10/27/2024

La Ruta a Las Tsagunas 21 Mirando al valle del Ríu La Candanosa.

Panorámica (tamaños distorsionados) de la parte alta del valle del Ríu La Candanosa. 27 julio 2.017

Seguimos en el teso de La matona de Tonante. Si giramos la cabeza hacia nuestra derecha veremos una gran parte del valle del Ríu La Candanosa. De hecho ya casi nos encontramos metidos en este gran valle, el segundo en extensión de los afluentes del Ríu Munietsus, mayor que el Ríu Refuexu y solo por detrás del Ríu Tixeirúa.

Abajo junto al río, un poco por encima de donde finaliza este teso está Entramburríus di Murteiru, donde como ya dijimos confluyen el Ríu Refuexu y el que ahora vemos: el Ríu La Candanosa, para formar aguas abajo el Ríu Munietsus.

En el año 2.000, y no digamos ya antes, las vistas eran más amplias que las de mis últimas visitas y es seguro que cuando vosotros-as visitéis Munietsus la "ventana" a La Candanosa se habrá reducido aún más. Es lo que tienen los paisajes vivos, que cambian rápidamente con el paso del tiempo. Cantaba "la negra" (Mercedes Sosa) con su poderosa voz: "cambia, todo cambia", ya que hasta nosotros mismos lo hacemos y como apuntaba Bunbury "quizás a peor". Pero dejada a su libre albedrío la naturaleza siempre lo hace "a mejor". Aunque en este caso nos reduzca una amplia y bella visión. 

En el año 2.000 la pantalla de los orocantabricos aún no nos tapaba del todo las vistas desde la misma senda. 23 septiembre 2.000.


Valle del Ríu La Candanosa y parte de Refuexu. Desde la senda en el teso de La Matona de Tonante. 23 septiembre 2.000.


El crecimiento de los orocantabricos va tapando las vistas del valle de La Candanosa, incluso desde el tseirón del teso de La Matona de Tonante. 27 julio 2.018.

Antes de visitar Munietsus tendréis que plantearos la posibilidad de que las vistas se reduzcan más y acaso desaparezcan del todo. Creo que para alguien que visite Muniellos por primera vez, la mejor época para hacerlo es a finales de la primavera o durante el verano, cuando las hojas de los árboles están desarrolladas y estos se encuentran en plena pujanza.

Hace poco un peluquero de aquí, en León, al que por razones obvias visito periódicamente, me comentó que solo salía al monte cuando el sol no calentaba, para evitar los ardores del astro rey. Yo le respondí que el verano es buen momento para visitar un bosque. Es cuando menos probabilidades existen de que llueva y además el calor se ve mitigado por los parasoles de las copas y ramas de los árboles.

En Munietsus, haciendo la Ruta de Las Tsagunas, es cierto que existen tramos despejados donde si hace sol este nos puede atosigar un poco. Pero siempre hay sombras y luego la altitud por la que nos iremos moviendo juega a nuestro favor, haciendo más suave la temperatura.

Pero incluso en verano no siempre hace sol. Se intuye que está ahí pero no siempre llegaremos a verlo. Muniellos es lo que es precisamente por eso. Los albares y las fayas son árboles que necesitan bastante humedad para ser competitivos y predominantes sobre otros árboles. Y necesitan de esa humedad durante todo el año, Si existe un mes o más de sequía a lo largo de un año, los rebotsus sapiegus (quercus Pyrenaica) son más competitivos y acaban desplazando a los albares.

Pero claro, en verano llueve bastante menos que durante el resto del año, incluso aquí en Munietsus. ¿Cómo consiguen los albares esa humedad que tanto necesitan?. Es entonces cuando entra en escena la humedad atmosférica, presente durante todo el año pero más necesaria que nunca durante el estío.

El nublo (nieblas y neblinas), atraído por las montañas y las masas boscosas visitan periódicamente nuestro Monte. Se enroscan sobre sus picos y se posan suavemente sobre el suelo y copas de los árboles y subarbustos, dejando a su disposición grandes cantidades de agua.

Es tanta la atracción que existe entre ellos, tal el amor que se profesan que el nublo acude prácticamente todos los días a su cita, durante la tarde, la noche o al amanecer, quedándose a veces durante todo el día.

Raro es el día, durante el verano que es cuando más se nota, que Munietsus amanece libre de su amado. Puede que acabe esfumándose del todo, dejando un día radiante y reluciente. Pero puede que no o que lo haga parcialmente, perdurando solo en las cotas más altas.

Que no os desanime partir de Las Tablizas con la presencia del nublo, puede que acabe disipándose rápidamente. Pero si veis que persiste, olvidaros de estas grandiosas vistas que estamos comentando. Tendréis entonces que conformaros, que no es poca cosa, con lo que vaya saliendo a nuestro paso, con vistas más cortas, a pocos metros de donde os encontréis. 

Desde la senda la niebla y los orocantabricos nos impiden ver el valle del Ríu La Candanosa. 26 julio 2.016.

