6/27/2020

El Monte y el guía de munietsus 40

Munietsus desde la Carretera que sube al Puerto del Counio. Julio 2017

La utilización de la tsande en la alimentación de los animales domésticos es muy posterior al de su consumo por nuestros ancestros y está ligado al largo proceso de neolitización.
A diferencia del cereal, muchos de los animales domesticados sí contaban con congéneres salvajes, repartidos por toda Europa y también por nuestra zona, que hicieron surgir una predomesticación autóctona, completada más tarde con la mezcla con animales provenientes de los primeros focos neolíticos, en una difusión lenta pero imparable.
Toda la cabaña ganadera (bovina, caprina, porcina...) consume tsande si la tiene a su alcance, como dice el refrán: "a nadie le amarga un dulce", pero sin duda es la porcina la que se lleva la palma.
La domesticación del xabaril se dió de forma autóctona en aquellos lugares donde existía y el proceso se reforzó al mezclarlos, más tarde, con gochos procedentes de los satélites del Creciente Fértil.
En la Península Ibérica su evolución dio lugar a dos grandes grupos: las denominadas razas celtas ocuparían el Norte y las Ibéricas el Sur. Las llamadas celtas destacan por sus orejas largas, caídas y dirigidas hacia delante y un rabo muy largo sin enroscar y se aplica al porco gallego, el gocho asturiano y a los cerdos Lermeño (Burgos), chato alavés (País Vasco) y Baztán (Navarra).
Esta división entre celtas e ibéricas es un reduccionismo simplista derivado de la interpretación tradicional , y falsa como ya hemos dicho en otra parte, de la composición étnica de las comunidades indígenas : íberos al Sur, celtas al Norte y celtíberos entre ambos. Como las comunidades más norteñas no son celtas lo más lógico sería, aplicándolo a los cerdos, hablar de raza norteña.
Las primeras imágenes conservadas de los cerdos en la Península sí pertenecen a un pueblo prerromano de origen celta, los vettones, asentados en la Meseta y desparramados por las actuales Zamora, Salamanca, Ávila, Segovía, Badajoz, Toledo y parte de Portugal, entrando en contacto por el Norte con comunidades ástures.
Foto: photoAleph

Hablamos de los "verracos", esculturas de piedra donde no solo se ven cerdos o jabalíes si no también toros e incluso parece ser que algún oso, con una antigüedad que va desde el siglo VI a. C. al I de nuestra era. En esta zona verraco hace referencia al cerdo macho reproductor, el equivalente a nuestro "gocho borrón", el único con sus atributos sexuales, ya que al resto, tanto machos como hembras excepto las destinadas a parir nuevos gochos, eran capáos. Por cierto los vettones también vivían en castros como los ástures aunque de mayores dimensiones y con un cierto protourbanismo.
En la localidad abulense El Oso este verraco, un posible oso, está en el origen de su nombre. Foto: photoAleph

