4/30/2024

La Ruta a Las Tsagunas 9 Del Teso Los Carboneros al Teso Decutsada.

Teso Los Carboneros con el cándanu (roble seco pero aún en pie, al menos una parte). Desde senda hacia atrás. 13 octubre 2.000.

En el Teso Los Carboneros, donde nos encontramos ahora, justo por debajo de la senda de la Ruta, hay un rellano conformando una especie de pequeño teso y creo que es el lugar donde, en su tiempo, hubo una carbonera. Una carbonera tradicional aunque de mayores dimensiones de la que mencionábamos en Pueblo de Rengos. Y no es descabellado pensar que hubiera otras por debajo de esta, aprovechando el terreno poco pendiente que existía aquí. Su cercanía a Las Tablizas facilitaría las labores de transporte del producto elaborado, al tiempo que la materia prima estaría en todo su entorno, donde se produjeron intensas cortas madereras por la misma circunstancia, la de la cercanía.

Es más, creo que el topónimo se refiere a ese punto concreto y que posteriormente acabaría abarcando la progresión del cerro hacia abajo y sobre todo hacia arriba. Motivado en gran medida por los deseos de la empresa propietaria del Monte (BOSNA y sobre todo Muniellos S.A.) de delimitar claramente las parcelas de este, utilizando nombres, a veces inventados y a veces reales como en este caso, pero aplicados a superficies mucho más amplias que la original.

La antigüedad de esta carbonera y la de sus posibles compañeras es difícil de determinar, aunque posiblemente estén relacionadas con la época en que el Crédito Mobiliario Barcelonés planeó construir y construyó la ferrería. Su vida activa iría desde 1.858 hasta 1.867 y luego desapareció y nunca más volvió a hacerse carbón de roble allí (con alguna faya intercalada). En Mual ni los más ancianos del tsugar relacionaba el topónimo con carbonera alguna y todos sabían lo que eran estas, lo que demuestra que es anterior al siglo XX.

Pero tenemos algo que distorsiona, al menos en parte, esta interpretación. En el 2.018, desde la misma senda, todavía se veían los restos de un gran roble instalado en el centro del teso, en su llanada superior. Restos que seguramente sean visibles a día de hoy y durante unos cuantos años más. Por su grosor podríamos pensar que el roble tendría entre 300 y 350 años de edad. Durante la vida del roble la existencia allí de una carbonera sería inviable, lo que llevaría a retrotraer su existencia a antes del siglo XVII. 

Estado de la base del tronco el 27 julio 2.018.


Estado de la copa el 27 julio 2.018.

Pero también podríamos pensar que la edad del roble no sea tan elevada. Que habría engordado mucho y muy deprisa al beneficiarse de las cenizas dejadas por la carbonera.

La carbonera del Crédito Mobiliario Barcelonés dejó de funcionar de la noche a la mañana, se abandonó de improviso por el fiasco de la ferrería. En el teso quedaron montones de ceniza y restos de carbón a medio hacer. Un abono de primera calidad y muy abundante, aprovechado por la tsande que originó este roble y luego por él mismo. 

El roble ya es un esqueleto, el que solo perdura su tronco inferior. Con una altura de 8-10 metros sobre el nivel del suelo y tres ramas en posición muy vertical. Esta completamente muerto y el tronco ya no tiene ni siquiera la corteza.

Roble seco del Teso Los carboneros, desde antes de llegar a él. 29 julio 2.017.


Detalle del tronco del roble muerto. 26 julio 2.016

No se cúal fue exactamente la causa de su muerte. Que fuera perdonado por las cortas, sobre todo por las de Muniellos S.A. (desde 1.950) ya que cuando se realizaron las de la Bosna (primera quincena del siglo XX) el roble aún sería joven, solo se explica porque padeciera alguna deficiencia y que su aprovechamiento maderero, incluso en la sierras de Las Tablizas, sería muy parco.