Pero si el nublo comienza a disiparse y os encontráis en alguno de estos miradores naturales de la Ruta, la experiencia bien que merece la pena. El nublo haciéndose jirones, apareciendo y desapareciendo y luego disolviéndose, permite visiones de ensueño. Es como ir completando un mágico y caleidoscópico puzzle, donde las formas van cambiando, asomándose o desapareciendo entre el blanco, hasta hacerse tangibles y relucientes.

Si tenéis la suerte de asistir a este espectáculo, si no estáis sentados será mejor que lo hagáis y que deis rienda suelta a vuestra imaginación. Es otra forma de viajar, lejos, muy lejos. Sin coste alguno y sin secuelas físicas, si acaso una sensación de placidez extendiéndose por vuestro cuerpo.

Eso sí, si en Las Tablizas está lloviendo y no se trata de la típica tormenta de verano, que aquí suele durar algo más que fuera, quizás debáis replantearos subir a Las Tsagunas. En ese caso tal vez un corto paseo sea más que suficiente. ¡Otra vez será!. Al monte no se debe de salir a pasárselo mal, si no se disfruta no tiene sentido alguno.

El nombre del valle que ahora miramos y por el que más tarde transitaremos, ya que la Ruta discurrirá por él, es un topónimo asturiano, del bable occidental. A nuestros antepasados también les llamaría mucho la atención el caso de un buen roble que, sin motivo aparente alguno, se secaba de arriba a abajo.

La muerte solía ser tan rápida que el árbol, aún muerto, permanecía de pie durante un largo periodo de tiempo. Al caérsele la paraza (corteza) que lo cubría, quedaba al descubierto su piel interna, con un color blanquecino muy llamativo y bonito.

A este roble se le llamaba cándanu, precisamente por su color y cuando en un lugar había varios a ese lugar se le llamaba La Candanosa.

Seguro que hay quienes piensan que el nombre se deriva del Pico Candanosa, la cota geodésica de toda esta zona. No estoy seguro de que la veamos desde donde estamos. Nos encontramos bastante más abajo, altitudinalmente, que ella y puede que el Pico o La Piedra Valcárcel se interpongan por el medio. 

El valle del Ríu La Candanosa. 20 julio 2.016.

Con sus 1.680 m. se encuentra entre los picos más altos de la sierra que bordea Munietsus, aunque en realidad el pico no está propiamente en la sierra, está a unos metros de esta en un cerro con dirección al Rio Ibias.

Los asturianos del Ríu Rengos le llamaban así, pero los de Alguerdo sus legítimos propietarios, ya que se encuentra en su Monte, le llamaban Cazarnoso.

Como quiera que sea el pico se alzaba más que ningún otro y dominaba toda esta zona. Hasta esas cotas mayores llegaba el Vatse La Candanosa, que aguas abajo, al recibir primero las aguas (cuando las había) de la Vatsina´l Piélago y después de la Vatsina Bobia, pasaba a llamarse Ríu La Candanosa.

Pero resulta que este topónimo está presente en muchos otros lugares de este valle, algunos bastante alejados de este pico. El nombre no proviene de algo aislado que luego acabara aplicándose a una extensión más amplia, como ocurre con otros muchos topónimos que ya hemos visto. En este valle, robles secos y de piel luciendo ese color blanquecino que tanto llamaba la atención, los había repartidos por varios lugares, de ahí que se llamara Ríu La Candanosa (el río de los cándanus).

La realidad botánica de los cándanus no es exclusiva de este valle, los había por todo el bosque de Munietsus y la causa, sin excluir la presencia de algún patógeno que los provocara (como el de algún hongo que cortara la circulación de la savia), creo que debemos relacionarla con los suelos existentes. Suelos de herencia glaciar, poco desarrollados, con débiles grosores y con pocos nutrientes. Al lado de otros donde la roca madre o esta desmenuzada en cantos más o menos gruesos, afloraba y cubría grandes extensiones.

Suelos además muy pendientes que facilitarían el lavado, traslado y disolución de la materia orgánica y de las sales minerales. 

Y luego estaba la existencia misma del bosque, una comunidad de seres vivos donde los árboles son los dominantes pero que viven a expensas no solo de la radiación solar si no también del mismo suelo.

Los árboles nacían y crecían sin mayores problemas, almacenando luz y nutrientes, hasta que la disminución de estos últimos provocaba la seca de algunos de ellos. Ello no era ningún drama y formaba parte de la dinámica que se había iniciado con la aparición de los árboles.

Los que se secaban solo morían pero no desaparecían del todo, sus restos acabarían engordando y formando nuevo suelo, con nuevos nutrientes. Cada generación de arbolado mejoraba el suelo ya que sintetizaba la energía solar y devolvía al suelo no solo los nutrientes que había usado de este si no también los de nueva creación provenientes del sol.