Estas representaciones nos hablan del gran papel que los gochos desempeñaban en estas sociedades, algo que sería equiparable al que poseían en las comunidades más norteñas, las que denominamos ástures, amén de cántabros, galaicos, vascones...), importancia que en todos ellos se retrotrae al inicio de la neolitización, cuando la domesticación fue sustituyendo progresivamente a la caza.
En esas primeras etapas la alimentación de los gochos, sobre todo el tiempo de engorde acelerado previo a su matanza, se basaría en la tsande. Los fayucos tendrían poca presencia pues el gran desarrollo de las fayas es posterior, igual que el de las castañas, el otro fruto típico de su engorde, ya que a pesar de que existieran algunos bravos, el gran desarrollo del castaño domesticado es muy posterior, dándose a partir de la Plena Edad Media, siglos X y XI.
La tsande era pues el único, o el básico fruto "barato" y abundante de los existentes.
El gran desarrollo de este tipo de ganadería tiene mucho que ver con su forma de alimentarse. El gran antropólogo norteamericano Marvin Harris, defensor de una antropología materialista, sin nada que ver con la marxista, decía que el hábito musulmán de no comer carne de cerdo (galufo como ellos le llaman), animal prohibido por El Corán, tenía una explicación material: el gocho solo se desarrolla en ecosistemas donde su alimentación no entra en conflicto con la alimentación humana, alimentándose de desechos de esta última (lo que nosotros llamábamos "tsabaza") y sobre todo de abundantes recursos naturales no utilizados directamente por el ser humano y aunque la tsande era también utilizada por este como ya hemos visto, su abundancia era tal que daba para todos.
Alimentar un gocho en los ecosistemas donde originalmente surgió el Islám, Península Arábiga, con un clima y unos ambientes casi desérticos, era un lujo que no se podían permitir dada la escasez de recursos naturales. Habría que alimentarlos con productos vegetales previamente cultivados y teniendo en cuenta que para producir un gramo de proteína animal se necesitaban cerca de diez gramos de proteína vegetal, las cuentas no cuadraban. Era más sensato consumir directamente los productos vegetales, prescindiendo de tan costoso intermediario.
En nuestros valles y montes los gochos siempre han encontrado muchos recursos alimenticios a su alcance. ¿Habéis visto alguna vez un gocho pastando?, yo no guardo ningún recuerdo infantil en el pueblo de Mual con esta imagen. Me tocó nacer en una época de grandes cambios, donde las actividades tradicionales estaban agonizando y algunas ya habían desaparecido. Hacía mucho tiempo que la ganadería porcina estaba estabulada, los gochos ya no salían prácticamente nunca del "currietsu". Yo no había visto nunca un gocho pastar en libertad.
Sería más tarde, cuando desde León, con mi compi y unos amigos, organizamos una excursión. Nos trasladamos en autobús hasta La Uña, un pueblo que queda en el valle de Acebedo, un desvío al Oeste por encima de Riaño. Fuimos andando hasta el valle de Valdosín, donde establecimos el campo base en una cabaña, utilizada solo por los montañeros.
Era temprano y aún quedaban muchas horas de luz, así que decidimos acercarnos al puerto de Ventaniella, cogiendo la pista de tierra sobre la que se proyectó hacer una carretera asfaltada, que pasara a Sobrefoz y Beleño y que afortunadamente nunca se realizó. La niebla empezó a cubrirlo todo y fue una pena porque las vistas desde el puerto del valle de Sobrefoz tenían que ser espectaculares, con grandes bosques de robles y fayas y riscos y majadas, y...
De pronto de entre la niebla, en sentido contrario al nuestro, surgió un caballo al galope, su jinete al vernos le hizo detenerse. Era el brañeiro de Ventaniella, un mozarrón que iba a La Uña en busca de diversión y de compañía. Nos recomendó que no siguiéramos porque no se veía nada y que no nos separáramos mucho de la pista si no queríamos perdernos del todo.
Ya de vuelta a la cabaña aún tuvimos tiempo para visitar un espectacular acebal, muy compacto y con gruesos ejemplares, tan grandes que decían en la zona que en su frescor se guarecía el ganado cuando el sol apretaba en los largos días de verano.
Supongo que ya sabréis la interrelación existente entre zonas sometidas a un pastoreo intensivo y la existencia de manchas de acebales. Obviamente lo primero que tiene que darse es la potencialidad de la zona para albergar de forma natural acebos, algo que prácticamente se da en toda la Cordillera Cantábrica y en sus ramales, en altitudes medias y sobre todo en las altas.
El avance del terreno de pastoreo y la reducción del arbolado sería el segundo paso. El ramoneo del ganado de los arbolillos recientes impide la repoblación de antiguos robledales, faéus y abedulares. Pero el ganado no se atreve con las punzantes hojas del acebo y de esta forma este puede crecer y expandirse, formando, a veces, espectaculares bosquetes como el de Valdosín
En la zona de Cangas, aparte de los xardonales del Ríu La Candanosa de Munietsus y los del Monte´l Gatu, solo conocí uno similar, aunque los xardones no eran tan grandes. Pegado a la Sierra del Pando, en el nacimiento del Regueiro Rucueva en la Fonte Las Andolinas, no muy lejos de San Tsuis del Monte.
Xardonales con masas muy tupidas en las últimas vatsinas (Bedulín, Bovia...) del Ríu La candanosa, cercanas a la Veiga os Trabóis. Julio 2017

¡Ah, qué recuerdos tan emotivos guardo de San Tsuis!. En el pequeño vallecillo, cerca de los grandes cortados existentes en la vertiente derecha entre Ventanueva y La Pescal, con espectaculares cascadas como la de Aguas Blancas y otra más pequeña y cercana a La Venta, había una ermita dedicada a un santo que curiosamente se llamaba como yo.
Encantadora y coqueta ermita de San Tsuis. Afortunadamente se ha restaurado y la romería se ha revitalizado en los últimos tiempos. Foto Wikiloc

