9/16/2021

El Monte y el guía de Munietsus 8 (original)

 

Aclaración previa:

Recientemente me he percatado de un error cometido: el capítulo 8 era una reproducción íntegra del Capítulo 7 y lo más gordo del caso era que el capitulo original 8 había quedado sin pasar. Borraré el capítulo 8 repetido y redactaré a continuación el original.


Obtener los topónimos originales de Munietsus siempre fue algo prioritario para mí. El cariño y respeto que siento por ellos creo que se lo debo a mi abuela Rosabra. Mi abuela era una enciclopedia viviente de todo lo relacionado con la cultura tradicional, su larga existencia y su habilidad para memorizar cosas eran como una ventana abierta al pasado.

Y luego estaba su humanidad, como nunca tuvo nada su desapego de lo material era absoluto, para ella tenían más valor otras cosas. Toda ella estaba rodeada de un aura de ternura que impregnaba todo lo que hacía y decía y, como mujer que era, tenía un amor por los suyos total, sin necesidad de que este fuera correspondido, aunque no era este el caso. No deseaba el mal de nadie y desconocía la envidia. Era sincera y muy independiente, el haber permanecido toda su vida soltera la había librado de la "tiranía masculina", tan dominante en aquella época y la había impulsado a tirar "palante" por sus propios medios. Ocultaba su pelo, recogido bajo una pañoleta oscura, y solo los más allegados pudimos ver su larga melena las pocas veces que se la quitaba y tocar su pelo sedoso y blanco como la nieve cuando se lo peinaba. En resumidas cuentas era una persona auténtica, de otra época pues una sociedad tan mediocre como esta en la que vivimos ya no produce ese tipo de personas.

Su corazón era tan grande que le sobraba amor para derramarlo sobre sus cinco nietos, nos quería con locura. Un niño puede desconocer muchas cosas pero nadie le gana en detectar quien le quiere de verdad; nuestros padres, en especial mi madre, también nos querían de verdad, pero a veces nos reñían, y de vez en cuando caía un "coscorrón", pero mi abuela siempre nos defendía y en más de una ocasión se interponía entre nosotros y nuestro padre cuando estos se avecinaban. Todos le llamábamos "Mamina" y decir que la queríamos sería decir poco.

Junto con el amor que nos brindaba también venía su forma de hablar, un bable tan "cerrao" que ni el paso del tiempo logró borrar. Para nosotros era pura poesía lo que salía de su boca. Como éramos muchos hermanos Mamina pasaba mucho tiempo con nosotros y para entretenernos no paraba de contarnos historias y cuentos. Recuerdo las múltiples variantes de la rapiega (zorro) y el tsobu, ambientadas además en terrenos de Mual; todo ello aderezado con cientos de refranes y dichos populares. Y cuando éramos tan pequeños que aún no entendíamos lo que decía su voz, está era un poderoso bálsamo. Fuimos creciendo "mamando" no solo la leche de nuestra vaca si no también un nutrido y variopinto conjunto de palabras que se fueron depositando en nuestro subconsciente, todas ellas rodeadas de un hálito de candidez y ternura como correspondía a quien nos las decía.

Ya crecidito y con conciencia las palabras en bable no solo significaban lo que querían decir si no que también llevaban una carga emocional de gran calado. Palabras como vatse, vatsina, tesu, no hacían referencia solo a accidentes geográficos, tienen algo más, son palabras cálidas, familiares, que despiertan en mí dulces sensaciones y que oírlas o verlas escritas me producen una gran satisfacción.

Yo no profundicé en el estudio del bable pues mi "novia", la naturaleza no me lo permitía pues requería toda mi atención, pero la toponimia era otra cosa.

Obviamente se puede disfrutar de cualquier lugar sin necesidad de conocer su nombre, lo mismo que lo hacemos con un buen poema sin conocer quién es su autor o de una bella canción "anónima", en fin...de cualquier cosa. No saber la toponimia del faéu de Monesteriu-Xedré no me había impedido admirarlo y disfrutarlo. Pero conocer el nombre del lugar que recorro me permite profundizar en la relación que se establece entre ambos, es como una presentación que me anima a intimar con él y luego está la función básica de los topónimos de situarnos en el espacio y delimitarlo. Con ello evitamos perdernos y están en la base de cualquier análisis que queramos realizar de una determinada zona.

Localizar los topónimos originales es, en ocasiones, una ardua tarea, hay que conseguir que el informante sea capaz de expresarse de forma natural y contrastar los nombres dados entre varios informantes

Cualquiera que se haya acercado al tema de la tsingua sabe lo difícil que es conseguir que el informante sea totalmente natural y sincero. Durante mucho tiempo la tsingua fue considerada como un castellano mal hablado y los que lo usaban eran unos "paletos", unos "burros". Eran los tiempos de aquella "España, una, grande y libre" y la única lengua valida era la castellana, estando todas las demás prohibidas y mal vistas. Los jóvenes interesados en el tema sabíamos que la tsingua era la evolución que había tenido el Latín vulgar en nuestro territorio, lo mismo que el castellano lo había tenido en el suyo o la fala lo había tenido en la cuenca del Río Navia (el Río Ibias es afluente del Navia) y zonas más occidentales. Pero la gente mayor no entendía esto y en sus respuestas siempre trataban de castellanizar los nombres. Solo con los que se tenía trato y confianza y tras insistir se soltaban algo.

