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Regueiru Calechu, último prau, aún regado, antes del arbolado. Prau de La Pasada. Fijaros al fondo donde todavía perviven plantaciones de pinos. 31-julio-2020. |
En La Chalga los praus estaban arrinconados por el imponente curtinal, aunque en la actualidad casi todas las parcelas, o "estaxus" como se les llamaba en Mual (de hecho aquí en La Chalga, por encima de la carril o camino, contamos con los topónimos "Lus Estaxus" y "L´Estaxu") están sin trabajar. Ya en mi infancia muchas estaban transformadas en praus de secano que daban una excelente yerba ya que estaban sobre buena tierra, con restos aún de antiguos abonados. Mi familia poseía uno en las partes altas, donde según mi madre se daba un excelente trigo cuando aún se cultivaba.
Los estaxus llegan hasta los bordes mismos de los cortados del desfiladero de El Trabancu y cercanos a los deslindes con el Monte Cruces, de un pueblo cercano pero ya en la vertiente del Ríu Rengos (Narcea).
Todos sabemos que los niños suelen mezclar la realidad con la ficción, en proporciones variables dependiendo de cada cual. Eso es lo que me pasó a mí con Cruces. Siendo yo aún un guaje acompañé a mis padres a este pueblo, a casa de unos conocidos o algo de familia suyos. Mi padre era de El Pueblo de Rengos y mi madre de Mual, y Cruces queda a medio camino de ambos, por lo que las relaciones, fueran del tipo que fueran, eran habituales. Además los tres pueblos citados pertenecían a la misma parroquia por lo que las reuniones, en actividades religiosas o en las más profanas fiestas en La veiga y los otros pueblos, reforzaban esas relaciones.
Para mí la experiencia fue inolvidable, era la primera vez que salía del vatse de Mual e hicimos todo el recorrido a pie, usando el antiguo camino que por La Chalga llevaba a La Venta y a Veiga Rengos y del que había que utilizar un ramal previo.
Los niños no perciben el paisaje y el relieve como lo hacen las personas adultas que de alguna manera ya lo tienen mentalizado. Lo que para unos es un buen paseo, para otros es como la puerta abierta ante un nuevo y grandioso universo. Un paso de mi padre o mi madre me llevaba a mí al menos hasta tres. Todo se agrandaba ante mis ojos, los riscos y cortados del Trabanco, los últimos tramos de la sierra y las inmensas vistas que ofrecían, el simple camino y las piedras y rocas que lo jalonaban y sobre todo los árboles, robles, posiblemente sapiegus, que aparecían en solitario o en pequeños grupos y que íbamos dejando atrás.
Y es ahí donde la realidad se mezclaba con la ficción. ¿Os acordáis de aquella serie televisiva llamada Daniel Boone?, las aventuras de un explorador, trampero y justiciero en un salvaje Oeste norteamericano muy edulcorado en la serie. Por aquel entonces ya teníamos en casa una enorme TV en blanco y negro y todos volábamos con aquellas "realidades ficticias" como las he denominado en otra parte de este blog.
En la presentación de la serie, repetida al inicio de cada capítulo, salía una imagen imborrable, el protagonista lanzaba una pequeña hacha que se clavaba en un árbol, abriéndolo por la mitad. Viendo aquellos rebotsus y aquel paisaje, agreste y nuevo para mí, veía a Daniel Boone lanzándoles hachas a los troncos. Y esa es la imagen que se me quedó grabada de Cruces. Ni la casa a la que fuimos, ni sus ocupantes, ni...solo un hacha volando y clavándose en un árbol.
En el solano del valle de Mual también había buenos vatses y vatsinas secundarias, pero ya dijimos que en ellos los papudos tenían menos terrenos propios, siendo mayoritariamente de Oubachu. En el que más espacio tenía, Valmayor (hasta un poco por encima de la carretera que sube al Counio) no había praus, salvo las Tsamas de las que ya os hablaré más adelante.
Era el Regueiru Calechu el mejor y el más extenso vatse de solano, lo que explica la existencia en él de una pequeña aldea, Rucabo, que dispondría de tierras de cultivo, praus y monte comunal, todo ello heredado por el pueblo de Oubacho, que en 1895 inscribió todo el término como de su propiedad en el Registro de la Propiedad.
