2/28/2023

El Monte y el guía de Munietsus 102 Dataciones radiocarbónicas calibradas.

Se ven perfectamente los anillos de crecimiento, por cierto muy prietos, en este roble de Caguatses d´Abaxu. 10 julio 2020.

Cuando se ideó el método del carbono 14 se consideraba que esos niveles de C.14 de 1950 habían sido constantes a lo largo del transcurso del tiempo, pero pronto hubo dudas y hoy se sabe a ciencia cierta que esos niveles variaron. Se recurrió a la calibración. Calibrar significa cambiar la fecha obtenida por C.14 por otra conseguida de forma más segura.

Hasta 14.000 años BP de antigüedad se utilizó la dendrocronología, que analizaremos a fondo al estar relacionada con algo muy recurrente en este blog, como son los árboles. La dendrocronología es la ciencia que estudia los anillos de crecimiento de los árboles, para datar cada anillo y saber la edad de cada árbol.

En la madera de chopo los anillos son muy visibles, dada su gran anchura. Caguatses d´Abaxu. 19 abril 2018.



Como todos sabréis los árboles, excepto los tropicales, durante su crecimiento, crean dos anillos cada año, en progresión de dentro hacia fuera, ya que los árboles siempre crecen (aparte de hacia arriba) en ese sentido. O sea que los dos anillos del corazón del tronco, la medula, son los anillos del primer año de vida del árbol, mientras que los dos anillos más exteriores, un poco más adentro de la corteza, se corresponden con los de su último año.

Los dos anillos anuales tienen un color y un tamaño muy diferente. El anillo claro es siempre de mayor tamaño, ya que se formó durante la primavera y principios del verano que es cuando el árbol dispone de más humedad y nutrientes. Por contra el anillo oscuro es de menor tamaño al formarse a finales del verano y principios del otoño, cuando escasean el agua y los nutrientes. 

Petraea de Decutsada, con sus anillos bastante visibles. 27 julio 2018.


En los anillos esta narrada la vida de la que ha disfrutado el árbol que los posee. Su tamaño en anchura nos informa , someramente, de las condiciones ambientales y climatológicas imperantes durante su formación: si los anillos son estrechos se debe a la existencia de un clima seco, con pocas precipitaciones y frío. Si son anchos nos hablan de un clima más húmedo y templado. Estas y otras observaciones y análisis obtenidos con potentes microscopios son de gran utilidad para paleontólogos y paleoclimatólogos. 

Apenas si se ven los anillos de este joven ulmus pumila de Navatejera. 7 abril 2018.

A efectos de conteo solo se tiene en cuenta uno de dichos anillos, eligiéndose el que mejor se ve. De manera que un anillo es igual a un año de antigüedad. 

Se ven bastante bien los anillos de estos jóvenes teixus, precisamente por su edad. de adultos es más difícil pues son estrechos. 17 julio 2022.

Lo que se busca contando y datando cada anillo es obtener un Registro continuo del patrón de crecimiento de los anillos de los árboles de una zona determinada. El Registro debe contar con todos los anillos, en su disposición original y datados desde la actualidad (ahora en 2023) hasta 11. 900 años BP (aumentado en el 2020 al 14.000 años BP). Pero los árboles no crecen todos de la misma forma por lo que los registros tienen que hacerse sobre árboles de la misma especie y además estos tienen que encontrarse en una zona concreta que comparta el mismo clima, pues distintos climas producen anillos diferentes incluso en árboles de la misma especie. Una compleja tarea que aún no ha concluido y que se va completando poco a poco. 

Anillos de crecimiento en una rama de madroño (arbutus unedo). 31 enro 2023.

En una primera fase, para fechas más recientes y para obtener muestras (perfectamente conservadas, mediante porta anillos y fotografías microscópicas, realizadas todas al mismo tamaño y digitalizadas, que permitan luego las comparaciones) se recurrió a árboles vivos. No hace falta cortar el árbol para contar sus anillos. Se utiliza un barreno (barrena Presler) muy fino, de 1cm cuadrado de superficie, que hace un agujero, cerca de la base del tronco, que llega hasta su médula y que introduce un cilindro que luego se extrae, manteniendo los anillos que se han tomado en su disposición original. Luego se rellena el agujero con resinas, cera u otra sustancia para evitar la entrada de hongos u otros patógenos dañinos. 