Esta ermita, como casi todas las de su género. está un tanto alejada de cualquier núcleo de población y era muy popular en toda la zona del "Ríu Rengos", aunque también era visitada por personas del Naviegu.
Supongo que a todos os suene el tema de las romerías (reunión de peregrinos o romeros, de ahí el nombre). La gente solía hacer promesas de peregrinar a la ermita de un santo-a si salían bien de un trance propio o familiar por el que estaban pasando. Si la  Divina providencia se hacía eco de sus plegarias y el asunto terminaba bien, el personal cumplía con su promesa.
El trance podía ser de tal envergadura que algunos prometían ir andando e incluso, en casos extremos, de rodillas. Pero por lo general estas romerías eran una jornada festiva, un punto de encuentro y de socialización de comunidades normalmente distantes físicamente pero de alguna forma hermanadas. Se comían alimentos que se llevaban preparados, aunque originalmente supongo que se harían allí de forma comunal, se intercambiaban estos invitándose los unos a los otros...
Yo solo fui una vez a San Tsuis, vivíamos todavía en Mual y mi madre, una persona muy creyente, había prometido llevarme a ver el santo si se me curaba una infección de oídos que padecía yo. Y fuimos, mi padre, mi madre, mi hermano Naciu y yo. Alguien nos sacó una foto mientras comíamos, foto que afortunadamente aún conservamos.
San Tsuis, Pilar, mi madre, compartiendo la comida con una vecina de Mual. ¡Qué jóvenes éramos todos!

En ella aparece un angelical Naciu, comiendo como un bendito y al fondo yo, terriblemente "enfurruñado". El motivo es que durante la dura ascensión a la ermita a Naciu, como era el más pequeño, lo habían montado en un caballo, mientras que yo tuve que hacer a pata todo el trayecto y además soportando el "chincha rabiña" que mi hermano cada poco me repetía. Ya sabéis, ¡cosas de nenos!.
Ya en la Villa fuimos a otras romerías: a Santana y a otra de esa sierra cuyo nombre ya ni recuerdo y ¡cómo no! a la más famosa de todo el concejo, la del Acebo, a la que subí andando numerosas veces, aunque casi siempre fuera de temporada porque ya entonces me interesaban más las grandiosas vistas que había desde allí y los caminos y atajos que había que recorrer.
Tampoco fui en temporada a las numerosas ermitas que jalonan la Sierra del Pando, pero sí las vi durante las varias veces que recorrí esta sierra, a la búsqueda de huellas antiguas.
La del Acebo, como la de Carrasconte (Babia-Tsaciana) o la más afamada de Asturias, la de Covadonga, han perdido el encanto que en su día tuvieron y del que yo solo vi sus últimos estertores. Son anodinas, sin personalidad propia. Hay puestos de cachivaches como los que hay en cualquier feria, rastro o mercadillo actual. ya casi no hay comida campestre, ni confraternización grupal, sustituido todo ello por mercado y restaurantes al aire libre.
Carrasconte 15-08-2017. Los negrillos del fondo, la joya botánica de la zona y sin duda lo más interesante del actual Carrasconte
Carrasconte 2018. Vulgar mercadillo que para su instalación ha provocado la tala de numerosos negrillos (ulmus minor) que estaban colonizando la zona, un auténtico atentado ecológico contra una especie que prácticamente ya no existe en ningún lugar de Europa por la pandemia de la grafiosis