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Regueiru Calechu. Visión general. Foto Google. |
En su inicio los praus de Panzaleichas y de Prau Nuevo llegan casi hasta su curso, tomando el agua de él. El de El Caruezo (Panzaleichas) tiene una captación ligeramente diferente a la que debió de poseer antes de su última reconversión. En el lecho del regueiro hay construida una perfecta represa, un muro de contención que allanaba el propio curso. Un elemento fijo de lo que podríamos denominar compuerta del regueiro, coronada por un elemento móvil, constituido por dos tablones que se ponían o se quitaban para desviar el agua hacia la presa del prau o para dejarla discurrir por su curso, en donde hay restos de plásticos empleados para impermeabilizar el paso cuando este se cerraba.
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Represa y compuertas del inicio de la presa. |
La propia presa tiene otra compuerta, está ya más evidente y moderna. Un muro de gruesas piedras hormigonado, con un orificio donde está instalada una ancha y larga tubería metálica por donde entraba el agua y una compuerta cuadrada, también metálica para cerrar o abrir esa entrada. La compuerta está adosada a un grueso madero escuadrado colocado encima del muro y que haciéndolo rodar sobre uno de sus cuatro lados conseguían subir o bajar dicha compuerta. Tras varios metros la tubería desemboca en la antigua presa, una presa terrera, de las habituales, que lleva el agua al prau, por donde se iba distribuyendo.
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Compuertas vistas desde el regueiro. |
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Tubería acercándose a la compuerta. |
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Final de la tubería metálica que deja el agua en la presa que la lleva al prau. |
Hacia la mitad de la tubería, instalada ella misma sobre la antigua presa, hay los restos de un desaguadero que apunta a la existencia de un desvío más antiguo que el actual. No sabemos si se trataba de una valladina (de madera) o de una represa o murete (de piedra). Tampoco sabemos si tenía o no palenque, menos necesario aquí que en la vega porque el regueiro arrastra menos cosas que el ríu. Lo que es seguro es que la instalación de la tubería se hizo porque la antigua presa perdía agua en ese punto.
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Posible desaguadero de la antigua presa antes de su última transformación. |
La captación hacia Prau Nuevo, un poco por encima de la anterior, es en la actualidad mucho más modesta. El prau que riega es más pequeño y el cauce del regueiro es bastante llano. Un simple murete servía para desviar el agua y una pequeña presa la llevaba a su destino.
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Una simple paredina servía para desviar agua hacia los praus de la vertiente derecha. |
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Presa conduciendo el agua, vertiente derecha en sus inicios. |
Ambos desvíos siguen activos en la actualidad, lo que explica el verde intenso que reflejan los praus que riegan, en contraste con el más apagado de los no regados.
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Prau del Caruezu. |
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Prau del inicio del regueiru, pegado a los de Prau Nuevo. Fijaros en su verde yerba, provocado porque aún sigue regándose. |
Había después un alargado y estrecho prau cerca del cauce por su vertiente izquierda, que luego pasa a la derecha donde es más ancho, y más arriba progresa por ambas, con mayor penetración en la izquierda, para continuar solo por la derecha, pegado al curso, en el Prau de La Pasada, el mejor de todos ellos y en donde aparte de su verdor que indica que sigue regándose, destaca un precioso umeiru, al lado mismo del regueiru.
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Prau alargado y estrecho de la vertiente izquierda siendo tomado por los subarbustos. |
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Últimos praus antes del bosque. El nombre de Prau de La Pasada, tal vez, hace referencia al pontigo y al camino que un poco más abajo pasa de la derecha a la izquierda. |
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Pequeño pontigo para que los peatones puedan pasar el regato. |
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Precioso umeiru junto al regueiru en el último prau. |
Debajo de la carril de la entrada de este prau se conservan los restos de una valladina, con un corto pero gordo varal, un tronco de umeiro. La valladina está totalmente colmatada y su presa, por la vertiente izquierda, ya está fuera de uso y desfigurada por el camino.
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Restos de la valladina. |
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Como se puede comprobar en la foto, la madera usada en la valladina es de umeiru. |
En la actualidad hasta ahí (660 m. de altitud) llegan los praus regados, delimitados por un joven pero pujante bosque. Pero antes se prolongaban valle arriba, alternándose uno a cada lado, hasta donde desagua Vatsina Tsonga, donde, sobre los 685 m. de altitud, enlazarían con otros más amplios pertenecientes a Oubachu, que se seguían prolongando por la larga veiguina del Calechu.
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Regueiru Calechu, con el arbolado separando la parte de Mual. Foto Google. |
En Vatsina Negra, la primera vatsina del Regueiru Calechu, en sus pies, también había dos buenos praus, uno a cada lado de su cauce, del que seguramente se surtirían de agua, elemento muy mermado por la presencia de las enormes grandas, como Granda Redonda, que bordean la vatsina, herederas de las lejanas cortas de finales del siglo XVIII, en Vatsina Tsonga, de otras posteriores y de los frecuentes incendios que asolaron la zona, al menos desde esa época hasta tiempos recientes.
