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La Pena Moncóu, muy desarbolada. |
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El Vatse La Cutsada y el Regueiru Funtanón desde la carretera. Julio-2020. |
Continuaban los praus, estrechos y pegados al cauce, por el vatse (La Cutsada) arriba, hasta Lus Cantarinus, en donde se ensanchaban y penetraban algo por su vatsina, La Vatsina Las Fayas. Precioso y poético el topónimo, también aplicado a una fonte, (La Fonte lus Cantarinus, un poco por debajo de La Carril de Moncóu) y a unas fanas, que hace referencia al sonido provocado por sus aguas que, debido a su escaso caudal, más que meter ruido lo que hacían era cantar. ¡Ahí es nada la delicadeza de los nuestros!, para que luego digan que la gente de pueblo es ruda y bruta. Luego Las Fanas Lus Cantarinus, con su quebrado y accidentado relieve, impedían la existencia de praus y favorecían la presencia del faéu.
Un pelín antes de Lus Cantarinus, pero en la otra vertiente del vatse, la derecha, mi familia tenía otra parcela. No era ni un prau ni una tierra trabajada, aunque es probable que lo fuera porque tenía restos de aterrazamientos, pero todo con bastante antigüedad. Más que un pascón era casi un "bardal", pegado a las partes bajas de Carcaladráu, una pequeña y encajonada vatsina que llevaba agua cuando llovía y poco más.
En Mual llamamos bardal a un matorral donde predominan los espinos, las zarzas (Rubus ulmifolius). Los espinos tienen un tallo estrecho que no puede mantenerlos mucho en pie por lo que se desarrollan como las plantas trepadoras. Crecen sobre el suelo y aprovechan paredes, arbustos e incluso arbolillos o ramas bajas de árboles para apoyarse en ellos y seguir creciendo. Dos son sus características más destacables. Por un lado sus punzantes espinos y por otro sus sabrosos frutos, las moras, que en Mual llamamos "amoras", conservándose un topónimo con este nombre: Las Amoras en la zona inicial de Las Brañuetas de Reiduz.
A nuestra abuela, Mamina, le gustaba mucho gastarnos bromas, dulces bromas. Nos juntaba a todos y nos decía: "los espinos no tienen frutos" y nosotros le decíamos "¡no!", que sí los tenían. "Cuáles" preguntaba ella y nosotros, contentos por saber la respuesta, le decíamos: "las amoras" y entonces ella nos miraba a todos como si estuviera "enfurruñada" (enojada) y exclamaba "¡pa jodete a ti a toas horas!". Nos reíamos todos durante un buen rato y luego la comíamos a besos y caricias
En aquel bardal, donde todavía había algún castaño (Castanea sativa) a nuestro padre no se le ocurrió otra cosa que plantar pinos pues no le daba utilización alguna y podía suponer un dinero extra si llegaban a crecer. Por culpa de los pinos llegaron a desaparecer de allí y de otros sitios preciosas "castañales", bravos o mansos, que antaño habían ayudado a paliar la "fame" de personas y de gochos y que entonces ya no se utilizaban. Fueron cortados y vendidos como madera y ya no volvieron a crecer porque en su sitio se habían instalado pinos. ¡Malditos pinos!, les he acabado cogiendo verdadero odio pues siempre están en los sitios que pertenecen a otras especies.
Superado el obstáculo de Las Fanas Lus Cantarinus estaba el último gran prau del vatse: El Campón, sin problemas de agua porque a pesar de ser esta escasa o inexistente en el cauce del valle, tenía su propia fuente: La Fonte´l Campón.
Llegaba este prau hasta los 785 metros de altitud, no muy lejos del Chanu La Cutsada, el collado de la sierra entre La Pena Moncóu (1.081 m.) y el Picu Lus Currales (1.221 m.) y es precisamente este collado el que da nombre a este vallecillo: El Vatse La Cutsada (el Valle de La Collada) por el que pasar del Ríu Mual al Ríu Rengos (Narcea) era cuestión de minutos, teniendo en el pueblo de Moncóu la primera parada.
