4/30/2024

La Ruta a Las Tsagunas 9 Del Teso Los Carboneros al Teso Decutsada.

Teso Los Carboneros con el cándanu (roble seco pero aún en pie, al menos una parte). Desde senda hacia atrás. 13 octubre 2.000.

En el Teso Los Carboneros, donde nos encontramos ahora, justo por debajo de la senda de la Ruta, hay un rellano conformando una especie de pequeño teso y creo que es el lugar donde, en su tiempo, hubo una carbonera. Una carbonera tradicional aunque de mayores dimensiones de la que mencionábamos en Pueblo de Rengos. Y no es descabellado pensar que hubiera otras por debajo de esta, aprovechando el terreno poco pendiente que existía aquí. Su cercanía a Las Tablizas facilitaría las labores de transporte del producto elaborado, al tiempo que la materia prima estaría en todo su entorno, donde se produjeron intensas cortas madereras por la misma circunstancia, la de la cercanía.

Es más, creo que el topónimo se refiere a ese punto concreto y que posteriormente acabaría abarcando la progresión del cerro hacia abajo y sobre todo hacia arriba. Motivado en gran medida por los deseos de la empresa propietaria del Monte (BOSNA y sobre todo Muniellos S.A.) de delimitar claramente las parcelas de este, utilizando nombres, a veces inventados y a veces reales como en este caso, pero aplicados a superficies mucho más amplias que la original.

La antigüedad de esta carbonera y la de sus posibles compañeras es difícil de determinar, aunque posiblemente estén relacionadas con la época en que el Crédito Mobiliario Barcelonés planeó construir y construyó la ferrería. Su vida activa iría desde 1.858 hasta 1.867 y luego desapareció y nunca más volvió a hacerse carbón de roble allí (con alguna faya intercalada). En Mual ni los más ancianos del tsugar relacionaba el topónimo con carbonera alguna y todos sabían lo que eran estas, lo que demuestra que es anterior al siglo XX.

Pero tenemos algo que distorsiona, al menos en parte, esta interpretación. En el 2.018, desde la misma senda, todavía se veían los restos de un gran roble instalado en el centro del teso, en su llanada superior. Restos que seguramente sean visibles a día de hoy y durante unos cuantos años más. Por su grosor podríamos pensar que el roble tendría entre 300 y 350 años de edad. Durante la vida del roble la existencia allí de una carbonera sería inviable, lo que llevaría a retrotraer su existencia a antes del siglo XVII. 

Estado de la base del tronco el 27 julio 2.018.


Estado de la copa el 27 julio 2.018.

Pero también podríamos pensar que la edad del roble no sea tan elevada. Que habría engordado mucho y muy deprisa al beneficiarse de las cenizas dejadas por la carbonera.

La carbonera del Crédito Mobiliario Barcelonés dejó de funcionar de la noche a la mañana, se abandonó de improviso por el fiasco de la ferrería. En el teso quedaron montones de ceniza y restos de carbón a medio hacer. Un abono de primera calidad y muy abundante, aprovechado por la tsande que originó este roble y luego por él mismo. 

El roble ya es un esqueleto, el que solo perdura su tronco inferior. Con una altura de 8-10 metros sobre el nivel del suelo y tres ramas en posición muy vertical. Esta completamente muerto y el tronco ya no tiene ni siquiera la corteza.

Roble seco del Teso Los carboneros, desde antes de llegar a él. 29 julio 2.017.


Detalle del tronco del roble muerto. 26 julio 2.016

No se cúal fue exactamente la causa de su muerte. Que fuera perdonado por las cortas, sobre todo por las de Muniellos S.A. (desde 1.950) ya que cuando se realizaron las de la Bosna (primera quincena del siglo XX) el roble aún sería joven, solo se explica porque padeciera alguna deficiencia y que su aprovechamiento maderero, incluso en la sierras de Las Tablizas, sería muy parco.

En esta zona las cortas realizadas por Muniellos S.A. no fueron como en Bisnuevo, las Veigas de Tixeirúa, el Ríu Las  Fayonas y las de Refuexu, en donde se aplicó una brutal matarrasa que se llevaba por delante hasta las briznas de la yerba. La empresa ya amenazaba ruina y extinción y había que aprovechar el poco tiempo que le restaba.

En Decutsada utilizaron pequeñas matarrasas, una especie de entresacas en grupo. Solo se cortaban árboles con buen aspecto, los defectuosos, viejos decrépitos o los muy jóvenes no fueron cortados.