Era muy productivo plantear un topónimo en grupos familiares o, mejor aún, de vecinos y asistir como mero espectador, en el calor del debate no había tiempo para castellanizar los nombres y estos acababan fluyendo de forma natural en su forma original.

En este campo Munietsus presentaba un doble problema. Por un lado desde su orientación forestal el Monte fue visitado y administrado por personas foráneas que intentaban castellanizarlo todo y que al mismo tiempo contaminaban a los naturales que tuvieran alguna relación con estas actividades: guardas forestales, trabajadores en las talas o en la serrería, los que velaban para que la central hidroeléctrica funcionara ininterrumpidamente...Por otro lado la enorme extensión del Monte y su lejanía de los pueblos hizo que muchos lugareños no lo conocieran a fondo y solo poseyeran datos superficiales.

"Mamina", mi abuela, no castellanizaba casi ninguna palabra, era muy de fiar en este sentido. Conocía todos, o casi todos, los topónimos del Monte Mual y eso a pesar de ser mujer, pero de Munietsus no conocía nada o a lo sumo la zona de deslinde. Para conocer los topónimos tuve que comenzar charlando con personas de Mual que sabía que lo conocían: furtivos y cazadores, antiguos operarios, hijos de guardas forestales...y después con quien se pusiera "a tiro", supieran y fueran de donde fueran.

A medida que iba conociendo físicamente el Monte pude ir completando este gran puzzle. Cuando hablaba con alguien ya podía utilizar este conocimiento para situar una zona concreta y adjudicarle el nombre que le correspondía. Cuándo tenía dudas sobre si el nombre que me daban era el original, lo consultaba con mi hermano Naciu, que en todo lo relacionado con la tsingua me daba miles de vueltas y al que debo la corrección de la mayor parte de ellos.

Tuve que rehacer una y mil veces los mapas de Munietsus que elaboraba con los topónimos, a veces corrigiendo el propio mapa y sobre todo por la correcta localización en él de los topónimos viejos y de otros que iban apareciendo.

Ha sido un largo trabajo que tenía pensado completar con un estudio a fondo de los topónimos ibienses del Monte, o sea de los gallegos, a los que también he acabado cogiendo un gran cariño y que solo conozco a medias y que sin duda tienen todo el derecho del mundo a aparecer, pero creo que no seré capaz de completarlo pues algunos informantes en quienes pensaba ya no están en condiciones para hacerlo.

La obtención de los topónimos originales también nos sirve para conocer algunas características del espacio que abarcan. Todos los topónimos tienen un significado aunque hay algunos que, nosotros al menos, aún desconocemos. No son nombres arbitrarios, reflejan el relieve, la flora, la fauna y la utilización económica que en su momento poseyeron.

Sería muy tedioso, sobre todo para el lector, enumerar detalladamente todos los nombres del Monte Munietsus, en lugar de ello me parece más oportuno agruparlos en bloques y dar una serie de pinceladas y analizar en detalle algunas cuestiones que por su trascendencia merece la pena desarrollar, todo ello bajo el prisma, como en todo lo demás, de un simple aficionado. 

Los más interesados en conocer todos los topónimos y su localización en el mapa tendrán que ser más pacientes y esperar a que se publiquen en los mapas que irán apareciendo a lo largo del blog. Tenía pensado escanear un mapa a Escala 1:20.000 donde aparecieran todos los topónimos pero me he topado con dos problemas: a partir de un determinado tamaño resulta muy difícil fotocopiar y escanear mapas y además el blog que utilizo no permite ampliarlos y no se vería prácticamente nada.

La mayoría de los topónimos están formados por dos palabras, la primera suele aludir a elementos geográficos, físicos, relacionados básicamente con el relieve. La segunda sirve para individualizarlos refiriéndose a algunas de sus características más destacadas.

Los elementos geográficos que abarcan una mayor superficie de terreno suelen estar jerarquizados. En el caso de los cursos fluviales el más extenso corresponde al ríu (río), el más importante es el Ríu Munietsus, también llamado Ríu Mual cuando se interna en la vega del pueblo y que desemboca en La Venta (Ventanueva) en el Ríu de Rengos (Narcea). El Ríu Munietsus se forma por la confluencia de otros tres ríus: Ríu Tiveirúa, Ríu Refuexu (que aguas arriba se bifurca en Refuexu y Ríu Las Galegas) y Ríu Candanosa (con un afluente importante, el Ríu Las Fayonas). Estos tres ríos conforman los tres valles más importantes del Monte.