En esta zona las cortas realizadas por Muniellos S.A. no fueron como en Bisnuevo, las Veigas de Tixeirúa, el Ríu Las  Fayonas y las de Refuexu, en donde se aplicó una brutal matarrasa que se llevaba por delante hasta las briznas de la yerba. La empresa ya amenazaba ruina y extinción y había que aprovechar el poco tiempo que le restaba.

En Decutsada utilizaron pequeñas matarrasas, una especie de entresacas en grupo. Solo se cortaban árboles con buen aspecto, los defectuosos, viejos decrépitos o los muy jóvenes no fueron cortados.

Esa es una de las causas de que los árboles pluricentenarios sigan ahí, de pie sobre el suelo. Cuando veáis, no solo en Decutsada sino en todo el resto de nuestro monte preferido, un árbol con esas edades, si os fijáis bien acabaréis viéndole alguna deficiencia, aunque esté completo y aparentemente normal.

Que nadie se haga ilusiones con descubrir árboles algo más que monumentales que estén completamente sanos y con un largo futuro por delante. Para eso habría que deambular por zonas cerradas a las visitas, como "la selva de Munietsus", algo que no se a ciencia cierta porque hace muchos años que no la he vuelto a disfrutar.

Es una de las herencias dejadas por las talas madereras, la de dejar en pie todos aquellos árboles con alguna deficiencia ya que resultaba más barato y cómodo dejarlos tal cual que abatirlos. Y tardarán muchos más años para que desaparezcan del todo. Lógicamente eran mucho más evidentes hace unos años porque los robles nuevos eran aún muy jóvenes y los otros resaltaban sobre ellos. Con el tiempo la mayoría de los más viejos y arruinados han acabado desapareciendo o están en vías de hacerlo. En realidad son contados los ancianos y descomunales robles que aún siguen ahí.

Es la ley del bosque, para que surjan nuevos árboles es necesario que desaparezcan los más ancianos. A los más viejos les seguirán estos que decimos pluricentenarios y así el bosque de Munietsus logrará, al fin, rejuvenecerse. ¿Resulta curioso, no?. Pero es la pura verdad. Si la dejamos a su aire la naturaleza es capaz de volver a equilibrarse, es solo cuestión de tiempo.

El roble del Teso estaría rodeado de otros robles, similares a él pero más sanos, que serían talados en las primeras cortas de Muniellos S.A. Al estar en un tesín y sobresalir sobre todo lo que le rodeaba quedó expuesto a las rabietas de Eolo. Y al final ocurrió lo que suele pasar en estos casos: el viento lo desmochó, lo tronchó por bastante abajo. 

Roblón seco del Teso Los Carboneros. 26 julio 2.016.

Durante un cierto tiempo, tres ramas laterales trataron de sustituir al tronco guía y a su copa, adoptando una postura vertical. y lo lograron a la vista del grosor que llegaron a poseer. Pero al pudrir la zona de la cortadura y dado que esta era considerable, la pudrición iría bajando por el interior del tronco. A ello hay que unirle que pronto los árboles de su entorno aprovecharon su estancamiento y fueron copando las partes de arriba, privándole de mucha de la luz que antes recibía. Entre un achaque y otro el roble acabó muriéndose. 

Detalle de la copa del roble seco del teso. 29 julio 2.017.

No se cuanto tiempo lleva así. No recuerdo si en los años ochenta ya estaba así. Creo que de aquella tenía hojas aunque ya debía de estar desmochado.

Desde el Teso Los Carboneros hasta el Teso Decutsada hay otra vaguada, y una segunda que apenas notaremos. Desconocemos sus topónimos porque nadie tenía constancia de que se les llamará de alguna manera, tal vez debido a su reducido tamaño, siendo mucho menos amplias que la vaguada anterior, a lo que contribuye que las atravesemos por sus partes altas.

