4/19/2020

El Monte y el guía de Munietsus 37


Y para terminar con el asunto de las explotaciones auríferas de época romana, permitidme que os proponga dos excursiones para conocer los dos tipos de obtención de este mineral, en terrenos de nuestro concejo de Cangas.
Una os llevará prácticamente un día entero, pero no hace falta ser un atleta para realizarla y a pesar de que hay que andar, su esfuerzo es mucho menor que el necesario para ir a ver Las Tsagunas de Munietsus. Eso sí, aquí el ambiente boscoso brilla por su ausencia, aunque también posee su propio encanto. La otra os puede llevar, como mucho, una mañana y el esfuerzo es mínimo.
Cuando prospecté el Ríu del Coutu, bien al tun tun, o bien recabando topónimos e información sobre donde estuvieron "los moros" y visitando esos lugares, rodeados siempre de interesantes leyendas, lo hice haciendo uso de una bicicleta de mujer, sin barra pero robusta, que no recuerdo como me la había agenciado.
Cuando había que andar, que era siempre, aparcaba la bici y la dejaba algo apartada de la carretera, fuera de indiscretas miradas. Un día decidí internarme por Ríucastro, cuyo topónimo era prometedor, el mapa topográfico le llama Arroyo de la Braña. Su inicio se encuentra unos metros antes del desvío que lleva al pueblo de Combu, al lado de un pozu en el río del que  ya os he hablado en otra parte. Junto a dicho desvío y pegado a la carretera, donde hay como una parada de autobús, hay un buen sitio para aparcar varios coches.
Cogí la pista de tierra, en perfecto estado, y no la abandoné, sin desviarme nunca a la izquierda y siempre cercana al cauce general. Tras subir un buen tramo y dejando a nuestra izquierda la "Braña La Folgueirosa", la pista zigzagueaba en torno al "Regueirón" para salvar el desnivel existente y llevarnos al "Campo La Veiga", un cutsáu en la sierra que deslinda el vatse del Coutu del Arganza.
Allí cogiendo en dirección al "Pico Cogotsu" y tras ascender algo está Monterroso, que ya bascula hacia el Arganza. Se trata, posiblemente de una de las mayores cortas a cielo abierto de nuestro Concejo y en donde los especialistas en el tema evalúan en 2´5 millones de metros cúbicos el terreno removido, siendo este, por no decir en su totalidad, primario, formado por pura roca.
Luego me explayaré sobre esta mina pero dejadme antes que os diga que la excursión tiene oto aliciente.
Estando un día en Las Tablizas sin hacer nada apareció una pareja, padre e hijo, y como no tenía nada que hacer estuve un rato platicando con ellos y conocer que les había llevado a viajar tan lejos de su tierra ya que eran franceses, de Burdeos. No recuerdo muy bien pero algo hablaron de un topónimo, el de Larna, un pueblo cercano a Mual. Lo que si recuerdo es que pronto estuvimos hablando de las abejas y de las construcciones de la zona para protegerlas de depredadores, especialmente del osu.
Estaban bastante informados del tema, casi se podría decir que hasta especializados en él, sobre todo el padre pues el hijo era bastante joven. Saliendo el tema del "talameiro" yo les dije que conocía la base de piedra y su elevación, aunque ya sin la plataforma de madera que lo coronaba y solo con algunos maderos, de uno de ellos.
Me pidieron encarecidamente que les dijera la ubicación del talameiro o, mejor aún. si los podía acompañar. Lo cierto es que a mí todo lo relacionado con la miel, un alimento que considero como algo mágico, me interesaba, así que quedé con ellos para el día siguiente.
Fuimos en su coche y aparcamos en el desvío a Combu que ya mencioné. Nada más bajarnos del coche y señalarles el valle por el que nos íbamos a meter, precisamente Ríucastro, el galo adulto se quedó mirando la entrada del valle, en concreto una zona de rocas, y tras observar desde diferentes ángulos dijo: "vaya, un cortín de roca, ¡que bonito! y parece que hay más, ¿te importaría que nos acercaramos a él?. No tuve objecciones, ¡ya puestos!.
Entrada a Ríucastro con la localización del Cortín de roca. Foto Google

Nos metimos un poco por el valle de Ríucastro y luego subimos al cortín, no recuerdo si había algo de camino, pero ¿que importaba?, el terreno estaba despejado, con huellas de incendios recientes, una plaga que afectaba y sigue afectando a los preciosos valles el Coutu, dándole ese aspecto tan arisco y agreste, quedando los núcleos boscosos de La Xurbial, Saladín y algún otro, muy espaciados, reducidos y en proceso de una lenta recuperación.
Durante la ascensión el adulto me dio toda una lección de etnografía sobre el tema de los cortines, "curtíos" en ibiense. Según él había tres tipos: el cortín normal, de planta más o menos circular y que se adaptaba a suelos casi siempre pendientes. En él las colmenas están en repisas superpuestas, protegidas por altos muros de piedra, coronados por un saliente para evitar que el osu, tras "agatuñar" (trepar ayudándose con las uñas de sus garras), pudiera voltear hacia dentro. Este era el más abundante y todavía se podía ver en numerosos lugares.
Luego estaban los cortines de roca, como el que íbamos a ver, que aprovechaban salientes o repisas de paredes rocosas que no estuvieran muy alejadas del suelo, pero lo suficiente para que nada pudiera trepar hacia arriba. Luego mediante un muro de piedra que ascendía pegado a la roca, se aumentaba la repisa y se aislaba esta del suelo mediante otro saledizo de chousas. Para acceder a la repisa, donde se colocaban los "truébanos" también a diferentes niveles para que las abejas no encontraran obstáculos en sus continuas entradas y salidas de ellos, había siempre a mano una pequeña escalera de mano.
Los truébanos, para el que no lo sepa eran las colmenas rurales, tradicionales,hechas con un tronco con su interior vaciado, o con tablas con base y lados cuadrados, tapadas por varias capas, siendo la última de chousa (losa de pizarra) para evitar la entrada de agua.
Y por último estaban los cortines de pared, que aprovechaban una buena roca vertical, utilizándola como una parte más de la pared de piedra que cerraba el recinto. Este último y el cortín normal solían tener una puerta para entrar o salir de ellos.
Llegamos al cortín y ayudándonos de una escalera que había a sus pies pudimos acceder a él y deleitarnos contemplando los diferentes tipos de truébanos y su colocación y además con toda tranquilidad porque el cortín estaba abandonado y ya no había "abechas" que pudieran incordiarse por nuestra presencia, lo que por otra parte era una pena pues ello supondría su desaparición a corto plazo.
Cortín de roca. foto Robert Chevet.1986
Ascendiendo por la escalera de mano al cortín.Foto ídem anterior