Ríu Munietsus donde el Banzáu. El río recibe este nombre tras la unión del Ríu Refuexu con el Ríu La Candanosa. 29 julio 2017


Confluencia Ríu Munietsus (bajo puente) con el Ríu Tixeirúa. 29 julio 2017


Ríu Refuexu al lado de su confluencia con el Ríu La Candanosa. 27 julio 2018


Ríu La Candanosa por debajo del primer puente bajando. 27 julio 2018

El concepto de río no solo aparece en el topónimo "ríu", creo que hay otro, bastante más antiguo que este. La palabra Refuexu es una palabra compuesta: Re fuexu. Todos en Asturias saben lo que es un fuexu, una hondonada, un hoyo, pero ¿y Re?, creo que se trata de la reducción de ríu y así Refuexu significaría Ríu de fuexu. Que es antiguo lo demuestran topónimos como Ríu Refuexu o Vatsina Refuexu, donde se repiten dos mismos conceptos porque de uno, en este caso Re, se desconoce el significado. Sin embargo también tenemos Refuexu, sin más, aplicado al río que se junta al de Las Gallegas en La Veiga Cruces. 

Al ríu le sigue en importancia los llamados regueiros, entre los que destacan dos, que crean también dos valles importantes: Regueiro Decutsada y Regueiro Bisnuevo. El resto ya son algo menores: Regueiro Trousín y Regueiro Pradallos que al unirse forman el Ríu Las Galegas; Regueiro La Boizuna, Regueiro Las Berzas, Regueiro Samartino o el caso femenino de Regueira Las Tsagunas. 

Regueiro Decutsada por encima de la senda que va a Las Tsagunas. 27 julio 2016


Regueiro Bisnuevo cerca de su desagüe en el Ríu Mual. 29 julio 2018

El rasgo más distintivo de estos ríus y regueiros es el de presentar un buen caudal de agua a lo largo de todo el año, excepto en el caso del Regueiro Porciles. El caso de las regueironas (regueirona Sestu Gordu, La Regueirona...), a pesar del aumentativo ona suelen ser de menor tamaño.

Relacionado con los rius, y en concreto con la confluencia que se produce al unirse dos de ellos, tenemos tres topónimos: Entramburríus Di Murteiru (unión del Ríu La Candanosa y del Ríu Refuexu), Entramburríus de Refuexu (unión del Ríu Las Gallegas y Refuexu) y Entramburríus de La Candanosa (unión del Ríu La Candanosa con el Ríu Las Fayonas). Curiosamente no tenemos topónimo para la confluencia del río más importante, el de Tixeirúa. 

Entramburríus di Murteiru. 29 julio 2017


Entramburríus di Murteiru. 29 julio 2017


Entramburríus de La Candanosa, un pelín por debajo. 27 julio 2018

También relacionado están los puentes que aparecen con la forma ponte: Ponte La Zeizal y Ponte Las Gallegas, los más importantes pues permitían pasar a Tixeirúa y Refuexu. O Ponte Alta, debajo de Entramburríus de Refuexu. Para puentes más sencillos tenemos El Pontigo de la central hidroeléctrica, o la variante femenina, La Pontiga del Xardón, que está en Decutsada pero que no he sido capaz de localizar. Evidentemente habría muchísimos más pero o no tenían nombre o este no ha perdurado. 

Ríu Tixeirúa y Ponte La Zreizal. 27 julio 2018

Los ríus y, en menor medida, los regueiros están surcados por numerosos vatses y vatsinas. Los vatses suelen ser más extensos y contar con caudal durante todo el año (excepto claro está en sus partes altas donde en verano suelen secarse): Vatse Las Varas, Vatse La Candanosa (en el que podremos saciar nuestra sed camino de Las Tsagunas), Vatse de Fonculebrera...A veces una vatsina recibe el nombre de vatse y parece que el mérito se debe a su utilización ganadera, como el Vatse La Veiga o el Vatse Prau La Vega (sí, curiosamente sin la "i" intermedia, lo que me hace pensar que sea un topónimo no muy antiguo), ambos en Bisnuevo. 

Vatse La Candanosa, con su refrescante y limpia agua.27 julio 2018

Las vatsinas son de menor tamaño y son, con mucho, las más abundantes y en verano suelen secarse. También están los Vatsigatos, estos de modestas dimensiones.

Separando ríus, regueiros, vatses y vatsinas los cerros tienen diversas acepciones siendo la de teso o tesu la más repetida. Su longitud depende de la que tienen los cursos que divide. Como separando los ríus no existe este nombre son los que deslindan los regueiros los mas alargados: El Tesu Lus Paxarus y el Teso L´Armadina enmarcan el de Bisnuevo, el Teso Decutsada una parte del regueiro del mismo nombre, el Teso La Viega´l Tixidal una parte también de La Regueira Las Tsagunas... por contra los que dividen  vatsinas son más cortos. Es un topónimo típico del bable occidental y es muy poco frecuente en gallego. Su forma física tiende a ser siempre algo ancha y alomada, aunque también presenta fuertes desniveles. 

