10/29/2021

El Monte y el guía de Munietsus 71


La Granda´l Campu y Fontuteiru vistas desde un poco por encima de L´Era Farruco. 27-julio 2018.

La Granda´l Campu posiblemente haya sido quemada en el pasado, aunque yo nunca la vi en ese estado por lo que es de suponer que los incendios fueran muy tempranos, cercanos a la época de su abandono como zona de pastos. Posee, por lo tanto, unos ganzos muy desarrollados y en cuanto llegue la tsande seguro que harán brotar nuevos robles. El abedul participa poco, aunque ya hay una orla en las partes más altas, pero en el corazón de la granda lo tiene más crudo. sus semillas pueden "volar" hasta ahí pero no logran enraizar por la alta insolación existente. Tendrán que esperar a la sombra que les brinden los quercus.

Progresión del bedular en las partes altas de la granda. 29-julio 2018.

 Del desarrollo del ganzal puedo dar testimonio en primera persona. Hace ya muchos años, algunos antes de mi etapa de guía, estábamos mi amigo Manuel (El Montañés) y yo realizando una excursión por la sierra de El Cabrón, disfrutando de sus espléndidas vistas. No se exactamente donde nos pilló una horrorosa tormenta, que aguantamos estoicamente ya que no teníamos un sitio donde refugiarnos. No era verano y el tiempo cambió bruscamente. Se puso realmente frío y muy húmedo, no cesando de lloviznar. No estábamos preparados para aquellas condiciones y decidimos dar por concluida la visita.

Completamente mojados y entumecidos por el frío, iniciamos el regreso. Pensando que acortaríamos terreno en el entorno de Fontuteiru decidí echarnos monte abajo, procurando evitar las peñascas de La Furcadietsa, yendo a dar justamente al inicio de la granda. Éramos jóvenes y grandes amantes del monte mi amigo y yo pero el tramo se nos hizo muy pesado. Desplazarse por entre aquellos grandes ganzos era una labor lenta, muy lenta y cada poco uno de ellos te impregnaba del agua que contenía haciéndote tiritar de frío. La granda parecía no acabarse y chorreábamos agua y sudor por los cuatro costados. 

No recuerdo si llegamos a conectar con la vieja senda que subía a Fontuteiru desde El Pradón Se ve en la foto) que hubiera facilitado el descenso, aunque me temo que no. 27-julio 2018.

Al fin llegamos a la vieja pista maderera de Las Tablizas y acabamos en casa de mi tía Nieves, en torno a la cocina de carbón, agradeciendo el calor que desprendía. Recuerdo que metimos nuestras botas, aquellas botas militares negras que no te aislaban de la humedad y que estaban llenas de agua, en el horno de la cocina para que se secaran algo y usando la barra de la cocina para hacer lo mismo con los calcetines. Una de mis botas debió de quedar cerca de la fuente de calor y se contrajo mucho por un lado. Con gran esfuerzo pude volver a ponérmela pero no la pude volver a utilizar nunca más y lo sentí pues les tenía cariño, tenían un cuero muy flexible y fino que no te hería nunca los pies.

También relacionado con "campo" es la Vatsina Entrambuscampus que por lo que dice está entre dos de ellos. Uno puede ser la granda pero el otro, que debería quedar contra el Faéu Lus Azores, me es totalmente desconocido (a no ser que se refiera a El Pradón, que no deja de ser un gran campo). De cualquier forma "campo" hace referencia, como mínimo, a zonas de buenos pastos. 

Nuevo arbolado que está colonizando la Vatsina Entrambuscampus y la especie de outeiru que posee el tesu y algo más arriba donde el bedul, fijaros que destaca por su color más claro, tiene un gran protagonismo. 28-julio 2018.

Buenos pastos habría también por encima de El Pradón, en la vertiente izquierda del Vatse La Rapiega, donde había dos camperas. La mayor volteaba algo contra el teso que ya accede a Tseira Gruesa. 

La Granda´l Campu y las dos camperas del Vatse La Rapiega. Foto Google.