Ese es el poder y el milagro de lo verde, multiplicar siempre lo que recibe del suelo. Lo que ocurre es que este proceso estaba aún inconcluso y los suelos seguían siendo muy parcos.

Siendo pues un proceso que se repite en nuestros bosques ¿por qué solo aparece este nombre en este valle?. Candanosa no aparece en ninguna otra parte de Munietsus. Solo tenemos Vatsina y tesu´l Cándanu en el Ríu Tixeirúa.

Obviamente la toponimia es lo que es, no es ningún tratado ni de Historia ni de Botánica ni de ninguna otra ciencia, pero nos da muchas pistas para entender muchas cosas que sí están contrastadas científicamente.

El valle de La Candanosa es el más seco de todos los que hay en Muniellos, por la sencilla razón de que es el que más superficie posee de solano. El agua es uno de los nutrientes más importantes del arbolado y su menor abundancia seguro que tiene mucho que ver con la mayor presencia de cándanus.

Algunos nombres de lo que se ve: 1-El Serrón del Níu L´Aigla. 2-Vatsina La Yerba. 3-Vatsina Curonzo. 4-Pico Carril del Carro. 5-Pico´l Serrón del Níu L´Aigla. 6-Vatsina Carril. 7-El Penón de Las Tsagunas. 8-Vatsina Carril del Carro. 9-Vatsina Los Castros. 10-Encintado de la 2ª, de la 3ª y de la 4ª tsagunas. 11-Encintado de la 1ª tsaguna. 12-Regueira Las Tsagunas. 13-Pico Candanosa. 14-Ríu La Candanosa. 15-El Miradoiro de Las Tsagunas. 16-Teso La Veiga´l Tixidal. 17-La Veiga´l Tixidal. 18-Vatsina Las Tsagunas. 19-Vatse La Candanosa. 20.Orriu Valcarcel. 21-A Veiga Dos Trabóis. 22- O Pélago. 23-Pena La Candanosa. 24-Pico Regueira d´Ovella. 25-Pico La Pena Candanosa, en pleno Cotarrón de La Candanosa. 26-Los Tsagozos. 27-Os Serrapos. 28-La Penona. 29-Pico del Sestón. 30-La veiga Los Tsagozos.

 

Mapa del Ríu La Candanosa, con los topónimos y la senda. Para que lo comparéis con lo que se ve.

Desde donde estamos no vemos La Candanosa, una vatsina del Ríu Las Fayonas. Ni tampoco Entramburríus de La Candanosa. Sí vemos, y además muy marcado, el Cotarrón de La Candanosa, una especie de serrón, cortante y rocoso, que delimita El Ríu Las Fayonas de las partes más altas del Monte. En él está Pena La Candanosa una gran masa cuarcítica compuesta por varios ramales, y el Pico La Candanosa. 

Partes altas del Ríu La Candanosa. 23 sepriembre 2.000.

Y hasta las mismas tsagunas llevaban el sobrenombre de La Candanosa. Una vez charlando con un gran conocedor del Monte le pregunté si las tsagunas tenían algún otro nombre que las singularizara y el dijo que no, que simplemente eran Las Tsagunas de La Candanosa.

Por cierto, desde aquí tampoco las vemos. No vemos sus charcos de agua pero sí vemos el encintado que las enmarcaba por el lado de abajo y las paredes del circo que las cobijaba, situado a sus espaldas. Todo ello coronado por el imponente Penón de Las Tsagunas, cuya visión nos engaña porque parece salir en la misma cima de la sierra, cuando en realidad lo hace unos cuantos metros por debajo de ella.

En estas vistas resalta mucho La Regueirona Las Tsagunas, la larga vatsina en la que desaguan las tsagunas, enmarcada entre el Serrón del Níu L´Aigla y el Teso La Veiga´l Tixidal donde se aprecia claramente el diminuto pico en el que termina y que curiosamente no tiene nombre, o al menos nadie supo decírmelo.

Por encima del piquín y continuando por el mismo cerro divisor está El Miradoiro de Las Tsagunas, desde aquí una repisa rocosa, seguido de El Serrapo, suave cerro que ya llega hasta la cima de la sierra.

Aunque sea de lado también se ven los afluentes de La Regueirona del lado del Serrón. Primero la hondonada, tras un cerro pronunciado, de la Vatsina Carril del Carro. Luego la otra hondonada de la Vatsina Carril, coronada por el saliente Pico Carril del Carro. Seguido por el también saliente Pico´l Serrón del Níu L´Aigla ya en la cima de la sierra.

No se aprecia desde aquí la confluencia de La Regueirona Las Tsagunas con el Ríu La Candanosa, donde se ubicaba la última braña de los del Ríu Rengos, la poco conocida Veiga´l Tixidal, que llevaban arrendada los del pueblo de Pousada Rengos.

Justo por debajo se ve bastante de la Vatsina Los Castros y sus afluentes, la mayor vatsina de todo El Serrón. Seguida de la Vatsina Curonzu y la Vatsina La Yerba. Zonas todas estas que a pesar de tener un sustrato bastante rocoso, se aprovechan de su orientación más avesía, en donde el arbolado va poco a poco recuperándose.