Volviendo a Valdosín, al día siguiente, por interés de mis amigos, ascendimos al pico de Peña Ten, un impresionante risco de 2.142 m.de altitud. Luego nuestros amigos volvieron para León pero mi compañera y yo teníamos otros planes
Tras conocer el nacimiento del río Ástura (Esla) planeábamos visitar el Monte Peloño al que ya habíamos intentado ir desde Uviéu cuando estudiábamos allí, pero que desde Beleño nos quedaba muy lejos, porque habíamos gastado el poco tiempo del que disponíamos entonces en saborear los espléndidos bosques y montes de Sobrefoz.
Atravesamos la Cordillera Cantábrica y desembocamos en las majadas de Arcenorio (las majadas son terrenos donde predominan las praderas naturales). En la primer majada que encontramos bajando, había ganado y pastores y allí cerca de unas vacas, había un gran gocho pastando. al principio no lo identifiqué, pensando que se trataba de una ternera más, pero luego tras mirarlo más detenidamente y consultarlo con mi compañera, me cercioré de ello. Era un ejemplar adulto y pastaba con tal determinación que manifestaba que no se trataba de una actividad aislada o excepcional en su forma de vida.. No "fozaba" el suelo sino que pastaba la yerba, igual que hacían las vacas.
Pronto establecimos contacto con los pastores y su particular fala ("per iquí, per allí") propia ya del bable oriental. En aquella época debían de ser pocos los visitantes foráneos por aquellos lares y los pastores nos recibieron, bien se podía decir, con los brazos abiertos. Nos ofrecieron un vaso de vino, producto del que estaban bien provistos y charlamos un buen rato. Incluso nos ofrecieron, y nosotros aceptamos, dormir en una cabana que no estaba ocupada en aquellos momentos.
El contraste con la tienda de campaña que habitualmente utilizábamos para dormir en el monte, era de tal calibre que aquello era como disfrutar de la comodidad de un hotel de cinco estrellas, ¡Mejor aún!, era todo de tanta naturalidad y sencillez que mi compañera y yo nos enamoramos de las cabanas de las brañas y siempre que podíamos, además de admirarlas, nos encantaba poder usarlas.
Como aquella vez que partiendo de Valdeón y antes de llegar a Vegabaño (Sajambre) nos cruzamos con un grupo de personas a caballo, turistas guiados por un lugareño, propietario de los caballos y que tenía una cabana en la majada mencionada. tras charlar un rato con él, conseguimos que accediera a dejarnos utilizarla. Nos dijo donde encontrar la llave de la puerta, que siempre se dejaba fuera de la cabana en algún hueco de ella y nos rogó encarecidamente que la volviéramos a dejar en el mismo sitio.
Que gusto daba cerrar la puerta de la cabana y transportarte a otra dimensión entre aquellas cuatro y simples paredes o cuando al día siguiente la abrías y oteabas como la niebla, el "nuberu", se iba disolviendo entre las fayas, conformando paisajes de ensueño. Y había otras cosas en aquella espaciosa intimidad, que estando presentes un hombre y una mujer son fáciles de deducir. Ya lo cantaba Eric Burdon en uno de sus esplendorosos discos de su etapa sicódelica en California: "man, woman, love, desire". Era todo tan sencillo, tan natural, tan mágico.
Nosotros procurábamos dejar las cosas tal y como estaban antes de nuestra llegada. En esa misma excursión iniciada en Valdosín, en una cabana del entorno del Peloño que utilizamos, ya que los pastores nos habían dicho que las podíamos usar y donde solían estar la llaves, encontramos un queso de Los Beyos, ese quesín tan delicioso que hacen por estas tierras. Decidimos comérnoslo aunque estaba bastante reseco y antes de cerrar con llave la puerta al marcharnos, en el mismo lugar donde estaba el queso dejamos el dinero en que más o menos estimamos su valor.
Los mismos pastores, que eran de algún pueblo cercano cuyo nombre ya no recuerdo, además de informarnos sobre algunas cuestiones del Monte Peloño, sobre los gochos nos dijeron que antiguamente se solían subir a muchos de ellos a los puertos, aunque era preciso tenerlos más en las zonas boscosas que en las propias majadas ya que en estas estaba prohibido, pues podían fozar los pastos, estropeándolos.
Los recogían todos los días por la tarde y los metían en los corrales, esos cercados de piedra anexos a las cabanas. En las "duernas", similares a los bacitos que utilizaban en Mual con la diferencia de que los primeros eran de piedra y los segundos de madera (grandes piezas y pesadas para que el gocho no pudiera voltearlo, con la cara superior más o menos excavada para contener algo), les echaban la comida: leche o sus derivados como el suero sobrante cuando se elaboraba Manteiga (mantequilla) o quesos, junto con productos silvestres, ortigas (urtica dioica), gamuetos (asphodelus subsp.) y diversos tubérculos y les dejaban pastar pero vigilando que no fozaran.
Cuando se acababa el verano ya los metían entre el arbolado pues ya había tsande y fayucos a su disposición y era entonces cuando los gochos perdían el tipo y empezaban a engordar.
También nos contaron que más cerca de los pueblos, donde había castaños, se solían soltar, sobre todo a las hembras, para que comiesen las castañas y de paso ver si alguna "empreñaba del xabaril", algo que también era frecuente en los puertos. El resultado de estos cruces eran los "raxaos", fuertes y hoscos cerdos muy apreciados por su carne.
Estas prácticas de soltar los gochos entre el arbolado y subirlos a los puertos, eran habituales no solo en Ponga si no en todos los concejos de la zona: Tsena, Sajambre, Valdeón, Cabrales ...       

