4/30/2021

El Monte y el guía de Munietsus 59

 

Munietsus en julio de 2018.

Contaba un guarda de Munietsus que era de Oubachu que una vez andando por el avesíu del Vatse Cabreiru, donde la roca también aflora cada poco, encontró una cueva que no conocía. Estuvo un rato en la entrada y cuando decidió entrar en ella se vio sorprendido por un oso que salía de ella a toda pastilla. No le dio tiempo ni a coger su arma reglamentaria. Quedó paralizado, sin tiempo para reaccionar. Pero el oso no iba por él, debía estar tan sorprendido como el guarda, y lleno de miedo se precipitó por el farallón rocoso que había allí mismo, del que debió de salir más o menos ileso por que el guarda no halló resto alguno cuando inspeccionó el lugar.

Tras el Cutsadietsu la sierra vuelve a ascender. Ahora y hasta su final en La Riela los mapas la llaman Sierra de Pena Ventana o de Bergueda. Pena Ventana sí es un nombre popular y se le aplica al ancho pico que constituye la cota geodésica de la sierra (1374 m.). Tan ancho que cerca de la cota hay una pequeña laguna, La Tsaguna de Brigueda (de ahí Bergueda, evidentemente mal transcrito).

En la suave pendiente que lleva a la tsaguna y a la cota está El Calechu de Pena Ventana, una de las joyas etnográficas de la zona, que aún conserva en la actualidad la totalidad de su perímetro. El calechu era una trampa para atrapar al tsobu, tanto al tsobu normal (canis lupus signatus) como al tsobu cerval (lince boreal. lynx lynx) cuya presencia en la España húmeda está fuera de duda pero que acabó siendo exterminado. 

En el centro El Calechu de Pena Ventana pegada al camino y antes de la cota geodésica (yendo desde Oubachu). Foto Google

Viendo El Calechu uno se puede preguntar cuántas horas y cuántas personas fueron necesarias para acumular tanta piedra y levantar ese recinto cuadrangular de aproximadamente 45 X 31 metros, con unas paredes hechas en seco, sin argamasa, en torno al metro de anchura y la altura suficiente para que el tsobu, una vez dentro ya no pudiera salir. Algo que se reforzaba, a modo de corona, con unas tsousas saledizas, como el cortín, solo que en este caso hacia dentro.

Aprovechando la pendiente, la pared superior estaba casi a ras del suelo pero muy alta por dentro y el tsobu era atraído por una cabra atada en una zona central algo elevada para que fuera bien vista y oída, porque el cabrito no cesaba de berrar. No todos los tsobus caían en el engaño porque son animales muy astutos y sospechaban algo. Pero a veces la tentación era tan grande que ¡zas!, ¡adentro!. Nada más "aterrizar" el tsobu se daba cuenta de que estaba atrapado y no cesaba de buscar una vía de escape, pero no había manera. Se olvidaba de la cabra y el instinto de supervivencia podía más que el hambre que pudiera tener. Cuando un lugareño descubría que un tsobu había caído en la trampa avisaba a los pueblos cercanos y acudía mucha gente. A pedradas cuando no había armas de fuego o a tiros cuando las hubo, acababan con el odiado "bicho". Muchas veces el pobre cabrito, utilizado como cebo y que había escapado de las garras del lobo, moría porque su corazón no había aguantado tanta tensión.

Supongo que mucha gente de los pueblos cercanos, Larna, Oubachu, La Veiga´l Tachu, Mual... participaría en levantar la construcción ya que el tsobu, que mataba cabras, ovejas, vacas y caballerías cuando escaseaban los animales silvestres, era enemigo de todos. Me acuerdo, durante mi infancia en Mual, de una vez que llegaron al pueblo dos personas con los restos de un tsobu que habían abatido en el monte. Recorrieron el pueblo, casa por casa, seguidos por un tropel de asombrados nenos, como yo, y en todas ellas eran aplaudidos y recompensados, bien en monetario o bien con algún producto.

Dicen que el lobo es el mejor cazador por estos lares, el más experto y hábil y que siempre lo hace en grupo. Yo nunca lo vi en acción, pero sí vi alguno de sus efectos. De excursión, como casi siempre solitaria, por el Vatse Cabreiru, había bajado hasta el pueblo de La Veiga´l Tachu para iniciar desde allí y ascendiendo la visita. Conocía algo de la primera parte de la ruta, donde había localizado un pequeño castro. Iba pensando en el relato del guarda sobre el osu cuando de pronto me encontré con los restos de un xabaril adulto, y digo restos porque el animal no estaba completo, solo tenía un trozo del tronco y las patas de atrás. Pero lo que más me impresionó fue ver como en un radio de diez metros toda la maleza estaba aplastada. Allí había tenido lugar una feroz lucha y pensando en ella noté como se me iban erizando los pelos del cogote. Fue como un repelús instintivo y creo que fue la primera vez, y también la última, que sentí miedo en el monte. No me dejé dominar por el pánico ni pegué la vuelta, observé detenidamente todo el entorno para asegurarme de que estaba solo y lo primero que hice fue aprovisionarme, con ayuda de una navaja que siempre he procurado llevar en las salidas, de un buen palo, que me acompañó durante el resto de la excursión. Había sido una reacción instintiva, algo ajeno a la lógica, ya que esta me decía que el tsobu nunca ataca a las personas, al menos por estas tierras.

