 |
Vallada de la Ponte Rucabo.29-julio-2020 |
Pese a su auge más o menos reciente, lo cierto es que siempre ha habido praus, al menos desde que el proceso de neolitización avanzó, relacionado con la estabulación temporal del ganáu. Vacas, cabras y ouveichas tienen que refugiarse en las "cortes" durante los meses de climatología adversa, y durante ese tiempo necesitan el aporte de algún tipo de alimento.
Sin ser el único, quizás el más significativo sea el de la yerba y esta procedía, en exclusiva, de los praus, una vez segada, secada y almacenada en los "parreiros", situados normalmente encima de las cortes para facilitar su traslado a los pesebres donde comía el ganáu.
En Mual, un pueblo de "veiga", la relación entre praus de siega y el agua es algo que nadie puede negar y salvo las "tsamas" que tenían su propio manantial, al resto hubo que procurársela.
También había praus de secano, pero estos son de aparición más tardía y ligados al abandono de tierras cultivadas. Pero cuando había un equilibrio entre las dos actividades tradicionales (agricultura y ganadería) los praus de siega siempre estaban en los bordes de los ríos o de los arroyos de los vatses y vatsinas.
Pero el río sigue su propio curso y salvo en épocas de grandes crecidas en que el agua anegaba una parte del entorno, nuestros ancestros tuvieron que ingeniárselas sobre como podían hacer para utilizarla.
Puede parecer sencillo desviar el caudal del río, bueno dejémoslo en una parte de él. Colocar un muro de piedras, más o menos consistente puede parecer suficiente, como hacíamos nosotros de pequeños en el pozu del Corral en Cangas, aunque nuestro fin era distinto pues lo que buscábamos era ampliar el pozo en tamaño y profundidad.
Pero los ríos engañan mucho, en nada se parece el volumen de agua que llevan en verano al que llevan en épocas de crecidas. Todos los años cuando empezábamos a volver al pozu, de la acumulación de piedras que habíamos hecho en El Corral, no quedaba ningún resto, había que rehacerlo de nuevo.
El apacible y sosegado discurrir de las aguas en su periodo estival nada tienen que ver con las aguas bravas del otoño-invierno-primavera, con puntas de crecida que arrasaban con todo lo que se interponía en su camino, sobre todo en zonas de media montaña como la nuestra y más aún en el caso de Mual.
Mual es el primero y el único pueblo de veiga del vatse del Ríu Munietsus y por razones históricas está muy alejado de las principales cabeceras de este río. El Monte Munietsus, desde tiempos muy antiguos, fue propiedad privada de una casa nobiliar y dentro de sus límites nunca se instaló un pueblo.
Probablemente no haya, al menos en Asturias, un primer pueblo del vatse tan lejano de sus fuentes fluviales. Cuando el Ríu Munietsus llega a terrenos de Mual ya lleva unos kilómetros de recorrido, recogiendo el agua de numerosos afluentes.
La consecuencia es que el Ríu Munietsus, también llamado por los papudos Ríu Mual cuando atraviesa los términos del pueblo, ya lleva un caudal impresionante.
El problema es aún mayor cuando el cauce está unos metros por debajo de las zonas que se pretenden regar, en zonas hundidas y encajonadas. Por contra, lo arroyos, con menor caudal, son más fáciles de "domar", con simples represas y canales que encauzan el agua hacia los praus.
En el Ríu Mual, nuestros antepasados supieron solucionar el problema y hacerlo además de tal manera que este durara unos cuantos años y que con reparaciones periódicas durara una eternidad, al menos en el cómputo de una generación humana.
Estamos hablando de "la vallada", nombre que se le aplica al ingenio utilizado aquí y seguramente en todo el entorno geográfico del alto Narcea y que es extensible a todos los ríos de la vertiente Cantábrica y a los afluentes de la vecina Meseta, al menos en sus zonas montañosas, que son cortos, con bastante caudal y muy "fieros".