Aquí el panorama cambia ligeramente respecto a la vaguada anterior. Tiene una orientación más sureña, provocada por el Teso Los Carboneros, y en el entorno de la senda solo se ve una faya, del lado de abajo. Las fayas se refugian en el fondo de la vatsina, buscando una mayor presencia de humedad. Solo vuelven a predominar ahí y luego en la ladera de El Sechón, algo más orientada al Norte. 

La mayor humedad y menor insolación del centro de la vaguada favorece la presencia de alguna faya. 26 julio 2.016.

Pero desde aquí nada de eso se ve, lo que se ve son robles y más robles y si acaso algún que otro xardón. 

El robledal es realmente espectacular teso abajo. Aquí contra la vaguada siguiente. 27 julio 2.018.


En el inicio de la vaguada sorprende la enorme densidad de los robles. 26 julio 2.016.

Otra diferencia es que es un robledal bastante más joven. Por debajo de la senda su densidad es elevadísima y parece haber dos generaciones por las diferencias en el grosor de los troncos: sobre 80 años los mayores y de nueva generación, 40 o 50 años, los menores que son los más numerosos. Por encima de la senda disminuye la densidad, los robles están más espaciados entre si y son más grandes. 

Tras Teso Los Carboneros vista del robledal joven de debajo de la senda. Parece como  plantado. 23 septiembre 2.000.

En el 2.000 las partes de debajo, más densas, parecían plantaciones, por la linealidad que presentaba el arbolado. Ahí la selección natural ya lleva unos cuantos años actuando, pero aún le queda un largo camino. A poco que nos fijemos veremos como muchos troncos de los que todavía permanecen están muriendo o ya están muertos. Puede que a simple vista muchos no lo parezcan pues las partes bajas y medianas del tronco parecen estar vivas. Pero si seguimos con la vista el tronco hacia la copa, las cosas se aclaran pues esta no existe.

Pero aún tendrán que desaparecer muchos de los que todavía siguen vivos, más de la mitad y pasados unos años volver a repetirse esta entresaca natural y así hasta que los árboles no se entorpezcan entre si.

Algo parecido a esta selección natural se aplica en algunas plantaciones arbóreas, sobre todo en las de maderas nobles. Se plantan en densidades muy altas para luego, periódicamente, aplicarles aclareos. En estas entresacas siempre se cortan aquellos árboles que vayan presentando alguna deficiencia, así como muchos de los sanos para ir haciendo más espaciada la plantación.

Si tuviéramos muchos bosques, también se podría hacer lo mismo en las zonas con altas densidades y aprovechar lo cortado. Con cuidado el impacto sería mínimo, a fin de cuentas muchos de esos árboles van a morir de forma natural.

Pero la realidad es que tenemos muy pocos bosques. Si tuviéramos muchos incluso podríamos destinar algunos para producir madera y dejar otros a su propia evolución natural. En los actuales bosques protegidos, esto último es justamente lo que debemos hacer: dejarlos a su aire. Todo lo que muere en el bosque contribuye a mejorarlo.

La senda sigue siendo fácil de recorrer, aunque es algo más pendiente que el tramo anterior. Cerca del final atravesamos las partes bajas de un tseirón. Que llama la atención por lo colonizado que está. Entre los mofos, algún subarbusto, hierbas y los árboles, ya casi que lo han tapado y seguro que lo consiguen a no tardar mucho. Es así como el bosque va restañando su piel, en busca de suelos donde puedan vivir sus integrantes. 

Tseirón colonizado por mofos, lúzulas, ganzos...E incluso árboles. 26 julio 2.016.


Tseirón ya muy tapizado. 26 julio 2.016.

 Al acercarnos al teso Decutsada la senda se empina algo más y se vuelve más estrecha. Aumenta la pendiente de la ladera y también sube la temperatura y la sequedad.

Acercándonos al Teso Decutsada. 26 julio 2.016.


Teso Decutsada. 27 julio 2.018.



Teso Decutsada. 26 julio 2.016.

 

Teso Decutsada. 27 julio 2.018.