En el mismo Munietsus, cerca del Pozu´l Pielago, vi algo parecido. Un precioso roble se había caído y formaba un puente natural sobre el río. No perdí la oportunidad de usarlo para pasar a la otra orilla, rápidamente y sin mojarme. Pronto hallé los restos de un corzo que, como al jabalí, le faltaba la cabeza, las patas delanteras y parte del tronco. Allí no había restos de resistencia, seguramente el lobo lo sorprendió cuando estaba bebiendo agua en el río. Además ¿qué resistencia puede presentar un desvalido corzo cuya única defensa consiste en la huida?. A los pocos días volví al mismo lugar pero ya no quedaba resto alguno. 

En el árbol caído con Jose un amigo mío. La foto nos la hizo Carmen su mujer, también gran amiga mía, hacia 1986.

Admirable animal el tsobu que ha sabido sobrevivir a siglos y siglos de persecución. Ni culpo ni critico a los que nos precedieron por haberlo hecho, eran otros tiempos y el tsobu era una amenaza real para su supervivencia, para su ganáu, del que dependían en buena medida. Pero en la actualidad su impacto es mucho menor y los daños que ocasiona deben de ser sufragados con fondos públicos. Como en el caso del osu su conservación no debe recaer sobre las espaldas de los campesinos y ganaderos, es algo que debemos costear entre todos y para eso están los fondos públicos.

Se le persiguió con trampas como El Calechu o similares, con crueles cepos y lazadas o abatido a tiros cuando se cruzaba con un cazador. Aparte de tener que lidiar con los temidos mastines que, protegidos con "carrancas" en torno a su cuello para evitar ser mordidos en esa zona tan delicada, no solo defendían el ganáu si no que se atrevían a perseguirlos durante días y días. En Mual había uno, de Casa Mateo, al que llamábamos "León" y  a veces estaba hasta una semana, siete días, persiguiéndolos por el monte. Cuando volvía al pueblo llegaba derrengado y con huellas de feroces batallas. Pero ningún tsobu, solo o en grupo, pudo con él. Murió de viejo y su piel estuvo mucho tiempo secando pegada a un orriu, algo que a los guajes nos dejaba perplejos pues lo teníamos por inmortal, no nos creíamos que pudiera estar muerto, ¡tal era su corpulencia y vigor!.

No hubo piedad con el tsobu y pese a ello ha logrado sobrevivir. Es el superdepredador de nuestra fauna autóctona, como un león en la sabana africana o un tigre en la jungla asiática y debería ser un orgullo para nosotros contar con su presencia por nuestros montes. Es un ejemplo de espíritu indomable, amante de los suyos y de la libertad por encima de todo. Alguien me contó el caso de uno de ellos cuya pata quedó atrapada en un cepo de afiladas puntas. Pugnó y pugnó por escapar de aquella mordedura que lo retenía y cuando se dio cuenta de que era imposible, el mismo, con sus propios dientes, royo su pata por detrás de la parte atrapada. Todo con tal de recuperar su libertad. Por eso lo admiro y aspiro, como otros muchos, a su recuperación y que no sea solo su espíritu el que vague por nuestros montes en completa libertad. 

Si queréis leer algo sobre los tsobus, fuera de los manuales al uso, podéis hacerlo con este libro de ficción. Como Joaquín Araujo dice en el prólogo la etología que subyace en la obra se acerca mucho a la realidad.

 No os negaré que me ha alegrado la reciente decisión del Ministerio para la Transición Ecológica sobre el lobo. Veréis, en España el lobo era considerado como una especie cinegética más a la que se podía cazar de forma legal. Si disponías de 6.000 euros, un millón de las antiguas pesetas, y carecías de escrúpulos, lo podías hacer. Los guardas forestales te guiaban en las diez salidas que, como media, había que realizar para abatir al esquivo cánido.

Primero se prohibió su caza al sur del río Duero, donde su número se había reducido alarmantemente, desapareciendo de muchos lugares. Recientemente este Ministerio ha extendido el veto al resto del territorio peninsular. Solo lo podrá matar la guardería si se considera que su población supera la estimada prudencialmente, lo que pese a ello supone un avance respecto a la situación anterior.

Veremos en que acaba el tema porque se ha organizado, al Norte del Duero, incluida Asturias, una oposición a esta decisión y están presionando para que se derogue y se vuelva a la situación anterior.

No se ven tan claramente como la tsaguna de Brigueda y el Calechu de Pena Ventana, pegadas al camino-pista que recorre toda la sierra, las grandes explotaciones auríferas de época romana en todo el entorno de Ratu y de Cagatseitu, que inexplicablemente no están recogidas en la carta arqueológica de nuestro concejo y que ya mencionamos nosotros, aunque solo con fotos de Google en el capítulo 33 de este blog. En la tesina yo sí tenía catalogada una (El Cotrión de Ratu- El Cuevo) y apuntaba a otras como posibles. Volando con Google Maps ya no me cabe ninguna duda, sobre todo las de Ratu, y por su gran volumen precisan de una investigación más detallada. Lo mencionamos aquí para que no caigan en el olvido. Estas y las tampoco catalogadas de Eirrondu y San Romanu de Bisuyu (ver fotos en el capítulo 38 de nuestro blog) quedan para nuevos investigadores, amantes del monte y de nuestra tierra.

