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En Decutsada hay lugares del avesíu donde ya no coge ni un alfiler más. 28-julio-2.018. |
El límite que se viene usando entre las dos lenguas se sitúa en la prolongación de la Sierra del Rañadoiro, o sea en la sierra, sierra que divide la cuenca del Narcea de la cuenca del Navia, algo acorde a la idea de deslindar atendiendo a accidentes geográficos. Pero es una verdad a medias pues estos suaves relieves nunca suponen una frontera física. Y es que además el Monte Oubachu rebasaba ampliamente dicha sierra. Tanto el Pico´l Counio como el Pico Cabreiro estaban dentro de sus límites. Que basculaban durante un buen trecho por las laderas altas que vierten contra la cabecera del Río Viougas.
El uso del territorio hace que este se llene de nombres (topónimos), puestos por quienes los usaban. Pero la cercanía también influye. Todo lo que vierte hacia Ibias está más cerca de Valdebóis que de Oubachu, por lo que los primeros igualmente les pusieron sus propios nombres.. En esa zona hay una curiosa mezcla de topónimos, unos son "galegos" y otros son "asturianos", no faltando los que son una mezcla de ambos.
La parte del Monte Oubachu que vierte hacia el Ríu Munietsus y el Ríu Coutu tienen ya topónimos típicamente en bable occidental, como en esta de Decutsada, donde está el Vatse Gatsego.
Ya vimos que en la cabecera del Ríu La Candanosa, analizada a fondo en capítulos anteriores, ocurría algo parecido, siendo allí el galego el que había volteado la sierra. Lo mismo pasaba en la cabecera de los otros dos grandes valles de Munietsus, Refuexu y Tixeirúa.
En el primero el Ríu Refuexu pronto cambia de nombre, aguas arriba de La Veiga Cruces, pasando a llamarse Ríu Las Gallegas. Nombre que parece derivarse de La Veiga Las Gallegas (A Veiga As Galegas), posiblemente la braña más importante de todo Munietsus y explotada por el pueblo ibiao de Oumente, de la que también deriva la Vatsina la Braña Las Gallegas. En los tres casos, ríu, veiga y vatsina, se mantiene "Gallegas". Ningún papudo, arbetsón o del Ríu Rengos decia gatsegas, respetando el topónimo original (algo castellanizado con la doble "l"). Aquí el significado de los topónimos es más que evidente ya que eran los galegos quienes utilizaban esa zona, posiblemente desde tiempos inmemoriales.
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Os vuelvo a mostrar la localización de los topónimos del Regueiru Decutsada. |
Continuemos con el paseo. Entramos en otra vatsina, La Regueirona, con bastantes ganzos ya desde el teso con el Vatse Gatsego. Vuelven a verse roblones de 5 m. de perímetro y con la copa rota. También los hay de 3m., altísimos y sanos, una auténtica delicia para la vista y el resto de los sentidos, sintiendo su inmensa energía y la paz que se respira bajo sus bóvedas. Es un crimen no detenerse un rato y lo hago, saboreando a fondo esos instantes. Lo que daría ahora por volver a sentir lo que entonces sentí, algo a lo que las palabras no pueden hacer justicia. Pero como todo el viaje es una auténtica zambullida en un paisaje de ensueño, continúo.
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Pese a habérsele caído una gran parte del tronco principal y hace poco una gran rama lateral, este roble se resiste a morir, aunque el pobre ya está en las últimas. |
En el centro de la vatsina hay piedras sueltas y gruesas, en donde se han instalado avellanos. En la otra ladera (dcha) faéu y robledal, permítaseme la expresión, cojonudo, con robles de dimensiones muy buenas, aunque los mayores están algo averiados.
Al momento llegamos a otra vatsina y podemos ver que un poco más abajo de donde me encuentro se une a la anterior. Es El Vatsinón, que recibe el nombre ya desde su unión al Regueiro Decutsada, por lo que La Regueirona es un afluente suyo. La Regueirona y El Vatsinón son dos aumentativos, que parecen justificarse al compararlos con las otras vatsinas del Regueiro Decutsada, todas ellas de menor envergadura.
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El Vatsinón y La Regueirona. 28-julio-2.018 |
En El Vatsinón hay caídos robles bestiales, algunos algo o muy derruidos por la edad y por los avatares que han ido sufriendo a lo largo de su extensa vida, aunque también hay tendidos sobre el suelo otros que aparentemente estaban sanos. Pero aún quedan en pie algunos gordísimos.
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El Vatsinón por encima de la unión con La Regueirona. |
He venido durante un rato por algo de sendina y antes de llegar al centro de la vatsina me he topado, del lado de abajo, con un roblón que es gordísimo abajo. Luego adelgaza algo pero sigue hermoso y potente hacia arriba, alcanzando una gran altura. Pero por desgracia parece tener alguna deficiencia cerca de la base, por la parte de arriba. Otro por debajo, algo más pequeño, sobrepasa los 3 m. de perímetro y una altura de vértigo. Estamos en una zona de bosque maduro, ¡impresionante!. Hay alguna faya y muy buena densidad. Una hermosa faya de 2´40 m. de perímetro a 1´50 m. del suelo por su parte de arriba, estaba arrancada y tirada en el suelo, lo que me permitió medir su longitud: 30 m.