Si los árboles están cortados el conteo es más fácil. Chopos Caguatses d´Abaxu. 19 abril 2018.

A pesar de ello dudo que yo fuera capaz de infringirle semejante herida a un árbol querido, o sea a cualquier árbol. He leído por ahí que en 1964 en USA a un dendrocronólogo se le quedó atascada una broca en el interior del tronco de un pino longevo (pinus longaeva), al que debido a la antiquísima edad que se le suponía le habían apodado Prometéus (Prometeo el Titán de la mitología griega que robó el fuego a los dioses para dárselo a los hombres). Ante la excusa de que la necesitaba pues no podía conseguir otra antes del final de la temporada, para recuperarla solicitó y obtuvo permiso para cortarlo. un horrendo crimen sin justificación posible, realizado por alguien que anteponía sus intereses particulares a los de un anciano milenario. Algo propio de un tipo de científicos sin escrúpulos para los que el avance de la ciencia, y su propio beneficio, está por encima de la vida misma. 

Pinus longaeva. Al crecer en un ambiente tan hostil, un auténtico desierto, la anchura de los anillos debe de ser diminuta. Loren Reinhold del National Park Service USA.

El posterior conteo de los anillos de Prometeo y después de una serie de correcciones, necesarias porque la sección del tronco analizada se hallaba a 2,5 m. de su base (no se pudo realizar más abajo pues los anillos internos desaparecían por debajo de ese punto) estimó su edad cuando fue talado en al menos 5.000 años, lo que lo convertía en el organismo no clonado (no rebrotado) más viejo de los conocidos. Incluso más que su pariente Matusalén (personaje que según la Biblia vivió 969 años), otro pino longevo que sigue vivo y al que se le suponen más de 4.850 años. El sacrificio de Prometeo desencadenó una oleada de protestas y hoy está prohibida la tala en esa colonia de seres milenarios, manteniéndose oculta la ubicación de Matusalén y solo permitiendo itinerarios muy controlados por esta zona californiana.

Troncos de roble. Los más anchos eran los cercanos a la base pero en ellos ya no hay anillos debido a la pudrición. 10 julio 2020.

 

Matusalén o más bien otro anciano pino longevo, pues este parece estar ya muerto ya que no se le ven hojas. La resina parece preservarlo del paso del tiempo. ¡Precioso!.

En el laboratorio se extrae el contenido de los cilindros sin alterar su disposición, se les lija y se les aplica líquidos especiales que hacen resaltar los anillos. Se les toman fotografías digitalizadas que al ampliarse facilitan el conteo y que sirven de base para el Registro, asignándole a cada anillo la edad cronológica que le corresponda.

Luego se recurrió a madera arqueológica de la misma especie de árbol y en la misma zona geográfica, conservada en algunas construcciones (casas, iglesias...). Mediante programas informáticos se comparan los anillos de crecimiento de esta madera con los obtenidos de los árboles vivos hasta que una secuencia de anillos de ambas sea idéntica (se dice que se superpone) y cuando la madera se prolonga a edades más antiguas, se toman esos anillos, debidamente fechados, para aumentar el Registro.

Esta misma metodología se repite sobre madera cada vez más antigua hasta llegar a emplear madera y troncos conservados en sedimentos.

Existen bancos de datos que recogen estos registros, así que cuando se recoge un tronco y se quiere saber la edad que tiene solo tendremos que comparar la secuencia de sus anillos con las recogidas en los Registros, hasta encontrar que ambas coincidan entre si y como los Registros ya tienen grabada la edad de cada anillo, tomaremos esta para fechar el tronco en cuestión.

Para calibrar hay que utilizar dos tipos de dataciones. Imaginemos que encontramos un tronco en un sedimento y que le aplicamos la datación por carbono 14 y luego la datación dendrocronológica, obteniendo dos fechas distintas. La fecha calibrada será la obtenida por el conteo de los anillos, que tiene la ventaja añadida de aparecer en calendario gregoriano.

La datación calibrada lleva, después de la fecha, la abreviatura "cal" y a continuación las siglas, según sea el caso, de antes de Cristo (a.C.-BC) o las de después de Cristo (dC -AD). Ejemplo: 5.000 cal. BC.

Tras realizar multitud de dataciones a doble banda (radiocarbónicas y dendrocronológicas) se han creado curvas de calibración aplicables a cualquier resto orgánico muerto antes de 1950.