Son curiosas las brañas de Munietsus, viéndolas ahora muchos años después de cuando estuvieron en activo, en lugares con una topografía muy accidentada y ya tomadas totalmente por la vegetación. Esta de Pousada tendría una buena expansión por el teso que lleva el nombre de La Veiga y que sube hasta el pie de la primera tsaguna. Un teso en donde por la ladera que da contra el Ríu La Candanosa y en este último, existirían grandes camperas.

En la tsaguna el ganáu de los de Pousada compartiría su uso con el ganáu de los de Alguerdo, que llevaban arrendada otra braña dentro de Munietsus: La Veiga Los Trabóis, a menos de un kilómetro, aguas arriba, de la de Pousada, en el mismo ríu La Candanosa, al pie de la Vatsina La Penona La Veiga Los Trabóis.

Los de Alguerdo utilizaban toda la veiga alta del Ríu La Candanosa y sus afluentes: Vatsina Las Tsagunas, en la vertiente derecha, que desde aquí se ve perfectamente. El Vatse La Candanosa que es la continuación del río principal y que asciende hasta La Piedra Valcarcel. Vatsina´l Piélago, con un ramal que llega hasta O Pelago y el Orriu Valcarcel, una impresionante collada repleta de pastos y con una pequeña tsaguna y al menos una cabana, que no dejaba de ser otra braña por donde se introducían en Munietsus los chocarelos (gentilicio de los nacidos en Alguerdo). Vatsina Bovia, que asciende hasta el Pico Regueira d´Ovella (el Pena Velosa de otros mapas), con acceso a las veigas altas del Pico Ciallo.

En las vistas también se ven Os Serrapos, La Penona y el Pico del Sestón con sus vatsinas Bedulín, La Penona y Da Eira, apenas insinuadas. Zonas ya utilizadas por  los de Valdebóis, que también penetraban en Munietsus, como demuestra su pequeña braña: La Veiga Los Tsagozos.

Excepto una parte de Los Tsagozos nada se ve de las vallinas del Ríu Las Fayonas, en cuya cima tenían los de Valdebóis su importante braña de Furmigueirus, que ellos llamaba Furnigueiros (sí, con "n"), ni tampoco del Teso de Sestu Rapáu, donde los de Oubachu tenían otra no menos importante braña: El Pradón, justo en el deslinde entre los Montes de Oubachu y de Munietsus.

En fin, todo un mundo de contactos entre dos comunidades lingüísticas diferentes, compartiendo un territorio semejante, con una riqueza de léxico y de paisaje inigualable. Una delicia para cualquier apasionado por estas cuestiones. 

Espectacular vista del valle en otoño. 4 noviembre 2.000.


10/15/2024

La Ruta a Las Tsagunas 20 Mirando a Refuexu

Valle del Ríu Refuexu. Foto Ástor. 29 julio 2.017.

Si desde nuestro improvisado mirador del teso de La Matona de Tonante miramos de frente, tendremos desplegado ante nosotros el valle del Ríu Refuexu. Valle que pronto se abre en otros dos.

Cuando comencé a recopilar los nombres del Monte Munietsus me encontré con muchos problemas. Uno de ellos es que tanto la información escrita (obtenida básicamente de mapas) como la oral que me proporcionaban aquellas personas que conocían más o menos el Monte, llamaban de distinta manera a los mismos lugares. Y no me refiero ahora a la variedad que se daba en zonas donde confluían dos lenguas (bable occidental-gallego) en que no quedaba otra que aceptar ambas formas, porque las dos eran reales.

En los mapas el Ríu Munietsus aparecía algunas veces como Río Tablizas o de Las Tablizas. Un topónimo erróneo ya que Las Tablizas es un nombre relativamente reciente, relacionado con la obtención de tablas o tablones, primero serradas a mano (con tronzadores) y luego obtenidas en la serrería. Antes de las talas iniciadas a fines del Siglo XVIII el Monte tenía tras de si una larga historia en la que este nombre no existiría.

El Ríu Munietsus es el tramo del río principal que va desde Entramburríus di Murteiru, donde confluye el Ríu La Candanosa con el Ríu Refuexu, hasta debajo mismo de Las Tablizas, donde se inicia este Monte. Desde allí hasta La Venta (Ventanueva), donde desemboca en el Ríu Rengos (Narcea), pasa a llamarse Ríu Mual.

Al Ríu Tixeirúa había algunos que lo llamaban Ríu La Zreizal, derivado de la Ponte La Zreizal que cruzaba el Ríu Munietsus para adentrarse por este valle y de varios topónimos que llevan incorporados este nombre (Vatsina La Zreizal, ElVeladeiru La Zreizal y La Buqueta La Zreizal), situados donde finaliza Penas Negras y se inicia este largo valle.