Antes que nada unas aclaraciones: vallada es sin duda una castellanización de "vatsada", derivada del latin "vallatus" (de vallare) que era un cerramiento con empalizada de madera, y ciertamente la vallada presenta ese aspecto, pero solo viéndola desde abajo, desde donde claramente se ve la madera utilizada, dándole ese aspecto de empalizada. Pero esa imagen desvirtúa su función porque la vallada no pretendía cerrar el paso al río si no simplemente desviar parte de su caudal.
Cerrar el río, tal vez, es lo que pretendía el "banzáu" (del latín banzatum, derivado del céltico "wankjos", travesaño), y digo tal vez porque el significado de travesaño también alude a lo que se utilizaba en una vallada y es casi seguro que ambas tengan el mismo significado aunque luego banzáu se empleó más para designar cerramientos del río, hormigonados, para abastecer ingenios hidráulicos: molinos, centrales hidroeléctricas...
De todas formas banzáu era una palabra entendida pero no utilizada popularmente en Mual, aunque si se utilizaba en Ibias (Villardecendias...) y en la zona de Besullo. En Munietsus tenemos "El Banzáu" y "Vatsina´l Banzáu", pero estos topónimos son relativamente modernos, de cuando se hizo la central hidroeléctrica y le fue dado por personas foráneas y su difusión acabó popularizándola. Nadie objetó nada pues el banzáu servía, como la vallada, para captar agua, pero los materiales utilizados nada tenían que ver con los de una vallada tradicional. Este topónimo de banzáu no se repite en ningún otro lado de la vega de Mual.
Algo parecido ocurre con otra palabra, también utilizada en Asturias y en nuestra zona, aunque creo que en Mual no aparece reflejada en ningún topónimo. Nos referimos a la "estacada", una construcción hecha con "estacas" para cerrar un paso, paso que en este caso sería el constituido por el propio río y con el que se pretendía robarle a este parte de su caudal y poder así regar diferentes fincas.
La estacada de Chanu (Llano), de la que ya os he hablado en otra parte, servía para desviar agua del río y llevarla por una presa a una central hidroeléctrica instalada en El Cascarín de Cangas. Era como el Banzáu de Munietsus, hormigonada, con la diferencia de que presentaba un desnivel con la continuación del río muchísimo más pronunciada. Es más que probable pensar que esta obra se instalase sobre otra más antigua, con el mismo nombre, hecha con otros materiales y cuya finalidad sería el riego. Cambian los materiales y su disposición pero el nombre se mantiene porque la función seguía siendo la misma: desviar o captar agua.
Que las estacas de la estacada fueran de madera, como los travesaños del banzáu o los varales de la vallada, parecen aludir a lo mismo.
Veréis, hay imágenes de nuestra juventud, o mejor aún de nuestra infancia, que consideramos muy antiguas, algo que en nuestro ciclo vital sin duda que lo son pero que en una visión histórica no lo son tanto. Yo, de niño, también he visto numerosos cerramientos en el Ríu Mual para favorecer el desvío de su agua. Muretes más o menos consistentes hechos con piedras y a los que se les añadía arenas, tierra, terrones, ramas e incluso en épocas más recientes, plásticos, para conseguir que la mayor parte del agua se desviara hacia una presa.
Muchos de ellos, por no decir todos, se hacían sobre valladas que el paso del tiempo acabó arruinando. La presa seguía estando operativa pero volver a rehacer la vallada requería mucho esfuerzo y dedicación, así que para salir del paso, del apuro, era más sencillo hacer el citado muro, sabiendo que después de las crecidas tendrían que volver a restaurarlo.
Pero es que entonces, en una época de grandes cambios, con las oportunidades de trabajo a jornal en la mina o en otras actividades, el futuro de las actividades tradicionales agroganaderas podía ser muy corto. Era, como decimos, una forma de salir del paso, conseguir que, al menos ese año, el prau pudiera seguir regándose, mañana...ya se vería.
Pero a la nueva construcción, al estar sobre una vallada antigua y cumpliendo la misma función, se le siguió llamando de la misma manera: vallada (o estacada, banzáu). Así ya desde pequenos fuimos asociando la nueva construcción con dicho nombre, propiciando la confusión.
Hay otra explicación, que complementa lo anterior, para entender la colocación de esos muretes de piedra y que tiene que ver con la propia vallada y su evolución.