6/09/2020

El Monte y el guía de Munietsus 39


Afortunadamente los romanos no utilizaron productos químicos para separar el oro de los demás minerales en las explotaciones sobre yacimientos primarios, no porque fueran conscientes de que con su utilización se contaminara gravemente todo el entorno, algo que seguramente les importara un comino, si no porque sencillamente desconocían esta técnica. Su técnica era puramente física, aderezada como mucho con procesos de tostado. Las técnicas químicas se utilizarían más tardíamente, estando constatado su uso por los castellanos en el Nuevo Mundo y que aún se siguen utilizando en la actualidad.
Estando pasando una temporadina en Uviéu cuando nació mi primer hijo, un día mi hermano Naciu me pidió que lo acompañara a un pueblo de Belmonte donde se estaba montando un revuelo con la posibilidad de que se instalara en la zona un complejo minero aurífero moderno. Había vecinos a favor y vecinos en contra.
No conocía la zona y quedé impresionado con las enormes y abundantes minas a cielo abierto de época romana, incluso visitamos una bocamina, de apariencia también romana en donde predominaba el cobre a primera vista.
Habíamos acudido a petición de los ecologistas de Uviéu, hicimos alguna reunión con los vecinos para conocer su opinión y mostrarles nuestros temores. Nuestra amiga Marga, historiadora y arqueóloga, levanto un boceto con un entramado de posibles castros en torno a las cortas y sacamos algún artículo en la prensa alertando del tema y de lo peligroso del proyecto.
El lugar contaba con todos los elementos necesarios para declararlo y habilitarlo como un Parque Arqueológico sobre este tema, algo que sigue faltando en Asturias a día de hoy. Los dos existentes, el de la cuenca del Navia y el de la Campa de Torres de Xixón están más centrados en el hábitat que en las minas. Y el Museo del Oro de Navelgas y el Museo Aula Didáctica del Oro de Belmonte son eso, museos. Falta un lugar que integre hábitat y minería, con un centro de interpretación y las vistas y cercanía de ambas en un entorno paisajístico de gran belleza natural. potenciar un turismo respetuoso con el Medio y mostrar a propios y extraños, entre otras muchas cosas, lo "canutas" que lo debieron de pasar nuestros antepasados en aquella época.
Vista de la zona saqueada,  en 1996 antes del desaguisado. Se notan los restos de alguna corta romana y prospecciones modernas. Lugar idóneo para formar parte de un Parque Arqueológico que integrara nuestra historia antigua con un bello paisaje. Foto RNGM SA 

Muchos de los afectados, contrarios en un principio a la nueva explotación fueron silenciados con las jugosas indemnizaciones que la empresa ofertó y además esta prometió la creación de numerosos puestos de trabajo, en una zona muy afectada por el éxodo rural y el abandono de las actividades tradicionales.
Las administraciones de la Junta del Principado, las que dicen velar por nuestros intereses, administrando lo que es de todos, no solo autorizaron el proyecto si no que lo subvencionaron con ayudas públicas. Hicieron lo que hacen siempre, lo que ya antes habían hecho las élites locales ástures ante Roma: traicionar a su pueblo, vendiendo a sus vecinos y el sagrado terruño a los intereses foráneos a cambio de seguir integrando los grupos dirigentes y dominantes. A fin de cuentas lo único que le interesa a la "casta" administrativa y política es medrar a nivel personal, lo demás es puro teatro.
Volví a pasar por la zona a finales del siglo pasado. Estaba en La Poula (Pola de Somiedo) y tenía que ir a dormir a Cangas. Por una carretera secundaria se pasaba por allí y luego se salía al Puente Tuña y a la carretera general. Entre que la tarde oscurecía, el paisaje cambiado por las modernas instalaciones, las obras y una contaminación y suciedad que parecía flotar en el ambiente, el tramo fue una auténtica pesadilla.

Un atentado ecológico, otro más de los permitidos y alentados por quienes esgrimen el eslogan de "Asturias: paraiso natural".
Los movimientos de terrenos, fueron restaurados visualmente bastante bien, rellenando los enormes socavones producidos y que nada tenían que envidiar a la minería del carbón,
Impresionantes cortados con enormes socavones a sus pie. Foto Antonio Alba

El mayor problema originado por esta moderna minería aurífera de El Valle-Boinas, es la elevada producción de elementos contaminantes, derivados de la aplicación de cianuro de sodio y zinc al mineral molido para separar el oro en la planta de tratamiento. Algunos de los más peligrosos son recuperados en la misma instalación y almacenados en contenedores especiales donde deben de permanecer durante decenas de años, sometidos a controles periódicos.
Planta de tratamiento recién instalada. Foto RNGM, SA
Planta de tratamiento y zona de almacenamiento del mineral a tratar, en 2003. Foto RNGM, SA