También vimos otro espectacular cortín, que combinaba algo de roca natural con gruesos muros, en un relieve pendiente pero muy accidentado, cercano al anterior, pero que desistimos de acercarnos precisamente por eso. Este tenía una puerta para acceder a su interior y parecía estar abandonado también recientemente.
Cortín de pared. Foto ídem anterior

Y creo que hubo un tercer cortín, también espectacular y adaptado al terreno de ladera, sobre suelos de roca y tseirones (para evitar la humedad que a las abejas les hace mucho daño) y como el anterior con unas paredes ciclópeas.
Está un poco borroso pero merece la pena este espectacular cortín. Foto ídem anterior.

Supongo que los cortines sigan existiendo, aunque habrán perdido el encanto que le daban los truébanos, así que al que le interese les puede echar un vistazo.
Fuimos luego a ver el talameiro, pista arriba y no muy lejos de la entrada del valle, no más de 2 Km. Pegado a la pista por su lado de abajo. Yo lo conocía de las varias veces que había ido a ver Monterroso, corta a la que también se podía acceder desde el vatse del Arganza, opción esta que nunca utilicé pues requería el uso de un vehículo para llegar a Las Defradas y luego subir andando y yo en aquella, como ya sabéis, no disponía de coche.
Todavía se veía la gruesa pilastra de planta cuadrada y con cerca de tres metros de altura, pero ya no había restos de la plataforma de madera que lo cubría y sobre la que se colocaban los truébanos. Tal dispositivo evitaba que el osu pudiera llegar a ellos. Para hacerlo los paisanos utilizaban la siempre útil escalera de madera. El único inconveniente es que la plataforma no podía contener tantos truébanos como el de un cortín normal.
Robert Chevet, el adulto, tuvo la delicadeza de enviarme cuatro fotos hechas por él durante aquella corta pero aleccionadora excursión.
Volví a ver el talameiro, esta vez en compañía de J. Naves, otro apasionado de la etnografía relacionada con el osu. Él y G. Palomero tenían una beca del ICONA para realizar estudios sobre el osu. Palomero "medró" y acabo creando la Fundación Oso Pardo, que aún sigue funcionando gracias a subvenciones de la U.E. Naves había contactado primero con el Cuelmu y luego conmigo. Tuve reticencias al principio pues a pesar de estar trabajando yo para el Principado, siempre tuve desconfianza de las personas vinculadas a la Administración y sobre todo al ICONA, pero Naves solo mostraba interés por la cultura apícola y por eso lo lleve a ver el talameiro. Desde aquí le pido disculpas por mi desconfianza inicial.
De vuelta a su coche me propuso acercarnos al pueblo de Combu donde conocía a un paisano , para que nos dejara ver unos peculiares recipientes para la miel. Y tuvimos suerte porque ya cerca del pueblo nos encontramos con su conocido, atareado con un cabrito que se comportaba de un modo extraño. Despues de saludarnos le pregunté que le pasaba al cabrito y él me dijo que los padres eran familia (padre e hija) y él había nacido con alguna deficiencia.
Quedé alucinado con los recipientes, ¡grandes no, grandísimos!, unos recipientes de madera, de una sola pieza. Un grueso madero pulido y con su interior excavado y creo recordar abiertos por arriba y provistos de una tapa. Nunca había visto y no he vuelto a ver algo como aquello y en otros puntos del concejo nadie recordaba algo parecido. Nunca me había imaginado que la miel se pudiera almacenar en recipientes de madera.
Recuerdo que de niño, en Mual, se utilizaban botellas de cristal y del inconveniente que ello solía provocar. La miel de los truébanos tiende a solidificarse muy rápidamente, una vez que se acaba el verano o el frío aparece bruscamente. La de colmenas modernas también lo hace si proviene de explotaciones rurales no muy intensivas. Por contra la miel comercial casi nunca lo hace.
La botella tiene una entrada, o salida, muy estrecha y cuando la miel o mejor dicho sus azucares, cristaliza y se solidifica no había manera de sacarla, tenías que ponerla al baño maría y dejarla cerca de la cocina para que el calor le impidiera repetir el proceso, en fin todo un engorro. Luego se acabó metiendo en tarros en los que puede entrar sin problemas una cuchara para sacar la miel.
Pero antes de la llegada de las botellas de vidrio, ¿donde se almacenaba la miel?. En zonas donde hubiera alfarería podría haber recipientes idóneos para ello, pero en las zonas altas del Narcea y sus afluentes no la había. La más cercana estaba en Tsamas del Mouru, la celebre cerámica negra, que no llegaba a esos lugares. En ellos la mayoría de los útiles, objetos y aperos de labranza eran de madera, por lo que es lógico suponer que los de miel no fueran una excepción.
El Ríu del Coutu es, de todos los valles de Cangas, el que permaneció durante más tiempo con problemas de comunicación. Desde Auguera (Agüera del coto) hasta cerca de La Viña hay un impresionante desfiladero, justo donde desagua el Vatse Cabreiru (l´Artosa), que mantuvo muy aisladas las partes de más arriba del valle. Recuerdo de muy joven pasar por la carretera y ver en Monesteriu a una anciana mirarnos con cara de asombro, señal de que no serían muchos los coches que había visto en su vida.
Y es precisamente este aislamiento el que hizo perdurar la existencia de utensilios que en otros sitios ya hacía tiempo que habían desaparecido.
Con todo el Couto era un lugar muy apropiado para la producción apícola. No era tan húmedo como las partes altas del Narcea y sus afluentes, lo que motivaría un mayor uso de este recurso.
Me gustaría volver a ver recipientes como aquellos de Combu y sería una pena que acaben desapareciendo, como está pasando con los cortines y otras joyas de la arquitectura tradicional. Hay documentada en una braña de Combu la existencia de una cabana cubierta con pequeñas tablas de madera, a modo de losas, y bastante bien conservada. ¡Algo único!.
Y centrándonos en la mina de Monterroso lo primero que hay que decir es que el nombre está sacado de los mapas topográficos en donde aparece como tal. Siempre he procurado obtener los topónimos reales de cada sitio, pero en aquellos parajes era muy difícil toparse con lugareños que me los indicaran, y luego en los pueblos había tantas cosas que preguntar y anotar que se me pasó y acabe aceptando ese nombre.
Monterroso. Foto Google