En el centro, a la derecha de El Pradón, el Tesu´l Páxaru por donde Munietsus deslinda con el Monte Mual. 29 julio 2018


Tesu L´Armadina, desciende desde el Pico Tsuis hasta la Pena L´Armadina y el Ríu Munietsus. 27 julio 2018


Teso La Veiga´l Tixidal y picueto por debajo de la senda de Las Tsagunas. 26 julio 2016


Tesos Porciles, Decutsada y Los Sagráus. 29 julio 2018

Cerros más típicos de la fala galega lo constituyen los serrones: Serrón Los Pradallos y Serrón de Las Berzas, ambos dentro del Ríu Refuexu, o el Serrón del Níu L´Aigla, amplio cerro que separa el Ríu Refuexu del Ríu La Candanosa y cuya principal característica es, aparte de su tamaño grande o muy grande, que lo hacen sobre terrenos rocosos, muy quebrados y agudos. Aspectos ,estos últimos, que comparte con otro cerro con un topónimo, también galego, poco frecuente: cotarrón (Cotarrón de La Candanosa). 

A la derecha de Sestu Gordu los cerros del Ríu Refuexu, Serrón Los Pradallos (el más pequeño), el Serrón de Las Berzas y el agreste Serrón del Níu L´Aigla. Foto Ástor. julio 2017


En primer término Cotarrón de La Candanosa, detrás el Serrón del Níu L´Aigla, luego Sestu Gordu y detrás la sierra. 29 julio 2017

Sin duda el topónimo de cerro más interesante y si se quiere más enigmático es el de sesto o sestu, del que en Munietsus solo tenemos dos casos: el célebre Sestu Gordu que divide el Ríu Tixeirúa del Ríu Refuexu, que es con mucho el más amplio de todo el Monte, y el de Sestu Rapáu, que limita por un lado al Ríu Las Fayonas y que al recorrerlo, camino de Las Tsagunas, sorprende por su amplia redondez. Creo que es un topónimo de cerro muy antiguo y del que los propios lugareños hace mucho que desconocen su posible significado. Así explicamos el nombre completo del de Sestu Rapáu que es el de el Tesu de Sestu Rapáu, donde se repiten dos topónimos relativos a cerro, precisamente porque de uno, Sestu, se desconoce su significado; algo parecido a Ríu Refuexu, ya visto y que volveremos a ver más tarde. Sesto no es un topónimo infrecuente en el entorno de Munietsus, en Valdebóis tenemos el Sesto Da Uz y El Sestón y en La Vilietsa el Sesto La Porquera y el Sesto Las Funtaninas, y por debajo de La Venta (Ventanueva)hay un pueblo llamado Sasturrasu (Sextorraso). Un topónimo antiguo y utilizado por las dos comunidades lingüísticas de la zona y cuyo significado depende de la relación existente entre el nombre y las características geotopográficas del terreno al que se aplica, otra forma de conocer el significado de los topónimos, aparte de los meramente lingüísticos. 

El inmenso Sestu Gordu, el auténtico corazón de Munietsus. Foto Ástor. julio 2017


Tesu de Sesto Rapáu.

Otros topónimos aplicados a cerros, en este caso de menores dimensiones, son crespa, crespina, crespona, de uso en bable occidental y Serrapo de uso galego.

Chano, Chana, Chanetos, Rechanu, se refieren a zonas llanas existentes en los cerros, aunque también aparecen en la sierra.

Munietsus posee una amplia sierra, una línea de cumbres que la bordea por todos los sitios, excepto claro está por la salida del Riu Munietsus y el valle que conforma. Pero hay una zona de cumbres que no pertenecen a Munietsus si no que lo son del Monte Oubachu que también desciende un poco, o un mucho, por algunas laderas que vierten al Ríu Munietsus (partes medias y altas de Decutsada, zonas altas de Fonculebrera que bajan hasta encima mismo del gran roblón que se ve desde la senda que va a las Tsagunas, continuando el deslinde por Los Chanetos y el Escabón de Bisulaz, hasta la Vatsina Las Fayonas y La Candanosa desde donde ascendía a la sierra, al Pico de Las Penas del Garabeño).

En la sierra los topónimos varían en función del relieve. Las zonas más altas utilizan pico, que es el más abundante. También aparece cimeira (Cimeira de Sestu Gordu) o altu (Altu´l Refuexu) o pena (Pena Belosa) y Penona (La Penona) cuando la cumbre es rocosa, aunque estos últimos también se aplican a prominencias rocosas situadas en ladera (el Penón de Las Tsagunas).

La Penona, preciosa a la vista pero difícil de andar. 27 julio 2018

 Las partes más bajas de la sierra usan cutsao o sus derivados (Trescutsaus...), pozu, vaguada o boqueta (buqueta) que se refiere a pasos en la sierra que permiten el transito en cortados de origen glaciar (Boqueta de Tixeirúa) o en lugares escabrosos (Boqueta de Furmigueirus, Buqueta La Zreizal). Tales topónimos, boqueta, igual que los de las elevaciones, son utilizados tanto en bable occidental como en galego. 