El collado de Cutsadietsu no es como otros, pongamos el de La Cutsada de Mual-Moncóu como ejemplo, un estrecho paso entre dos elevaciones. Cutsadietsu prolonga su baja altitud durante un rato. Tras un suave y alargado tesín, apenas perceptible, la sierra comienza a elevarse en dirección a Pena Ventana. Tras ascender algo más de 100 m de desnivel nos encontramos con El Caleiru, topónimo que se extiende hacia abajo, dándole también el nombre a un pequeño vallecillo (Regueiru Caleiru) por encima del pueblo de Oubachu.

El Cutsadietsu.


Localización de El Caleiru. 31-julio-2020.


Localización esquemática de El Caleiru, no aparecen los hornos pero sí el topónimo en el mapa de 1953.

 

Mapa del 53 con El Caleiru en detalle.

Sobre El Caleiru había en Oubachu varias noticias y leyendas conocidas por las personas mayores. La más verosímil es la que dice que en dicho lugar se sacó cal con destino al Monasterio de Courias. Aquí estaría el horno de cocer la piedra, a la vera de un lugar conocido con el nombre de Los Fornos o Pena L´Ancanta, en donde otra leyenda dice que los moros tenían enterradas campanas.

Pero la propia Pena L´Ancanta tiene a su vez otra bonita leyenda que decía que la pena estaba ahuecada y que en ella vivía una mujer encantada, que se pasaba la mayor parte del tiempo "filando", o sea transformando la tsana en filo con el que poder coser y tejer prendas y otros enseres, y a la que se oía cantar todas las mañanas e incluso ver cuando salía a tender, en los praus cercanos, la ropa de su colada.

No he podido resistir la tentación de reproducir las fotos y comentarios de Jose Antonio en su blog El Blog de Oballo con fecha 22-junio-2011.


Una pena que Jose Antonio haya dejado de escribir y de enseñarnos cosas de su tierra, una tierra que también sentimos como nuestra.


Ampliación de su foto de Pena L´Ancanta.

Tengo que decir, en honor a la verdad, que cuando yo analicé El Caleiru pensé que todas las huellas encontradas estaban relacionadas con la minería aurífera romana. Varios motivos me inducían a ello. Por un lado Sánchez Palencia y Valentín Suárez tenían catalogada en esa zona una explotación con el nombre de El Calero. Sánchez Palencia es a día de hoy uno de los mayores especialistas sobre el tema y tuvo la suerte, en sus inicios, de colaborar con el geólogo de la Universidad de Oviedo (Uviéu) Valentín Suárez que lo supo instruir perfectamente. Valentín creo que era de Allande y conocía de primera mano la minería romana del oro. Su trabajo con una empresa dedicada a buscar dónde había oro, perforar con aparatos modernos y evaluar la riqueza aurífera de ese terreno para saber si era rentable explotarlo, le había llevado a conocer muchos sitios donde los ingenieros y técnicos romanos ya habían hecho lo mismo, eso sí con otras técnicas y culminadas en muchos casos con auténticas explotaciones. No lo sé con seguridad, pero es probable que Valentín hubiera perforado en la zona de El Caleiru y conociera la presumible explotación aurífera de época romana.

Pero es que además los primeros hallazgos que yo mismo encontré apuntaban en esa dirección. Había comenzado la excursión prospectora en La Riela, donde cogí la Sierra de Pena Ventana, siguiendo el camino que la recorre aunque con continuas subidas a las cimas y desplazamientos laterales que mejoraran las espléndidas vistas que surgían ante mis maravillados ojos. Primero me llamó la atención la Tsaguna de Brigueda, situada a una altitud muy elevada, casi tanto como la cota de Pena Ventana, la máxima de la zona. Sospeché que pudiera tratarse de un embalse colector, de la fonte del mismo nombre (la Fonte Brigueda) y del agua de lluvia del entorno, destinada para las posibles cortas de la zona.

Más abajo encontré algo aún más llamativo, un buen rellano en el mismo cerro de la sierra, con forma de cuarto de luna, que por su forma me recordó un bonito embalse en el Monte La Vilietsa vinculado a las grandes cortas de El Curralín. Lo interpreté como un embalse de agua que el tiempo había ido rellenando hasta colmatarlo completamente, un embalse de ataque pues justo a sus pies había una buena excavación que basculaba mayoritariamente hacia Oubachu. El supuesto embalse medía aproximadamente 33 metros de largo por 12 m. en su zona más ancha y hasta tiene nombre propio: L´Era Colás.

