser mayor. De él salen varios emisarios hacia diferentes puntos de la corta, que está allí mismo.
Principales embalses del Caborno: 1-Campo La Veiga. 2-el medido y otros provenientes del Cogotsu. 3-los dos del lado del Arganza. 4-Campo Caborno. Foto Google |
Una parte de este canal cambiaría de dirección y embalsaría y atacaría la corta desde el lado ya del Arganza, en donde estaría ayudado por otro canal.
canales que atacaban Caborno desde el Lado del Arganza |
Pero no finalizó ahí el laboreo pues la zona aún prometía. Se trazo un nuevo canal hasta un poco más allá del Regueirón, con un embalse, en parte desaparecido y situado a mayor altitud que el anterior. También parecía llegarle agua a traves de otro canal, pero es más dudoso porque bajaría muy pendiente, procedente del "Portitsín", donde nace el Regueirón y que no me dio tiempo a visitar, pero en el pueblo me dijeron que era un lugar hondo y ancho.
En el centro El Portitsín, detrás el alargado pico Cogotsu |
Algunos especialistas antiguos que visitaron El Caborno y otras explotaciones auríferas, creían que las labores se iniciaban arriba y luego irían descendiendo conforme iba bajando la altitud del terreno. Hoy ya casi nadie defiende esta idea y todos opinan que se haría de abajo hacia arriba. En las propias cortas hay ejemplos que apuntan en esta dirección.
Aquí cerca de los últimos frentes de corta, auténticos farallones rocosos, ha quedado un picueto, un teso testigo de como era el relieve preexistente y en el que se ve claramente los restos de un canal que venía de una zona que hoy ya no existe porque fue cortada. Si la corta fuera bajando debería contarse con todo el trazado del canal. Lo lógico es pensar que avanzaría hacia arriba y que el canal quedaría fuera de servicio cuando se cortó por encima de él.
No nos cabe duda alguna que El Caborno proporcionó una gran cantidad de oro. Así que, una vez terminada su explotación, los mineros se afanaron en prospectar a fondo el entorno del lado del Coutu, para saber si era rentable iniciar alguna gran corta. Dan fe de ello no menos de tres zanjas, estrechas, profundas y muy alargadas en sentido vertical, a ambos lados del Regueirón y que utilizarían agua de los canales del Cogotsu.
También se laboró algo en la parte más cercana a Monterroso e incluso en el Regueirón, abajo, en el medio y arriba hay restos de auténticas explotaciones, que no profundizaron demasiado y que les convencieron de parar ahí.
Cortas y prospecciones enfrente de la Braña La Folgueirosa del lado del Coutu (Ríucastro). Foto Google |
Cárcaba del Regueirón cortas superficiales en primario y secundario. Ríucastro.Foto Google. |
Posiblemente se excavara algo esta vatsina del Vatse de Las Corradas, por su cercanía a Monterroso. Foto Google. |