La Buqueta La Zreizal, paso entre los últimos cortados de Penas Negras y el inicio del valle del Ríu Tixeirúa. Foto Ástor. julio 2017

Chano y derivados hacen referencia a zonas allanadas (Chanu Alforxaco, El Chanón) y tsumbón a una zona alomada. El galego Os Serrapos hace referencia a un trozo de la sierra con varias elevaciones de pequeñas dimensiones y sierra solo aparece en el Abedulín de Sierramala, que abarca un tramo corto.

No aparece en la toponimia popular expresiones como Sierra del Rañadoiro y otras que se refieren a grandes tramos de sierra. Estos son nombres inventados y utilizados por los geógrafos para diferenciar grandes áreas, aunque también nosotros los utilizamos en alguna ocasión. Los topónimos populares reales casi siempre suelen utilizarse para lugares concretos y físicamente utilizados por personas de esos lugares. Nombraban lo que utilizaban y podían abarcar y no solían ir más allá.

Los geógrafos utilizaban el nombre de un pico o de otro elemento, que si eran reales, y lo aplicaban a una amplia zona, pero en ocasiones también cometían errores. Estoy pensando, por ejemplo, en la denominada Sierra de Cazarnoso o Sierra de Valdebóis, que sería el tramo que nace en el Puerto del Counio y que continúa hasta encima del Puerto de Mujeres Muertas, que divide el valle del Couto, afluente del Narcea, de la zona del Aviouga, afluente del Ibias. En realidad el topónimo Cazarnoso existe, es el nombre ibiano (de Alguerdo) del Pico La Candanosa, que es un vértice geodésico con su correspondiente mojón de hormigón y que tanto afea el paisaje. Pero este pico se encuentra bastante lejos de la sierra mencionada y no llega siquiera a deslindar con el Monte Valdebóis.

Expresiones como Sierra de Degaña o incluso Cordillera Cantábrica, por citar una de mayores dimensiones, son nombres admisibles pero en ningún caso son topónimos populares reales.    

9/15/2021

El Monte y el guía de Munietsus 68

 

Luego estaban las brañas estivales, muy diferentes porque en estas había una o como mucho varias cabanas, siempre de pequeñas dimensiones, para uso del pastor que, por medio de veceras, quedaba al cuidado del ganáu. Además no había praus, eran pastos comunales y solían estar alejadas de los pueblos, a varias horas de distancia andando.

Aquí se subía al ganáu seco, las que tenían crías permanecían con ellas en la braña equinoccial o en el pueblo. Estas brañas de altura además de aportar pastos, libraban a buena parte del campesinado de las labores de vigilar y controlar al ganáu y dejaban tiempo para la recogida de la yerba de los praus y otras labores como la recogida de las cosechas agrícolas. 

La pareja de vacas tampoco podían subir a las brañas, tenían que permanecer en el pueblo y xuncidas tirar el carro para recoger las cosechas agrícolas, la yerba de los praus, la tseiña, el ramaje, el rozo...

Destacan, nuevamente, las de Naviegu y el cordal de la Cordillera (Valdecuelebre, Lus Vatses...). ¿Sabíais que Brañas d´Arriba y Brañas d´Abaxu fueron, en su origen, brañas estivales de Trescastru?. Supongo que El Puertu (Puerto de Tseitariegos) fuera un caso similar pero lo desconozco. Acabaron convirtiéndose en pueblos estables a raíz de la concesión en 1326 de un Coto independiente de los poderes señoriales (terrenos de realengo con jurisdicción propia) para mantener abierto el Camín Real Tsaciana-Cangas y ayudar a los viajeros. Manteniendo Trescastru, las dos Brañas y El Puertu (curiosamente Corros no, pues estaba apartado de la vía y seguramente fue fundado más tardíamente) su independencia hasta que en 1921 fueron unidos al Municipio de Cangas. 

Vatse de Valdecuélebre. 21 julio 2019.


Trescastru, centro neurálgico del Alto Naviegu, y ya desde época antigua como demuestra su enorme castro. 28 diciembre 2019.

Pero Trescastru ya pertenecía, desde el siglo XI, al Señorío eclesiástico del Monasterio de Courias, que puso bajo su dependencia, por las buenas o por las bravas, a la mayor parte de las comunidades campesinas de la zona, tras los procesos de colonización y reconquista iniciadas en el siglo VIII.

Poco había cambiado la situación de nuestros ancestros del medievo de la de los ástures de época Altoimperial. Estos últimos ya vimos que tenían que trabajar unos determinados días en las minas explotadas por el Estado romano. Los siervos de los señoríos, antes pequeños propietarios, no solo perdieron la propiedad de sus tierras si no que tenían que trabajar un número de días, en las tierras explotadas directamente por el señor. No penséis que esto no resultaba gravoso, los dependientes de Courias, en 1044, tenían que hacerlo dos días de cada semana, aportando además los aperos necesarios, recibiendo a cambio solo la manutención. La esclavitud no había terminado con la desaparición del Imperio romano.

Posteriormente, desde el siglo XIII, el trabajo se fue sustituyendo por el pago de arriendos e impuestos típicos del Señorío Jurisdiccional. Luego, desde el final del medievo, el señorío del Monasterio de Courias empezó a perder poder, siendo sustituido, en parte, por señores laicos, grandes familias nobiliarias como los Omaña, los Toreno...