A pesar de su cercanía al pueblo, el Vatse La Cutsada está muy abandonado en la actualidad. El Prau del Campón ya solo es un recuerdo y está totalmente copado por el matorral. En los buenos suelos de los praus habidos al pie de La Vatsina Las Fayas y Lus Cantarinus se han plantado chopos que han crecido enormemente, siendo ya árboles "hechos y derechos", viéndose algunos ejemplares más exóticos (cipreses...) por el entorno. Los castaños pululan por doquier, con su asombrosa recuperación y en las zonas húmedas lo hacen las omnipresentes fulgueiras.
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El prau El Campón ya es un pascón muy evolucionado. |
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Árboles exóticos, un ciprés. |
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Tras la carril ya no hay praus ni tierras cultivadas. Zonas medias del Vatse La Cutsada. |
Pero en las partes medias y altas del vatse por su vertiente derecha, la que da contra La Pena Moncóu, el terreno sigue totalmente desarbolado y en un proceso muy atrasado de regeneración natural. Aquí solo crece matorral espinoso y este solo en las cercanías del cauce, en competencia con las mencionadas fulgueiras. Sus suelos son débiles, muy delgados cuando los hay y sobre todo excesivamente secos, algo que tiene que ver con su orientación algo más sureña, su naturaleza caliza y la menor altitud de su cima.
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Fulgueiras y matorral espinoso pugnan en las partes altas de la vertiente derecha cercanas al cauce. |
Todo ello es muy visible comparando las dos vertientes. Dada la importancia del Chanu La Cutsada como vía de paso entre dos vatses, tomamos su cauce como eje vertebrador del valle, conformando una cuenca muy disimétrica en donde la vertiente izquierda es mucho más amplia que la derecha, con varias vatsinas que en algunos casos tienen más longitud que la que llega al Chanu, como la de La Fonte La Fana o La Vatsina Las Fayas.
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Vatse La Cutsada, ya a simple vista se ve el contraste entre las dos vertientes. Foto Google. |
La Pena Moncóu, además de ser muy rocosa, no es excesivamente alta, pero la sierra que continua tras la collada lo hace elevándose rápidamente, con suelos más gordos en donde la caliza pronto desaparece de su sustrato, siendo La Pena´l Caleiru uno de sus últimos enclaves. Al ser más alta y menos porosa, la vertiente izquierda recoge más agua de lluvia y la retiene mejor ayudada por los bosquetes de faya que posee, al tiempo que su orientación más norteña le hace ser mucho más húmeda.
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El Vatse La Cutsada. Los praus pegados al regueiro y los faéus en plena recuperación. Foto Google. |
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Vertiente izquierda |
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Denso faéu en la vertiente derecha de la Vatsina de la Fonte las Fanas, con una orientación más norteña. |
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Partes altas de la Vatsina Las Fayas cercanas al Picu Lus Currales con un esplendido faéu en su vertiente derecha. |
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Vertiente izquierda, más alta y humeda que la derecha. |
Esta mayor presencia de agua (augua que decía mi abuela Mamina) explica por qué su primera traída al pueblo para repartirla por todas las casas, fuera a buscarla a Lus Cantarinus, con una conducción que la llevaba al depósito situado por encima de la plaza de La Ponte Fonsu. La obra la realizaron los propios lugareños y no penséis que fue peccata minuta, yo era aún muy crío pero recuerdo haber ido a ver el canal que los "mozus" y los "omes" de Mual estaban abriendo y de dar un par de "piconadas", pero el picón pesaba tanto que no pude continuar.
Perduran los praus que había en las partes de más abajo de la Vatsina Las Fayas, pero están dejados de "la mano de Dios", con sus presas arruinadas y sin posibilidad de ser regados. Solo sirven para pastar y pronto pasarán a ser pascones.
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El prau que más adentrado queda del vatse es este, un poco por encima de la Fonte Elcano. |
Los siguientes vatses del avesíu son simples vatsinas y casi ni eso. Son muy pequeños y pendientes y se recuestan sobre La Pena Moncóu y algo de su continuación.
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Vatsinas contra la Pena Moncóu. de derecha a izquierda Regueiru Funtanón, Vatse Cogotsu y vatse de Xuan Bifa. Foto Google. |
En las partes medianas del Regueiro Funtanón había algunos praus, cercanos e incluso pegados a El Chanu´l Paramio, herederos de las cavadas de borrones (rozas) para semar centeno y que luego fueron repartidos entre algunos vecinos. Son de secano y solo se podían beneficiar de fuentinas cercanas. Por encima y en general por todo El Paramio la sequedad de la caliza impone su ley, con una ausencia total de vegetación arbórea aunque con algo de yerba muy apetecible para el ganáu.