La cubierta del suelo también varía ligeramente, respecto a la vaguada anterior. Sigue habiendo abundantes lúzulas, una hierba amante de la sombra y la humedad. Pero también aparecen los ganzos (brezos) a los que les gusta el sol y la sequedad, aunque parecen encontrarse en retroceso a medida que el robledal va haciéndose maduro, privándole de la radiación necesaria para ser pujantes. 

Cuando los robles de abajo sean tan grandes como el que tenemos delante los ganzos verán drásticamente reducido su número. 29 julio 2.017.

El tema del sotobosque es algo muy amplio ya que abarca multitud de especies vegetales. Me limitaré a algunas de ellas que me son conocidas y que cualquiera puede ver aquí, en Decutsada. Los arbustos, como el acebo, el avellano, el capudre... forman parte del sotobosque pero yo prefiero agruparlos con los árboles, ya que algunos sí que lo son.

Subarbustos como los ganzos y hierbas como la lúzula se dan no solo teniendo en cuenta la orientación del terreno (solano-avesíu) o del tipo de arbolado existente (robledales- faéus - abedulares) si no también dependiendo de la edad y distribución de ese arbolado. 

En el caso de los robledales sabemos que los hay de solano (xerófilos) y de avesíu (umbrófilos), refiriéndonos siempre a robles de la misma especie. No se si me explico. Munietsus es, mayoritariamente, un robledal de albares (quercus Petraea) donde, según su orientación, forman robledales xerófilos y robledales umbrófilos.

4/15/2024

La Ruta a Las Tsagunas 8 El carbón de leña 2

Ponte La Zreizal sobre el Ríu Munietsus. A la izquierda vemos el Ríu Tixeirúa. 29 julio 2.017.

Carboneras agrupadas y es posible que algunas de ellas fueran diferentes de las que tradicionalmente se usaban en la zona. Que fuesen hornos, con parrilla, puertas metálicas y bóvedas de piedra o ladrillo macizo con respiraderos, abiertos o cerrados a conveniencia, donde el proceso de carga, cocción y extracción se hiciese de forma mucho más rápida. Su uso está documentado en otros lugares, y Muniellos, explotado por una empresa moderna, no tendría por qué ser una excepción.

Es posible que en Las Tablizas, en la llana vega aluvial, se instalara una batería de carboneras, pero el ejemplo más verosímil lo tenemos en otro lugar. A un kilómetro de La Ponte La Zreizal, metiéndonos por el primero de los tres grandes vatses de Munietsus, el formado por el Ríu Tixeirúa, están, primero un lugar llamado Las Carboneras y al poco otro llamado El Mulín del Mouro. 

Vatsina Mulín del Mouro, señalizada en rojo. Detrás está Vatsina La Chada y delante Vatsina La Piesca. 28 julio 2.018.

Cuando yo visité esta zona, en la primera mitad de la década de los ochenta del pasado siglo, lo hice buscando huellas dejadas por los romanos ya que el topónimo El Mulín del Mouro era muy sugerente. En Las Carboneras, por encima de la pista, perduraban aún restos de muros o paredes de piedra de las que nada más puedo decir.

El Mulín del Mouro está en una pequeña vega, una llanada que contrasta con el resto de la primera parte de este valle que es bastante cerrado y que luego bastante más arriba se abre en las amplias veigas de Samartinu y La Fulgueirosa, las mayores de todo Munietsus.

La pista va al lado del río y a simple vista no vi nada especial. Tampoco lo inspeccioné a fondo porque en aquel momento el placer de andar por el gran bosque había desplazado cualquier motivo diferente.

Tras la llanada había un repecho en el que la pista se alejaba del río. Enfrente, en la otra vertiente se veía como una zanja, a modo de trinchera y que pensé que podría tratarse de una bocamina. Tampoco me detuve a inspeccionarla pues quería llegar andando lo más lejos posible. Ya lo haría en otro momento, total no estaba tan lejos de Las Tablizas. Pero ese momento nunca llegó porque andando por Munietsus siempre me entretenía con lo que más me gustaba, con el bosque. En el 2.000 recuerdo una vez que lo intenté.

