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Vatsina da Eira con buen arbolado en el entorno de la senda. 26 julio 2016. |
Caminar rápido con la vista y el cuerpo más levantado me permitía ver todo lo que me rodeaba. Pero cuando atisbaba un paisaje tan bello y único como el de La Penona, también me gustaba detenerme, sentarme y estar un rato obnubilado contemplándolo. Igualmente paraba cuando visualmente observaba un lugar que trataba de examinar a fondo, pero estas como la de La Penona eran de otro tipo. No examinaba nada en concreto, ni tomaba notas de ningún tipo, ni hacía fotos ni croquis. Simplemente miraba y me dejaba llevar. A medida que el cuerpo se iba despojando de la calentura provocada por el ejercicio físico, mi mente y mi cuerpo se desmaterializaban del todo. El paisaje era como una ventana abierta a un estado de ensoñación.
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La inconfundible y ensoñadora visión de La Penona. 27 julio 2018. |
Es difícil explicar con palabras este estado. Los sentidos paladeaban esa sensación de libertad: el aire y el sol acariciando mi piel, el tenue roce de otros y diminutos seres vivos, el olor de las cosas que me rodeaban, el silencio sosegante y tranquilizador y los grandiosos espacios llenos de belleza, de paz y de armonía. Es fácil entonces caer en la ensoñación.
No diré que es como volar porque yo siempre he padecido algo de vértigo y sobrevolar estos paisajes es seguro que me lo harían padecer. En cierto viaje a los Picos de Europa, en el Mirador de Ordiales me sentí aterrado al colgarme sobre aquel profundo precipicio, y eso que unas piedras elevadas servían de parapeto. Tuve que echarme algo hacia atrás y luego asomando solo la cabeza pude admirar los bosques y las moles rocosas, agrestes y peladas que se veían a lo lejos. A lo que me refiero es a la sensación de flotar sobre las cosas sin que el vértigo nos incomode y dejarse llevar, hasta tan lejos como nos permita nuestra imaginación.
Cantaba nuestro malogrado Antonio Vega en su canción "El sitio de mi recreo"
"Donde nos llevó la imaginación
Donde con los ojos cerrados
se divisan infinitos campos"
La sensibilidad de Antonio y su forma de transmitirla es sencillamente exquisita. Esta es para mí, junto a "la chica de ayer", su mejor composición. Pero si lo queréis oír al máximo de su expresividad os sugeriría que escucharais su interpretación de "agárrate a mí María", composición de Enrique Urquijo dedicada a su hija. Enrique y Antonio compartían, entre otras cosas como su amistad, su adicción a la mortífera heroína, que tanto daño causó en muchos jóvenes de nuestra generación. Enrique se había muerto precisamente a causa de una sobredosis y su banda Los Secretos estaban preparando un disco de homenaje. Invitaron a diversos grupos y solistas a participar en él, interpretando canciones compuestas por Enrique. Cuenta Álvaro Urquijo, hermano de Enrique y líder de los nuevos Secretos, que Antonio apareció por el estudio de grabación y que ante la pregunta de que canción le gustaría interpretar el contestó sentándose ante un piano comenzando a tocar esta canción. Los miembros de la banda conscientes de la valía de aquella interpretación rápidamente cogieron sus instrumentos para acompañarlo y grabarlo.
La Canción original cantada por Enrique es buena, muy buena, pero creo que esta versión de Antonio la supera. Su sensibilidad y espontaneidad brotan de tal manera que consigue que se ericen los pelos de nuestra piel y que un nudo nos atenace la garganta, ¡sublime!
La sintonía entre ambos músicos era total, ambos compartían las mismas adicciones y como estas interferían en su vida cotidiana. Antonio cantó la canción como si fuera suya, de su creación ya que sentía las mismas cosas que Enrique cuando la escribió y además la muerte de este le hizo abrirse del todo, cantando a corazón abierto. En su voz, un tema personal de Enrique se transforma en un asunto universal que a todos nos atañe: el canto del desvalido. La versión recomendada se encuentra en el disco de Los Secretos "A tu lado" un homenaje a Enrique Urquijo.
También trataba el tema que ahora nos atañe el dúo femenino Vainica Doble, muy desconocido para la mayoría de las personas. Las Vainica "rara avis" en el mundo del pop-rock español donde las mujeres, como en tantas otras ramas de la cultura y de la vida misma, están relegadas a un segundo plano. Pero Vainica Doble eran unas grandísimas compositoras, con unas letras donde desgranaban toda su ternura y su capacidad para describir poéticamente variadas realidades sociales.
El protagonista de "alas de algodón", Juan, es un tipo sencillo y pobre, con una mísera vida y con unos sueños también míseros, pero dotado de una potente imaginación.
"Así vivía Juan con su imaginación
que le hacía olvidar su condición
para escapar y despegar de su rincón
para poder volar, volar, volar.
.....