Pero este no era el nombre popular, que tal vez fuera El Caborno ya que el vallecillo que nace al pie de la corta y baja hasta el Arganza se llama Regueiru Caborno. Conocemos al menos otro Caborno, relacionado también con la minería aurífera y que parece ser una variante del topónimo "cabuerco", que a su vez lo sería de "cárcaba" (en castellano "cárcava"), toda una familia de bellos topónimos que luego veréis ampliada con la explotación de Veigaipope y otras y que suelen estar relacionadas con la minería a cielo abierto del oro, aunque evidentemente algunas sean de origen natural.
Regueiro Caborno, coronado por Monterroso y el Cogotsu. Foto Google

Monterroso o El Caborno es como una gran cantera en la que se extrajeron bloques de roca que luego fueron triturados, molidos, tostados y finalmente lavados. Aquí, como en el resto de grandes cortas de roca pura, es más que probable que en la molienda del mineral se utilizaran grandes moteros o artilugios de molienda movidos por la fuerza del agua, no utilizándose, al menos a gran escala, las cazoletas y molinos de mano documentados en otras cortas, también de roca pura pero de dimensiones más modestas, como las ya mencionadas de Pino del Oro. Los de mano se utilizarían de forma puntual y sobre todo en las múltiples prospecciones o cortas más superficiales que abundan por todo el entorno.
Detalle de El Caborno. Foto Google

Aparte de los grandes cortados que se pueden ver acercándose uno a la parte superior de los frentes de corta, esta explotación destaca por su infraestructura hidráulica.
Como en otros muchos casos los técnicos mineros no evaluaron correctamente la riqueza de la explotación, claro que teniendo en cuenta que no disponían de la tecnología prospectora actual, que permite taladrar muchísimos metros en el suelo y extraer muestras para evaluar su riqueza, era la propia explotación la que, a medida que avanzaba, iba mostrando esta. Ademas no les quedó otra que actuar como hicieron.
En "el Campo La Veiga" a 1.114 m. de altitud, los técnicos establecieron un embalse colector alimentado por tres canales. Dos le venían del Oeste, por debajo de Penas Altas y Penas Juntas.
Embalse colector en el cutsau Campo La Veiga y canales que lo abastecían. Foto Google

La "Antigua del Vatse Cabeiro" viene del lado del Arganza y llegaba como mínimo al cauce principal del Valle de La Forquina, que fue hasta donde yo la recorrí, con una nivelación perfecta en todo este trayecto y con alguna parte afectada por el paso del tiempo y su conversión en camino.
Desconozco el nombre de la antigua que le viene del lado del Coutu, en peor estado y que posiblemente esté relacionada con el embalse de "Pozu de Monesteriu", situado encima de la "Braña de La Sietsa" que captaría los regatos y fuentes del Arroyo de la Braña Nueva. Obviamente no hay relación con el "Pozu de Mujeres Muertas", no muy distante, pues está a menor altitud.
Un tercer canal le venía de las faldas del "Cogotsu", imponente pico, el más alto de todo el entorno, y que a 1.420 m. de altitud preside todo este lugar.
En el centro Campo La Veiga y sus canales: a la Dcha Antigua del Vatse Cabeiro y a la Izda la de la falda del Cogotsu y el canal emisario Antigua de La Branietsa. Foto Google.