Siguiendo una interpretación lógica y uniendo entre si los hallazgos la conclusión parecía evidente: el embalse colector de La Tsaguna Brigueda le llevaría agua al embalse de ataque de L´Era. Las carriles (caminos viejos) de la sierra parecían indicar que el canal que unía los dos embalses lo haría por la ladera de Bustantigo, que vierte al Vatse Cabreiru y en donde se podría surtir de algún arroyuelo más, sirviendo también para la corta de La Fana, la otra explotación aurífera de la zona. También a L´Era Colás le podía llegar agua por la otra vertiente (la del Narcea) pues por ella aún había en épocas recientes, años 80, una presa, la Presa del Parragón, que llevaba agua a los praus que había en dirección al Cutsadietsu y cuyo origen bien podía remontarse a época romana.

La zona excavada había creado una fosa en el mismo cerro, con un pequeño tesín antes de que esta vuelva a descender. Parecía una excavación en primario que basculaba y se prolongaba en dos direcciones, hacia La Veiga´l Tachu y hacia Oubachu. Entre ambas basculaciones tenemos una especie de circo central. abierto en roca pura y con muchos trozos cortados de forma totalmente vertical, algo que me llamo la atención porque parecían cortados en seco, sin utilizar agua, algo novedoso en la minería aurífera de Asturias donde el agua era la energía básica, empleada incluso en las cortas de roca viva, pero no infrecuente en otras zonas donde no abundaba el líquido elemento, como por ejemplo en la zamorana de Pino del Oro.

En este circo central se ven algunas cuevas o túneles en dirección a Oubachu. Una atraviesa totalmente el farallón rocoso que envuelve dicho circo, con una longitud de cinco metros y que seguramente sea La Pena L´Ancanta mencionada antes. Entonces las interpreté como prospecciones o cortas siguiendo determinados filones auríferos.

Lo que llamamos circo central es más bien una especie de rectángulo que basculaba mayoritariamente hacia Oubachu, con una prolongación hacia la derecha que luego dobla, más o menos en ángulo, hacia la izquierda y que ya vierte hacia La Veiga´l Tachu. En esa dirección también bascula otra corta, pequeña, que queda al lado pero ya fuera del hoyo rectangular.

Por su parte la continuación contra el lado de Oubachu (siempre orientándonos desde dentro como en el caso anterior) gira hacia la izquierda y luego algo hacia la derecha y acaba hacia abajo desglosándose en varias cortas, ya en terreno pendiente.

Para hacer más fácil la descripción e interpretación del lugar, reproduzco un tosco esquema que había hecho sobre el terreno, cuando pensaba que era una explotación aurífera. No tiene escala, solo era un boceto y las huellas de las cortas ladera abajo aparecen más pequeñas de lo que en realidad son. 

Esquema cantera de El Caleiru.

Las flechas indican las diferentes basculaciones y los puntos dibujados (.) son hoyos circulares de varios metros cada uno cuya función no supe descubrir pero que relacioné con las labores mineras. Algunas de las cortas se asemejan mucho a la forma que tienen los potentes fosos de algunos castros, siendo alargadas y profundas, mientras que otras son más cortas y menos profundas.

Interpretaba que la corta se había iniciado del lado de Oubachu y que había ido ascendiendo hasta llegar al cerro y al comprobar que continuaba habiendo oro se iniciaría la corta del lado de La Veiga´l Tachu.

4/15/2021

El Monte y el guía de Munietsus 58

Cantera de El Chanu´l Cumarón. 1986.

 No estoy seguro del tipo de cantera que había en el Chanu´l Cumarón, si era de grava o de cantos más gruesos, ambas relacionadas, sobre todo, con la construcción de pistas y de carreteras, o carreterinas que es lo que hay en esta zona. La tierra apisonada no bastaba pues esta se erosiona fácilmente con las inclemencias meteorológicas (agua, nieve...) aunque todavía había algunas de este tipo. Una buena capa de grava aseguraba mayor durabilidad, y era imprescindible su uso cuando se iba a embrear.

En el mapa del Instituto Geográfico y Catastral de 1953 aún no aparecía ni La Pista de Arriba ni la cantera del Chanu lo que, obviamente, confirma que su instalación fue posterior.


Emplazamiento de la antigua cantera del Chanu´l Cumarón. Mapa topográfico del Principado de Asturias. escala 1: 5.000 según vuelo de 1996.

Esto ya lo sabían muy bien los romanos, que en ingeniería civil eran unos grandes maestros. Por investigaciones recientes se sabe que los romanos no empedraban sus calzadas, como tradicionalmente se creía, ya que esto las haría muy lentas y hasta peligrosas cuando se desplazaban en carretas grandes pesos o se tenía que hacerlo rápidamente. solo se enlosaban algunos tramos muy pendientes y en las cercanías de las ciudades y su interior para evitar que se enlozaran. En el resto las calzadas disponían de varias capas. Desbrozado el terreno se excavaba para hacer la "caja" de la calzada. Se echaba una primera capa de cantos gruesos (los cimientos), cubierta por sucesivas capas con un granulado pétreo cada vez más pequeño, hasta culminar con una capa muy fina (arena mezclada con arcilla, cenizas...) que se apisonaba con rodillos de pesada piedra para compactar más la superficie que quedaba así completamente lisa y dura, permitiendo desplazamientos rápidos y minimizando las roderas que las ruedas del carro podían dejar. Obviamente para seguir siendo eficaces necesitaban de reparaciones periódicas.