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De derecha a izquierda Carcaladráu y Regueiru Funtanón debajo de la alargada cima de la Pena Moncóu. Entre ambas vatsinas el Tesu La Purida, coronado por el Chanu´l Paramio. |
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El Chanu´l Paramio, por encima del camino nuevo, donde había praus de secano, precedidos de cavadas de borrón. |
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El Paramio. |
Hoy el arbolado se ha desarrollado bastante en las partes bajas, unos cuantos metros por debajo del Chanu´l Paramio, progresando por sus lados, en especial la parte por encima de la plaza de la Ponte Fonsu. Predominan los castaños pero no faltan algunos pinos e incluso algún ocalito, con uno altísimo, que por su reducida presencia, más que un problema, resultan llamativos y exóticos.
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Aquí se aprecia claramente el Chanu´l Paramio y el progreso de la vegetación arbórea por encima de la plaza de La Ponte Fonsu y el Funtanón. Si os fijáis veréis el alto ocalito. |
Es asombrosa la recuperación de los castaños. Yo recuerdo cuando desde La Pumariega, un topónimo que remite a un tiempo pasado en el que aquí hubiera manzanos (malus sbp.) ya que a este se le llamaba pumar, y también manzaneiru y que posiblemente más atrás en el tiempo fueran centenales, se veía sin dificultad el pueblo y el suelo estaba muy despejado. Había castaños pero casi todos muy adultos y decrépitos y ya casi se había abandonado la recolección de sus frutos. Hoy La Pumariega está totalmente colonizada por castaños. Los viejos no murieron y engordaron enormemente y ha surgido una nueva generación, ya bravos porque no han sido injertados, con buenos ejemplares. El crecimiento del castaño no tiene nada que ver con el del roble, la faya e incluso el abedul. En pocos años puede crecer de una forma realmente descomunal.
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La Pumariega, |
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La Pumariega y el camino que antes llevaba al Paramio, hoy un exuberante castañoléu. |
En la actualidad todavía no se puede andar, al menos cómodamente, por debajo de los castañoléus, habiendo bardales y muchas fulgueiras, pero su ritmo de crecimiento y el consiguiente aumento de su copa y su ramaje no tardará en despejar sus suelos, eso si las plagas o manos humanas no los cercenan.
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Imposible entrar en este tramo de La Pumariega, habrá que esperar a que los castaños sigan creciendo y despejen el suelo. |
Entre El Funtanón y el Vatse Cogotsu no hay ninguna vatsina, ni grande ni pequena. Por aquí está La Vera´l Mulín, donde como su nombre indica hubo un mulín de moler grano y que luego pasó a llamarse La Bolera, porque la antigua bolera de la Plaza Silvestre, cuando los caminos del pueblo se empezaron a arreglar, tuvo que cambiarse de sitio, escogiéndose este, muy cercano al pueblo y al mismo tiempo algo apartado y también porque bolos y bolas, cuando no se xuega, hay que meterlos en agua, utilizándose la presa de la cercana vallada o La Fonte´l Sapo, un pequeño afloramiento de agua en el inicio del camino de La Cutsada, donde se hizo un pequeño pozo para albergarlos.
Para xugar a los bolos se requería fuerza y maña. Los bolos, alineados, se colocaban sobre una tsousa, pero no de pizarra si no de una roca que no se desmenuzase con los golpes, siendo la de piedra ferreal (granito) la más apropiada. Desde una distancia prudencial se tiraba la bola, de madera, que debía impactar en los bolos, también de madera, y alejarlos y alejarse ella misma lo máximo posible pues cada uno puntuaba en función de las distancias conseguidas. Si no se le daba a ninguno o la bola no pasaba de una distancia mínima se decía "queimó" y creo que yo queimé muchas veces.
Más tarde esta zona se amplió y hormigonó y es donde se celebran las verbenas de San Xuliano y San Xulianín, patronos de los papudos. También es aquí donde comienza la Ruta del bosque de Mual, tras cruzar la Ponte Fonsu y donde se puede aparcar el coche, uno de los pocos sitios donde se puede hacer gracias a su amplio espacio.