Del embalse colector salía un nuevo acueducto, también en perfecta nivelación, la "Antigua Branietsa", que acercaba más el agua a la explotación y que embalsaba en el "Campo Caborno" un cutsáu en el cerro que divide el "Vatse Las Corradas" del "Regueiro Caborno", del que salía un canal que atacaba , más allá, la primera fase de la corta, y algún ramal previo para zonas más bajas.
En rojo Antigua del Vatse Cabeiro y Campo La Veiga. En azul Antigua Branietsa y Campo Caborno. Foto Google

Las cortas demostraron que la roca de encima seguía teniendo buena "ley", por lo que los tecnicos tuvieron que diseñar una nueva infraestructura hidráulica. El problema es que de la parte occidental de la sierra ya no había posibilidad de utilización pues el cutsáu del Campo La Veiga la cortaba a su altitud.
Por el lado oriental la sierra repetía el problema, el cutsáu "veiga La Braña", situado encima de la Braña de La Viña esta a 1078 m. de altitud, cortando la posibilidad de aporte de agua de esa zona para El Caborno.
Los romanos disponían de tecnología para que el agua subiera, los sifones utilizando la ley de los vasos comunicantes lo hacían y se utilizaban en los acueductos que suministraban agua a las ciudades, pero nunca, que se sepa, se utilizaron en el cielo abierto aurífero.
El único terreno que quedaba por encima de la progresión de la corta y que fuera utilizable era el del Cogotsu y los técnicos mineros optaron por una original solución. Partiendo de las zonas que se pensaban cortar se trazo un acueducto circunvalando el Pico Cogotsu: la "Antigua del Cogotsu" que a unos 1.200 m. de altitud va abrazándolo sin detenerse a modo de cinturón.
Antigua del Cogotso del lado del Coutu

Con este complejo quedarían atrapadas las fuentes y las aguas que cayeran por encima del cinturón (una extensa superficie porque el pico no termina en pico sino que se prolonga lateralmente un buen trozo). Una obra de ingeniería con una inclinación milimétrica, tanta que cuando la recorrí, solo por su parte del Coutu porque era larguísima, en muchos tramos era difícil determinar hacia que lado circularía el agua. Los embalses o sus restos nos ayudaran a saberlo.
La Antigua del Cogotso dirigiéndose por el lado del Coutu hacia enfrente del Campo La Veiga y embalsar.Foto Google

La Antigua del Cogotsu encauzaría la mayor parte del agua captada hacia la parte del Coutu cercana a la corta, esta parte del canal es mucho más larga que la que discurre por la ladera del Arganza. poco más allá de la Fonte del Regueirón y cerca del Campo La Veiga, aunque a mayor altitud y otra vez en el deslinde Coutu-Aganza hay un precioso y amplio embalse perfectamente conservado de 60 X 10 metros, con una profundidad actual de 2 metros y que en su día debio de ser mayor. De él salen varios emisarios hacia diferentes puntos de la corta, que está allí mismo.
Principales embalses del Caborno: 1-Campo La Veiga.  2-el medido y otros provenientes del Cogotsu.  3-los dos del lado del Arganza.  4-Campo Caborno. Foto Google

Una parte de este canal cambiaría de dirección y embalsaría y atacaría la corta desde el lado ya del Arganza, en donde estaría ayudado por otro canal.
En el deslinde Coutu-Arganza; pero por encima de Veiga la Braña la Antigua del Cogotsu cambiaba sus direcciónes, una hacia el embalse medido, por el lado del Coutu y la otra hacia la corta por el lado del Arganza. Foto Google
canales que atacaban Caborno desde el Lado del Arganza

Pero no finalizó ahí el laboreo pues la zona aún prometía. Se trazo un nuevo canal hasta un poco más allá del Regueirón, con un embalse, en parte desaparecido y situado a mayor altitud que el anterior. También parecía llegarle agua a traves de otro canal, pero es más dudoso porque bajaría muy pendiente, procedente del "Portitsín", donde nace el Regueirón y que no me dio tiempo a visitar, pero en el pueblo me dijeron que era un lugar hondo y ancho.
En el centro El Portitsín, detrás el alargado pico Cogotsu 

Algunos especialistas antiguos que visitaron El Caborno y otras explotaciones auríferas, creían que las labores se iniciaban arriba y luego irían descendiendo conforme iba bajando la altitud del terreno. Hoy ya casi nadie defiende esta idea y todos opinan que se haría de abajo hacia arriba. En las propias cortas hay ejemplos que apuntan en esta dirección.
Aquí cerca de los últimos frentes de corta, auténticos farallones rocosos, ha quedado un picueto, un teso testigo de como era el relieve preexistente y en el que se ve claramente los restos de un canal que venía de una zona que hoy ya no existe porque fue cortada. Si la corta fuera bajando debería contarse con todo el trazado del canal. Lo lógico es pensar que avanzaría hacia arriba y que el canal quedaría fuera de servicio cuando se cortó por encima de él.
No nos cabe duda alguna que El Caborno proporcionó una gran cantidad de oro. Así que, una vez terminada su explotación, los mineros se afanaron en prospectar a fondo el entorno del lado del Coutu, para saber si era rentable iniciar alguna gran corta. Dan fe de ello no menos de tres zanjas, estrechas, profundas y muy alargadas en sentido vertical, a ambos lados del Regueirón y que utilizarían agua de los canales del Cogotsu.
También se laboró algo en la parte más cercana a Monterroso e incluso en el Regueirón, abajo, en el medio y arriba hay restos de auténticas explotaciones, que no profundizaron demasiado y que les convencieron de parar ahí.
Cortas y prospecciones enfrente de la Braña La Folgueirosa del lado del Coutu (Ríucastro). Foto Google
Cárcaba del Regueirón cortas superficiales en primario y secundario. Ríucastro.Foto Google.
Posiblemente se excavara algo esta vatsina del Vatse de Las Corradas, por su cercanía a Monterroso. Foto Google.