Igualmente en el Tesu´l Paxaru, tanto por encima como por debajo de las cabanas de la braña, había camperas y luego estarían zonas cercanas de Bisnuevo, donde además de praus podía haber zonas de pasto.

Lo que más dudas me plantea de esta posible braña equinoccial son las cabanas, no solo porque son solo tres si no por sus pequeñas dimensiones, incapaces de albergar yerba o animales. Cada cabana estaba relacionada con un prau, pero este tipo de relación se da en muchos praus normales que nada tienen que ver con una braña y que debido a su alejamiento del pueblo se construyeron para tener un sitio donde poder guardar diferentes aperos. Aunque nunca las hay en grupo, como en este caso, constituyendo un espacio perfectamente diferenciable del resto. La que mantiene aún parte de sus muros, no nos sirve como modelo porque se intento reutilizar, alterando con ello su fisonomía original.

Restos de la cabana que se intentó reconstruir en épocas más recientes. 29-julio 2018.

El pequeño habitáculo, creado sobre los cimientos originales, aconsejaron a su propietario, tras levantar varias hiladas de piedra, construir una nueva. Esta se construyó, y se volvió a rehabilitar más tarde, en el interior de El Pradón, donde un camino, que conectaba con una prolongación de la vieja pista maderera de Las Tablizas por Bisnuevo, la hacía mucho más accesible. Lo que también propició la eliminación del tramo de la pista que atravesaba El Pradón, uniéndola sin más al espacio del prau. Se cortaba así el acceso a la braña y se usurpaba un bien público.

El Pradón de L´Armadina con una cabaña que luego se reformaría y la braña de Mual. Todavía estaba abierta la pista que atravesaba El Pradón. 2000.


Actual cabaña de El Pradón. 29-julio 2018.

La vieja pista maderera se construiría a raíz de la puesta en marcha de las primeras cortas realizadas dentro del espacio ocupado por la actual Reserva, a finales del siglo XVIII y estuvo en funcionamiento hasta la creación de la actual pista a Las Tablizas, activa ya sin dudas durante las grandes cortas iniciadas en la década de los cincuenta del siglo pasado..

Posiblemente utilizó un antiguo camino del pueblo que de alguna forma tenía que poder acceder a El Pradón y a todo su entorno, así como para poder entrar y salir de Las Tablizas, un simple caserío aislado a la entrada del Monte. El camino existente debía de ser muy tosco y llevar el ganáu, y sobre todo sacar la yerba para llevarla al pueblo sería más costoso y mucho más lento. Ello refuerza la idea de que una braña en tal lugar tuviera más sentido, una braña plenamente equinoccial.

El Vatse Lus Putseirus, un valle del Monte Mual en su totalidad, con el Tesu´l Páxaru, a la derecha de la foto, separándolo de Munietsus. 29-julio 2018.

 

El Vatse Lus Putseirus con El Pradón, La Vatsina La Veiga con La Furcadietsa que llega hasta Fontuteiru y la Vatsina Ascamperda. 29-julio 2018.

El viejo camino tuvo que ser ampliado y mejorado para que las grandes rollas pudieran ser sacadas mediante carros. Ello mejoró notablemente el acceso a esta zona por parte de los papudos y sacar la yerba no era ya ningún problema, con lo que la braña equinoccial ya no era tan necesaria.

Sea como fuera, el transito de carros y de vehículos de motor en los últimos años, hizo necesario delimitar físicamente el espacio de la braña para que el ganáu no fuera atropellado o que con su presencia en la pista entorpeciera dicho tránsito. Todavía se notan los restos de paredes de piedra delimitando la pista, tanto por arriba donde estaban las cabanas, como por debajo, en zonas de pastos. Paredes que se ampliaban por los lados, delimitando el espacio de las cabanas, solo abierto por la parte de arriba donde el Tesu´l Páxaru comienza a empinarse y donde, entre fayas y robles, hay un moribundo y  enorme quercus, uno de los abuelos de la floresta de Munietsus, que hace poco ha perdido la mayor parte de su tronco. 