El resto de los residuos de la planta de tratamiento, también muy contaminados, fueron depositados en una gigantesca balsa al aire limpio, llamada eufemísticamente "balsa de decantación" de lodos y que en realidad es un cementerio de residuos tóxicos.
La balsa tiene unos filtros en el suelo y el resto de este y de las paredes laterales tienen que estar impermeabilizados para evitar filtraciones, por lo que se les aplicó arcilla y polietileno de alta densidad.
Primera balsa finalizada su impermeabilización en 1997 y lista para recoger los primeros venenos. Foto RNGM, SA

Al finalizar la explotación 1.997-2.001, la que ingenuamente pensamos que era el final de este expolio, la balsa se clausuró: se rellenó con rocas y tierra y toda ella se impermeabilizó, esta vez con arcilla y un plástico para tratar de evitar vertidos provocados por las filtraciones de agua de lluvia. Por encima se le echó tierra vegetal y se convirtió en una pradería.
Primera balsa restaurada, al fondo la segunda aprovechando un socavón. 2019. Foto Google

El terreno cortado a cielo abierto y las escombreras también se restauraron con algo de tierra y alguna revegetación..
Fijaos que la restauración visualmente es muy aceptable (faltaba la revegetación de la primera balsa). 2007 sobre todo si lo comparamos con la siguiente imagen. Foto Orvana Minerals Corp
En 2001 la Explotación presentaba este horrible aspecto

Las actuales explotaciones son de interior, gigantescos túneles con métodos de extracción muy tecnificados y que la empresa se compromete a rellenar al finalizar y, por supuesto, no puede faltar una nueva y enorme balsa sonde depositar los lodos envenenados, amén de seguir rellenando contenedores con los más tóxicos. La empresa sigue sondeando a fondo el entorno en busca de zonas con alta concentración, no solo de oro si no también de plata y de cobre que es lo que extraen en la actualidad.
Segunda y también gigantesca balsa en 2011. Foto Archivo Histórico Minero 