Un buen drenaje y la utilización de cunetas para desviar las aguas completaban estas "carreteras" que enlazaban todo el imperio. Una red viaria que tras el colapso romano empezaría a desaparecer al no restaurarse y que pasarían muchos siglos en volver a igualarse.

No conocí in situ la cantera que mencionábamos antes pero si conozco otro tipo de cantera en los montes de Oubachu y me vais a permitir su inclusión en este momento a pesar de no estar relacionada con los praus. Se lo quiero dedicar no solo a los "arbetsones" (gentilicio de los nacidos en Oubacho) si no también a mi hermano mayor, Carlos, que desde hace unos años vive en este bello pueblo.

Para la realización de la tesina de la que ya os he hablado, ya había obtenido una serie de datos de esta zona: dos posibles castros, uno por encima y otro por debajo del pueblo (El Cerro La Cogotsa y El Castro) y uno en La Veiga´l Tachu (La Pena´l Castietso) que no sé por qué no se ha incluido en la carta arqueológica del concejo de Cangas del Narcea, en su lugar se ha incluido como ZRA (Zona de Riesgo Arqueológico) el Chanu´l Castietsu, un posible asentamiento romano separado de la ladera por un foso superior donde están instaladas las casas de la aldea del Cabanal. Contábamos igualmente con dos explotaciones auríferas también catalogadas por otros historiadores y en la carta arqueológica (La Fana y El Caleiru) y el posible trazado de las vías de comunicación de la época castreña. Pero fue después de la presentación de la tesina cuando dispuse de tiempo para analizar más a fondo una de esas explotaciones mineras.

Supongo que todos-as hayáis oído hablar de los caleirus, los hornos donde se obtenía la cal, de ahí su nombre. Ya se utilizaban en época romana y era entre todos los tipos de "fornos" uno de los más sencillos, a excepción lógicamente del de hacer el pan, lo que explica su pervivencia en zonas rurales, aunque su proliferación se produce durante el siglo XVIII, eso sí solo en aquellas zonas donde había roca caliza ya que era esta la materia prima que se necesitaba. El forno era una estructura cónica, como un cilindro hacia arriba, sin cubrición de ningún tipo y solo con dos pequeñas aberturas en su base, como las de los fornus del pan, una para meter la lumbre y luego el pan y otra, más baja, para retirar las cenizas. De dimensiones modestas, con un diámetro interior de unos dos metros y una altura sobre los cinco, tenía que disponer de buenas paredes, capaces de soportar el calor producido durante la cocción.

Para calcinar la caliza, o cocerla, en los fornos más antiguos había que ir colocando bloques de caliza pegados a las paredes circulares, teniendo cuidado de no tapar la boca y así hasta unos 40 cm. en que acercando progresivamente las rocas se creaba una falsa bóveda, quedando así un hueco interior más o menos grande donde se quemarían los leños metidos por la boca. se seguía rellenando la parte superior con piedras más menudas, hasta que acababa el cuello del forno. Se cubría con una capina de paja o yerba sobre la que se extendía otra de chamazo, con alguna abertura, para evitar que el calor se disipara o lo hiciera más lentamente. Se encendía fuego en la boca y se metía en el hueco interior, alimentándolo con troncos de madera o cepas de ganzo durante tres días, con sus respectivas noches, y luego esperar otros dos hasta que se enfriara. Finalmente se extraía, por arriba, la roca cocida, aún con forma de piedra sólida pero muy fácil de deshacer porque el fuego la había vuelto muy frágil.

Os reproduzco tres fotos, creo que de Astur Paredes, aparecidas en la Resolución del BOPA Núm. 151 de 1-VII-2015 que declara un grupo de 31 caleiros como bienes del Patrimonio Cultural de Asturias y que sirven para aclarar visualmente el tema. 

Caleiro en Ouria. Taramundi.


Caleiro d´El Couz. El Franco.


Caleiro la sorpresa. Vegadeo.

Posteriormente los hornos fueron evolucionando, utilizándose carbón y procesos más eficientes y cómodos, llegando en algunos casos a industrializarse el proceso, pero el resultado final era el mismo: cal.

Pero, ¿para qué se utilizaba la cal?. La utilización más conocida era la de encalar las fachadas de casas y otras construcciones, no solo de aquí si no en otros muchos lugares. En toda la cuenca mediterránea, con un aumento notable de las temperaturas, el blanco repele los rayos solares y hace que las superficies con ese color absorban mucha menos temperatura. "Andalucía duerme en sabanas de cal, el triste sueño de la solea" cantaba el grupo de rock madrileño Topo, una escisión de uno de los mejores grupos del primerizo rock ibérico: Asfalto. Pero la cal tenía, y sigue teniendo, muchos más usos. En nuestra zona los podemos resumir en dos: fertilizante para abonar y mortero de cal o pasta para la construcción.

Como abono de las tierras cultivadas les aportaba calcio, algo que necesitaban los suelos ácidos. Sirva como ejemplo el de los guisantes, que aquí no se llamaban así. Palabras como "arbetsones" o "Arbitsales", tan propias de pueblos como Oubachu, son derivados de "arbetsu". En la Asturias central su nombre era "arbeyu" y en castellano "arvejo". El Pisum sativum es una leguminosa muy extendida gracias al uso de cal que hacía que se diera bien en suelos relativamente pobres. 