Restos de las paredes de piedra que bordeaban la pista maderera dentro del espacio de la braña. 29-julio 2018.


Aún subsisten paredes muy derruidas, cerrando el espacio de la braña, en este caso de El Pradón. 29-julio 2018.

También entre los restos de las cabanas se ven, igualmente, restos de paredes que parecen aludir a la presencia de corrales anexos donde poder guardar el ganáu, lo que refuerza la función de braña de esta zona.

Restos de una cabana y de su corral. 29-julio 2018.

 

Piedras y más piedras que parecen aludir a paredes de corrales anexos a las cabanas donde alojar al ganáu. 29-julio 2018.

También contribuye a la confusión la actividad maderera que tanto afectó a esta zona y donde muchas grandas tienen su origen. Por ejemplo por debajo de las cabanas, la parte inicial del Tesu´l Páxaru, hay actualmente, junto a claros que aún subsisten, matas de avellanos, arbustos típicos en la primera etapa de recuperación de una zona talada ligada a ambientes húmedos. 

Matas de avellanos en el inicio del Tesu´l Páxaru. 29-julio 2018.



El arbolado ha cubierto todo el espacio de la braña, sepultando muchas de las paredes construidas, fueran de cabanas, corrales o deslindes.

La poca presencia de brañas equinocciales en Mual seguramente debamos relacionarla con la economía propia de un pueblo de valle. Las brañas primaverales sustituirían aquí a las equinocciales. Mual no necesitaba brañas con praus cercados, algo típico en las equinocciales, ya que estos eran abundantes en la vega primaria (Ríu Mual) y en las vegas secundarias (arroyos de vatses y vatsinas). Praus cercados y por tanto cabanas donde poder almacenar esa yerba, si son necesarios en pueblos situados a media ladera sin acceso a las vegas bajas de valle, como sería el caso del vecino Oubachu, que tiene una preciosa braña equinoccial en La Veiga´l Pumar.

La ventaja de poder llevar a la braña a la vaca paridera y a las crías, algo que se da en las equinocciales y que no es posible en las primaverales, sería asumible por una economía con más recursos de cara a la alimentación del ganado, más estabulado, con más yerba, no solo la seca almacenada si no también la "ceba" (hierba fresca) y más tierras cultivables, algunas dedicadas a la alimentación del ganáu. Sin olvidarnos que estas vacas, a las que había que ordeñar, al permanecer en el pueblo evitaban la labor de trasladar la leche de la braña al pueblo.

En realidad son los productos que necesita una vaca, que tiene que pasarse como mínimo tres o cuatro meses en la corte, los que limitaban el volumen del ganáu. De nada servía poseer extensas camperas de yerba de diente capaces de satisfacer a numerosos animales, si luego no se disponía de los recursos necesarios para mantenerlos el tiempo que obligatoriamente tienen que estar estabulados. La búsqueda de ese equilibrio es muy fácil de conseguir cuando la miseria es lo que predomina. A nuestros abuelos no les sobraban ni los pastos ni los productos forrajeros. No sabemos el volumen de su cabaña ganadera pero esta debía de ser más bien reducida.

Agotados los pastos, brotes y hojas accesibles de las brañas primaverales, el ganáu se subía a las brañas más altas, que serían las estivales, en donde sus alimentos ya estarían plenamente desarrollados. La braña estival por antonomasia de Mual se hallaba, como no podía ser de otra manera, en sus montes más altos, en el entorno de El Cabrón, pero no en lo más alto que era de Moncóu.

Alguien me comento en Mual que había habido un pleito entre este pueblo y el mío, sobre quién tenía derecho a la caza en el avesíu del valle. Moncóu defendía que todo el terreno por encima de La Carril de Moncóu (camino carretero que llevaba a La Veiga Moncóu, su braña) y los más altos del resto de la sierra hasta el linde con Munietsus, formaba parte de su Monte. Siendo suyo lo lógico era que los aprovechamientos derivados de él también les pertenecieran.