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Espacio entre el Regueiru Funtanón y el Vatse´l Cogotsu con la plaza de la Ponte Fonsu. Aquí también se ve el altísimo ocalito. |
Un poco más abajo pero alejado del ríu y solo regado por fontiquinas, había un extenso prau, cortado en dos por un camino, en un terreno bastante pendiente y del que me acuerdo muy bien porque fue allí donde conocí a las "biespras" (Vespula vulgaris), ya sabéis la pariente silvestre de nuestras "abechas" (Apis melifera). No tuve otra ocurrencia que meter la paja de una yerba en un agujero, no recuerdo si estaba en el suelo o en el tronco de un árbol, donde había visto que se metía una de ellas. Y claro, esto las incomodó, salieron varias y una me picó en el pescuezo, en la zona del cogote. Al sentir aquel fuego entrar en mi cuerpo, eche a correr por el prau, tratando e escapar de ellas y del dolor que me invadía.
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Prau de las biespras cortado en dos por un camino. Ya no se siega pero se debe de pastorear por que aún se mantiene bien, incluso tiene algún borde rozado. |
Este prau y muchos de los de secano, también se segaban, aunque daban mucha menos yerba que los regados, eso sí de mejor calidad. Había que segarlos unas semanas antes que los de vega, los regados, porque la yerba maduraba antes y si se la dejaba, cuando se segaba parecía que la "gadaña" resbalara sobre ella, sin cortarla. La yerba tenía que secar una vez cortada, no secar estando aún plantada porque así perdía nutrientes y era muy difícil de segar.
Luego muchos de estos praus de secano se fueron abandonando, se dejaron de segar y se transformaron en pascones, con arbustos y árboles pero también con buen pasto, adonde se llevaba a pastar el ganáu, el del dueño del pascón claro, en primavera tras acabar el duro invierno y en otras épocas del año.
El proceso del aumento del pastoreo de los praus, no solo de los de secano y los pascones si no incluso de los regados durante los periodos en que ello no comprometiera su producción de yerba (principios de primavera y en otoño cuando se dejó de segar, secar y recolectar la otoñada), hay que relacionarlo con el paulatino abandono de los pastos de altura, primero de las brañas de verano y más tarde de los de media altura que estaban alejados del pueblo. Para las vacas era más saludable salir a pastar durante unas horas que permanecer todo el tiempo recluidas en las cortes y para el "paisanu" también era más cómodo pues solo necesitaba el tiempo imprescindible para llevarlas y luego recogerlas. El aumento de la estabulación del ganáu hay que relacionarlo, a su vez, con el aumento de la producción lechera y, en menor medida, con el relacionado con el mercáu cárnico.
El prau de las biespras llega justo hasta el borde del surco marcado por el Vatse Cogotsu. Vatse pendiente que se prolonga hasta la esquina de la alargada cima de La Pena Moncóu donde está El Pachón de Xuancán, un marcado entrante en la roca y el terreno.
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Vatses Cogotsu y Xuan Bifa. El primero coronado por El Pachón de Xuancán y un penacho de fayas aprovechando la esquina quebrada de La Pena Moncóu. |
En los pies del Vatse Cogotsu, beneficiándose de su mayor humedad, había algunos praus por encima y por debajo del camino que va a La Chalga y que se prolongan a los pies y subiendo algo por el curso del Vatse de Xuan Bifa, que en sus partes bajas conectan con los praus que había encima del Prau Saturno, que como ya vimos mediante pozos recogía los menguados regatos de este pequeño vatse.
El nombre del primer vatse se deriva de cogotsu, el nombre que se le daba aquí a una pequeña loma. Un lugar sobrealzado sobre su entorno, al menos visto desde abajo, desde el pueblo (El Cascarín), que era desde donde más lo veían los papudos. El cogotsu está en el cerro que divide las dos vatsinas (llamadas vatses pero que no lo son, siendo como mucho pequeñas vatsinas) más cerca del camino de La Chalga que del actual camino que atraviesa todo El Paramio y su entorno desde el curso de La Cutsada hasta encima de La Chalga.