A pesar de ser una construcción que duraba mucho tiempo también la vallada tenía, como todo, fecha de caducidad. El río no solo lleva agua y fiel a su papel como modelador del relieve, siendo uno de los agentes erosivos más poderoso, cumple con otras funciones. El río erosiona, transporta y sedimenta muchas cosas. Algunas son solubles en el agua y no se ven y otras van desde el limo, las arenas y gravas hasta las piedras, algunas de gran tamaño.
La vallada provocó que se incrementara la función sedimentadora, en una zona que de forma natural sería aún de erosión y transporte. El río reciente ya que el de antaño sí había sedimentado y conformado la vega aluvial de Mual.
El resultado de esa sedimentación de arenas y gravas fue que la vallada se acabara colmatando, o sea rellenándose. Al reducirse su capacidad embalsadora, en los periodos en los que el caudal se reducía, el agua podía escabullirse por el centro, no llegando a los laterales donde estaban instaladas las presas.
 |
Vallada de la Ponte Rucabo, totalmente colmatada. 29-julio-2020 |
Dragar el cauce era impensable pues la labor sería titánica, ya tenían bastante con limpiar periódicamente los palenques, de los que ya os hablaré más adelante.
Parece que algunas valladas alargaron algo su vida al colocársele otro grueso varal por encima del cabecero y clavarle unos palos dispuestos totalmente en vertical, olvidándose de lo que los viejos sabían: no enfrentarse directamente a la furia del agua. En la del Palenque se ve aún que el varal superior, el único que pervive, tenía gruesos alambres metálicos probablemente para sujetarse mejor al varal de abajo o sujetar los palos y estaba embutido en los lados, junto al inicio de las presas, por muros de piedra hormigonados. Estos materiales no existirían cuando se levantó la vallada original y testimonian un añadido bastante reciente.
 |
Varal del lado de Prau Nuevu.debajo el del lado de tachurroso.
.
|
Otra solución, cuando la anterior ya se había utilizado o era inviable su instalación, era la de hacer esos muretes de los que venimos hablando, encima mismo de la vallada o muy cerca dada la localización de las presas en ese punto.
A veces las piedras utilizadas eran bloques de gran tamaño y que gracias a ello podían resistir durante más tiempo, como los que hay en la vallada de la Ponte la Zreizalina, pero la dificultad de su acarreo hacía que predominaran las de menor tamaño y que periódicamente había que rehacer.
Si la vallada solo alimentaba una presa, la disposición del muro ya no necesitaría ir a las dos orillas, bastaba que de forma ladeada encauzara el agua hacia la presa existente.
 |
Murete ladeado en La Ponte La Zreizalina a unos metros da la antigua vallada |
Del volumen de sedimentos acumulados en la vallada dan fe algunas de ellas, como la del Palenque. Con su rotura el agua arrastró toneladas y toneladas de arena y gravas retenidas por ella. Fue tal la furia del agua que provocó una erosión remontante aguas arriba, hasta cerca de la vallada de Burducéu. Al profundizar el cauce hubo zonas de las orillas que faltas de sustentación acabaron desplomándose.
 |
Erosión remontante, las zonas rocosas lograron evitarla. |
 |
Erosión remontante. Las zonas terrosas perdieron una parte de sus bordes |
Por contra, aguas abajo los sedimentos arrastrados fueron rellenando huecos remansados y colmatando aún más las valladas existentes y puede que la próxima gran crecida aumente todavía más esos efectos. Dicen que las aguas siempre acaban volviendo a su cauce y a pesar de su significado metafórico, el dicho puede entenderse al pie de la letra.
En realidad las valladas originales no pretendían cerrarle el paso al río, porque sabían de su rabia y fiereza, lo que buscaban era elevar algo el cauce del propio río y sobre todo la del agua, que ligeramente embalsada ya se podía desviar. Se conseguía así que el agua se remansara y tuviera que salir de allí por donde mejor lo tuviera, que era precisamente por la presa o presas, adosadas a la vallada pero algo más bajas que la cabeza de aquella.