4/02/2020

El Monte y el guía de Munietsus 36


Pensad, por ejemplo, en un curso de agua no muy caudaloso en donde el agua discurriera sobre la roca y en donde existieran, sucediéndose unas a otras, una serie de pozas en la misma roca, no muy grandes pero con un hueco muy marcado. Por encima de la primera de ellas, bajando, se iría vertiendo el mineral triturado y el oro iría quedando, por su mayor peso, en el fondo de los hoyos, sin necesidad de tener que usar ningún otro elemento que lo retuviera.
¿Conocéis algún sitio así?, yo conozco varios. Uno de ellos, además, está en las cercanías de una explotación aurífera de época romana y no muy lejos de otras dos. La más cercana está hecha sobre roca y a sus pies aún hay grandes y medianas rocas sueltas, sin duda los estériles de la Corta.
Descubrí las pozas de forma casual, buscando un sitio donde poder bañarme en el caluroso verano de Tsaciana. Aquí los ríos no bajan mucha agua. En el que baja de Caguatses d´Arriba, procedente del vatse de La Veiga´l Palo y del de La Cutsada o Puertu de Zarreu (Cerredo), no hay buenos sitios y encima el agua bajaba muy sucia y contaminada por las minas de carbón y lavaderos que entonces existían.
Mi compi, o novia como entonces se decía, y sus hermanas me hablaron de un sitio: La Sierra, donde el agua bajaba más limpia y donde había algo de pozo, no para nadar mucho, pero al menos si para chapuzarse, justo lo que yo buscaba.
Sabía por mis amigos de Xedré que más abajo de Vitsablino, en los pueblos del Sil, si había buenos pozos, donde se bañaban los lugareños y ellos mismos cuando iban a Vitsablino y el sol cascaba de lo lindo. pero como yo no tenía coche ese sitio me quedaba muy lejos.
Pero es que La Sierra quedaba muy cerca, casi a tiro de piedra. Había que coger en el puente de Caguatses d´Abaxu la carretera que sube al Puertu (Tseitariegos), en dirección a Cangas. Tras unos 500 m. la carretera describe una cerrada curva a la derecha, a la que en su inicio le salía un camino a la izquierda en dirección al río que baja del corto valle de Tseitariegos y del más largo de Valdepila. Unos metros más allá hay un puente y luego La Sierra, un edificio amplio donde en su tiempo habría una serrería hidráulica y luego transformada por la M.S.P. en una central hidroeléctrica.
Construcciones de La Serrería. Enero 2020
Interior de La Serrería totalmente desvalijado. Una pena porque podía haberse utilizado como Museo de nuestra historia reciente. Enero 2020
El carbón con sus pros y sus contras ha modelado la cultura de la actual Tsaciana y este era un buen lugar para dar testimonio de ello. Enero 2020

 Junto a la serrería había una fuente con abrevadero. Por cierto, ¡Que bellas fuentes hay en ambos Caguatses!, todas de la misma Factura.
Fonte cercana a la Capilla del Cristo. Caguatses d´Abaxu. dic. 2019
Fonte de Caguatses d´Abaxu en la esquina entre la Calle Real y la Calle Cano. Dic. 2019
Salida de Caguatses d´Abaxu hacia Vitsablino. Dic. 2019

Para beber las personas., el agua sale en alto por una boca metálica y a sus pies una preciosa piedra con algo de pocillo y un canalillo que conduce el agua a un estanque circular que servía para que el ganáu también saciara su sed. Todo ello hecho con piedra lo que acentúa su encanto. Y luego está el sabor de aquella deliciosa agua fresca.
A la entrada de Caguatses d´Arriba, calle Real, fonte de reciente construcción. Dic 2019
Esquina entre Calleja la República y calle F. Garcia Lorca. Caguatses d´Arriba. dic. 2019
Esquina entre calle La Bolera y calle Real. Caguatses d´Arriba. Dic. 2019
Al lado de la iglesia de San Miguel Arcangel. Caguatses d´Arriba. Dic 2019
Esta de Caguatses d´Arriba, en la carretera, es distinta, ha sido restaurada recientemente con muy buen gusto. Dic. 2019
De reciente construcción es también esta de Caguatses d´Abaxu. Dic. 2019
El agua de las fontes ya no procede de sus antiguos manantiales, las de Caguatses d´Arriba provienen de la vatsina señalada. dic. 2019

Subiendo a La Sierra, al poco del puente, hay una preciosa de la que he bebido en incontables ocasiones, mucho más bonita que la de La Sierra, además esta última es más reciente y hecha con ladrillo y cemento. Pero también se agradece esta para echar algún trago entre chapuzón y chapuzón pues el agua sabe muy bien.
Fonte cercana al puente de Caguatses d´Abaxu
Fonte de La Sierra, a pesar de su aspecto el agua tiene muy buen sabor.Diciembre 2019

