2/16/2021

El Monte y el guía de Munietsus 54

 

El Vatse Lus Putseirus (Mual) y el Regueiru Bisnuevo (Munietsus). 28-julio-2018.


Escribía Mario Gómez en el número 27 de La Maniega, agosto/septiembre de 1930: "y vamos a Moal, pueblo grande, de grandes tierras llanas y, sobre todo, de rica y muy regada pradería, escalonada por todas las vallinas que estriban en Muniellos. Al ver esta gran pradería, doy por hecho que este pueblo sea muy rico, pero me dicen que no, y no lo entiendo".

Mario describe en muy pocas palabras como era el paisaje agrario de hace casi un siglo: grandes tierras llanas, que se corresponderían con los curtinales, y pradería regada, que lo haría sobre los praus. La ganadería de vacuno ya era la principal riqueza y había desplazado al cultivo a un segundo plano, algo que históricamente hablando suponía una novedad pues más hacia atrás en el tiempo sería la agricultura la actividad más importante.

La "rica y muy regada pradería" de Mario también nos informa de la existencia de las valladas, el ingenio que propiciaba el riego, y que nos puede servir para una datación relativa de ellas en Mual. Las que aún sobreviven de madera y las otras, ya transformadas o desaparecidas, probablemente fueran levantadas muy a principios del siglo XX, pongamos 1.900 por poner una fecha concreta, con reparaciones periódicas a lo largo de su historia. Obviamente el riego ya sería utilizado con anterioridad, aunque a menor escala, y es lógico suponer que los desvíos de agua también se realizaran con madera

A continuación, vista ya la pradería de la vega, vamos a analizar la "pradería escalonada por todas las vallinas que estriban en Muniellos" que decía el bueno de Mario.

Surcando todas las vatsinas y vatses secundarios y bordeando el cauce de arroyos y regueiros dignos de tal nombre, o sea que llevaran agua, había infinidad de praus, también regados. Aquí no hacia falta construir valladas pues el volumen de agua y su poder destructivo era menor. A lo sumo podía haber alguna valladina, similar a la vallada pero de menor envergadura, aunque lo más normal era allanar algo el cauce, en ocasiones reforzado por una represa, un muro de piedra sustentador por la parte de abajo, para que el agua redujera su velocidad, se embalsara algo y se pudiera derivar por una presa que la llevaba al prau. 

Restos de una valladina para sacar agua para El Pradón. 2018.


Un simple rellano y un obstáculo natural bastaban para desviar el agua hacia una presa. Vatse Lus Putseirus. 2018.


Como los praus estaban inclinados y cada uno tenía diferentes altitudes, era necesario construir más de una represa para que el agua llegara a toda su superficie, funcionando el propio cauce del regueiru como si de una presa general se tratara, del que cada poco salía un emisario. El emisario o presa más importante era sin duda el superior,  a veces solo existía este, pues las presas situadas por debajo de él también recogían y dispersaban el agua que se iba recudiendo de esa parte superior. Aquí como en el río general, esa agua sobrante no constituía un problema porque gracias a la gravedad acabaría yendo a parar al cauce, que siempre circula por las partes más bajas, pudiendo ser reutilizada por los praus de más abajo.

Por debajo de Munietsus este ríu tiene varios afluentes, regueiros que conforman vatses y vatsinas más o menos grandes, pero no toda su superficie pertenecía a Mual. Las partes más altas del avesíu pertenecen a Moncóu y una parte del solano es de Oubachu. 

Las vatsinas de la vertiente derecha, el avesíu, eran las mejores para los praus de Mual pues es en esa parte donde su monte tiene más terreno, más espacio, incluyendo las partes inferiores, que al ser más llanas, o mejor dicho las menos pendientes porque llanas no son, son las más apropiadas para la instalación de praus, que se regaban y cuya yerba se segaba y se recogía, igual que los de vega.

Por su localización estos praus contaban con tres ventajas: un ambiente más húmedo al estar rodeados por masas arboladas que primero retenían el agua de lluvia, evitando su erosión, pero que luego la iban soltando poco a poco. Por su orientación norteña que le hacía recibir menor insolación y por el hecho de estar en las partes bajas de las vatsinas hacia las que recude toda el agua caída. 