He preferido utilizar el término vallada y no vatsada que sin duda es el original, porque siempre lo he oído así, incluso mi abuela, Mamina, y otros ancianos la llamaban de esa forma, por lo que la "ts", en este caso, parece algo forzado.
Una buena vallada necesitaba madera, mucha madera y lo normal es que se hiciera entre varios vecinos, con praus cercanos que luego se beneficiarían del riego. Aunque también las había individuales.
Se empezaba a construir la vallada, obviamente en verano aprovechando el menor caudal del río, por su parte más baja, pegado a su cauce. Ahí se colocaba un buen varal (un tronco largo y grueso que podía estar o no escuadrado) atravesando el río, de una a otra orilla y sujeto en cada lado por un tronco vivo de algún árbol o por rocas naturales o colocadas a modo de pilastra, para que el varal ni se moviera ni se desplazara. Si la vallada iba a ser grande, en vez de un solo varal se podía colocar otro al lado de este.
Este varal serviría de reposa cabezas de otros varales, menos largos y gruesos, tendidos a la larga río arriba, donde se enterraban algo en su lecho para evitar que la corriente chocara directamente sobre ellos y con algo de inclinación hacia esa parte, como si fuera una suave rampa.
Sobre lo anterior se volvía a colocar otro largo y grueso varal atravesando el río, justamente por encima del anterior y de nuevo otros varales, como en el primer paso, aunque algo más largos. Teniendo siempre cuidado que la zona del varal reposacabezas quedara a mayor altura que la zona donde se enterraban los varales y así hasta alcanzar la altura deseada, disponiendo entonces los varales a la larga muy juntos unos de otros para evitar filtraciones y fugas del agua.
 |
Varales de los dos tipos. Vallada de La Ponte Rucabo |
Al final sobre los pies enterrados del entarimado de varales se arrastraban piedras y arenas para enterrarlos aún más. De esta forma se evitaba que la fuerza del agua chocara directamente contra algo, que resbalara sobre la vallada, limitando muy mucho su poder erosivo, al tiempo que su cabeza, dada su mayor elevación, permitía embalsar y derivar agua hacia uno de sus lados, donde se había hecho una buena presa, o hacia ambos lados cuando el aprovechamiento era doble, con dos presas, una a cada lado.
La presa había que abrirla en el propio terreno, si este era rocoso costaba más pero al mismo tiempo la hacía más resistente. En la zona de contacto con la vallada y en tramos de tierra había que paredarla para hacerla más resistente y para evitar fugas de agua.
 |
Inicio de la presa de Tachurrosu, reforzada con cemento y hormigón. |
Antes de llegar al primer prau, muy cerca de la captación, la presa disponía de un desaguadero que devolvía el agua al río cuando se deseaba dejar de regar el prau o praus, bien fuera para segar y secar la yerba, bien para meter el ganáu a pacer o bien para respetar los turnos de vecera del riego cuando estos eran necesarios.
Los dispositivos de desagüe podían ser más o menos sofisticados y a veces había más de uno. El más importante solía estar conformado por dos compuertas, Una abría o cerraba el desaguadero y la otra hacía lo mismo con la presa. Si se abría una había que cerrar la otra y viceversa, en función de lo que se desease conseguir.
 |
Presa con las dos compuertas, La del desaguadero está abierta y la de continuación de la presa cerrada. Al lado de la plaza de fiestas |
La compuerta original era un tablón de madera que se encajaba en los surcos verticales que tenían las jambas que delimitaban el ancho del desaguadero y de la presa y que solían ser de piedra.
 |
Compuerta del desaguadero (cerrada), en este caso hecha con una losa perfectamente escuadrada. Entrada del Prau de Mingo en Prau Nuevo. |
Esta zona y la salida del desaguadero solían estar paredadas por dentro con muros de piedra para resistir la fuerza del agua que podía "escarcabonar" e inutilizar la presa en muy poco tiempo. También los había en zonas rocosas, algo adaptadas que resistían por si mismas.
 |
Desaguadero secundario, manual, en zona rocosa. Presa del prau Mingo en Prau Nuevu. |
Los desaguaderos más sencillos estaban formados por simples obstáculos de piedras, un madero y terrones que se podían poner o quitar sin mucho esfuerzo.