La curva de calibración se representa en unos ejes de coordenadas (cartesianos). En el eje X (el horizontal) están los intervalos de los años del calendario (escala de tiempo dendrocronológico, desde equis años hasta la actualidad, aunque solo se puede calibrar hasta 1950, el año cero radiocarbónico), teniendo en cuenta que abarcan tanto los anteriores a Cristo como los posteriores. En el eje Y (el vertical) están los años radiocarbónicos (desde equis años a cero). Los intervalos del calendario da igual que vayan ascendiendo o descendiendo desde la izquierda, los radiocarbonicos siempre irán subiendo de abajo hacia arriba. 

A estas curvas de calibración les faltaría un milenio (el sexto a.C y el octavo B.P.) para calibrar desde el inicio del Neolítico en la Península Ibérica. Aparecen dos curvas para resaltar como sería la curva si no existiera corrección por la variación atmosférica en los niveles de radiocarbono u otras causas. Esa curva, la azul, seria una línea recta como se ve en la imagen. Normalmente solo aparece la curva roja, la calibrada.

Calibrar una datación de C. 14 con esta grafica es como coser y cantar. La puede realizar hasta un niño.

Pero incluso con dataciones calibradas debemos ser muy cautos, pues tanto los Registros dendrocronológicos como las curvas de calibración están en una continua puesta a punto. Aún hay lagunas e incluso se utilizan Registros de diferentes árboles y lugares para elaborar Registros más amplios. Se dice que los robles y las fayas tienen unas secuencias de anillos muy parecidas, pero superponerlos no me parece muy científico.

En realidad es imposible contar todos los anillo. A medida que nos alejamos de la base del tronco, muchos anillos se pierden, desaparecen, y las muestras se toman a una altura del suelo entre 1,30 y 1,50 m. donde ya se han perdido unos cuantos. A ello se une la presencia de anillos invisibles y la de los falsos anillos. Todo ello hace que las dataciones dendrocronológicas no sean seguras al cien por cien, aunque , eso sí, son las que más se le acercan. 

Petraea de Decutsada donde casi no se ven sus anillos. 27 julio 2018.


Anillos de crecimiento en un roble, su conteo no sería muy fiable para saber su edad pues están bastante alejados de la base. 17 julio 2020.


Esta sería la distancia del suelo idónea para contar los anillos de crecimiento ya que pocos se perderían. Chopo de Caguatses.

Pero, como vemos en la segunda gráfica de las curvas, la calibración no llega solo a donde llega la datación dendrocronológica (14.000 años BP), está llegando hasta donde llegan las dataciones radiocarbónicas. El carbono 14 puede fechar restos orgánicos con una antigüedad cercana a los 60.000 años BP. A partir de esa edad los isótopos de C. 14 o se han extinguido (transformándose) o son tan insignificantes que ya no sirven. 

En la curva de calibración aparecen las dos fechas, la radiocarbónica y la calibrada, solo hay que prolongar hacia los ejes donde aparecen las fechas.


Hasta el 24.000 años BP se utilizó el uranio (obviamente no el isótopo 235 que es altamente peligroso) que había demostrado ser muy fiable. Se dataron corales con las dos técnicas y pasaron a ser calibradas las de uranio. Para fechas más antiguas las dificultades aumentaron y hasta 55.000 años BP se han usado registros sedimentarios, sobre todo de lagos y océanos, e incluso estalagmitas encontradas en cuevas.

Las curvas de calibración han ido retrocediendo en el tiempo de forma notable. En el 2.004 la INTCAL (Curvas Internacionales de Calibración de Radiocarbono) creó una que llegaba a los 24.000 años BP. en el 2.010 se llegó a los 50.000 años BP. Las curvas están abiertas y cada año en la revista Radiocarbón se van corrigiendo. 

Curvas de calibración.


Las INTCAL se han mejorado en 2.020 gracias al estudio de varias universidades inglesas que utilizaron mediciones de casi 15.000 objetos que tenían hasta 60.000 años BP, como parte de un proyecto de 7 años. Existen tres curvas, dependiendo de donde se encuentre el objeto a fechar: Hemisferio Norte, Hemisferio Sur y Océanos del Mundo.

Teniendo en cuenta que las curvas van afinando su puntería con el paso del tiempo, lo mejor es hacer lo que ya hacen algunos estudiosos: poner las dos fechas. Al lado de la datación calibrada, entre paréntesis, se coloca la datación radiocarbónica, siendo así posible su corrección cuando aparezcan nuevas curvas mejor calibradas.