Se están llevando nuestro oro, la empresa es canadiense, y nos están dejando los venenos. ¿Alguien se cree que la impermeabilización de las balsas durará el tiempo suficiente para que los tóxicos que contiene pierdan su poder corrosivo?, si alguien lo cree es que desconoce el poder de la naturaleza y sus agentes erosivos.
Recientes mediciones realizadas por el FAPAS descubrieron sobre la pradería que cubre la primera balsa, altas dosis de arsénico, y mientras, las vacas de la zona, que todavía las hay, pastan esa yerba envenenada. Venenos que irán a parar a las personas que consuman esa carne, ¡como para presumir de la ternera asturiana!.
Las filtraciones tóxicas son inevitables y aparte de contaminar todo el entorno inmediato, pueden acabar en el Ríu Cauxa, afluente del Narcea y terminar en el embalse de Calabazos (o de La Barca) que, recordemos, surte de agua potable a la zona de Avilés.
¿Y que decir de los tóxicos almacenados en contenedores?, ¿Hasta cuándo está comprometida la empresa con su vigilancia y control?, ¿quién se hará cargo de ellos cuando la empresa cese en su actividad?, ¿resistirán el larguísimo tiempo necesario para su descontaminación o se producirán fugas?. Demasiadas preguntas sin respuesta.
De la ética medioambiental de la empresa es mejor no fiarse. Su finalidad, como la de cualquier empresa, es optimizar los beneficios, o sea sacar el máximo beneficio posible. Desembarazarse de los venenos les era más rentable que almacenarlos y durante su primera etapa fue multada e investigada por verter metales pesados (selenio, cianuro, arsénico, mercurio, fluoruros, zinc, níquel y cobre) al Ríu Cauxa.
En muchos sitios donde se utilizaba cianuro en la minería del oro, han ocurrido grandes desastres medioambientales. A raíz del ocurrido en Rumanía en el año 2.000 (se rompió una presa y se vertieron 100.000 metros cúbicos de aguas residuales en el río Tisza, contaminadas con metales pesados, de los que 120 toneladas eran de cianuro) el Parlamento de la UE propuso su ilegalización en 2010, la Comisión Europea se opuso y solo se consiguió que se recomendara a los Estados miembros que no prestaran su apoyo, directa o indirectamente, a ningún proyecto en el que se utilizase cianuro. En algunos países se prohibió la minería con cianuro, pero como Asturias "is different" se pasaron la recomendación por sus partes. La empresa incluso llego a traer a su planta de El Valle-Boinás 32.000 toneladas de mineral provenientes de Groenlandia para su tratamiento, dejándonos, eso sí, los venenos resultantes.
Afortunadamente el Principado no les concedió permiso para explotar la zona de Salave, en Tapia de Casariego, donde se sabe que hay una gran reserva aurífera, con mineral hasta por debajo del suelo del pueblo. La movilizacíon popular en contra de la mina tuvo mucho que ver en ello.
La empresa tenía en mente expandirse por toda la región, incluido nuestro Concejo de Cangas, pero de momento solo está presente en el llamado "cinturón del Narcea", con explotaciones     en El Valle-Boinás y todo su entorno y la zona de Carlés de Salas. Pero nunca se sabe, de momento ha obtenido permisos para realizar sondeos en Cangas y Allande y mañana...
Y lo más curioso del caso es que se han descubierto técnicas para la minería del oro mucho menos contaminantes. Por ejemplo los rusos han descubierto el Tiacianato, cien veces menos tóxico que el cianuro y en Occidente han dado, de forma accidental, con otro, derivado de la descomposición del almidón de maíz, que separa el oro de forma más eficaz, barata y nada dañina para el Medio Ambiente. Pero las grandes compañías mineras mundiales no parecen dispuestas a adoptar estas nuevas tecnologías, que acarrearían elevados costes en la nuevas plantas, mientras les dejen utilizar las otras. A sus altos ejecutivos se la trae floja que contaminen o no, lo único que quieren es la "pasta", cuanta más mejor, lo demás "pelillos a la mar".
Seguramente acabará pasando con el cianuro lo que pasó con el mercurio. Durante muchos siglos el mercurio se utilizó para separar el oro. El mercurio se adhería al oro y formaba una amalgama, fácilmente separable de los estériles. Luego se calentaba esa amalgama para que el mercurio se evaporara (ya sabréis que el mercurio es el único metal líquido) y dejaba libre al oro. Pero esa emisión a la atmósfera de grandes cantidades de mercurio conllevaba graves problemas ya que como se sabe todo lo que sube acaba bajando, envenenando amplias superficies.
Se acabó prohibiendo su uso, aunque aún se sigue utilizando en multitud de pequeñas explotaciones "piratas" del tercer mundo, donde causa estragos en la salud de los que lo utilizan, entre ellos varios millones de niños. No se debe menospreciar la labor de estos arriesgados mineros, pues aportan al mercado un tercio de la producción mundial y arriesgan y arruinan su salud porque no les queda otra si quieren comer cada día.
El cianuro, que trabaja en frío, sustituyó al mercurio en las plantas de tratamiento, esas grandes instalaciones, pero seguramente acabará siendo prohibido en las sociedades desarrolladas, cada vez más preocupadas por su Medio ambiente. Aquí en Asturias toca sufrir y seguir luchando contra estos atentados ecológicos.
Es una desgracia que parece perseguir a Asturias, utilizar técnicas destructoras y contaminantes cuando estas están próximas a su desaparición. Ocurrió con el cielo abierto del carbón, el canto de cisne de este mineral, abandonado en la actualidad. Con el oro pasara lo mismo o acaso hay alguien que piense que es una actividad sostenible en el tiempo. Pan para hoy y hambre para mañana.
El ritmo de producción, con un máximo permitido pero muy holgado, impuesto por el Principado, oscila entre momentos de intensa actividad con otras muy bajos o casi inexistentes, en directa relación con el valor que posee el oro en los mercados.
En realidad la desgracia a la que aludimos viene provocada por esos administradores públicos, cuya mentalidad parece retrotraerse al Pleistoceno Medio en lo que se refiere a protección medioambiental.
Las únicas noticias positivas, aunque con matizaciones, que vienen de Belmonte son las relacionadas con nuestra historia pasada. Durante la fase 97-2.001 la empresa tuvo que retirar una espesa capa de terciario que cubría los filones más ricos en oro, detectados por sus sondeos y a las que los romanos no habían conseguido llegar.
Durante este proceso aparecieron restos muy visibles y conservados de antiquísimas entibaciones  mineras de madera. La empresa´lejos de mirar para otro lado y continuar, que es lo que la mayoría de las empresas suele hacer en estos casos, optó por desarrollar una estrategia más refinada y a todas luces mucho más inteligente para sus intereses.
Dio parte a la Administración y permitió que arqueólogos de esta los vieran y analizaran. Buscaban con ello más puntos de apoyo que defendieran su actividad y el mundo cultural constituía, sin duda, un puntal muy interesante.