Esa es una de las causas de que los árboles pluricentenarios sigan ahí, de pie sobre el suelo. Cuando veáis, no solo en Decutsada sino en todo el resto de nuestro monte preferido, un árbol con esas edades, si os fijáis bien acabaréis viéndole alguna deficiencia, aunque esté completo y aparentemente normal.

Que nadie se haga ilusiones con descubrir árboles algo más que monumentales que estén completamente sanos y con un largo futuro por delante. Para eso habría que deambular por zonas cerradas a las visitas, como "la selva de Munietsus", algo que no se a ciencia cierta porque hace muchos años que no la he vuelto a disfrutar.

Es una de las herencias dejadas por las talas madereras, la de dejar en pie todos aquellos árboles con alguna deficiencia ya que resultaba más barato y cómodo dejarlos tal cual que abatirlos. Y tardarán muchos más años para que desaparezcan del todo. Lógicamente eran mucho más evidentes hace unos años porque los robles nuevos eran aún muy jóvenes y los otros resaltaban sobre ellos. Con el tiempo la mayoría de los más viejos y arruinados han acabado desapareciendo o están en vías de hacerlo. En realidad son contados los ancianos y descomunales robles que aún siguen ahí.

Es la ley del bosque, para que surjan nuevos árboles es necesario que desaparezcan los más ancianos. A los más viejos les seguirán estos que decimos pluricentenarios y así el bosque de Munietsus logrará, al fin, rejuvenecerse. ¿Resulta curioso, no?. Pero es la pura verdad. Si la dejamos a su aire la naturaleza es capaz de volver a equilibrarse, es solo cuestión de tiempo.

El roble del Teso estaría rodeado de otros robles, similares a él pero más sanos, que serían talados en las primeras cortas de Muniellos S.A. Al estar en un tesín y sobresalir sobre todo lo que le rodeaba quedó expuesto a las rabietas de Eolo. Y al final ocurrió lo que suele pasar en estos casos: el viento lo desmochó, lo tronchó por bastante abajo. 

Roblón seco del Teso Los Carboneros. 26 julio 2.016.

Durante un cierto tiempo, tres ramas laterales trataron de sustituir al tronco guía y a su copa, adoptando una postura vertical. y lo lograron a la vista del grosor que llegaron a poseer. Pero al pudrir la zona de la cortadura y dado que esta era considerable, la pudrición iría bajando por el interior del tronco. A ello hay que unirle que pronto los árboles de su entorno aprovecharon su estancamiento y fueron copando las partes de arriba, privándole de mucha de la luz que antes recibía. Entre un achaque y otro el roble acabó muriéndose. 

Detalle de la copa del roble seco del teso. 29 julio 2.017.

No se cuanto tiempo lleva así. No recuerdo si en los años ochenta ya estaba así. Creo que de aquella tenía hojas aunque ya debía de estar desmochado.

Desde el Teso Los Carboneros hasta el Teso Decutsada hay otra vaguada, y una segunda que apenas notaremos. Desconocemos sus topónimos porque nadie tenía constancia de que se les llamará de alguna manera, tal vez debido a su reducido tamaño, siendo mucho menos amplias que la vaguada anterior, a lo que contribuye que las atravesemos por sus partes altas.

Aquí el panorama cambia ligeramente respecto a la vaguada anterior. Tiene una orientación más sureña, provocada por el Teso Los Carboneros, y en el entorno de la senda solo se ve una faya, del lado de abajo. Las fayas se refugian en el fondo de la vatsina, buscando una mayor presencia de humedad. Solo vuelven a predominar ahí y luego en la ladera de El Sechón, algo más orientada al Norte. 

La mayor humedad y menor insolación del centro de la vaguada favorece la presencia de alguna faya. 26 julio 2.016.

Pero desde aquí nada de eso se ve, lo que se ve son robles y más robles y si acaso algún que otro xardón. 

El robledal es realmente espectacular teso abajo. Aquí contra la vaguada siguiente. 27 julio 2.018.


En el inicio de la vaguada sorprende la enorme densidad de los robles. 26 julio 2.016.

Otra diferencia es que es un robledal bastante más joven. Por debajo de la senda su densidad es elevadísima y parece haber dos generaciones por las diferencias en el grosor de los troncos: sobre 80 años los mayores y de nueva generación, 40 o 50 años, los menores que son los más numerosos. Por encima de la senda disminuye la densidad, los robles están más espaciados entre si y son más grandes. 