La correcta lectura de las siglas y las abreviaturas utilizadas por los estudiosos de nuestro pasado es fundamental para una correcta interpretación de lo que nos están contando. A veces salen en nuestros periódicos, ya vimos un ejemplo en el capítulo anterior, noticias sobre recientes y relevantes descubrimientos en el campo de la Historia. En ellas es muy frecuente que el redactor de la noticia confunda la expresión "hace x años" con la de "x años BP, o sea que piense que es lo mismo. Parte de la confusión se debe a que interpreta BP (before present) como antes del presente, entendiendo "presente" como el año actual, el año en el que redacta la noticia. Y si entiende que presente se refiere a 1.950, de nada le servirá añadirle a la datación BP los años que han transcurrido desde 1.950 hasta la actualidad, que en 2.023 es de 73 años.

En ambos casos se está cometiendo un grave error porque las dataciones radiocarbónicas, que siempre llevan las siglas BP, no son dataciones cronológicas, solo lo son en relación con otras fechas obtenidas mediante C. 14. Para que una fecha BP sea cronológica es imprescindible su calibración. Solo con una fecha BP calibrada y haciendo las pertinentes operaciones se puede hablar de "hace x años".

Os pondré un ejemplo con una fecha que ya hemos mencionado. 3.100 cal BC (o sea 3.100 años calibrados antes de Cristo) se utiliza como el inicio de la cultura de Los Millares. ¿Cuántos años hace de ello?. A los 3.100 años de antes de Cristo habrá que sumarle los que llevemos de después de Cristo, que a día de hoy son 2.023 años, con lo que tenemos 5.123. O sea que hace 5.123 años surgió la cultura de Los Millares.

Por último una sigla muy utilizada en las dataciones históricas y usada cuando no se está totalmente seguro de una fecha es la de "ca", abreviatura del latín "circa", que significa "alrededor de", "cerca de".       

2/14/2023

El Monte y el Guía de Munietsus 101 El Calcolítico. Asturias. Dataciones mediante carbono 14-

Junto al teixu más anciano de teixidal de Brañarronda (Rioscuro de Tsaciana). 21 julio 2018.

En la Península Ibérica no cabe duda de que el foco central de los cambios se sitúa en el Sureste y Sudoeste y que desde allí va irradiando hacia el resto. De hecho las primeras evidencias, de las que tenemos constancia, de actividad metalúrgica, se remontan al Neolítico Medio, en un poblado al aire libre en Almería, con una datación calibrada en torno a mediados del V milenio BC (4.500 a.C.) lo que la haría ser la más antigua de Occidente.

Las evidencias se repiten durante todo el IV milenio cal. BC. Pero esta metalurgia no supuso una revolución tecnológica que provocara grandes cambios. Su finalidad no era funcional, no se creaba con ella útiles que hicieran más efectivas las labores agroganaderas. Era un objeto más, eso sí de gran valor pues su exotismo y belleza dotaba a sus poseedores de enorme prestigio.

Desde fines del IV milenio cal. BC y principios del III (3.100-2.900 cal. BC) la metalurgia se expande, desarrollándose en esa zona del Sur las paradigmáticas culturas calcolíticas representadas por Los Millares y Vilanova (esta última en el Sur portugués), acompañándole el Centro y Norte portugués, Galicia y La Meseta Norte. El resto del territorio peninsular se acaba incorporando a lo largo de ese III milenio y la metalurgia del cobre pasa a ser una práctica económica habitual, lo que da pie a considerar este tercer cal. BC como el milenio del Calcolítico.

El caso de Asturias es contradictorio. Por un lado la presencia de cobre es abundante, como prueban las modernas minas decimonónicas y de la primera mitad del siglo XX, existentes en la región o las actuales donde la Empresa minera que está saqueando la zona de Belmonte-Salas en busca de oro, también procesa, aparte del oro, este metal.