¡Ah, cuántas horas de mi niñez y de mi juventud he pasado a la vera de un río!. Antes que nada he de confesar que siempre he preferido el agua corriente del río al agua, más o menos mansa, del mar.
Cuando bajamos a vivir a Cangas, el Ríu Narcea aún presentaba un aspecto bastante saludable. Recuerdo a mi padre decir que por las noches, frecuentemente, oía los sonidos que emitían las Tsóndrigas (nutrias) ya que vivíamos en la Cuesta La Vega, cerca del río. Todos sabemos que estos mustélidos solo viven en ríos limpios y con poca contaminación.
Pronto, acompañado de mis hermanos-as, empezamos a frecuentar el Pozu del Curral. Allí el río, favorecido por un remanso y una vallada de piedras que todos los veranos entre todos los asistentes conseguíamos restaurar, había un buen pozu. Pasaba por encima de él un pontigo metálico, un puente estrecho y alargado, solo para uso peatonal. Nada más cruzarlo el camino se bifurcaba, un ramal río abajo llevaba a Oubanca, y otro, río arriba a unos praus.
Junto al pozu había un arenal y una zona rocosa donde también había una especie de cuencos, más o menos grandes, donde nos sentábamos antes y después de bañarnos, pero sin relación alguna con la minería aurífera que yo sepa.
Fue en este pozu donde aprendí a nadar, aunque más que nadar lo que yo hacía era mantenerme a flote. Yo no tuve a nadie que me enseñara así que desarrollé la forma instintiva que cualquier animal posee para flotar y desplazarse por el agua y que vulgarmente conocemos como "estilo perro", con la cabeza siempre fuera del agua y moviendo sin parar los brazos y piernas, justamente como hacen los perros.
En Mual ya había ido alguna vez al río, pero allí había que andarse con mucho cuidado pues si te pillaba un mozo te tiraba al medio del pozu, supieras o no nadar, y solo cuando veían que no te defendías del todo iban y te sacaban, pero pasabas un trago, nunca mejor dicho, bastante angustioso. Así que lo normal es que vieras como se bañaban los mayores siempre a una prudente distancia, contentándote tú con chapotear en alguna pequeña poza. Se iba entonces al Pozu Saturno, debajo de la vallada del mismo nombre, a la que íbamos por la Ponte Fonsu en dirección a La Chalga y antes de iniciar la ascensión a esta. Los que vivían en El Cascarín cruzaban el ríu por un puente que había junto a Casa Abel (donde se celebraron durante unos años las verbenas de San Xuliano) y luego bordeando el prau que había, en nada llegaban a él.Pero recuerdo oír hablar de que antes se iba a un pozu en el Trabanco, en el desfiladero o estrechamiento del valle entre Mual y La Venta y que movido por la curiosidad fui a ver un par de veces y que probablemente se dejó de utilizar por encontrarse un poco alejado del pueblo.
De todas formas era normal que los pozus fueran cambiando de lugar porque estos ríos de montaña tienen una gran fuerza erosiva, sobre todo en invierno y dejan inservible uno o crean otro nuevo en muy poco tiempo. Por eso se solían utilizar los pozus que se creaban debajo de las valladas. Las valladas, que en otros sitios llaman banzáus o estacadas eran unas barreras (en realidad habría que hablar más bien de elevaciones) que se hacían en el lecho del río para desviar parte de su caudal y regar los praus cercanos. Aquí en Mual había alguna vallada espectacular, como la del Palenque, con una pared de madera de más de siete  metros de altura, y digo había porque el ríu la ha roto. Algún día os explicare más a fondo el tema de las valladas.
Luego en Cangas se empezaron a poner de moda dos pozus en Chanu (LLano): El Pozón, que está debajo del puente romano y el que estaba en el Arenal, muy cerca del anterior. A solo dos kilómetros de la Villa, Narcea arriba, se convirtieron en la "playa" de esta.
Eran dos pozus grandes pero tenían el inconveniente de estar muy frecuentados y mis amigos y yo solíamos ir por las tardes cuando la afluencia menguaba y tomarnos una cerveza con casera, ambas de litro, si juntando el dinero que tenía cada uno llegaba para ello, algo que solo ocurría de vez en cuando.
Pronto encontramos una alternativa mucho más entretenida que estar sentados al sol, ver algún cuerpo bonito de chica, ver a algún "valiente" tirarse desde la ponte o darnos esporádicos chapuzones.
El Pozón estaba aumentado por La Estacada, un banzáu de hormigón que actualmente, como el de Munietsus, está roto por la virulencia del río. De la Estacada salía un canal de agua que iba a alimentar a una pequeña central hidroeléctrica cercana a los dos puentes del Cascarín de Cangas. Tenía la anchura y profundidad suficiente para nadar en él, eso sí en fila de a uno y a favor de la corriente. De 1,5 km. de longitud tenía algunos tramos cubiertos de espinos y otros totalmente despejados.
Empezamos realizando algunos tramos sueltos y acabamos realizando todo el trayecto, hasta un poco antes de su final. Subíamos andando a la vera del propio canal o por la carretera hasta Chano, cogíamos el inicio del canal y ¡al agua patos!, bajando relativamente rápido. En los sitios donde había espinos solíamos salir del canal y sortearlos andando, aunque también se podían evitar buceando por debajo de ellos, pero había que calcular el tiempo de la inmersión. Recuerdo una vez que saqué la cabeza antes de tiempo y que los espinos me la sujetaron, acabando con las piernas canal abajo, en una situación realmente comprometida y ciertamente dolorosa de la que salí volviendo a sumergirme y buceando un buen rato hasta que creí superado el obstáculo. Como recuerdo tuve durante unos días unos arañazos en la cara, especialmente en las narices. Hubo días en que no satisfechos con hacer una vez el recorrido, volvíamos a subir otra vez a realizarlo una segunda vez.
Era un ejercicio físico estupendo y muy entretenido y que a mí, personalmente, me sirvió para sobrevivir a un accidente que tuve más adelante.
Dicen que la mejor manera de enfrentarse a los demonios interiores que nos carcomen es sacarlos fuera y exponerlos a la luz para que esta los acabe disolviendo. Con esa finalidad os contaré lo ocurrido.
Había subido a Mual un fin de semana con mi padre a arreglar las presas de un prau que teníamos en La Cutsada. Para volver a Cangas yo lo hice con un primo mío, Milio, que hacía poco se había comprado un coche y con tres primas más. Como no había más sitio en el coche , mi padre tuvo que volver en autobús teniendo que bajar andando hasta La Venta a cogerlo.
Debía de ser invierno, yo llevaba puesto una gruesa zamarra y el Narcea llevaba un caudal impresionante y muy turbio pues llevaba varios días lloviendo a mares. Bajábamos charlando animadamente. Mi prima Pacita estaba estudiando en el Instituto de Cangas y paraba en mi casa. Su hermana mayor, Clarina, vivía en Mual y bajaba a Cangas a salir por la villa, creo que era domingo o sábado, no recuerdo bien , y mi prima Marujina, estaba parando con mi familia y aprendiendo a coser con mi madre.