Pero se trata de otro nombre erróneo porque en el fondo de este valle está Tixeiroa, nombre que los de El Vilar de Cendias aplicaban a la zona colindante con su braña (La Boizuna). Una zona extensa que sería la que daría nombre al río de este valle, con un ligero cambio en su grafía, en vez de Tixeiroa, Tixeirúa.

También variaba el nombre del valle que ahora miramos. Para muchos era el Regueiro (en los mapas Arroyo) Las Gallegas, nombre derivado de la importante braña del mismo nombre, que se encontraba muy metida en este valle y que llevaban arrendada los del pueblo ibiao (de Ibias) de Oumente.

Otros le llamaban Regueiru Las Berzas, cuyo nombre fue el que los de El Cuelmo y yo habíamos elegido para aparecer en el mapa de colores hipsométricos y derivado de la existencia de un cerro con ese nombre, visible desde muy lejos valle abajo, incluso desde el entorno del pueblo de Mual.

Pero ambos nombres, sin ser falsos, tampoco eran los correctos. Tras muchas charlas con nuestros paisanos y un mayor conocimiento físico del terreno fueron tomando forma los topónimos que más se acercaban a los reales. Pero tened en cuenta que los topónimos recopilados y utilizados por mí, en mis mapas, pecan de cierto etnocentrismo. Reflejan los nombres con que eran conocidos por los papudos (los de Mual) y otras personas del Ríu Rengos.

Tardé un tiempo en darme cuenta de ello: los lugares utilizados por los pueblos de Ibias (El Vilar de Cendias, Oumente, Alguerdo y Valdebois) tenían sus propios nombres en su lengua vernácula, a veces completamente diferentes a los del bable occidental. Comenzando por el nombre mismo del Monte, que para ellos es Moelos, mientras que para los del Ríu Rengos el nombre es Munietsus.

Como podéis comprobar quienes leéis mi blog, he procurado mencionar esa dualidad lingüística cuando me era conocida. Una tarea inconclusa que alguien debería continuar si lo que deseamos es acercarnos a la auténtica realidad de este Monte. Galego y asturiano o fala del Eo-Navia y bable occidental, hermanados y cohabitando juntos, como lo estaban y hacían las gentes de ambas comunidades lingüísticas.

Hecha esa salvedad paso a deciros los nombres de los lugares que se ven desde aquí.

Nombres de lo que vemos desde el teso de La Matona de Tonante.1-El Chanu Sestu Gordu. 2-Sestu Gordu. 3-Pico Sestu Gordu. 4-Regueirona Sestu Gordu. 5-Ríu Refuexu. 6-Cimeira Sestu Gordu. 7-Regueiro Pradallos. 8-Ríu Las Gallegas. 9-Serrón Los Pradallos. 10-La Veiga Cruces. 11-Regueiro Trousín. 12-Los Chanus. 13-Portelín. 14-Vatsina La Braña Las Gallegas. 15-Serrón de Las Berzas. 16-Refuexu. 17-Pico La Valladeira. 18-El Chanón de Las Berzas. 19-Serrón del Niu L´Aigla. 20-Regueiro Las Berzas. 21-Altu´l Refuexu. 22-Vatsina Refuexu. 23-Pico´l Serrón del Níu L´Aigla. 24-Pico Carril del Carro. Foto Ástor. 29 julio 2.017.

 

Valle del Ríu Refuexu. 23 septiembre 2.000.


Mapa personal del Ríu Refuexu y del Ríu La Candanosa. Partes bajas.


Mapa del Ríu Las Gallegas y Refuexu.

El primer tramo de este valle, hasta Entramburríus de Refuexu, a los pies del imponente Serrón de Las Berzas, se llama Ríu Refuexu. El nombre parece derivarse de la existencia, en la primera cabecera del valle, de varios fuexos, que son grandes hondonadas de origen glaciar, similares a las de La Boizuna o a las de La Candanosa. Con la salvedad de que aquí no llegaron a crear cubetas donde se instalaran lagunas.

Esta cabecera constituye un gran valle, Llamado Refuexu, que más arriba se desdobla en dos vatsinas: el Regueiro Las Berzas y la Vatsina Refuexu.

Desde aquí no apreciamos, en parte porque queda muy ladeada y tapada, una línea en la vegetación semejante a la existente en el entorno de las veigas de Tixeirúa. Pero también estas zonas conocieron el azote de las brutales talas a matarrasa utilizadas por Muniellos S.A. durante los años sesenta.

En el mapa del ICONA de 1979 aparecía perfectamente dibujada la pista que se utilizó para la extracción de esta corta. Se iniciaba justamente al pie de donde nos encontramos ahora ya que el inicio de este valle y el de La Matona de Tonante están, como quien dice, dándose la mano. Eso sí, en vertientes opuestas del recién nacido Ríu Munietsus.