Se cree que la mayoría de las minas prehistóricas de cobre de la Península Ibérica eran de poca complejidad. Extraían el cobre superficial, mediante trincheras a cielo abierto y poco más. Pero en Asturias hubo, aparte de estas, auténticas minas de interior. En lo alto de la Sierra del Aramo, gracias a los trabajos de De Blas, de la Universidad d´Uviéu, se ha descubierto la mayor mina de cobre prehistórico de toda la Península. Su hallazgo se debe a que la bocamina de una moderna mina se topó con otra mucho más antigua. En la roca caliza hay minados subterráneos de casi un kilómetro de longitud, con una producción de cobre extraído estimada entre sesenta y ochenta toneladas. 

"De la caverna al lugar fortificado. Una mirada a la Edad del Bronce en el territorio Astur-Cántabro. De Blas 2011. 

Gracias a los restos encontrados se ha podido reconstruir el proceso de extracción. Con ayuda del fuego (y seguramente del agua para aprovechar los contrastes térmicos) que harían desagregarse las rocas y utilizando útiles de piedra y de asta de ciervo, perfectamente documentadas, se fueron horadando túneles estrechos que seguían los filones del cobre, construyendo repisas para apoyar los pies cuando los túneles eran verticales y alumbrándose con teas de teixu. En fin, un "trabajo de chinos". Comenzando ahí la figura del "minero", tan emblemática en la historia de nuestra región y tan triste pues el fruto de sus sudores siempre se lo llevaron otros.

Grandes cantidades de madera de teixu fueron utilizadas en el arranque al fuego. Las razones: cercanía a la bocamina en los bosquetes cercanos. Es inodora al quemar pues no posee tóxicas resinas y es un combustible denso con gran poder calorífico. "El laboreo en La Sierra del Aramo...". De Blas 2.014.


Las teas de iluminación eran de teixu, impregnadas en grasa animal o cera para que duraran más y alumbraran mejor. De Blas 2.014.


Sistemas de seguridad. Tanto los pilares como los arcos se hacían labrando la roca madre. De Blas. 2.014.


Utillaje en piedra. De Blas. 2.014.


Utillaje pétreo. Con mazas de hasta 5 kg. de peso. De Blas 2014.


Utillaje en asta de ciervo. De Blas 2.014.


Útil asta de ciervo. De Blas 2.014


Útil de asta de ciervo. De Bas 2.014


También hay algún útil de teixu, madera muy dura y resistente, al tiempo que elástica, tal vez usadas como cuñas encajadas entre las grietas. De Blas. 2.014.

 

Claro que la mina no se creó de una tacada si no que estuvo en explotación durante muchísimo tiempo. Las astas de ciervo sometidas al radiocarbono sugieren una datación circa (alrededor de) 2.500 a.C., para su comienzo y el 1.500 cal. BC para su final, con parones no solo estacionales (a la altitud a la que se encuentra solo se trabajaba en ella cuando el tiempo era benigno, pongamos en verano) si no también durante largos periodos de tiempo.

Otras grandes minas, como la de El Milagro en el concejo de Onís, datado con las mismas cronologías, prueban el poder de la minería cuprífera asturiana a finales del Calcolítico y durante buena parte del Bronce.

El prehistoriador y arqueólogo J.L. Maya, muy relacionado con Asturias (excavaciones en La Campa Torres...) e incluso con Cangas ya que junto a De Blas y alumnos de la Universidad d´Uviéu, excavaron el Castro de Tsarón, el único analizado a fondo de nuestro extenso concejo, sugería la posibilidad de la existencia en la Península de diferentes focos metalúrgicos, hallándose uno de ellos en el Norte, entre Asturias y León, dada la existencia de buenos yacimientos de cobre. Yacimientos que pese al posterior expolio romano aún fueron explotados en épocas recientes. Su prematura muerte a comienzos de nuestro siglo le privó de ahondar en esta línea de investigación. 

El Castillo de Lara de Tsarón el único castro excavado dentro de nuestro concejo. 29 julio 2020.

A pesar de ello los restos materiales hallados en nuestra región, de esta época calcolítica, son extremadamente parcos, es la otra cara de la moneda. Su papel periférico se comprueba en diferentes ámbitos. El foco original, el Sur, está mucho más desarrollado. Aquí "desarrollado" hay que entenderlo desde el punto de vista histórico, o sea de como fue evolucionando la sociedad. No significa que fuera mejor para sus integrantes pues seguramente en el Norte atrasado había más libertad e igualdad entre sus miembros que en ese Sur más desarrollado donde las diferencias sociales ya estaban mucho más marcadas y las "jefaturas" ya se encaminaban a sistemas estatales o preestatales. Con todo ya en los inicios de la Edad del Bronce (2.200-2.000 a.C.) se aprecia en tumbas y petroglifos una élite que destaca sobre el resto.