Galería colapsada con restos de entibos. 1999. Foto A. Villa

Galería en materiales terciarios. 1999. Foto RNGM, SA

En esta política también se enmarcan los convenios firmados por la empresa con la Universidad de Oviedo, en sus ramas más técnicas o la subvención a los proyectos de investigación arqueológica que se vienen realizando últimamente.Retirar una pequeña parte de sus beneficios les podía acarrear más ventajas que inconvenientes y presentarse a la opinión pública como adalides de la investigación histórica y contar con la defensa a ultranza de esos ambientes culturales y en cierto modo sobornados, frente a la crítica de los "incultos" defensores del Medio ambiente.
Conocer e investigar nuestra historia es una tarea apasionante y meritoria, pero si el precio a pagar es plegarse a los intereses de los poderosos y defender sus intereses, dejad que exprese mi más profunda divergencia.
Sin ética personal todo se reduce a intereses particulares, unos para medrar en su carrera profesional y otros para acercarse al "capital" y obtener alguna migaja de él. Sabemos que hay gente para todo y que algunos poseen amplias tragaderas, admitiendo y defendiendo lo que sea con tal de prosperar individualmente. Pero los incultos ecologistas no nos chupamos el dedo y sabemos por donde van los tiros.
El caso es que con las dataciones de los mencionados entibos, aplicando los métodos del Carbono 14 a los restos orgánicos de los maderos hallados, llegaron las sorpresas. Las dataciones los fechan en los siglos III y II, pero ¡ojo! a.C. (antes de Cristo) o sea mucho antes de la llegada de los romanos.
Estudiando los entibos, fechados en el siglo II a.C. 1999. Foto A. Villa
Restos de un centro metalúrgico con abundantes escorias, restos cerámicos y algunos vidrios fechados a mediados del Siglo I de nuestra Éra

La inmensa mayoría de la historiografía especializada viene defendiendo que los Ástures y los Galaicos solo obtenían oro bateando las arenas de los ríos, algo parecido a lo que harían posteriormente las "oreanas" a principios del siglo XX en el Río Sil. Este oro les bastaría para la realización de la escasa orfebrería que se ha hallado en algunos yacimientos y que se pensaba que solo portarían en vida miembros de las élites locales como elemento de prestigio y distinción.
Serían estas joyas, vistas por los romanos en algunas expediciones punitivas realizadas contra los pueblos norteños en respuesta a su supuesta "rapiña" sobre comunidades fronterizas ya bajo control romano, las que harían confirmar a sus dirigentes las noticias de la existencia de oro en nuestras tierras.
Se pensaba que la minería compleja, con grandes excavaciones o con entibos, algo propio de la minería de interior, subterranea o la previa a grandes cortas , habría llegado con los romanos. Comprobar su existencia ya con los ástures prerromanos abría una nueva y original línea de investigación con una gran repercusión en el conocimiento de nuestro pasado.
Más que un "azucarillo" aquello era un inmenso pastel para nuestros investigadores. Con el proyecto BERISO, subvencionado en parte por la empresa, se ha excavado en 2018 el castro de Pena Aguda y se esta haciendo lo mismo en el de Álava y se tiene previsto hacerlo a continuación en el del Culladón (Cutsadón en bable occidental que es la lengua de la zona).
El de Pena Aguda, situado en las proximidades de El Valle (el Vatse) da una cronología de ocupación muy antigua, del 850 a. C. hasta el 500 a.C.En él han aparecido restos metalúrgicos: crisoles, moldes de fundición y un punzón de cobre. Lo que ya no esta tan claro es si está relacionado con el oro o lo está con el cobre.
En el de Alava, en cuyas cercanías ya habían aparecido hachas de bronce. hachas de talón y anillas fechadas en el Bronce final, han aparecido, de momento, restos de una gran muralla de un metro de alta y más de cuatro de ancha.
Es aún pronto para extraer conclusiones y habrá que esperar a la finalización del proyecto, pero parece haberse evaporado la excitación inicial, tal vez la metalurgia sea solo de cobre. Además del oro, el cobre es muy abundante en la zona y fue también explotado tanto por los ástures como por los romanos y asimismo por la empresa actual, cuyos lingotes ya no son de oro puro como en la primera fase si no que son de oro, plata y cobre, todo unido, por lo que tienen que enviarlos a Suiza donde cuentan con la tecnología necesaria para separarlos.
Queda en el aire la idea de que los ástures ya trabajaran el oro de forma compleja, una hipótesis sugerente pero que hay que testificar.

La Ruta a Las Tsagunas 36 El bosque mixto 2. Los Tsagozos.

Ladera derecha de Los Tsagozos, un bosque mixto en donde hasta parece que hay alguna faya. 27 julio 2.018. Nos preguntábamos en el capítulo ...