 |
Desaguadero manual (cerrado) tras el palenque de una presa que abastece algunos praus de Muruecos. |
La presa general, más o menos larga, podía llegar y discurrir ella misma por las partes más altas de los praus, teniendo ramales para cada uno de ellos.
 |
La Presa de Tachurrosu circulaba por encima de los praus que regaba, haciéndolo por debajo mismo de las paredes de deslinde con los praus de arriba situados a mayor altura. |
En el inicio de estos ramales también había dos compuertas. A pesar de la gran cantidad de agua que podía llevar una presa, esta no daba para regar al mismo tiempo el amplio espacio conformado por varios praus. Un riego que recordémoslo era de inundación. Había que repartir el riego en varios turnos o veceras. Cada prau disponía de un tiempo concreto, cerrándose la compuerta de los otros ramales y llevar toda el agua al prau que le tocaba, luego esperar a que estos hicieran lo mismo para iniciar un nuevo ciclo.
Cuando los praus eran llanos y anchos, por su centro circulaba una buena presa, en ocasiones la general, siempre elevada sobre el resto para ir repartiendo el agua hacía los dos lados.
 |
Prau de Mateo, pegado a la plaza de fiestas. Presa central con distribuidor de agua a los diferentes ramales. |
Es espectacular esta disposición en el probablemente mayor prau de todo el concejo, situado en Bimeda y propiedad de Jose, un amigo mío. Está al lado de otro más pequeño al que llaman "prau del polvo".
El nombre le viene, según dicen, porque como el grande, pertenecía al Señorito de Bimeda y que perdió debido a una curiosa apuesta, aunque en realidad se trataba más de una propuesta. Le propuso a una vecina, por la que debía sentir una gran atracción sexual, que saldrían los dos desde la esquina inferior del prau, corriendo, ella delante y él detrás.
Sería para ella todo el terreno recorrido, abarcando todo el ancho, pero cuando él la alcanzara, se terminaba la carrera y a continuación le echaba un polvo. La chica por lo visto aceptó la propuesta y todavía corrió libre un buen trecho, pues el prau no es muy largo, pero tampoco tan corto.
En el prau de Jose creo que no son una si no varias presas las que lo recorren, repito siempre en alto, ya que es un prau enorme.
En Mual, también sobre el mayor prau del pueblo, el de Mingo en Prau Nuevo, tenemos una presa central. Cuando el caudal era abundante a los lados de esta presa también circulaba y se acumulaba mucha agua debido a que el riego utilizado era, como ya dijimos, de inundación. El esquema se reproduce en algún que otro prau de menores dimensiones, en Tachurrosu, Veiconde, Lus Pradones...
Luego mediante presas más pequeñas y abiertas en el terreno, sin más, se distribuía el agua por todo el prau, ayudándose de un complejo sistema de presinas, que se abrían o cerraban mediante terrones que se obtenían de cuando se arreglaban y rehacían estas, una labor que había que realizar cada poco y que se solía hacer una vez puesto el ramo, con el que finalizaba la campaña de la yerba, antes de volver a regarlos.
Los terrones tardaban muchísimo tiempo en deshacerse, la yerba que contenían seguía viva pues sus raíces estaban casi siempre encharcadas, de ahí que se utilizaran mucho.
El agua de riego circulaba siempre por su propio peso, siguiendo la ley de la gravedad, algo que ya vimos que ocurría con los canales que suministraban el agua en las explotaciones auríferas.
Los praus no siempre eran llanos, podían tener zonas algo más elevadas. Para conseguir que el líquido elemento llegara a esas partes era necesario construir la vallada unos metros más arriba para que la presa fuera ganando altura.
En Mual no suelen abundar las presas largas, alejadas del prau o praus que se iban a regar y solo destaca en este sentido la que riega Prau Nuevu y la de la vallada de enfrente de Burducéu, que es además preciosa al abrirse en roca y tener algún tramo sustentado por paredes de piedra. En otros praus la presa es más corta, o incluso está a la misma vera del prau.
 |
Larga y preciosa presa enfrente de Burduceu. Abastecía los praus más altos de Tachurrosu |