Crucé con mucho tiento la Ponte La Zreizal temiendo que en algún momento pudiera venirse abajo. Ya le faltaban algunas tablas y otras parecían estar muy podridas, pero las vigas maestras, supongo que reforzadas con viguetas de hierro (tapadas por el exterior con madera), aún se mantenían firmes. En el 2.016-2.018 todavía se mantenía en pie pero su aspecto decrépito no invitaba a cruzarla. Ignoro su estado en la actualidad pero no aconsejaría a nadie la osadía de intentarlo, independientemente del letrero que pone: "prohibido el paso". 

Estado de La Ponte La Zreizal el 27 julio 2.018.

Ya del otro lado seguí por donde sabía que iba la pista, que ya estaba tomada por la vegetación, con unos bonitos robles separados entre si y que ya hundían sus raíces en el borde del lecho fluvial. Luego se fue cerrando más y más con algunos puntos tomados por el río y unos espinos que parecían pequeños arbolillos, con gruesos troncos y afilados espinos. Tras pincharme varias veces y con rasgaduras en la ropa desistí de continuar, volviendo sobre mis pasos. Solo se podría internar uno por el valle yendo por el río mismo. Se me pasó por la cabeza pero nunca llegué a intentarlo.

Allí, en la llanada y del otro lado del río estarían los hornos, a los que es posible que les llegara una presa de agua para enfriar más deprisa la cocción y con la que apagar los tizones aún humeantes y que explicarían la zanja que yo mismo había visto.

El fiasco metalúrgico llevó parejo el abandono de estos hornos y el de la producción de carbón de leña y supongo que los condes exigieron a la empresa la demolición de algo que ya no se usaba y que solo serviría para entorpecer.

Si analizamos el topónimo lo veremos aún más claro. Pocos o ninguno de los lugareños (papudos, arbetsones o de la veiga del Ríu Rengos) habrían participado en aquellas labores y acabarían llamando Mulín a aquel lugar. Una presa llevando agua a una construcción era exactamente eso, un molino. En su arquitectura tradicional era lo que más se le parecería.

En Asturias la palabra mouro o su plural mouros es ciertamente un término confuso. No se refiere a los moros que participaron en el "glorioso" levantamiento militar del 36, aunque a veces estos se mezclan en su significado.

En Cangas la palabra puede tener dos significados. Los mouros eran gentes que vivieron en estas zonas, en tiempos antiguos, pero que no formaban parte de las comunidades campesinas de la época. Todos los restos de los que se desconocía su origen y su significado habían sido hechas por estas gentes. Esto es al menos lo que pensaban nuestros paisanos.

Muchos restos de la época romana, sin duda los más importantes y numerosos de nuestra historia pasada, habían sido hechos por los mouros. Os pondré un ejemplo que lo ilustra claramente: en el castro de Acio "Los Castros" hay un sitio que llaman El Asiento del Mouro, en donde según los lugareños se sentaba el jefe de los mouros, vigilando como estos trabajaban en Las Cabuercas, El Cabuerco y resto de excavaciones que hay en el entorno de Villaconejos. No especificaban en que trabajaban, pero hoy sabemos que esas excavaciones fueron hechas en época romana para lavar la terraza aluvial en busca de oro. Os podría poner muchos más ejemplos pero solo os daré otro, totalmente inédito y no incluido en ninguno de mis estudios: La Ventana de La Cueva de Los Mouros de Los Castros, un castro de Ridera.

Pero en Cangas la palabra también tiene otro significado, relacionado en este caso con el color. Según la cultura tradicional los mouros tenían la piel muy oscura, o sea negra (aquí parecen influir los moros de Franco que muchos paisanos nuestros vieron patrullando y asesinando por nuestra tierra durante la contienda y que efectivamente tenían ese color). Y con ese significado aparece en algunos casos.