Ahí, en Entramburríus di Murteiru, había dos pontes (puentes) que cruzaban el Ríu La Candanosa. La primera, la Ponte Las Gallegas, servía para cambiar de vertiente, de la izquierda pasábamos a la derecha, y allí mismo ya se internaba una pista por el Ríu Refuexu. Pero la pista también continuaba por el Ríu La Candanosa y al poco otra ponte la volvía a llevar a la otra orilla.

No creáis que las pontes se hacían porque si. Las orillas de un río pueden ser muy diferentes entre si y siempre se eligen las mejores para el tránsito. El Ríu La Candanosa, justo antes de unirse al Refuexu, tiene un potente farallón rocoso en su orilla izquierda. Era casi imposible que la pista pudiese continuar por ahí. La Ponte Las Gallegas servía no solo para internarse por Refuexu (la Ponte La Zreizal solo servía para internarse por el Ríu Tixeirúa) si no también para evitar ese obstáculo y continuar valle arriba. Un pelín después la cosa cambiaba, era más dificultosa la orilla derecha que la izquierda, por lo que se hizo otra ponte para cambiar de vertiente.

Es seguro que estas pontes se remonten a tiempos pretéritos ya que la explotación ganadera precedió en el tiempo a la forestal y ese tipo de uso también demandaba la existencia de pontes. El ganáu puede vadear el curso de un río por sus propias patas sobre el agua, sin necesidad de construcción alguna. Solo se necesita que las orillas sean accesibles y el río no lleve mucha agua. Cuando esas condiciones no se dan no queda otra que hacer una ponte.

¿De cuándo sería la primera Ponte Las Gallegas?. No lo sabemos pero no sería descabellado pensar en la Alta Edad Media, cuando el Reino de Asturias empezó a estabilizarse. Obviamente estas pontes eran bastante livianas y de madera en su totalidad. Incluso los cimientos de cada orilla podían ser de este material, o de piedra, bien asidos sobre el suelo para evitar que la primera crecida lo llevase por delante. Y sobre ellos unos buenos varales de roble de orilla a orilla, cubiertos de piedras sueltas y tierra para evitar resbalones peligrosos. Sin necesidad de barandilla alguna.

Pero claro, sacar una buena rolla de roble (o de faya que tanto monta, monta tanto) sobre carros o camiones, demanda no ya pontes si no buenos puentes, primero con piedra y madera y pronto reforzados con otros materiales.

Lo mismo se podría decir de las pistas más importantes, trazadas también sobre antiguos caminos. La que ahora nos interesa, aunque no la veamos, subía por el margen izquierdo, no muy lejos del río, hasta que ya cerca de la bifurcación del valle pasaba al otro margen. Era zona escabrosa y para hacerlo había otra ponte, la Ponte Alta, igualmente reforzada y adaptada para soportar el paso de vehículos muy pesados cargados de grandes rollas. No me acuerdo de como era pero creo que tenía bastante piedra.

En nada se llegaba a la Veiga Cruces, al otro lado del río, que aprovechaba la suave loma del inicio del Serrón de Las Berzas. Para acceder a la antigua braña y a la posterior zona talada, que quedaba de ese lado, no había ningún puente. Un poco por encima del desagüe de Refuexu el terreno era bastante llano y el río, llamado ahora Ríu Las Gallegas, no estaba encajonado. Con una maquina excavadora o a mano, no lo sé, se allanó aún más un tramo del curso y se suavizaron sus márgenes para el paso de los camiones.

La brutal tala a matarrasa se hizo sobre Refuexu, en toda su parte baja, afectando sobre todo a su Vatsina La Yerba, cuyo nombre parece indicar que sería muy utilizada por el ganáu de la braña cuando esta estuvo activa, pero que quedo bastante afectada por una tala que nunca se debió de hacer porque todas las laderas del Serrón del Niu L´Aigla son zonas muy delicadas ya que la roca madre aflora continuamente.

El Serrón del Niu L´Aigla es el cerro que delimita este valle y lo separa del valle del Ríu La Candanosa. El otro cerro delimitador de nuestro valle es Sestu Gordu.

En el centro Serrón del Níu L´Aigla. 29 julio 2.017.


Ambos cerros son diametralmente opuestos, incluso a simple vista, sobre todo desde aquí porque no apreciamos las partes más altas de Sestu Gordu, más secas y descarnadas. Desde aquí Sestu Gordu es un vergel, donde fayas, robles y por encima bedules, se dan un auténtico festín. Algo milagroso ya que los cerros son siempre los lugares más expuestos de nuestros montes.

Sestu Gordu y curso principal del "valle del medio". 27 julio 2.018.

 

Sestu Gordu y río principal de Refuexu, pero en otoño. 4 noviembre 2.000.

Pero el mayor Serrón de Munietsus es otro mundo. Lo define muy bien el nombre que nuestros antepasados le pusieron: del Nido del Águila. Todos sabréis y si no os lo digo yo que las águilas construyen sus nidos en lugares inaccesibles para posibles depredadores de sus huevos. Ningún animal le hace ascos a un huevo, una sabrosa fuente de proteínas y quien los pone debe ingeniárselas para ocultarlos. Pero claro las águilas vuelan y lo tienen más fácil. Sus nidos están siempre en altos farallones rocosos o en repisas donde solo se puede llegar batiendo alas.