Y si hablamos de cultura material, no se pueden comparar los hábitats de ambas zonas. Mientras en el Norte se sigue viviendo mayoritariamente en cuevas o en pequeños poblados, tan endebles que no han dejado vestigio alguno, en el Sur los poblados son todos al aire libre, en altozanos, dotados de potentes sistemas defensivos, con ciclópeas murallas de piedra y cabañas del mismo material. Un protourbanismo que en Asturias no se dará hasta ya iniciado el primer milenio a.C., con la cultura castreña, más de dos milenios más tarde.

Las dataciones obtenidas en La Molina retrotraen la actividad minera unos 500 años, pero no cambian sustancialmente el panorama. Asturias se uniría a Galicia y a La Meseta Norte en iniciar la metalurgia cuprífera en los comienzos del tercer milenio cal. BC y es probable que su mayor época de producción se desarrolle a partir del 2.200 a.C., periodo en el que se inicia la Edad del Bronce. Porque el cobre extraído en Asturias no se manufacturaba en la misma región. Sus lingotes o tostas, tras la reducción del cobre, viajaban a zonas limítrofes (Galicia, La Meseta...) y es posible que quedara vinculado al llamado Bronce Atlántico (fachada atlántica europea) que tenía en la zona galaica de Las Rías Bajas uno de sus puntos más meridionales.

Y precisamente es desde ahí por donde penetra en la Península Ibérica el auténtico bronce, o sea la aleación de cobre y estaño. En el resto peninsular todavía se siguió utilizando durante algún tiempo el cobre, debido a que el arsénico estaba muy presente en los minerales de cobre extraídos, dándole a este cobre una mayor dureza. Algo parecido a lo que ocurrió en la civilización egipcia que nunca utilizó auténtico bronce. Con su cobre rico en arsénico fue con el que se cortaron y labraron los ingentes bloques pétreos con que levantaron sus gigantescas pirámides. Pero todo ello es otra historia, en la que de momento no voy a entrar.

Sobre las dataciones del Sur peninsular aportadas por el equipo que analizó La Molina y que son muy bajas, puede que sean ciertas, pero sus registros son incompletos. Minas de cobre las hay en una extensa cronología y ellos solo han analizado un puñado de ellas. 

Con el teixu más joven del teixidal de Brañarronda. Foto Ástor. 21 julio 2.018.

A continuación, como había prometido, vamos a centrarnos en el tema de las dataciones históricas, en concreto de las obtenidas con carbono 14. Así algunas siglas que ya hemos ido viendo y utilizando quedarán más aclaradas. Antes que nada matizar que el método del carbono 14 solo sirve para datar restos orgánicos, procedentes de seres vivos, tanto de animales como de vegetales (las entidades inertes necesitan otro tipo de técnicas) cuya antigüedad no supere los 60.000 años. Para restos más antiguos se utilizan otros métodos en los que no voy a entrar pese a ser muy parecidos a los del carbono 14.

El carbono es uno de los 92 elementos químicos que existen en la naturaleza terrestre. Como el resto de elementos, el carbono está formado por átomos, pero no todos sus átomos son iguales, ya que varía el número de neutrones que, junto con los protones, forman el núcleo de los átomos. En el carbono atmosférico hay tres tipos de átomos, cada uno con un número diferente de neutrones y se les denomina isótopos y uno de estos isótopos, el carbono 14, es radiactivo (de ahí el nombre de radiocarbónico que también se le aplica a este medio de datación).

Pero que nadie se alarme porque no es perjudicial para la salud. Es más, todos los seres vivos contienen carbono, que absorben de la atmósfera y de otros seres vivos. Cuando un ser vivo nace (incluso antes, durante todo el proceso de gestación) tiene un número determinado de átomos de carbono 14, que se mantienen en esa proporción mientras siga tomando nuevo carbono 14 y que son los mismos que hay en la atmósfera en ese momento. Se toman como base los que existían en 1950 pues a partir de esa fecha hubo numerosas detonaciones atómicas (explosiones nucleares) que alteraron la proporción de esos isótopos, llegando incluso a duplicarse.