Las Arbitsales donde había un casa de Oubachu pero fuera del valle originado por el Regueiru La Beicietsa donde está el resto del pueblo, encima del Curtinal d´Espina de Mual.

Pero no solo servía para abonar tierras de labranza, también se utilizaba en los praus. Su aportación en suelos ácidos hacía subir su PH y aportaba calcio como nutriente permitiendo una modificación de las especies florísticas presentes en dichos praus. Aparecían así especies leguminosas con mejor digestibilidad para el ganáu y mayor contenido proteico. Como ejemplo pondremos aquí a la alfalfa, la reina de las plantas forrajeras, que acababa haciendo acto de presencia. Así también entendemos por qué la alfalfa se daba tan bien en zonas como La Viña y por qué el pasto era tan apetecible y a veces tan abundante en zonas de montaña donde la caliza estaba presente, aunque en ambos casos el aporte de calcio era de origen natural, producto de la erosión y meteorización (descomposición) de la roca caliza por los agentes atmosféricos.

Estos usos parece ser que se generalizaron por toda Asturias durante el siglo XVIII, lo que no implica que no se usaran con anterioridad, sobre todo en lugares donde abundaba la caliza.

La cal apagada mezclada con arena y agua forma una argamasa capaz de aglutinar y fijar piedras o ladrillos, rellenar huecos y revestir paredes. Era el "cemento" tradicional, pues actuaba como este, superándolo en opinión de algunos. Una vez seca se mantenía y no permitía que las cosa se separaran y con el paso del tiempo adquiría cada vez mayor consistencia. Fue precisamente el cemento Portland el que acabó desplazando al mortero de cal desde mediados del siglo XX, por la mayor comodidad que suponía su uso y un coste asequible.

En nuestro concejo serían las casonas y palacios de las clases dominantes, los edificios oficiales civiles, las iglesias y sobre todo el Monasterio de San Juan de Courias, con sus numerosas reconstrucciones y ampliaciones, los demandantes de este producto ya desde tiempos antiquísimos. Jose Luis López del Vallado, autor del libro "la cal en Asturias" y de un artículo publicado por Tous pa Tous (sociedad canguesa de Amantes del País), habla de un contrato de 1612 para hacer cal en Fontes de Corveiru (zona alta de Cibea), cal destinada a la construcción (sería más bien una reconstrucción o ampliación pues el original es muchísimo más antiguo) del Monasterio de San Juan de Courias, y él mismo sospecha que este contrato podía no ser el más antiguo. 

También son muy antiguos los caleirus habidos en la parroquia de Veiga de Rengos, integrada por los pueblos de Cruces, Samartinu Lus Eiros, Lus Eiros, Moncóu, El Pueblo, Veiga Rengos, Mual, Oubachu y La Veiga´l Tachu, aprovechando las vetas calizas que surcan su territorio y con una salida más favorable de la cal de cara a su traslado que otras zonas como Xedré, Monesteriu D´Ermu, Tsarón, La Vilietsa... que disponiendo igualmente de caliza, estaban más aislados y con peores vías de comunicación y que disponían de caleirus pero destinados a un consumo local.

El citado autor habla de una denuncia de un particular, en 1756, de El Pueblo, que acusa a un vecino de aprovecharse del producto de un caleiro y una cantera de su propiedad y que "es posible que ya entonces hubiera varios caleiros en Rengos (supongo que habla de El Pueblo) por que el de la denuncia estaba inmediato a la Vega de los Fornos". También menciona un escrito de 1777 del Conde de Toreno donde menciona la existencia de un horno de cal en las canteras de mármol de Rengos (El Pueblo). No olvidemos, añadimos nosotros, que en el Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España de Pascual Madoz (1846-1850) se menciona la cal como uno de los productos comerciales, de exportación, de la parroquia de Veiga. 

Caleiros de El Pueblo, Rengos.


Caleiros de El Pueblo, Rengos

Dice Jose Luis que en el siglo XX los caleiros más conocidos del concejo de Cangas del Narcea fueron los de Rengos (El Pueblo), Moncóu y Mual. En ellos la cal se quemaba con carbón que en el caso de Mual se extraía de una mina cercana a los hornos.

En Moncóu ya citamos la Pena´l Caleiru, un lugar donde habría cantera de caliza y forno de cal. Por lo que respecta a Mual, el forno se hallaba a la entrada, o a los pies de la Cueva´l Caleiru, situada encima de la Ponte Fonsu en dirección al Funtanón, no muy alejada del pozo de la traída de agua para las casas del pueblo. 

En el centro del mapa del Instituto Geográfico y Catastral de 1953 aparecia la localización exacta del caleiru de Mual.