Un poco más abajo de La Riela (La Regla), cerca de Cangas, mi primo fue a cambiar de cara la cinta de música que sonaba en un radiocassette manual y se despisto un rato de la conducción. Yo vi que el coche se acercaba al borde de la carretera, pero cuando grité ¡cuidado! ya era tarde, recuerdo como una roca rozando los bajos del coche y luego un rato de confusión total. un golpe que recibí en la cabeza hizo que de forma instintiva me enroscara como un ovillo, en posición fetal.
Cuando recobré la conciencia me encontré dentro del coche, en medio del río, rodeado de agua por todos los lados. El agua había entrado en el coche pero no se veía nada, con las manos tanteando encontré la manivela de la ventanilla. Como en una dirección estaba dura le di en la otra hasta que se volvió a poner dura, asomé la cabeza por el hueco y la fuerza de la corriente me sacó del coche.
Dicen algunos que cuando estás al borde de la muerte desfilan por tu mente, rápidamente, escenas de tu vida, ¡patrañas!, durante todo ese rato solo paso por mi mente el recuerdo de alguien que había caído al río y que había conseguido salir del coche dando cabezadas contra los cristales hasta romperlos y también recuerdo haber succionado voluntariamente algo de agua pero sin saber por qué.
Seguía sin ver absolutamente nada y hubo un instante en que me dejé ir, dejé de patalear y de moverme y me sentí invadido por una gran paz y un gran relax. pero fue solo un momento porque al instante el instinto de supervivencia se puso de nuevo en movimiento.
Como no acababa de salir a flote me quité la zamarra que aún llevaba puesta e incluso intenté quitarme el pantalón, pero intuyendo que no me daría tiempo volví a patalear con todas mis fuerzas y entonces salí a flote.
Fue como una violenta explosión de luz y sonido, la sensación más fuerte que he tenido en toda mi vida, como un nuevo nacimiento, pero sintiéndolo con pleno conocimiento. Dentro del agua no había luz ni sonidos, no había ni abajo ni arriba, ni derecha ni izquierda, ni... Ahora el sonido era aterrador y la luz y los colores eran casi dolorosos.
Habíamos caído en el margen izquierdo del río, pero yo estaba más cerca de la otra orilla. Mantenerme a flote no era un problema pero tenía que salir cuanto antes. Acercándome más a la orilla fui agarrándome a todo lo que podía, me aferraría hasta a un clavo ardiente y no lo soltaría aunque se me achicharraran las manos.
Las primeras ramas se rompieron pero al final hubo una que resistió, me así a ella y me impulsé hacia afuera del agua, había algo de rampa y para subir por ella utilicé mis manos como zarpas, no las sentía y las enterraba en el suelo una y otra vez hasta salir a un camino.
Cuando llegué arriba estaba del todo desconcertado, sin saber que hacer. Desde el otro lado del río varias personas me hicieron señas para que tirara río arriba en dirección al pueblo y así hice. No pensaba en nada, solo sentía un profundo miedo al río, del que me alejaba todo lo posible. En la primera casa de La Riela vi que alguien se metía en una corte, pensé que se había asustado al verme, entré detrás de él y le pedí que me ayudara porque me había caído al río. y vaya si lo hicieron, al calor de la cocina me quitaron la ropa que tenía puesta y que no cesaba de pingar y me pusieron otra.
El resto fue una paulatina vuelta a una dolorosa y atroz realidad. A mi primo Milio lo habían sacado del río varias personas que venían detrás de nosotros y que habían presenciado el accidente. Pero ninguna de mis primas sobrevivió, incluso el cuerpo de una de ellas tardamos varios días en recuperarlo.
Las desolladuras de mis dedos tardaron varios días en curar pero el impacto emocional tardó más en amainar y creo que me marcó de por vida. Experimentaba, además, un sentimiento de culpa por estar vivo, yo vivo y mis primas muertas.
Durante un tiempo sentí un profundo odio por el río, rehuyendo cualquier contacto con él, pero yo era muy joven y el tiempo, dicen, que lo cura todo, tal vez sea cierto. "con el tiempo , ya , todo se va" canta Amancio Prada, unos versos del anarquista francés Leo Ferré.
Ninguna de mis primas sabía nadar, yo sí y además aquellas largas travesías por la presa de Chanu me habían familiarizado con el agua y me habían dotado de una gran resistencia.
Más tarde acabé volviendo al río, pero ya no al Narcea porque estaba muy contaminado. Muchas minas no tenían balsas de decantación donde se sedimentaran los posos de carbón y el agua de los lavaderos se vertía directamente al río. Era un dolor ver los ríos de Cangas y en general de toda Asturias, convertidos en "cloacas" en movimiento. Luego por imposición de la U.E. (Unión Europea) cualquier población con más de 2.000 habitantes, o su equivalente si existían industrias, tenía que poseer una planta depuradora de agua y las cosas mejoraron poco a poco.
Entretanto mis amigos y yo nos desplazábamos, con alguno que poseyera coche, al Ríu del Couto, donde no existían minas de carbón. Recuerdo ir varias veces a un pozu  que había por debajo de la pista que iba a Combu. No era un gran pozu pero valía para chapuzarse y el agua estaba muy limpia.
En Mual tampoco había minas, pero el sitio para bañarse había cambiado. Se iba al Pozu´l Pinche en Panzaleitsas, en dirección a Munietsus, a poco más de 1 Km. del pueblo, junto a unos praus donde tomábamos el sol y jugábamos partidos de fútbol.
En Cangas tras la utilización de un pozu por debajo del antiguo matadero, favorecido por una mejora en la calidad de las aguas del Narcea, y al que fui un par de veces, se ha readaptado la Presa del Práu´l Mulín (que antiguamente abasteció a un mulín y posteriormente a una central hidroeléctrica, que es desde donde disparan  las máquinas los voladores de la célebre descarga del Carmen. Es como una piscina fluvial, al llenarse la presa con agua del Ríu Tsuiña, cerca de su unión con el Narcea y al lado del puente romano, llamado así pero que en realidad es de factura medieval, pero precioso y en el que se puede pasar por debajo de alguno de sus "ojos".
Más recientemente se están mejorando los accesos al "Pozón" de Chanu, donde se van a poner mesas y bancos, al tiempo que se ha hormigonado ya el camino que une Chanu con Santolaya y que luego continúa hasta Ambasaguas, lo que sin duda revitalizara la "playa" de Chanu.
Volviendo a los hoyos o pozas de La Sierra de Caguatses d´Abaxu, estos son realmente espectaculares. En una de ellas si te sientas el agua te llega muy arriba. Están como lijadas por el agua, con una superficie totalmente lisa.
Afea su estampa un muro adosado por el lado occidental que serviría para que el agua no se saliera por ese lado y es posible que tal vez los romanos poseyeran uno similar para regular el caudal del lavadero, porque en invierno y primavera este río baja bastante caudal, que también era aprovechado por un mulín existente por debajo del puente del pueblo, abandonado cuando el bum minero y recientemente restaurado y abierto a las visitas, al igual que la mantequería de Sousas de Tsaciana, como ejemplos de actividades tradicionales que no deberíamos olvidar.
Pared pegada a las hoyas. Dic. 2019
Zona de los hoyos, invisibles por la gran crecida de diciembre de 2019