La zona más alejada del pueblo de esta vertiente derecha es la que deslinda con el Monte Munietsus, formada por el Vatse Lus Putseirus de Mual y el Regueiru Bisnuevo, perteneciente a la Reserva pero utilizado, seguramente bajo arriendo, por los papudos.

De los praus de Bisnuevo ya hemos hablado en otra parte, pero os los recordaré. De abajo hacia arriba teníamos: Campo L´Armadietsa, Pradín Nuevo y Prau Santiago, el más grande de todos, en su vertiente derecha y Prau La Vega, Prau Pichón y los de la Vatsina La Fonte y Vatsina La Vaca, en la vertiente izquierda. Coronados, bastante más arriba, por el extenso prau de La Veiga Bisnuevo, que tiempo atrás es probable que fuera parte de una braña, del estilo de las del resto de Muniellos. 

Toponimia con los praus de Bisnuevo.


El topónimo Vatse La Veiga, una vatsina cercana a ese prau, alude no solo a su cercanía si no también a un posible uso ganadero, ya que en el entorno son varias las vatsinas que desembocan y solo a esta se le añade "Veiga". Posteriormente coincidiendo con el auge de la pradería que decía Mario, el pastoreo en esa vatsina y su entorno se abandonaría, convirtiéndose la Veiga en un enorme y bien regado prau, con una cabaña de origen posiblemente anterior. Su productividad debía de ser excelente porque incluso durante las cortas a matarrasa que se hicieron, de las últimas realizadas en Munietsus, era segado y recolectado por el encargado de Las Tablizas, que además de una especie de "chigre" también tenía ganáu.

El Prau Santiago, El Prau Pichón y algún otro de los existentes dentro de Munietsus provocaron un pleito entre los propietarios del Monte y los herederos de los Condes de Toreno, reclamando estos últimos su propiedad al considerar que estos praus no formaban parte del terreno vendido, el monte sí pero los praus no. Pero la reclamación no prosperó y están, en la actualidad, plenamente adscritos a la Reserva y tomados o en proceso de estarlo por el monte arbolado.

Los del Vatse Lus Putseiros están todos a menor altitud porque el vatse es pequeño, no deja de ser un afluente del Regueiro Bisnuevo, y enseguida empina pronunciadamente su curso y sus laderas, haciendo inviable la existencia de praus. Entre ellos destaca el Pradón de L´Armadina, en la vertiente derecha de Lus Putseiros, pegado a su cauce y propiedad de varias casas. 

El Pradón y los praus de más abajo, o sus restos. 2018.


Como su nombre indica, el Pradón es un extenso prau, tal vez el mayor de los habidos en los vatses y vatsinas tributarios del Muniellos. Este prau tenía un doble sistema de aprovisionamiento de agua. La mitad de él, la superior, se beneficiaba del agua de su propio regueiro, que en verano se acababa secando, como pude comprobar cuando hace poco lo visité. Era a finales de julio y el cauce, por encima de la braña ya tenía un corto tramo seco. 

El alargado El Pradón de L´Armadina, conformado por tres praus de diferentes propietarios. En la foto solo se ven dos. 2018.


Cuando el Tesu Lus Paxarus, que divide Lus Putseirus de Bisnuevo, empieza a llanear, permitiendo trasvasar agua, venía una presa del Regueiro Bisnuevo que está a pocos metros, al que se unía una surgencia de agua existente a la vera de la braña, para regar profusamente y durante todo el año la mitad inferior del Pradón.  

Presa que riega la mitad inferior del Pradón, alimentada con la surgencia pegada a la braña. 2018.


Pista maderera tras cruzar la braña y acercarse al Regueiru Bisnuevo. Por debajo de ella salía una presa para regar las partes bajas del Pradón. 2018.


Una presa en el Pradón de L´Armadina. 2018.


Justo por encima de la presa estaba la antigua pista maderera que al pasar por la braña estaba delimitada por muros de piedra, continuando hasta el Regueiro y luego hasta Las Tablizas, distante unos quinientos metros, más o menos. La parte de la pista que atravesaba el Pradón ha sido incomprensiblemente borrada del mapa, o mejor dicho del terreno y ha sido unida al prau superior. Y digo incomprensiblemente porque la pista, como cualquier vía de comunicación, es siempre de utilidad y utilización pública y nunca propiedad de un particular. 

La pista continuaba tras el cierre que se ve al fondo. 2018.


Cierre al paso de la pista maderera. 2018.