Supongo que todos-as los que me leéis habréis oído hablar de Tsamas del Mouro, un pueblo cangués donde se elaboró y se sigue elaborando una famosa cerámica que se caracteriza precisamente por ser de color negro. Tsamas del Mouro= cerámica negra, creo que sobran más comentarios. 

Cenicero de agua de Tsamas del Mouro. Un regalo de Mary, la dueña de la Cafetería Restaurante de La Calzada, que aún conservo.

Con esa acepción de negro parece aplicarse en el topónimo de Mulín del Mouro, derivado de los restos, muy visibles durante mucho tiempo, dejados por el carbón de leña. Ya lo dice el dicho: negro como el carbón.

Por su parte el topónimo Las Carboneras, situado aguas abajo y muy cerca del Mulín, parece referirse al otro significado de esta palabra: almacén, lugar en el que se almacena el carbón en espera de su uso o transporte. Tal vez hubiera en el lugar alguna carbonera de cocción pero me inclino por la de ser el almacén de las carboneras del Mulín y de otras que posiblemente hubo por el resto de este gran valle.

El resto de carboneras, agrupadas y repartidas por otros valles probablemente bascularían su producción hacia Las Tablizas, donde no habría problemas en encontrarles un lugar adecuado dada la gran anchura de la vega aluvial existente.

En el siglo XX esta fiebre carbonera, en declive tras el cierre de la ferrería, no se volvería a reproducir nunca a esa escala. Aparte de no existir esa gran demanda, los nuevos propietarios del Monte construyeron una gran serrería para transformar en ella la mayor parte de lo que se talaba. Con esta y con la posterior de los años cincuenta, se podía aprovechar más a fondo todo lo cortado, utilizándose casi todo.

En las serrerías se producían muchos desechos, susceptibles de un aprovechamiento carbonero. No sabemos lo que haría con ellos la primera serrería, pero la segunda sabemos que simplemente los amontonaría y los vendería como leña, permitiendo incluso que cualquier operario de la empresa se pudiese llevar la que desease, completamente gratis.

Queda en el aire, por falta de datos, la posibilidad de que los dos camiones a vapor que utilizó la BOSNA en el primer decenio del Siglo XX para llevar la madera desde La Venta (Ventanueva) a Cornellana, dotado cada uno de ellos con tres remolques, utilizara como combustible carbón de leña, beneficiándose de su menor peso y volumen. Carbón que en caso de usarse es muy probable que procediese de Munietsus.

Cuando se reanudaron las cortas, por Muniellos S.A. en los años cincuenta, los camiones, que circularían también por el interior de Munietsus, ya eran de gasolina, atrás habían quedado los años de penuria en la obtención de este combustible.

De lo que no cabe duda alguna es de la utilización de carbón de leña en otra actividad, dentro de Munietsus. Hasta la década de los sesenta del siglo pasado no se utilizaron motosierras para cortar el arbolado. Desde el inicio de las grandes cortas fueron los célebres tronzadores (sierra manual movida por dos personas, una a cada extremo asiéndola por una agarradera que tenía) los encargados de "tronzar" los árboles y sus ramas más gruesas. Y hasta la aparición de las sierras en Las Tablizas a comienzos del Siglo XX, serían igualmente los tronzadores los que serrarían algunas de las grandes rollas para obtener tablones.

El nombre de Las Tablizas se deriva precisamente de esa actividad, apareciendo ya antes de la instalación de las serrerías. Y es probable que otros topónimos como El Serradeiru y Vatsina Serradeiru, justo por debajo de La Ponte Alta, en el Ríu Refuexu, se refieran a una zona donde se serraran troncos con tronzadores, obteniéndose tablas y tablones. 

Vatse del Ríu Refuexu, entre dos imponentes cerros: Sestu Gordu y Serrón del Niu L´Aigla. 29 julio 2.017.