Por encima de los hoyos el agua también discurre sobre roca madre pero lo hace por una especie de canal, que el denso matorral existente impide analizar.
Zona por encima de los hoyos. Dic. 2019

Los romanos ya se encontrarían con estas formas naturales y ¡listos ellos!, decidieron utilizarlos como lavaderos pues solo tendrían que triturar y tostar el mineral en el entorno mismo de la corta y luego transportarlo al lavadero natural que está muy cerca y en donde solo habría que agitar lo depositado para que solo se quedara en ellos el oro.
Altu del recietsu, hasta donde ascienden las cortas, vista general, ladera de Ferrera. Caguatses d´Abaxu.  foto Google
Cortas en primario cuyo mineral sería lavado en los hoyos de La Sierra. Foto Google
Ídem anterior
Ídem. Dic. 2019

Mas dudoso es que otra corta situada algo más arriba y otra situada más abajo, el Couso de Las Trapietsas, tuvieran relación con este lavadero pues en ellas parece ser que se lavó terrenos más sedimentarios.
Última corta de Ferrera, sobre yacimiento secundario. Foto Googe.
El Couso de Las Trapietsas. Caguatses d´Abaxu, yacimiento secundario. Enero 2020

Casos de bateo manual se han documentado en Pino del Oro, Zamora, que tenía pensado visitar este otoño del 2019 pero que problemas de salud me lo han impedido. Allí se ha excavado (arqueológicamente) y puesto al descubierto muchas cosas y se ha creado una ruta para visitarlo.
La imposibilidad de utilizar en Pino del Oro el agua como fuente de energía fundamental hizo que las cosas fueran diferentes. Mediante trincheras se cortaba la roca que contenía filones de oro, a puro pico y pala como se suele decir. Se troceaba y tostaba el mineral y luego sobre cazoletas abiertas en roca madre se trituraba el mineral utilizando molinos manuales de piedra, pero no a golpes si no haciéndolos rodar sobre el mineral hasta convertirlo en puro polvo. Es sorprendente el elevado número de cazoletas que se han puesto al descubierto ya que tras ser utilizadas una y otra vez acababan por quedar inservibles.
El mineral triturado era luego bateado a mano, utilizando agua de un regato cercano. esta técnica era la ideal para cortas pequeñas y muy ricas en oro y puede que para zonas también muy ricas pero con mayor volumen de mineral se llegaran a construir lavaderos de piedra, con sucesivos estanques con forma de hoyos que fueran reteniendo el oro.
En la tesina mencionaba El Castro de Chanu como un lavadero de este tipo con al menos dos encintados de estanques en torno a la parte de un teso. Están en una zona pendiente y los estanques son circulares, con una altura conservada, entonces, de varios metros por su parte de abajo, mientras que por arriba están a nivel con la ladera. y una anchura de tres metros, e incluso más, todo construido con una gran perfección. Cada encintado tenía los estanques unidos por una especie de muro no muy ancho.
Por encima de ellos en el foso del teso, un castro dormitorio donde se recogerían los útiles necesarios, hay como embalses con muretes y canales de distribución del agua. El agua le vendría del regueiro cercano al teso y de un embalse "la Plaza los Moros", situada en una chanada por encima y más contra La Riela. El mineral vendría del "Ganzalón", donde hay restos de minería de interior, y de una larga bocamina que no pude localizar, todo en roca pura.
El buen estado de los supuestos estanques hay que relacionarlo con el bosquete de castaños que hay sobre él y que a pesar de ser talados no cesan de rebrotar, sujetando con sus raíces el suelo. Ello contrasta con el resto del entorno en donde , hacia ya unos años, un grupo de vecinos instigados por una mujer (medio bruja según algunos) estuvieron escarbando en busca de un tesoro, llegando a utilizar hasta dinamita y destrozando muchos restos que había en el regueiro. Hay incluso un estanque de la zona inferior reutilizado como una "corripa", construcciones populares de las que ya os hablaré en otro momento.


La Ruta a Las Tsagunas 36 El bosque mixto 2. Los Tsagozos.

Ladera derecha de Los Tsagozos, un bosque mixto en donde hasta parece que hay alguna faya. 27 julio 2.018. Nos preguntábamos en el capítulo ...