Tres "pretendientes" para las apetitosas brañas del alto Naviegu, enzarzados en continuas disputas. Los señores, con el poder que da la fuerza armada, consiguieron el control de muchas brañas, alquilándolas a Vaqueiros de Alzada y a los propietarios de las merinas trashumantes de La Mesta.

En resumidas cuentas, los ricos pastos de la Cordillera estaban muy mediatizados por los señores. El pueblo llano no tenía acceso a todas ellas y ello explica que su situación fuera parecida a la que padecían los que vivían en zonas con menos recursos naturales. Sin acceso a los mejores pastos no les quedó más remedio que utilizar otras zonas más pobres, teniendo que acudir a ganáu menos exigente, de ahí que cabras y ovejas también formaran parte de su cabaña ganadera.

No nos debe confundir la imagen que tenemos de nuestra juventud en la que los pueblos de esta zona, Naviegu-Cibea (o de Xunqueras, Gillón y Monesteriu d´Ermu, similares en riqueza natural) poseían numerosas y potentes brañas, en comparación con las restantes del concejo.

Tsamera tenía tres grandiosas brañas en el largo valle que queda por encima del pueblo, coronadas por una parte de la Braña del Tsobornal, en la que una pared de piedra la separaba de la perteneciente a Vatsáu. Todas con grandes camperas (e incluso praus de siega y grandes cabañas que hacen difícil su catalogación pues están muy alejadas del pueblo) y un amplio monte, con todo el solano despejado y apto para el pastoreo, al menos de ganáu menudo. Viéndolas, uno podía pensar que en el pueblo todos deberían ser ricos, grandes ganaderos y con buenas tierras de labrantío alrededor del pueblo. Pero la mayoría de esas brañas nunca habían sido del pueblo, lo eran desde la década de los ochenta del siglo pasado, tras comprarlas a los señores propietarios. (4)

Hasta tres buenas brañas tiene Tsamera en el solano de La Serrantina. 2 enero 2019.

Hacia 1987 el pueblo de Gillón compró al "señorito" de Bimeda dos importantes brañas: La Filtrosa, que el señorío tenía alquilada a Vaqueiros de Alzada, y Chouchina, alquilada a pastores trashumantes. Hasta ese momento Gillón solo tenía derecho a compartir esos pastos. Gillón, también un potencial pueblo rico por sus abundantes recursos, tuvo primero que comprar sus tierras y sus casas, como el resto de pueblos campesinos, pues se las había "robado" el Señorío del Monasterio. Podía poner más casos pero sirvan estos como ejemplo.

Incluso en el Naviegu, aunque no en las partes más altas, contamos con unas peculiares brañas. La Sierra de San Tsuao, que divide el Cibea del Naviegu hasta la collada de Vatsáu, tiene altitudes relativamente bajas. Su máxima altitud es el Picu Sigueiru a 1504 m., mientras que su inicio (o final según se mire) en La Chabola de Vatsáu está sobre los 1100m. Los pueblos que ahora nos interesan: Vitsar de Naviegu, Vitsacibrán, La Tsinde, Caldevitsa d´Arbas, L´Outeiru y Tsindouta, están a la vera, o cerca, de la carretera que asciende a El Puertu. Situándose casi a media ladera. Sus brañas están por encima, a medio camino de la cima de la sierra, instaladas en cuencos dejados por la erosión glaciar y las explotaciones auríferas romanas, tan abundantes estas últimas en esta ladera. 

La Chabola y Vatsáu a la derecha de la foto, marcan el final de la Sierra de San Tsuao. 28 diciembre 2019.


Pisos altitudinales en la Sierra de San Tsuao, con sus respectivos aprovechamientos por los pueblos de veiga y los de media ladera. Solo faltan los agrícolas, desaparecidos por su reconversión hacia el sector ganadero. 28 diciembre 2019.

Las cortas distancias hacen que estas brañas sean al mismo tiempo equinocciales y estivales. Por debajo de ellas están los praus, en ellas también praus, camperas y cabañas y por encima, hasta la cresta serrana, los pastos del monte comunal, totalmente despejados de vegetación arbórea como no podía ser de otra manera. 

Sierra de San Tsuao coronada por el Pico Sigueiru. Por debajo las brañas y más abajo los pueblos a media ladera. 31 julio 2019.


Sierra de San Tsuao.31 julio 2019.

Estas brañas son un ejemplo perfecto de adaptación al medio, algo que es lo que predomina en cualquier tipo de braña, por mucho que nosotros intentemos encorsetarlas en unos u otros tipos, y al variar el medio, no nos cansaremos de repetirlo, también varía la tipología de las brañas.

Ya vimos en el capítulo 11 de este blog como las brañas de Munietsus eran diferentes al modelo considerado como normal. No eran equinocciales pues no tenían ni praus cercados ni variedad de cabañas, ni tampoco exclusivamente estivales porque al ser la mayoría de ellas brañas de veiga y situadas a poca altitud no solo se utilizarían en verano si no también en primavera y parte del otoño. Pero incluso dentro de ellas había una gran variedad en su utilización.