Cierre de alambre de puas y restos de la pista anexionada al prau superior. 2018.


Afea y resulta muy peligrosa para la fauna autóctona de Mual y Munietsus, que no entiende de las separaciones arbitrarias que hacemos los humanos, el moderno cierre del prau superior del Pradón. La ley prohíbe la instalación de defensas dañinas (cristales, cuchillos, pinchos y otro tipo de dispositivos cortantes) salvo en instalaciones militares y de alta seguridad. La alambrada de púas figura entre las prohibidas, pero hay personas que siguen haciendo "oídos sordos" a esta normativa y la siguen utilizando, siendo además muy fácil de conseguir pues su venta no está prohibida y se puede conseguir en cualquier tienda de material de construcción. Las he visto instaladas como cierres, que es para lo que lo usan, recientemente y en lugares apartados.

Quienes la colocan se exponen, en caso de ser denunciados, no solo a su retirada si no también al pago de una multa y si alguien resulta herido por estos cierres, deberán correr con los gastos médicos derivados de ello.

Aquí en El Pradón, los alambres con pincho se sostienen en buenas estacas de madera clavadas en el suelo, a cortos intervalos entre si. Son de instalación reciente como se deduce de la gran tensión que aún tienen los hilos y a que todavía no están oxidados.

La actual cabaña en el interior del prau superior es una construcción reciente, ya que la primitiva estaría en la braña de Mual. El termino braña es aquí, cuando menos, discutible. Su relación con los praus del entorno es un hecho irrefutable, me refiero a sus cabañas, pero por otra parte la existencia de posibles corrales para guardar el ganáu en el entorno de las cabañas y de espacios abiertos para el pastoreo, a la que se une la existencia cercana de zonas desarboladas, como la extensa Granda´l Campu y algo del Tesu´l Paxaru, aptas para el pastoreo, pueden apuntar en esa dirección. Volveremos sobre el tema en el apartado de las brañas. 

Cabaña actual dentro del prau superior de El Pradón. 2018.


La pista maderera atravesando El Pradón y la braña de Mual. Obsérvese lo despejada que estaba la parte de debajo de la braña. 2000


La extensa Granda´l Campu a ambos lados de su Tesu y el inicio del Tesu´l Paxaru, zonas desarboladas aptas para el pastoreo. 2018


Más abajo del Pradón, justo donde el Putseiros desagua en el Bisnuevo, había otro prau de buen tamaño, que se prolongaba hacia abajo pegado al Regueiru Bisnuevo del que se alimentaba. Si alguien se acerca a él seguramente se sorprenderá del sistema de captación del agua de riego. Un rellano en el regueiro desviaba parte de su caudal hacia una presa hormigonada dotada en su inicio de una compuerta metálica con un sistema mecánico para subirla o bajarla simplemente girando un volante (similar a la que ya vimos en la presa de La Ponte La Zreizalina). Algo descomunal para tan poca cosa, utilizándose además una pala mecánica (excavadora) para hacerlo y para poder acceder al prau desde abajo, desde la nueva pista que va a Las Tablizas. 

La represa en el regueiru, un rellano y una acumulación de piedras, más lo sacado del rellano servían para desvíar el agua hacia la presa. 2018.


La compuerta regularía la cantidad de agua que el prau necesitaba. 2018.


Vista desde arriba de la compuerta. 2018.


Presa hormigonada ya tomada por la vegetación. 2018.


La compuerta y sus accesorios seguro que proceden del banzáu de Munietsus donde regulaban la entrada de agua que circulaba por el canal de madera en dirección a la central hidroeléctrica de Las Tablizas, que alguien se llevó y que nadie reclamó al dejar de utilizarse.

Incluso hay, o había, otro pradín un poco por debajo del desagüe del Bisnuevo en el Ríu Munietsus y pegado a este último, enfrente de la actual pista. Y no nos olvidemos de otros praus enclavados dentro de Munietsus pero llevados por los papudos, como el Prau Silvestre y el Prau de Decutsada, cuyo abandono debió de ser muy antigua porque ya son una parte más del bosque.

El segundo gran vatse del avesíu es el de Reiduz, el más grande de todos y el de mayor importancia a nivel ganadero, como veremos más adelante en el apartado que le dedicaremos a las brañas. 

Restos actuales de los praus de Reiduz. Foto Google.