Según mi informante la justicia fayó a favor de Mual, estipulando que la caza pertenecería a Mual y que los pastos, que es lo que ahora nos interesa, serían compartidos entre ambos pueblos, los pastos de altura, claro. Pero no tengo confirmada esta información.

La Veiga Moncóu era una braña estival situada en un cutsáu (collado) de la sierra, justo antes de la subida a El Cabrón. Utilizaba los aledaños y la cresta serrana anterior a la braña (El Cimbo d´Asturias) y la posterior (El Escanín), basculando algo por las laderas que vierten sobre Riumulín de El Pueblo de Rengos y también el ancho y rechoncho El Cabrón. Pero además utilizaba el fondo de valle de Reiduz, progresando, algo que aún me falta por confirmar pues también podría pertenecer a Mual, por las zonas altas y medias de Tesu Gordu y su ladera desarbolada. Aquí había buenas camperas, como la chanada que hay en la unión de Tesu Gordu con Tesu Tsazaru, a 1300m. de altitud y numerosas camperinas por debajo y por las zonas superiores, mucho más pindias y por donde a las vacas les gustaba "engaramarse". 

En azul y rojo, sobre Tesu Gordu, camperas que antes estarían todas unidas, dependientes de La Veiga Moncóu o del Chanu´l Tsazaru. Foto Google.


La campera del centro se situa en la confluencia de Tesu Gordu con Tesu Tsazaru. ¿De Mual o de Moncóu?. Foto Google.

La Veiga se beneficiaba de una excelente fonte, metida entre el arbolado del valle. Veiga y fonte estaban unidas por un buen camino, tan bueno que hasta aparece su trazado en el mapa de escala 1:50.000 de 1953. La duerna es un curioso topónimo que no abunda por nuestra zona, ni en Mual ni en Munietsus vuelve a aparecer aunque sí lo hace en otros rincones del concejo. Una duerna era una artesa, es decir un receptáculo rectangular en el que sus cuatro lados internos se van estrechando hacia abajo. Estaba hecha en madera o piedra y tenía diversas utilizaciones: dar de comer al ganáu, incluidos los gochos; hacer el pan, recoger vino o sidra, pila para recoger agua o fregar en ella, actividades relacionadas con el samartino... 

En el cutsau del fondo del vatse de Reiduz es donde está La Veiga Moncóu y un poco a la derecha, entre el arbolado, La Duerna. 31-julio 2020.


En el centro La Veiga Moncóu y el camino a La Duerna. Mapa de 1953


Duerna de piedra, expuesta al lado de "la playa" de Cangas. 5-agosto 2017.

En realidad, aquí La Duerna es el nombre que se le da a una gran fuente, derivada seguramente de la forma que se le dio a un abrevadero donde pudiera beber el ganado y del que no sé si subsiste algún resto o si el tiempo lo ha borrado del todo.

Ya hemos hablado de la relación tan estrecha que hay entre el campo base de una braña y el agua, pues el ganáu la consume en grandes cantidades y de forma periódica, ejerciendo también una atracción para que este se congregue de forma natural a su lado. Creo que no hay ninguna braña que no posea una fuente o que al menos esta se halle en su entorno inmediato, como en el caso de La Duerna.

Guardo muy buenos recuerdos de La Veiga Moncóu, donde mi mente aprendió a volar sobre espacios arbolados. Sentado en una esquina despejada de la braña, enfrente de Riumulín y los otros bosques de El Pueblo (Rengos), podía pasar horas y horas oteando aquel increíble paisaje. Suspendido en el tiempo y en el espacio y ajeno a todo, excepto a las sensaciones que se iban despertando en mi interior. Todo era mágico y los robledales y los fayéus se sucedían unos a otros "hasta el infinito y más allá, como diría un personaje de Toy Story. Desde allí no se veían las grandas que también abundan en estos montes, mirara donde mirara todo era una sucesión de bosques y al mirarlos te acababan hipnotizando y atrayendo como un regazo maternal, dulce, cálido, protector... 

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