Poderosa fantasía la de Juan
que aún así podía escuchar el mar
en un caracol pintado en purpurina
y volar tras la procesión de golondrinas
pegadas a la pared verde veronés"
Y como decía o cantaba otro gran trovador en castellano, el gran Pablo Guerrero
"Vamos viviendo amigo
vamos así viviendo
porque guardamos como
un rincón de sol en la cabeza
como un rincón de sol"
Poderosa nuestra mente, tanto que incluso puede trascender a nuestros sentidos. Ocurre cuando leemos un buen libro, cuando vemos y leemos un buen comic o cuando vemos y oímos una buena película y experimentamos como propias las sensaciones de otros y las descripciones aparecen vivitas y coleando ante nosotros. O cuando el sonido y el recitar de la música nos llevan de viaje a un mundo de sensaciones. Sin olvidarnos de los placeres estéticos que nos brindan las artes plásticas (la arquitectura, la escultura, la pintura...).
Pero ninguna de las "artes" creadas por el ser humano puede competir con la naturaleza, en parte porque esta no silencia ninguno de nuestros sentidos. En la naturaleza el cuerpo y la mente, el alfa y el omega que conforman al ser humano, pueden dar rienda suelta a todas sus potencialidades. En pie de igualdad, sin perjuicio de ninguna de las dos partes. Démosles a los sentidos su ración de dicha y flotemos luego con nuestra imaginación. Sintamos con nuestros sentidos las maravillas vivas que nos rodean y flotemos con las incomparables vistas, paisajes y enclaves que se nos ofrecen.
Caer en la fascinación y en el ensueño es algo muy fácil de sentir en muchos de los rincones y paisajes que se nos ofrecen en Muniellos. La magia flota en muchos de sus ambientes y su belleza nos emboba todos los sentidos. No es algo que este fuera del alcance de cualquier persona. También lo puedes sentir tú. Procura estar solo pues la compañía y la palabra no te lo permitirán. Observa, siente y déjate llevar. No tienes más que dejar que tu sensibilidad se desborde por los poros de tu piel y dejar que tu mente se libere de las ataduras terrenas. Es como una potente droga natural, con muchos efectos secundarios ya que una vez que lo hayas probado no deseará más que repetirlo una y otra vez. Está ahí, a tu alcance, sin necesidad de tomar nada, sin coste alguno.
Valle abajo y tras la Vatsina La Penona La Veiga Los Trabóis está la Vatsina Da Eira, la mayor de toda la vertiente izquierda del Ríu La Candanosa antes del Ríu Las Fayonas. La vatsina tiene dos cabeceras, la que da contra La Penona está algo más baja, al estarlo también la propia sierra, y en ella quedan los restos de un antiguo circo glaciar.
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Circo de Vatsina da Eira al pie del Pico del Sestón, bordeado por tseirones. Foto Google. |
Resulta llamativo que en el solano del Ríu La Candanosa existieran tantos circos glaciares, aunque creo que este es el último valle abajo. Y es llamativo porque en los solanos suele haber menos circos que en los avesíus. La mayor insolación del solano hacía que en estos la nieve se derritiera antes o más deprisa que en los umbrosos avesíus. Una prueba más que demuestra lo activos que fueron los glaciares en nuestro territorio, más de lo que se venía creyendo hasta hace poco tiempo. Por contra a la otra cabecera, que asciende más alto en dirección al Pico del Sestón (1.571 m.) no se le ve resto alguno.
Por fortuna el arbolado ya lleva un tiempo instalado en esas zonas altas. En el circo, camuflando los tseirones e incluso ocupando algunas partes del Pico del Sestón donde la roca madre aflora de vez en cuando, salpicado también por algunas pequeñas grandas.
En general la vatsina está muy colonizada, conformando un bosque joven con zonas muy densas y en proceso de expansión en pequeñas zonas aún sin colonizar. El teso contra la Vatsina Tixidal es más rocoso y desarbolado en el entorno de la senda de Las Tsagunas, y más abajo tiene algún tseirón pequeño. El cerro que la separa de La Penona es muy suave en sus partes altas, con grandas que se mantienen cerro abajo donde este se ensancha y se aterraza en algún punto.
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En el centro Vatsina da Eira, bastante arbolada. Foto Google. |
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Excelente bosque en el curso principal de Vatsina da Eira. 27 julio 2018. |
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El teso contra Vatsina Tixidal está aún muy desarbolado. 27 julio 2018. |
El topónimo "da Eira" es, por supuesto, galego, los de Alguerdo llamaban a esta zona "O Chou d´Eira". Los "asturianos" solo le añadieron "vatsina", eliminando "o Chou" porque ignoraban su significado (posiblemente signifique "el lugar", "el lugar de la era" si lo dijéramos en castellano). Este añadido de "vatsina" se repite en algunos topónimos que ya hemos visto. Topónimos en los que, en su versión más arcaica, no aparecía, ni vatsina ni "valia", su equivalente en gallego. Aquí nos damos cuenta de ello al contrastar la toponimia gallega, la más antigua, con la asturiana, más reciente o al menos posterior a la que utilizaban los pueblos de Ibias.