Los guajes oíamos embelesados las maravillas que algunos mozos del pueblo nos contaban de la cueva: columnas redondas de piedra de una sola pieza que sujetaban enormes bóvedas, pasillos que se adentraban en la oscuridad y que parecían no tener fin, paredes tan lisas y suaves que apetecía tocarlas y rozarlas... No pudiendo resistir la tentación acudimos varias veces a verla aunque nunca nos adentramos mucho en ella porque la oscuridad nos imponía algo más que respeto y no disponíamos de linternas ni tampoco de antorchas que no sabíamos hacer. Supongo que ahora la maleza lo ha invadido todo y no he vuelto a visitarla desde entonces. Espero que la cooperativa de Mual lo limpie todo y queden al descubierto las paredes del fornu que entonces aún se veían. Hacerla accesible a través de una senda y añadirla a la Ruta de la que ya hemos hablado pues a pesar de tener un origen más moderno no por ello deja de formar parte de nuestro patrimonio.

Aquí la cantera la constituía la propia cueva, cuya entrada quedó muy alterada por el material arrancado. La mina de carbón mencionada sería la única que funcionó durante un tiempo en Mual. Situada antes de llegar a las primeras casas del Cascarín, debajo de Las Tseras donde la carretera posee una cerrada curva. Enfrente de la curva, del otro lado del río, estaba la bocamina, un chamizo, como todos de pequeñas dimensiones. También se hicieron algunas prospecciones en las zonas bajas del Funtanón, pero afortunadamente ninguna prosperó y la citada mina tuvo una corta duración.

Estos fornos ya disponían de parrillas móviles que sujetaban la carga. Carga dispuesta en sucesivas capas en las que se alternaban unas de piedra con otras de carbón mineral (antracita). Se metía fuego por debajo de la parrilla y este iba ascendiendo progresivamente de una a otra capa de carbón, garantizando una calcinación total, en mucho menos tiempo y con menor dedicación que en los antiguos caleirus. Aunque sobre la calidad del producto resultante no sabría que deciros.

El lugar que vamos a visitar se halla arriba, en la sierra que divide el Ríu Munietsus o Ríu Mual, que pronto pasa a llamarse Ríu Rengos (Narcea) del Ríu L´Artosa o Vatse Cabreiru. El Vatse Cabreiru, uno de los lugares más agrestes y ariscos y, quizás por eso, más bellos de todo el concejo. Entallado entre las sierras de Ferroy y de Brigueda o de Pena Ventana presenta su sustrato rocoso muy a flor de piel, destacando el Peneo María en el entorno de su desembocadura en el Riu del Coutu, donde la roca presenta quiebros y requiebros, mostrándose bella y pujante, o los grandes cortados de enfrente de L´Artosa que suben hasta el pico de Pena Ventana. Creo que es su realidad física y medioambiental la que está en la base de su nombre. Vatse Cabreiru hace referencia al ganáu que mejor se había adaptado a esos condicionantes, por mucho que el vacuno acabara siendo el predominante, siguiendo la "moda" imperante en el resto del territorio, no solo del concejo de Cangas si no de todo el Norte peninsular. 

Parte inferior del Vatse Cabreiru con el Peneo María y los cortados al pie del pico de Pena Ventana. Foto Google.

En el Vatse Cabreiru solo hay dos pueblos, el pequeño de La Veiga´l Tachu y el mayor de L´Artosa. A los que habría que añadir una especie de caserío: El Cabanal. Las dificultades del transito por el vatse hacían que La Veiga´l Tachu y El Cabanal tuvieran mejor salida hacia Oubachu y que L´Artosa las tuviera hacia el Ríu del Coutu. De hecho están adscritos a diferentes parroquias.

La sierra divisoria Narcea-Coutu es un ramal de la Sierra del Rañadoiro que prolongándose hasta la costa divide la cuenca del Navia (aquí Ibias) de la cuenca del Narcea. El ramal comienza en el Picu´l Counio (1595), de donde pasa al Picu La Baxancada (1564) tras una suave vaguada. Luego desciende vertiginosamente por el Tesu L´Estoupo hasta el collado de La Mesa (La veiga´l Pumar), en torno a los 1200 m. de altitud, para volver a ascender, suavemente, hasta el Picu La Mesa (Picu Valmayor) ( 1447) continuando por altitudes algo menores hasta descender pronunciadamente hasta El Cutsadietsu, a 1040 metros.

El Picu´l Counio y el Picu La Baxancada, entre ambos, al fondo, se ven las Tsagunas de La Candanosa. La vaguada que hay entre los dos, llamada La Baxancada d´Ambus Picos, fue un circo glaciar, pequeño pero perfecto. Foto Google.


El Picu La Baxancada. 1986. 


La Veiga´l Pumar. 1986.


Tramos altos de la Sierra de Oballo, lado de Munietsus.


Tramo final de la Sierra de Oballo que culmina en El Cutsadietsu,vista por el lado de Munietsus. 31-julio.2020.

A este tramo anterior los mapas le han puesto el nombre de Sierra de Oballo, nombre que no es el tradicional ya que como ya hemos dicho en otra parte la toponimia popular nunca abarca las extensiones tan largas que suponen las sierras.