Tras Teso Los Carboneros vista del robledal joven de debajo de la senda. Parece como  plantado. 23 septiembre 2.000.

En el 2.000 las partes de debajo, más densas, parecían plantaciones, por la linealidad que presentaba el arbolado. Ahí la selección natural ya lleva unos cuantos años actuando, pero aún le queda un largo camino. A poco que nos fijemos veremos como muchos troncos de los que todavía permanecen están muriendo o ya están muertos. Puede que a simple vista muchos no lo parezcan pues las partes bajas y medianas del tronco parecen estar vivas. Pero si seguimos con la vista el tronco hacia la copa, las cosas se aclaran pues esta no existe.

Pero aún tendrán que desaparecer muchos de los que todavía siguen vivos, más de la mitad y pasados unos años volver a repetirse esta entresaca natural y así hasta que los árboles no se entorpezcan entre si.

Algo parecido a esta selección natural se aplica en algunas plantaciones arbóreas, sobre todo en las de maderas nobles. Se plantan en densidades muy altas para luego, periódicamente, aplicarles aclareos. En estas entresacas siempre se cortan aquellos árboles que vayan presentando alguna deficiencia, así como muchos de los sanos para ir haciendo más espaciada la plantación.

Si tuviéramos muchos bosques, también se podría hacer lo mismo en las zonas con altas densidades y aprovechar lo cortado. Con cuidado el impacto sería mínimo, a fin de cuentas muchos de esos árboles van a morir de forma natural.

Pero la realidad es que tenemos muy pocos bosques. Si tuviéramos muchos incluso podríamos destinar algunos para producir madera y dejar otros a su propia evolución natural. En los actuales bosques protegidos, esto último es justamente lo que debemos hacer: dejarlos a su aire. Todo lo que muere en el bosque contribuye a mejorarlo.

La senda sigue siendo fácil de recorrer, aunque es algo más pendiente que el tramo anterior. Cerca del final atravesamos las partes bajas de un tseirón. Que llama la atención por lo colonizado que está. Entre los mofos, algún subarbusto, hierbas y los árboles, ya casi que lo han tapado y seguro que lo consiguen a no tardar mucho. Es así como el bosque va restañando su piel, en busca de suelos donde puedan vivir sus integrantes. 

Tseirón colonizado por mofos, lúzulas, ganzos...E incluso árboles. 26 julio 2.016.


Tseirón ya muy tapizado. 26 julio 2.016.

 Al acercarnos al teso Decutsada la senda se empina algo más y se vuelve más estrecha. Aumenta la pendiente de la ladera y también sube la temperatura y la sequedad.

Acercándonos al Teso Decutsada. 26 julio 2.016.


Teso Decutsada. 27 julio 2.018.



Teso Decutsada. 26 julio 2.016.

 

Teso Decutsada. 27 julio 2.018.

La cubierta del suelo también varía ligeramente, respecto a la vaguada anterior. Sigue habiendo abundantes lúzulas, una hierba amante de la sombra y la humedad. Pero también aparecen los ganzos (brezos) a los que les gusta el sol y la sequedad, aunque parecen encontrarse en retroceso a medida que el robledal va haciéndose maduro, privándole de la radiación necesaria para ser pujantes. 

Cuando los robles de abajo sean tan grandes como el que tenemos delante los ganzos verán drásticamente reducido su número. 29 julio 2.017.

El tema del sotobosque es algo muy amplio ya que abarca multitud de especies vegetales. Me limitaré a algunas de ellas que me son conocidas y que cualquiera puede ver aquí, en Decutsada. Los arbustos, como el acebo, el avellano, el capudre... forman parte del sotobosque pero yo prefiero agruparlos con los árboles, ya que algunos sí que lo son.

Subarbustos como los ganzos y hierbas como la lúzula se dan no solo teniendo en cuenta la orientación del terreno (solano-avesíu) o del tipo de arbolado existente (robledales- faéus - abedulares) si no también dependiendo de la edad y distribución de ese arbolado. 

En el caso de los robledales sabemos que los hay de solano (xerófilos) y de avesíu (umbrófilos), refiriéndonos siempre a robles de la misma especie. No se si me explico. Munietsus es, mayoritariamente, un robledal de albares (quercus Petraea) donde, según su orientación, forman robledales xerófilos y robledales umbrófilos.

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