El Serrón es como una fina arista, un crestón estrecho y alargado donde la dura cuarcita es la auténtica protagonista, ya que aparece desnuda cada dos por tres. Su parte solana es la que vierte sobre este valle y es sin ninguna duda el lugar más seco y crudo de todo Munietsus. 

El Serrón. 27 julio 2.018.


El Serrón del Níu L´Aigla en otoño. 4 noviembre 2.000.

De ello podrían dar fe quienes hicieron la Ruta larga a pico y pala, que tuvieron que realizar continuas subidas y bajadas para crear una senda mínimamente transitable. Era cansino, muy cansino afrontar aquellos desniveles, incluso para los mejores andarines.

Pero incluso allí, en las vaguadas y cursos fluviales, el bosque estaba presente, lo que sin duda explica la decisión de la empresa de cortar en esa zona. Los robles de entonces debían de ser pujantes. Su larga presencia en el lugar había modificado notablemente un sitio tan arisco.

Fue una de las peores decisiones tomadas por la empresa, de cara al mantenimiento del bosque en el futuro. Cortar, pongamos que en Sestu Gordu, con suelos mucho mejores, no sería tan dañino pues el bosque no tardaría mucho en regenerarse, pero cortar allí sí que lo fue. La dinámica del suelo, con una continua mejoría con el paso de cada generación arbórea, sufrió una auténtica hecatombe, volviendo a una etapa muy regresiva de la que aún hoy, en torno a medio siglo después, no se ha recuperado.

A los avellanos que sustituyeron al robledal, se han unido ya algunos robles en las zonas por donde se encauza la escorrentía, pero la regeneración va a ser muy lenta y seguramente se necesiten cientos de años para que vuelva a ser como lo que un día fue.

El valle del medio, como yo llamaba a este del Ríu Refuexu, es el valle de los serrones, ya que contamos con tres: el del Níu L´Aigla (que para muchos es El Serrón, sin añadirle nada más), el de Las Berzas y el de Los Pradallos.

El Serrón de Las Berzas, precedido por el Serrón del Níu L´Aigla. Arriba Portelín (collada) y el Pico La Valladeira. 27 julio 2.018.

 

Serrón Los Pradallos, muy desfigurado por la niebla.27 julio 2.018.

El topónimo serrón no vuelve a aparecer en ninguna otra parte del Monte Munietsus, ni tampoco en el Monte Mual ni en el Monte La Vilietsa, que son los que yo conozco a fondo. Si aparece sin embargo en el Monte Valdebois (El Serrón del Couño y El Serrón), lo que parece indicar que es un topónimo galego, poco utilizado en bable occidental donde el más usado es teso-tesu para referirse a esta unidad de relieve.

Ello concuerda con la utilización física de los espacios, que en el caso de todo este valle es mayoritariamente galego. Los que falaban bable occidental (los del Ríu Rengos) solo utilizaban de este valle su primer tramo: el tramo del Ríu Refuexu y parte de Refuexu, terreno que llevaba el pueblo de Cruces pues La veiga Cruces es su braña. Las partes altas de Refuexu (Vatsina Refuexu y el Regueiro Las Berzas) sería usado por Oumente y Alguerdo y el resto del valle por Oumente.

El nombre del río principal cambia a partir de La Veiga Cruces y pasa a llamarse Ríu Las Gallegas. Desde ahí hasta la confluencia, valle arriba, entre los regueiros Pradallos y Trousín.

En esa confluencia, contra la Vatsina La Braña Las Gallegas, tenían los de Oumente una braña: La Veiga Las Gallegas (A Veiga As Galegas). La Mejor braña de todo el Monte Munietsus, que se reforzaba con su otra braña la de Los Pradallos y sus extensas camperas, que iban desde esta hasta la misma sierra (Braña Los Pradallos y Los Pradallos D´Arriba). Pero la joya de la corona era A Veiga. Por algo Oumente era el único pueblo que pagaba sus arriendos a los Condes de Toreno en metálico, el resto lo hacía con kilos de manteiga (manteca de cerdo). 

Camperas centrales de las dos brañas de Oumente (con una cabana cada una de ellas). No estaban tan alejadas la una de la otra, ¿no?. Mapa del ICONA 1979.

Resulta curioso que la pista maderera que se internaba por este valle se detuviera a solo unos metros por encima de La Veiga Cruces. Es indudable que debió existir otra más antigua, que seguiría valle arriba. Creada y utilizada, no por Muniellos S.A si no por la BOSNA y otras empresas madereras anteriores, ya que todo este valle también fue talado.