Para tener a punto las sierras metálicas manuales, las hachas y otros aperos metálicos relacionados con las cortas, todas las empresas que talaron en Munietsus tuvieron que instalar fraguas, donde se restauraran los útiles usados o se crearan otros más específicos. Sin olvidarnos de la gran cantidad de instrumentos o piezas metálicas vinculadas a la saca de la madera y su posterior transporte a la villa de Cangas: herrajes para los animales de tiro, piezas de carros...Instrumentos y piezas que se desgastaban con su uso y que había que restaurar o crear de nuevo.

Es más que probable que en Las Tablizas, nudo principal de las explotaciones, existiera una gran fragua, que demandara una buena cantidad de carbón de leña.

No sería esta la única fragua, habría otras a medida que las talas fueran progresando y penetrando por el Monte. Era más cómodo y rápido tenerlas repartidas, más cercanas a las zonas que se iban talando y quedaban alejadas de Las Tablizas. Eso al menos es lo que se desprende de la fragua de Porciles. 

Vatsina Porciles. 29 julio 2.018

La BOSNA, en la primera quincena del Siglo XX no solo explotó Muniellos si no que adquirió, como antes había hecho el Credito Mobiliario Barcelonés, los derechos de explotación (por plazos de tiempo concretos) de algunos montes vecinos, Entre otros los de La Veiga´l Tachu y Oubachu.

En el "blog de Obacho", su autor tenía localizada y fotografiada una antigua fragua en el Vatse Porciles, del lado de arriba de la carretera, construida por la BOSNA cuando explotó las partes de Porciles y Valmayor pertenecientes a Oubachu y que serviría también para las partes altas de Decutsada y del Vatse Cabreiru. 

Las partes altas de Decutsada pertenecen al Monte Oubachu. 28 julio 2.018.

Lo que no sabemos es donde se fabricaba el carbón de leña de esta y de otras posibles fraguas. Si se seguía haciendo en el Monte Munietsus y dependía de la BOSNA o si esta lo compraba a particulares, o sea a campesinos de Mual o de Oubachu.

Ciertamente en los montes de ambos pueblos no había tantos desperdicios de leña como en Munietsus, pero lo que si había era leña. Sabemos que, por ejemplo, desde Mual se bajaba leña a la villa para abastecer a las panaderías que allí había. Es algo que se porque algunos de mis antepasados recientes se dedicaron a ello, aunque durante muy poco tiempo por lo menguado de los beneficios.

Además la materia prima para elaborar carbón vegetal no se reducía a lo que normalmente entendemos como leña, proveniente de los árboles. Los montes de Mual y de Oubachu estaban más castigados que los del Monte Munietsus, en lo que se refiere a su explotación maderera. Había y sigue habiendo numerosos claros sin arbolado, que llamamos grandas. Cubiertas de esos subarbustos de los que tanto hemos hablado a lo largo del blog, y que si se las dejara en paz evolucionarían hacia la formación de bosques. 

Grandas del Monte Mual y del Monte Oubachu, con su protagonista en primer plano. 31 julio 2.020.

Las cepas de los ganzos (subarbustos predominantes en las grandas) no solo se utilizaron en los caleirus o como combustible doméstico. Con ellas también se obtenía un valioso carbón vegetal. Posiblemente uno de los mejores, si no el mejor, de los que tenemos constancia.

Teniendo la materia prima lo único que se necesitaba era "trabajar como un negro" (que me perdonen los negros por la expresión, es una frase hecha que todos entendemos a la perfección, no hay ningún matiz peyorativo) y esto no era ninguna novedad para los nuestros. 

La Ruta a Las Tsagunas 36 El bosque mixto 2. Los Tsagozos.

Ladera derecha de Los Tsagozos, un bosque mixto en donde hasta parece que hay alguna faya. 27 julio 2.018. Nos preguntábamos en el capítulo ...