La muerte del ser vivo no significa que desaparezcan los isótopos, siguen estando ahí, entre los restos orgánicos. Pero al no seguir absorbiendo nuevo carbono 14 comienzan a decaer. Por eso se utiliza el carbono 14, porque una de sus características, derivada de su radiactividad, es que pasado un tiempo determinado desde la muerte del ser que lo portaba, la mitad de sus átomos ya se han desintegrado (periodo de semidesintegración), estimado en 5.730 +- (más menos) 40 años. Aunque creo que se sigue utilizando la de Libby con 5.568 años, para no alterar las fechas obtenidas con anterioridad.

La velocidad de desintegración siempre es constante y pasado otra vez ese tiempo ya se han desintegrado la mitad de los átomos radiactivos que le quedaban. Lo anterior no significa que todos los isótopos de C 14 desintegrados lo hagan pasado ese tiempo. La radiactividad que emiten provoca que muchos isótopos se desintegren (en realidad se transforman) con anterioridad. La velocidad constante de desintegración va lo mismo hacia delante que hacia atrás. Si se desintegraran la mitad de sus átomos, todos ellos, pasados esos 5.568 años, no se podrían datar restos con menor cronología y ya sabemos que lo pueden hacer hasta 1950, el año cero de esta cronología. O sea que pasados 2.784 años (la mitad del periodo de semidesintegración) ya se han desintegrado el 25% de sus isótopos. Y así sucesivamente. Conociendo estos intervalos de tiempo y el número de isótopos de carbono 14 que había cuando se origino la muerte del ser vivo (el patrón de 1950), es sencillísimo hacer una tabla de dataciones. Solo tenemos que contar el número de isótopos de C 14 que hay en el resto que analizamos.

Pero claro, los átomos no se ven a simple vista, y menos los isótopos de C 14, cuya proporción respecto a los otros dos isótopos del carbono es bajísima. Hay que recurrir, en laboratorio, a técnicas analíticas muy complejas y sofisticadas. Lo que en el fondo hacen la Espectometría de centelleo líquido (LSC), más antigua, o la Espectometría de acelerador de partículas (A,M.S) es contar el número de átomos de C 14 que hay en la muestra (en realidad lo que se cuenta es la proporción de C 14, que irá variando de unas muestras a otras, respecto a la del carbono 12, otro isótopo del carbono, que se mantendrá fija porque este isótopo es inalterable).

La A.M.S. (Accelerator Mass Spectometry) es la más moderna, de momento, y permite obtener datos cronológicos con muestras más pequeñas (de 1 a 5 miligramos) que permiten datar restos muy pequeños, como las pinturas rupestres por poner un ejemplo, que con anterioridad no se podían datar  pues se necesitaba un mayor volumen de los restos a analizar. Además reducen el riesgo de contaminación de esos restos, asegurando una mayor fiabilidad en la datación. Los laboratorios de datación proporcionan una desviación estándar de sus mediciones. En 2.008 ya se podía datar una muestra de menos de 10.000 años con una precisión de más (+) o menos(-) 40 años. La datación obtenida, en años, siempre va seguida de las siglas B.P.

En la historiografía occidental,  la más evolucionada del mundo se suele utilizar una cronología basada en el nacimiento de Cristo (calendario Gregoriano) que sería el año 1. Todo el tiempo anterior es a.C (antes de Cristo) o BC (siglas en ingles. Y todo lo posterior d.C (después de Cristo) o AD (siglas en ingles), aunque en este último caso no se le suelen poner las siglas (si escribimos 2.023, sin más, ya entendemos que es después de Cristo).

Como decimos, las fechas radiocarbónicas irán seguidas de las siglas B.P. que en inglés significa Before Present (Antes del Presente) (en castellano se pueden utilizar las siglas A.P.), con una aclaración, el término Presente aquí se refiere a 1.950, por lo que ya hemos comentado líneas atrás. El patrón de referencia para saber el porcentaje (el número) de átomos de radiocarbóno en esa fecha son las reservas de ácido oxálico almacenadas en el National Institute of Standards de Estados Unidos, cuyo contenido de radiocarbóno se considera igual al de una muestra de madera de 1.950 y que sería idéntica a la del carbono atmosférico de la misma fecha.   

La Ruta a Las Tsagunas 36 El bosque mixto 2. Los Tsagozos.

Ladera derecha de Los Tsagozos, un bosque mixto en donde hasta parece que hay alguna faya. 27 julio 2.018. Nos preguntábamos en el capítulo ...