Las de los pueblos de Ibias (Villardecendias, Oumente, Alguerdo y Valdebóis) tenían una limitación especial: una sierra, con pasos (cutsaus) en torno a 1500 m. de altitud, se interponía entre los pueblos y las brañas que utilizaban en Munietsus. La utilización de estas brañas estaría limitada por la presencia de la nieve en esos pasos por los que se introducía y se sacaba el ganáu. No por la presencia de nieve en las zonas pastadas, si no arriba en las vías de acceso. 

Trozo de la sierra sobre el vatse del Ríu Tixeirúa por el que se accedía a La Boizuna. Foto Ástor. julio 2017.


Sierra sobre el vatse del Ríu Refuexu, el del medio de la Reserva, por el que se accedía a las Brañas de Los Pradallos y a La Veiga Las Gallegas. foto Ástor. Julio 2017.


Parte del tramo de la sierra del Ríu La Candanosa (el de Las Tsagunas) por el que se accedía a La Veiga Los Trabóis. Foto Ástor. Julio 2017.


Otra parte del tramo de la sierra del Ríu La Candanosa, la que linda con Valdebóis, en donde se encontraba la Braña de Furmigueirus y por donde se accedía a la de Los Tsagozos. Julio 2017.

Buena parte de la primavera les estaría vedado el uso de todas esas brañas. Presencia de nieve en los pasos, posibles nevadas tardías, ausencia de pastos, brotes y hojas, explicarían la tardanza.

Cuatro de los seis "campos base", a los que tendría que regresar el ganáu todas las tardes para protegerse de los depredadores, funcionaban más como brañas estivales, debido a su elevada altitud (La Boizuna, Los pradallos, Furmigueiros y Tsagozos) pero podían usarse antes del verano al aprovecharse terrenos situados por debajo de ellas.

Mas precoz sería la utilización de las brañas de veiga (A Veiga as Galegas y A Veiga os Trabóis) que utilizarían pastos de primavera y luego pastos de verano, acompañados del ramoneo correspondiente.

Pero en ambos casos todo el ganáu tenía que sacarse antes de las primeras nevadas postveraniegas, no pudiendo aprovecharse a fondo los frescos pastos de la otoñada.

Todos estos pueblos disponían de sus propias brañas, situadas ya en su vertiente, con al menos una equinoccial por cada pueblo y alguna estival, pero que debido a los pobres suelos que posee la zona, las hacían insuficientes para el desarrollo de la ganadería bovina que llegaron a poseer. Moelos, como ellos llamaban a Muniellos, solventó en parte ese problema y junto a sus ancestrales rebaños de cabras y ovejas se desarrolló una importante ganadería bovina. Para estos pueblos, excepto Valdebóis del que ya nos ocuparemos a su debido tiempo, las brañas arrendadas de Munietsus eran brañas estivales, aunque de amplio espectro pues conocían sus peculiaridades, a donde solo llevaban el ganáu seco, aunque en los últimos años de su existencia (años cincuenta e inicio de los sesenta del pasado siglo) tengo constancia de que se llevaban todas las posibles, sin importar su estado. (13)

La imagen habla por si sola. Fijaros en las enormes parras existentes. Todos los caminos y el pueblo, no solo el de Alguerdo si no el de El Villar y otros, estaban emparrados, sujetadas por buenos varales de castaño y con la suficiente altura para que por debajo pudieran circular los carros, que cuando llevaban la yerba podían alzarse bastante. 

También era diferente el uso de las brañas utilizadas por los pueblos de la vertiente del Narcea. Las de los pueblos colindantes con la Reserva eran claramente estivales, como Los Sagráus y el Pradón de Bisulaz, ambas de Oubachu, o La Veiga Vieja, La Veiga La Chunal-La Fulgueirina, El Cutsau y la zona de Tsumbón de Mual. Aunque aquí también variaba la tipología con dos brañas de veiga, La Brañina de Decutsada y la Veiga de Bisnuevo susceptibles de ser aprovechadas antes y después del verano.

El resto de Brañas, llevadas por pueblos más alejados (Vega del Ríu Rengos) eran todas de veiga. Por debajo de los 1000m. de altitud o en ese límite. En la Veiga´l Tixidal, la Veiga Samartinu, la Veiga La Folgueirosa, la Veiga Las Varas y la Veiga Cruces, el ganáu se llevaba cuando el tiempo lo permitiera y cuando hubiera ya alimento para su sustento, en torno al mes de iniciarse la primavera. Era el que más tiempo permanecía en ellas ya que no se sacaba hasta las primeras nevadas sobre sus altitudes, mediado el otoño o incluso más tarde si se podía. Aquí una fuerte nevada era menos peligrosa porque el ganado siempre se sacaba hacia abajo.