Con su moderada altitud el Cutsadietsu era la perfecta vía natural de entrada o de salida del Vatse Cabreiru. Oubachu tenía un camino hasta allí desde tiempos inmemoriales, que en poco tiempo bajaba al Cabanal y La Veiga´l Tachu y luego un tramo más largo, pero precioso de hacer a "pata", llevaba a L´Artosa. Actualmente y desde hace ya bastantes años la carretera que sube al Counio tiene un desvío, una pista que sube al Cutsadietsu y baja a La Veiga´l Tachu. L´Artosa dispone de una pequeña carreterina que conecta con la carretera del Coutu. 

El Cutsadietsu, con su moderada altitud, era la vía perfecta para comunicar el vatse de Mual y Oubachu con el Vatse Cabreiru.

Con todo, es la parte que queda por encima de La Veiga´l Tachu la que más me gusta y mejor conozco, donde el bosque mejor se está recuperando. En La Baxancada peleando con grandes tseirones de origen glaciar y periglaciar, se han instalado bedules y rebotsus sapiegus que no hacen si no aumentar. Basta con hacer a pie el tramo de la carretera que va desde La Veiga´l Pumar al Puertu´l Counio. Si lo hacéis y es tiempo de arándanos (verano muy avanzado y comienzos del otoño) os recomiendo parar junto al primer gran tseirón que os encontréis. Seguramente nunca los habréis visto tan grandes y con un dulzor insuperable.

Tramo superior del Vatse Cabreiru, desde La Veiga´l Tachu hacia arriba. A la izquierda de todo el vatse de Mual con Munietsus al fondo, a la derecha los vatses de Combu y Monesteriu del Coutu. Naturaleza en estado puro. Foto Google.


La Baxancada d´Ambus Picus vista desde La Veiga´l Pumar, con una recuperación forestal increible. Julio 2017.


Restos del circo glaciar de La Baxancada vistos desde arriba. La erosión glaciar y periglaciar creó un relieve profundamente quebrado, como el de un barranco o un despeñadero. Por eso me parece muy acertada la traducción que se le asignó en el mapa del Instituto Geográfico y Catastral: La Barrancada de ambos picos. Así sí. Foto Google.


Tseirones de la base y de las paredes del circo glaciar de La Baxancada, con cuatro valientes ascendiendo por ellos. 1986.


Aspecto de La Baxancada hace 35 años con huellas de incendios recientes.

 

El tramo entre La Veiga´l Pumar y el puertu merece la pena hacerla a pie, como hice yo con unos colegas de Cangas hacia 1986.


Estos arándanos salidos entre el arbolado, en las partes altas de Decutsada, nada tienen que ver con los del tseirón de La Baxancada, enormes y muy dulces. 27-julio-2018.

Cuando yo comencé a conocer esta zona aún se veían infinidad de claros por todo el avesíu del vatse, sobre todo en los pequeños collados de la sierra y en algunos salientes arrellanados, todas de reducido tamaño. Eran brañas, pequeñas brañas diseminadas por todo el monte, con una o varias cabanas con algún ejemplar peculiar. Las brañas mayores estaban situadas más arriba. La Veiga Vieja o Braña Vieja quedaba por encima de la actual carretera, en el teso que separa el Vatse´l Fuexu de la Vatsina La Braña Vieja. Según los de Oubachu esta braña, donde aún subsisten varias cabanas aunque ya derruidas, fue sustituida por la Veiga´l Pumar que con sus cabanas y praus segados es un buen ejemplo de braña equinoccial. También había buenos pastos en las camperas del Puerto del Counio, que progresaban contra el Vatse Cabreiru y contra Valdebóis, en donde no hay restos claros de cabanas. Esta zona, en contra de lo que se cree era de Oubachu cuyo Monte penetraba un buen tramo aguas vertientes a Valdebóis, lo mismo que hacía por los vatses superiores de Combu, zonas serranas muy aptas para mantener la antigua y numerosa cabaña ganadera de cápridos que en su tiempo hubo en Oubachu, complementada con el bovino que pernoctaba en las brañas grandes.

Picu La Mesa o Picu Valmayor, del lado del Vatse Cabreiru. El avesíu del vatse. Julio 2017.


En el centro claro de La Veiga Vieja en un peldaño saliente del circo glaciar de La Baxancada. Julio 2017.


Arriba a la izquierda El Murucón, una prolongación de los pastos del Puertu y a la derecha el Picu Cabreiru. Julio 2017.

 




El Picu Cabreiru una de las "coronas" del Vatse Cabreiru. ¿Quién da nombre a quien?. Con la preciosa recuperación del arbolado. Julio 2017.

 El avesíu y la parte que da contra el Puerto y La Baxancada están en un proceso de regeneración del bosque bastante avanzado. Por contra la ladera de solano del Vatse Cabreiru, la que da contra la Sierra del Ferroy todavía presenta un aspecto desolador, muy pelada, seca y con mucho roquedo y azotada por frecuentes incendios, algo recurrente en el Ríu del Coutu de donde suelen proceder. 

Partes altas de la vertiente izquierda del Vatse Cabreiru con más árboles que cuando yo lo conocí. Julio 2017.


La Ruta a Las Tsagunas 36 El bosque mixto 2. Los Tsagozos.

Ladera derecha de Los Tsagozos, un bosque mixto en donde hasta parece que hay alguna faya. 27 julio 2.018. Nos preguntábamos en el capítulo ...