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El Cogotsu, tesín que da nombre al vatse (Vatse´l Cogotsu). Un poco por encima del camino de La Chalga. La exuberante vegetación arbórea que posee impide una visión más clara. |
Sobre este topónimo (cogotsu) en Cangas mismo estaba La Cogolla (ya castellanizado), un altozano pequeño donde en la actualidad está el barrio de Santa Barbara, hecho por una cooperativa de mineros de Carbonar, en donde vive mi familia de Cangas. Yo conocí La Cogolla al poco de bajar de Mual para la villa y allí había una gran mesa redonda en una elevación que por la parte de arriba poseía un marcado foso que le permitía alzarse incluso sobre esa zona..
Con mis nuevos amigos de Cangas solía ir muchas veces, adonde la mesa mencionada y a otra mesa, porque estaban algo alejadas de la villa y además abandonadas. Les llamábamos el merendero de la mesa cuadrada y el merendero de la mesa redonda y se los pusimos porque en ellos había una mesa y sus correspondientes bancos para sentarse a su alrededor, todo hecho de material de construcción. Una mesa era rectangular y la otra redonda y estaban en medio de dos grandes viñedos, abandonados a su suerte, propiedad de la pequeña burguesía canguesa. Rodeados de árboles exóticos que le aportaban frescor y en donde suponíamos que se harían comilonas y meriendas por los señoritos de Cangas.
Siempre consideré La Cogolla como un pequeño asentamiento de la época castreña y durante la realización de la tesina investigué a fondo la parte que le quedaba por encima de unas casas anexas y la carretera, entonces pista, que sube al Acebo, buscando una posible ampliación del pequeño recinto, pero lo que encontré no cubría mis expectativas.
Por eso decidí también investigar el cogotsu de Mual. No está en sobrealzado sobre todo su entorno, es más bien como un rellano, aunque visto desde el pueblo, como ya dijimos, si parece sobresalir algo. No encontré nada y además ya era difícil de prospectar porque el bosquete de rebotsus sapiegus ya lo había colonizado. Seguramente habría sido, tiempo atrás, una tierra cultivada, bien de forma permanente o bien ocasional (sistema de rozas)
Es aquí y casi hasta el nuevo camino del Paramio, y por las dos vatsinas, donde el bosque se está recuperando mejor, beneficiándose de un relieve mas accidentado y con mayor humedad. También presenta buen aspecto la ancha ladera que va desde el curso de Xuan Bifa hasta el teso que da contra El Trabanco y La Venta. A pesar de tener alguna granda parece estar recuperándose de los efectos de uno de los últimos incendios, que a diferencia de otros que tiraban contra La Cutsada, lo hizo valle abajo, haciendo mucho daño por el desfiladero y por encima de La Chalga. En la actualidad presenta una amplia superficie arbolada.
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La Chalga y el Vatse de Xuan Bifa. |
En el teso y la vatsina del Vatse Cogotsu, algo por encima y por debajo del nuevo camino, parece que se están llevando a cabo lo que llaman "repoblaciones forestales", y lo digo sin saberlo a a ciencia cierta pero que observando detenidamente las imágenes que nos ofrece Google map, se ven las líneas rozadas (de varios metros de anchura) que se hacen en estas labores. El monte a repoblar no se roza en su totalidad, solo se hace esto en una serie de líneas paralelas entre si y separadas por otras líneas sin rozar. En las rozadas es donde se van a plantar los nuevos árboles y se rozan para evitarles la competencia que los subarbustos les puedan ofrecer, al tiempo que los tramos no rozados consiguen que la erosión se vea mitigada. No es mal sistema pero sería mejor que las líneas se trazaran en horizontal siguiendo las curvas de nivel, y no en vertical como se han hecho, lo que garantizaría un mayor freno a la erosión ya que el terreno está en pendiente.
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Se aprecian claramente la líneas rozadas en el teso y el Vatse´l Cogotsu. Foto Google. |
Igualmente desconozco las especies empleadas. Las labores, creo haberlo leído en alguna parte cuando era un proyecto sobre 50 hectáreas, las realiza la Administración y conociendo la política que esta utiliza en este terreno induce, cuando menos, a la desconfianza. Sería una risotada del averno que aquí se plantaran pinos u otras especies alóctonas. La vegetación potencial de la zona es la del robledal, mezclando sapiegos con albares pero con predominio de estos últimos, sin olvidarnos de la presencia de masas de faya en las partes más húmedas y menos soleadas.
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