En Munietsus, salvo las brañas de altura situadas en la sierra o en sus inmediaciones, el resto de ellas tenían una ventaja y es la de estar entremezcladas con masas boscosas. El arbolado tiene un poderoso impacto sobre variables climatológicas, no solo atrae las precipitaciones si no que regula la disponibilidad de agua y humedad en todo su entorno. Este aumento de la humedad favorece el aumento no solo de la hierba si no de otros productos susceptibles de ser consumidos por nuestros herbívoros domésticos y lo hace además en momentos estacionales más diversificados, sobre todo si lo comparamos con montes más desarbolados. Aquí el sol nunca llega a "calcinar" los suelos. Las brañas de veiga y sus zonas semi aclaradas poseían comida para el ganáu durante casi todo el año, a excepción del frío invierno, lo que explica que se pudieran utilizar durante ese largo periodo de tiempo. Son primaverales, estivales y otoñales, todo en uno, algo que las hace especiales.

También las brañas de Mual eran especiales, como veremos a continuación. Mual no tenía muchas opciones a la hora de la instalación de sus brañas. El solano del pueblo no tenía, como ya vimos, monte con diferentes altitudes pues donde estas se dan ya pertenecen al Monte Oubachu, siendo el de Mual básicamente de vega. En la única zona con desniveles altos, Valmayor, no había brañas, por ahí se llevaría la vecera de cabras, y tal vez de ovejas, sobre todo cuando hubiera tsande, pero estas regresaban todos los días al pueblo. En el avesíu, el Vatse La Cutsada, El Funtanón, el Vatse Cogotsu y el Vatse Xuanbifa tenían poca altitud y además están muy cerca del pueblo por lo que el ganado que se llevaba a pastar, volvía en el mismo día a las cortes del pueblo

Reiduz ya es harina de otro costal. Su irregular curso, con numerosas curvas y quiebros, provoca en toda su vertiente izquierda numerosos afluentes, vatsinas separadas por imponentes "tsombus", tesos no muy pendientes, salvo los primeros tramos pegados a la vega y los últimos cercanos a El Cabrón. Además donde confluyen dos de esos tesos se conformaba un espacio llaneado de cierta envergadura.

Los tsombus de Reiduz. Foto Google.

Es precisamente en esos tsombus y rellanos, y en otros menos marcados de la vertiente derecha, relativamente alejados del pueblo, donde estarían unas brañas que podríamos llamar de primavera, porque utilizaban los pastos y brotes de esa época, aunque también los pastos otoñales. Serían el equivalente a las brañas equinocciales, pero sin prados cercados ni cabañas , habiendo como mucho una cabana muy modesta y hecha con materiales perecederos, unos tablones con escobas donde pudiera cobijarse el pastor cuando las condiciones climatológicas fueran adversas y donde pudiera también pernoctar. Eso cuando había pastor porque este no estaba todo el tiempo con el ganáu. 

En lo que respecta al terreno pastado, este no estaría conformado por una gran campera, si no que estas eran más bien pequeñas, salpicando un monte donde de vez en cuando habría un árbol o un grupo de ellos, que servirían para ser ramoneados. Una de ellas, acaso la de mejor tamaño, más llaneada y preferentemente dotada de una fuente, mínimamente adaptada para que el ganáu pudiera beber, era la que servía de campo base, en el que se procuraba reunir, al final de cada jornada, a todos los animales, para poder controlarlos y defenderlos de posibles depredadores, en especial del temido tsobu.

Era, en numerosas ocasiones, la existencia de una fuente, con limpias aguas, la que determinaba la ocupación del campo base, tanto de las de primavera como de las estivales. El ganáu y la gente no podía beber agua en cualquier lugar. Decía mi padre, Sabino, que el único animal que podía beber en aguas estancadas era el caballo ya que, según él, tenía en su boca algo para filtrarla. El agua tenía que estar limpia y sin ningún tipo de contaminación, algo que los regatos y cursos más o menos permanentes de agua, no siempre cumplían ya que las vacas en su continuo deambular, orinaban y defecaban en cualquier lugar. Si el agua fluía lentamente había que hacer algo de pozo para que el agua se pudiera acumular, y algo elevado o delimitado para que el ganáu no lo pudiera pisotear. En A Veiga os Trabóis, pegado al regato de la Vatsina La Penona La Veiga Los Trabóis, en la misma veiga había uno de estos pozos.

Sería en ese campo base donde se construiría la modesta cabana del pastor, en ocasiones un viejo roble, u otro gran árbol, ahuecado por su interior podía servir para refugiarse en caso necesario. Desde ese punto el ganáu irradiaría hacia arriba, hacia abajo o hacia los lados, buscando las zonas donde pudiera pastar y ramonear. El ganáu, como las personas, tampoco es "tonto" y pronto se daba cuenta del rumbo a seguir, eso sí, siempre sin prisas y luego cuando tuviera llena la panza, tumbarse a rumiar lo ingerido y refrescarse a la sombra o en un lugar donde corriera la brisa. Por eso a las vacas les disgustaba tener que abandonar el monte, en él podían sentirse plenamente libres.


La Ruta a Las Tsagunas 36 El bosque mixto 2. Los Tsagozos.

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