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Los dos praus de Vatsina Negra. |
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Vacas pastando en el prau de la izquierda de Vatsina Negra.Ya sin riego y sin ser segada su yerba, se está convirtiendo ya en un pascón |
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Vatsina Negra con su plantación de ocalitos encima del prau de su vertiente izauierda. |
Buen vatse y muy antropizado este Regueiru del Calechu, del que ya hemos hablado en otras partes, con buenos suelos y con una excelente recuperación forestal, de momento solo presente en las partes más húmedas y bajas, pero con una progresión desde esos núcleos por todo el entorno circundante que auguran su aumento.
En las partes superiores, ya del Monte de Oubachu, hubo un Consorcio entre el pueblo y El Patrimonio Forestal (el precedente del ICONA) hacia 1960 y se plantaron, como en Decutsada, pinos. La mayor parte de ellos fueron presa de los incendios, pero aún subsisten algunos, de considerable tamaño, aislados o en pequeños grupos. En mi opinión y pese a ser una especie invasora, habría que respetarlos, con su presencia estimulan la instalación de abedules y sobre todo de rebotsus sapiegus, el primer colonizador de los robles, a la espera del rey de la zona, el quercus petraea o roble albar. Son tan extensas las grandas en estas zonas que cualquier especie de árbol existente aquí es bien recibida. El tiempo dirá si los pinos subsisten cuando el bosque autóctono recupere sus dominios, mientras tanto están muy bien donde están. Pero, por favor, si hay alguna repoblación forestal, digna de tal nombre, no los utilicéis, plantar especies de la zona.
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Pinos en el Regueiru Calechu. Hay más que no se ven en la foto, por su vertiente izquierda. |
El destino de los praus de este valle saltan a la vista, en muchos de ellos ya está en marcha el paso de praus de secano a pascones o el previo a este de praus regados a praus de secano. Solo algunos se mantienen, pero están relativamente alejados, tanto de Mual como de Oubacho, y con unas vías de comunicación muy escasas y en continuo deterioro, que las hacen casi impracticables.
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Prau comenzando a convertirse en un pascón. |
Como en el resto de casos, su desaparición solo es cuestión de "tiempo" y sospecho que muchos de ellos ya lo han hecho con anterioridad, que muchas de aquellas "praderías escalonadas por todas la vallinas que estriban en Muniellos" que decía el bueno de Mario Gomez, las que mencionamos solo sean una parte de ellas, las que quedaban a finales del siglo XX o como mucho en los años ochenta, que es hasta donde yo puedo abarcar fehacientemente. La crisis ganadera es bastante anterior y con ella el subsiguiente "abandono". En ese lapso de tiempo es más que probable que el monte haya engullido una buena parte de ellos, aquellos más difíciles de mantener y que tantos esfuerzos habían necesitado para su consecución. Nos queda el consuelo, al menos, de que con su desaparición, aumenten nuestros bosques, "menos da una piedra".
En el Regueiru Rudarenas, por debajo de la carretera y de la bifurcación de sus dos vatsinas, también había un buen prau, aprovechando la poca agua que le aportaba este. Ya mencionamos la sorprendente regeneración natural que se esta produciendo en este vallecillo, partiendo de las oquedades formadas por sus dos vatsinas, aunque aún le quedan los solanos de sus bordes, muy secas y soleadas.
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Regueiru Rudarenas con su doble progresión. |
Arriba, a 860 metros de altitud y pegado al Tesu´l Cumarón (el que divide Regueiru Calechu del de Rudarenas y Panzaleichas) es donde está el Centro de Interpretación de la Reserva Natural Integral de Muniellos, al que se accede por un ramal de la carretera que sube al Counio. La Pista de Arriba fue hecha en 1982 y comunicaba la carretera con el pueblo de Oubachu para que los vehículos a motor pudieran desplazarse. La pista pasaba por aquí y en la actualidad está perfectamente asfaltada aunque, como todas las carreteras secundarias de la zona, incluida la del Counio, con poca anchura. Excepto el tramo al Centro esta carreterina es muy poco utilizada, desplazada por la más rápida de La Veicietsa. Yo si suelo utilizarla porque es más llana y con mejor visibilidad que la otra y no me importa hacer algunos kilómetros de más.