Idem anterior. Foto Google.


Los praus aquí comienzan ya en su desagüe en el Ríu Mual. Bordeando el comienzo de su vertiente izquierda había varios, el más grande se prolonga vega arriba y disponía de un puente para cruzar el río y acceder a ellos. Enfrente de él, en la vertiente derecha había otro que tenía una parte pegada al río, llana, pero en el que su yerba había que sacarla a "forcadáus" para la parte de arriba, que a pesar de ser más pendiente disponía de un acceso al camino carretero que se metía por Reiduz.

Pozu´l Prau Pinche y prau de la derecha que bordea la entrada de Reiduz, con sus presas superpuestas de agua procedente de este Regueiro. 31-julio-2020. 


Puente cruzando el Ríu Mual para acceder a los praus de la derecha, por encima del Pozu´l Pinche. 2020.

 

Primer gran prau de Reiduz, de casa Cadenas, que tenía una parte llana y pegada al río que ya se ha abandonado. 2020.


En el prau de abajo había que sacarle a forcadáus la yerba para la parte de arriba a la que ya se podía acceder desde el camino de Reiduz.


Presa por la parte alta de este prau. 31-julio-2020.


Cerca del desagüe, pero aún en el Ríu Mual, está el Pozu´l Pinche, vinculado a la vallada que hay más abajo. Es un buen pozu, pegado al prau del mismo nombre, que se aprovecha no solo del rellano de la vallada si no también de una curvinas del río que propician que las aguas discurran más suavemente. Además un trozo del borde es rocoso y permite entrar y salir de él en un instante. Y sobre todo el pozu está totalmente despejado de vegetación, lo que permitía bañarse y secarse al sol, algo que no todos los pozus grandes pueden ofrecer pues muchos están en la sombra, y claro, no es lo mismo. No hacía falta llevar toalla, en un momento te secaba el sol. Pero el bañador si era necesario pues estaba bastante frecuentado por la mocedad del pueblo, tanto chicos como chicas, y a no todos-as les parecía bien bañarse desnudos y, como es obvio hay que respetar todas las opciones. 

El prau del Pozu´l Pinche y su entorno. 2020.


Desde el puente se ve el Pozu´l Pinche y el desagüe del regueiro Reiduz con los praus que lo bordean. 2020.


Prau del Pinche. 2020.


Una parte del Pozu´l Pinche. 2020.


Una vez acompañé a una pareja a Las Tsagunas de La Candanosa. Eran un hombre y una mujer solo algo mayores que yo, muy abiertos y comunicativos y buenos andarines porque fueron de los pocos con los que visité las tres grandes tsagunas que hay allí. La segunda que aparenta ser la más profunda y que sin duda lo es, permite acceder a ella sin levantar los posos y lodos que rodean al resto y que se mueven y levantan con cada paso que das. Posee algún borde rocoso y más o menos llano y puedes entrar y salir del agua sin esa molestia.

Allí no nos hizo falta ponernos de acuerdo hablando del tema. Llegábamos sudorosos por el duro repecho sobre el tseirón que hay entre la primera y esta tsaguna, costoso de recorrer pues es de piedra fina y se mueve mucho, retardando el ascenso. Hacía además un sol de justicia. Alguien se quitó la camiseta, nos miramos los tres a los ojos y a continuación nos desnudamos del todo y nos bañamos. Luego dejamos que el sol nos secara y nos volvimos a poner la ropa, sintiendo un gran bienestar corporal y encima no tuvimos que cargar con ninguna prenda mojada. ¿Veis algún problema en todo ello?, yo, ni el más mínimo.

Allí en los praus del antaño Curtinal de Panzaleitsas, a la vera misma del pozu pero separados por el camino-pista, jugábamos los mozos, grandes partidos de fútbol cuando la yerba ya se había segado y recolectado. Al acabar, empapados de sudor pues nos podía faltar técnica pero corríamos y nos esforzábamos como condenados, nos tirábamos al pozu, donde "ipso facto" se nos iba la calentura. 

Praus de secano donde jugábamos partidos de fútbol. 2020.

Precioso umeiru en la desembocadura del regueiro de Reiduz. 2020.