Lo que ya es más discutible es que existiera un camino antes del inicio de las talas. Un camino que solo podía ser de uso ganadero y es ahí donde radica la duda. Tras el lógico entorno de La Veiga Cruces, valle arriba, utilizado por su ganáu, el resto del valle estaba vedado para los del Ríu Rengos. Sus usuarios eran los vecinos de Oumente y estos para acceder a su veiga no utilizaban el camino que llegaba a La Veiga Cruces.

Los de Oumente para llegar a su Braña Los Pradallos cruzaban la sierra por el collado de  Portelín, por una senda cuyo trazado aparece en el mapa del ICONA de 1979. Por desgracia no aparece ningún tipo de vía vinculado a La Veiga Las Gallegas. Pero lo lógico es pensar que este saldría de la Braña Los Pradallos, descendiendo, bien por el Regueiro Pradallos o bien por el Regueiro Trousín.

Pensar en otro tipo de acceso es algo totalmente ilógico y antieconómico en todos sus aspectos. Todos los pueblos cercanos de Ibias tenían sus propias brañas en la otra vertiente de los valles de Munietsus, en sus montes comunales, que en todos los casos llegaban hasta la cima de la sierra, teniendo a tiro de piedra las cabeceras de los ríos de Munietsus. Es esta cercanía la que explica que para usar los terrenos que llevaban arrendados utilizaran la vía más corta. O sea cruzando la sierra.

El Ríu Las Gallegas y todas sus cabeceras mantenían su intimidad y estaban cerradas y casi ocultas para los habitantes del Ríu Rengos ya que incluso la caza, siempre furtiva, quedaría a merced de sus usuarios. Demasiado lejos para los papudos, los arbetsones, los de los pueblos de la veiga Rengos, los condes y sus amigotes y los posteriores propietarios del Monte y los suyos.

Este extenso territorio, como todos, estaría lleno de nombres. Originalmente todos gatsegos, de los que desgraciadamente solo conozco algunos, en la versión utilizada por los del Ríu Rengos que son los que yo utilizo. ¡una pena no conocerlos en su totalidad y con la grafía correcta!, pero es lo que hay. Alguien de Alguerdo me susurró que los de Oumente llamaban A Feilia a las partes altas entre el Serrón de Los Pradallos y el Serrón del Níu L´Aigla. Pero desconozco su significado. Por no saber no sé a ciencia cierta si la A inicial va unida al resto o si va separada haciendo de articulo, que es por lo que me inclino.

De todas formas la mayoría de estos topónimos respetan bastante a los originales. Pradallos, Trousín, Portelín...son topónimos gallegos. Incluso el nombre del río, el de la braña y su vatsina se mantienen muy cerca de él. En bable occidental se dice Gatsegas, en gallego Galegas y aquí Gallegas, sin duda algo castellanizado, pero era así como todos le llamaban.

Esa intimidad que decíamos que poseía el Ríu Las Gallegas, se mantuvo en el tiempo. Cuando yo llegué, la primera vez, a La Veiga Cruces, quise proseguir valle arriba. Pero al poco la pista, sin motivo alguno se detenía y desaparecía. Intente proseguir para ver si reaparecía o si había alguna senda practicable, pero fue en vano. El valle estaba cerrado a cal y canto. Una maraña de escobas, ganzos, espinos y pequeños arbolillos impedían el paso.

En las vistas que tenemos desde nuestro improvisado mirador, no se ve la campera de La Veiga Cruces, ni el desagüe de Refuexu en el Ríu Refuexu. El pronunciado teso de Los Chanus nos lo impide y da la impresión de que su vatsina es el verdadero curso de Refuexu, así que no os dejéis engañar. 

En el centro de la imagen el teso de Los Chanus, separando Refuexu de la vatsina Los Chanus. Foto Google.

Tampoco se aprecia claramente la localización de La Veiga Las Gallegas. Está a los pies de la Vatsina La Braña Las Gallegas, que sí se ve porque está bastante marcada, al ser más ancha de lo normal. 

En negro (0) el Serrón de Las Berzas. En rojo (1) la Vatsina La Braña de Las Gallegas. En azul (2) el Chanón de Las Berzas. Foto Google.


El Serrón de Las Berzas parece partido en dos partes por culpa del Chanón de Las Berzas.

El Serrón de Las Berzas parece que está cortado en dos partes, debido al Chanón de Las Berzas, que sin ser totalmente llano es poco tendido. De todo este serrón es el Chanón la única zona arbolada y con algún lugar especialmente mágico, atravesado por la antigua senda que iba a Las Tsagunas.

Esplendoroso valle del Ríu Refuexu. Un día radiante. 23 septiembre 2.000.

 

Veréis esto un día con niebla. ¡Mala Suerte!. 26 julio 2.016.


La Ruta a Las Tsagunas 36 El bosque mixto 2. Los Tsagozos.

Ladera derecha de Los Tsagozos, un bosque mixto en donde hasta parece que hay alguna faya. 27 julio 2.018. Nos preguntábamos en el capítulo ...