El Centro tiene un pequeño y recomendable recorrido peatonal que sale del Centro y vuelve a él, por debajo bordeando la llanada del teso, con un ramal por encima de este. El recorrido está jalonado por dos excepcionales miradores, a los que se les han puesto los desacertados nombres de Mirador del Pico Luis y Mirador de La Candanosa, nombres que no aparecen en ninguno de los topónimos sobre los que se asienta el recorrido si no que parecen referirse a lugares que se ven desde ellos, enclavados dentro de la Reserva. Los nombres son inventados, tomados de otros sitios y pueden inducir a confusiones.
En Google Maps aparece uno de los miradores al que denominan Mirador del Pico San Luis, nombre aún más falso. El único San Tsuis de la redondada es el de la ermita de la que ya hemos hablado en otra pate, situada algo lejos de aquí, en un vallecillo de los "cortados" del desfiladero que hay entre La Pescal y Pousada de Rengos, en la vertiente derecha del Ríu Rengos (Narcea). Desde el mirador ciertamente se ve, descollando entre las grandiosas vistas que hay, el Pico Tsuis, pero este pico no lleva en ningún caso el apelativo de Santo.
Hace poco tiempo se puso en contacto conmigo mi hermano Naciu preguntándome si en Munietsus había algún lugar que se llamara Mirador del Pico Tsuis, y Mirador de La Candanosa. Alguien de la Consejería le había llamado para preguntárselo a él, para la realización de un itinerario o algo parecido. La pregunta me dejó sorprendido porque aún no conocía los nombres dados a los miradores del Centro de Interpretación. Le dije que en los topónimos de Munietsus sí aparece Pico Tsuis, mientras que La Candanosa lo hace asociada a otras palabras: Ríu, Tsagunas, Cutarrón, Vatse..., pero que en ningún caso lo hacía asociada a Mirador. El único mirador que aparece en la topónimia de Munietsus es el Miradoiro de las Tsagunas (Miradeiro das lagúas en ibiense).
En el Pico Tsuis, en los primeros años de existencia de la Reserva, sí se barajó la posibilidad de construir un mirador, haciéndose incluso y ex profeso una senda hacia su entonces despejada cima, desde donde las vistas de Munietsus eran realmente espectaculares e impresionantes, avistándose además mucha de su superficie. Pero, como ya he comentado en otra parte, la presencia de cantaderos de urogallo en sus cercanías y una mentalidad más conservacionista en sectores de la Administración, propició el abandono de esta idea. ¡Impredecibles las decisiones de nuestros gestores!, aunque en este caso "rectificar es de sabios".
Debería de tenerse más cuidado a la hora de ponerle nombres a las cosas o a los lugares, por muy bonitos e interesantes que estos resulten. Para eso están los topónimos tradicionales a los que se debe respetar escrupulosamente. Si el nombre fuera "Mirador al Pico Tsuis" y "Mirador a La Candanosa", o mejor aún "Mirador del Tesu´l Cumarón" que sería el más acertado, no habría ninguna objeción, los otros además de ser inventados tienen elementos que siendo reales están desubicados de su verdadera localización que pueden inducir a confusiones.
Que si merece la pena visitar el Centro de Interpretación es algo que solo se puede evaluar tras haberlo hecho. Es como un museo, con todas las ventajas e inconvenientes que estos presentan, siempre interesantes o muy interesantes pero quizás faltos de dinamismo, algo que en un medio rural puede restarle atractivo. Debería abrirse a otras actividades culturales, con charlas, debates, proyecciones nuevas y variadas e incluso a pequeñas actuaciones musicales y otras relacionadas directa o indirectamente con Munietsus, donde pudieran participar las "gentes" del entorno.
En general no está nada mal y hasta tiene un rincón con abundantes libros sobre Munietsus, de los que en mi visita no me percate y que sí me gustaría poder hojear, algunos seguramente a fondo. Lo menos bueno del Centro creo que es su localización y no porque tenga algo en contra del lugar. Es más, con su instalación en La Mina, el topónimo moderno del sitio (el tradicional sería el Chanu´l Cumarón) se borró la cantera que existía en el lugar y que afeaba el entorno. El lugar queda muy a desmano de todo e incluso los de Oubachu han dejado de utilizar la pista como ya hemos comentado, salvo cuando la nieve y el hielo hacen impracticable la pista hormigonada, húmeda y muy pendiente de La Veicietsa. En aras de una mayor afluencia, el centro debería haberse instalado abajo, en la vega. Pero el Principado no quería gastarse un duro comprando los terrenos y los papudos creo que pedían bastante, y en eso Oubachu ofertó el lugar sin coste alguno, aunque a día de hoy no está claro del todo si el lugar está en terrenos de Mual o en los de Oubacho, algo que a fin de cuentas no tiene mayor importancia.
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Centro de Interpretación, de la web Turismo Asturias. |
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