Que duda cabe que la larga, en el tiempo, explotación maderera del Monte acabara repercutiendo, de alguna manera, en su toponimia. Ahora solo me centraré en lo que venimos diciendo.
Si comparamos la toponimia del Monte Muniellos con la de otros lugares del entorno nos daremos cuenta de la meticulosidad de este en lo relacionado con los cursos, regulares o irregulares, de agua y sus dos vertientes. Todos o casi todos tienen un nombre, siendo los que comienzan por vatsina los más abundantes. En los otros montes aparecen muchos nombres pero no abundan tanto los que comienzan por Vatsina. A mi modo de ver esto está relacionado con la explotación maderera que sufrió Munietsus.
La BOSNA, la empresa de los que compraron el Monte a los Condes de Toreno en 1.901, igual que luego hizo Muniellos S.A., fraccionó en numerosas unidades la totalidad del Monte, de cara a una explotación más eficiente. Las vatsinas, con sus cursos, y los tesos, por su fácil localización y visibilidad tanto sobre el terreno como sobre los mapas, constituirían las separaciones entre esas unidades y para no liarse todos ellos tenían que tener un nombre.
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Bosque de Muniellos de la Bosna, muy antiguo y aún sin las divisiones que posteriormente se le hicieron. |
Muchas vatsinas y tesos ya tenían esos nombres encabezando el nombre completo. La empresa lo respetó, eso sí castellanizándolos todo lo posible en su documentación. Pero había vatsinas y tesos que no tenían esos nombres. Los lugareños las conocían por algún elemento significativo enclavado en ellos que sí tenían un nombre propio. Lo que la empresa hizo fue simplemente añadirle a ese nombre, precediéndolo, la palabra "vallina". Los tesos serían llamados así: "teso" (o cerro) seguido del nombre de una de las vatsinas que deslindaba.
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Detalle del mapa. |
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Detalle del mapa. |
"Vallina", lógicamente transformada en "vatsina", no tuvo mayores problemas en acoplarse a la toponimia popular ya que no alteraba en nada el sentido del topónimo. Teso sin embargo no corrió esa suerte y solo perduraron en la memoria colectiva, que eso es en esencia la toponimia, aquellos que ya se llamaban así desde tiempos lejanos.
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Detalle mapa. |
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Detalle del mapa. |
Eira en gallego hace referencia al lugar, normalmente enlosado, donde se matsaba el cereal después de su siega para separar el grano de la patsa. En castellano a dicho lugar lo llamaban la era y en bable occidental l´era.
Pero, ¿dónde está la eira de este lugar?. Es impensable que aquí en pleno Monte Munietsus, rodeada e inmersa en el bosque y a bastante altitud existiera una instalación de este tipo. Las eras siempre están en el entorno directo de los pueblos, dentro de ellos. Creo que aquí ocurre lo mismo que con L´Era Farruco, de la que ya hemos hablado en otro capítulo. Estamos ante un topónimo comparativo, de semejanza. Algo existe en la zona que se puede comparar, al menos en algo, con una era.
Veréis, yendo por la senda de Fonculebrera en dirección a Las Tsagunas, justo antes de salir de la Vatsina da Eira hay un lugar precioso y lleno de encanto, del que quedé prendado desde la primera vez que lo vi. Un bonito tseirón enmarca por arriba y por los lados un espacio redondo asentado en una llanada, con un espacio más llano aún al lado de su borde inferior, donde ya se ha asentado algún que otro arbolillo pero que todavía se ve perfectamente, con esporádicas piedras por el entorno. En realidad se trata de la cubeta de un pequeño glaciar, un pequeño cuenco, y decir pequeño se queda corto porque todo él se ve con un solo golpe de vista, quedando muy al alcance de la mano. Ni que decir tiene que es el más pequeño que he visto en mi vida y el situado a menor altitud, en torno a los 1.240 m.
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Todo un gusto recorrer una senda llana, admirando la belleza de este precioso rincón. 26 julio 2016. |
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Tseirón por encima de la cubeta. 26 julio 2016. |
Durante mucho tiempo creí que allí se encontraba la braña Los trabóis, de hecho el mapa del ICONA la sitúa por esta zona. Las piedras sueltas de la cubeta podían perfectamente ser los restos de una cabana y la campera podía estar en el teso contra La Penona, allí a su lado, donde se mantiene la llanada y donde abundan las folgueiras.
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Bedules saliendo en la campera que había en el teso llaneado contra La Penona. 26 julio 2016. |
La cubeta dejaba parcialmente al descubierto su suelo rocoso, más visible tiempo atrás, constituyendo una especie de enlosado. Sí, creo que la cubeta sería la Eira de esta zona, un lugar con encanto que parece que no solo me engatusó a mí.
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Zona de la cubeta. 26 julio 2016. |
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En rojo zona de la cubeta. Arriba Pico del Sestón y más a la dcha Pico Los Chagozos. 27 julio 2018. |
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Detalle de la zona de la cubeta. 27 julio 2018. |
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