Tras subir la cuesta Las Brañuetas, topónimo que ya anuncia parte de la utilización que se hizo de este vatse de Reiduz, en donde he "apañáu" infinidad de castañas con Gonzalo y Nieves, mi familia de Mual, ya aparecían, pegados al regueiru, los propios praus de Reiduz, como El Campón y otros, situados mayoritariamente en la vertiente derecha que es por donde discurre el camino carretero, que luego pasa a la izquierda pero muy cerca del cauce y los praus, algo imprescindible para que los carros pudieran entrar y sacar la yerba. Aunque también había uno, el primero del vatse, en la vertiente de enfrente, al que se accedía por el ramal del camino que iba a Tachurrosu. 

Praus aún en buen estado en Entrambus Caminos de Reiduz. 2020


Detalle de uno de los praus en buen estado, Entrambus Caminos de Reiduz. 2020.


Allí, enfrente de los pies de Vatsina Outeiru, El Rudetsón y La Valladina (topónimo este último que, como ya hemos visto, alude al tipo de construcción utilizada para sacar agua del arroyo y regar los praus, una vallada pero más pequeña) estaban estos grandes praus, que como casi todos los de la zona pertenecían a diferentes vecinos pero que aparecían unidos unos a otros, conformando unidades separadas por el arbolado. 

Restos de represas para sacar agua para los praus de Entrambus Caminos. 2020.


La vegetación ya se ha instalado en muchos praus. Reiduz por encima de Entrambus Caminos. 2020.

 

Más arriba la vertiente izquierda del vatse tiene un gran arroyo, un afluente que en muchos mapas aparece como el Reguerón pero que no es este su nombre real. En Mual le llaman al primer tramo el Vatse La Tsousera, y al segundo que ya sube al pico de El Cabrón, Vatse Esbarradoirus.

El nombre de Vatse La Tsousera parece deberse a la existencia de una tsousera, una pequeña cantera donde se extrajeron lajas de tsousa (losas de pizarra) para las cubriciones o tejados de las casas y otras construcciones, cuando este material comenzó a sustituir a los arcaicos "teitus de patsa" (tejados de paja). 

Las tsousas extraídas eran bastante toscas: irregulares, gordas y de grandes dimensiones, lo que les confería un gran peso. El entramado de vigas y madera que los sustentaba tuvo que aumentarse y hacerse más complejo y los muros hacerse más anchos para poder soportar ese enorme peso. A cambio, las tsousas lograban, bien colocadas, una impermeabilización total y evitaban que un posible incendio en una casa se avivase y se propagase por el entorno gracias al buen combustible que suponía la patsa antes utilizada.

En Mual las casas estaban bastante desperdigadas por la vega, pero también había zonas o partes de barrios en las que estaban más juntas y en las que un posible incendio podía devastarlas en su totalidad. No creáis que es un tema baladí, hubo pueblos como La Vilietsa, con un hábitat más concentrado, que fueron calcinados en su conjunto, y en más de una ocasión.

La patsa, gracias a su interior hueco y a su piel relativamente impermeable y dura, había sido un excelente aislante desde tiempos inmemoriales, que se remontan, como poco, al primer milenio antes de Cristo, testimoniadas, ya claramente, con el surgimiento de la cultura castreña.

La paja utilizada era la de centeno, el cereal panificable más utilizado por los papudos, ya que antiguamente el trigo, que necesita mejores y más abonados suelos, era cosa de ricos y se semaba, más que nada, para pagar en especie las rentas a los Señores, propietarios de parte de su ganado y de las tierras que ellos trabajaban.

También habría arcaicos teitus de escoba (citysus spp), pero estos se utilizaban en lugares alejados de los pueblos y de los centenales, en zonas donde el centeno, pese a su rusticidad, lo tenía "crudo", teniendo que utilizarse lo que más a mano se tuviese, o sea las escobas. Estas y el recinto que cubrían ya estaban ligadas a las brañas y al pastoreo.

Las escobas, conformadas por multitud de delgados y alargados tallos, posibilitaban que el agua de lluvia se deslizara sobre ellas, sin atravesarlas, al tiempo que mantenía mucho del calor que se generaba dentro del recinto que cubrían, permitiendo también que el humo de la fuente de calor se disipara sobre ellas y saliera al exterior. Su capacidad de aislamiento era lo que la hacía ser un buen sustituto de la patsa. Además su colocación no era muy compleja y su liviano peso se adaptaba a la perfección a las delgadas paredes de piedra de las cabanas, incapaces de sostener cubriciones más pesadas. 

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