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El Vatsinón justo por debajo de recibir a La Regueirona. |
He subido por El Vatsinón a ver un gigantesco roble situado en su centro que solo tiene una pequeña herida, de poca penetración, en su base por la parte de arriba. Es muy alto, más de 30 m. y conserva toda su copa. Con 4´60 m. de perímetro a 1´50 m del suelo, ¡deslumbrante!. A su lado una preciosa faya de 2 m. de perímetro, alta y recta y cerca de esta otro potente roble cercano a los 4 m. de perímetro, altísimo (debe pasar de los 30 m.) pero con una herida larga y profunda en su tronco por la parte de arriba. Vatsina arriba se sigue viendo lo mismo, abundando la lúzula.
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Robles como este de la braña de Mual de Lus Putseirus también los había por decutsada. |
Tras subir otro poco y siguiendo valle abajo, en llano sin subir ni bajar, se llega al teso de la vertiente derecha de El Vatsinón en donde hay un pequeño rellano, bordeado a cierta distancia por acebos.
Desde aquí hay buenas vistas del solano de Decutsada, que tanto contrasta con el exuberante avesíu por el que nos movemos. Se ve perfectamente el final de la pista de Pires que arrancaba en la Vuelta Cimera de la carretera del Counio. Se ve salir la pista, abajo, con no mucha inclinación, desde la Vatsina La Mata. Y así zigzagueando acabar saliendo junto al actual Mirador (Mirador del oso de Muniellos).
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Cartel del Mirador del oso de Muniellos. |
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Detalle de la pista de Pires y de la de Decutsada que subía hasta La Veiga´l Pumar. Mapa del IGN de 1953. |
Subiendo un rato llegué al Teso Decutsada, a una zona algo llaneada, formada por sucesivos rellanos, la prolongación de La Chanadona. Con buena arboleda mediana aunque aún con muchos claros ya que hasta aquí llegaba la parte superior de la granda de Fonculebrera.
Filo abajo volví al sitio en el que antes estuve, atravesé el teso de El Vatsinón y accedí a una vaguada donde predominan las fayas. Algunas son preciosas, rondando los tres metros de perímetro y se está formando un esplendoroso faéu.
Aquí decido volver en dirección contraria, ahora valle arriba aunque siempre descendiendo algo en altitud, para no repetir por donde ya anduve. No me basta solo ver desde lejos la buena arboleda, la quiero disfrutar sintiéndola a mi lado, saboreando los distintos ambientes que va construyendo.
Atravieso El Vatsinón justo donde recibe a La Regueirona. Por todo el entorno el bosque es alucinante, con robles y fayas de más de 2 m. de perímetro, de hasta 35 m. de altura aproximada, rectos y sanos. Ya no se ven los roblones más o menos viejos, es todo material nuevo pero muy bueno y en densidades excelentes.
Tras el cauce de El Vatsinón se atraviesa un precioso faéu, con ejemplares magníficos de tres metros de perímetro, que prolongan en altura ese grosor durante un buen tramo. Rectas, pasando de los 35 m. en altura. Prodigiosos pilares que sustentan copiosas copas que dejan pasar muy poca luz, creando un ambiente más nebuloso y húmedo que el creado por los robles. Un ambiente más recogido y si acaso más protector, más íntimo, más...
Llego al Vatse Gatsego y continua el faéu, con algún que otro roble y xardón. En su ladera izquierda y saliendo de él hay un robledal mediano pero mejorando (media de 1´5 m. de perímetro y 22 m. de altura), con una gran densidad.
En la vatsina siguiente a partir de su mitad el arbolado disminuye en grosor y en altura, pero con una gran densidad. Es un bosque joven con todo el futuro por delante. Pronto estamos enfrente de La Brañina y hay que volver a cambiar de rumbo. Desciendo algo por el teso entre esta vatsina y el Vatsigato Decutsada por donde se ven buenísimas y buenas fayas a ambos lados del cerro.
Vuelvo a llanear, valle abajo, con algo de inclinación. Atravieso la vatsina sin nombre (el otro vatsigato) y vuelvo al gran bosque. Primero con robles. En el Vatse Gatsego vuelve el alucinante faéu, con algún roble. Selección natural prácticamente hecha, con algún xardón tirando "palante".
Al poco hay algo de vaguadina, pero solo abajo cerca del regueiro, con mucha lúzula. Contra El Vatsinón bosque tremendo, en el cerro robles, en El Vatsinón fayas, con algunas realmenete impresionantes. Hay una antes del centro de la vatsina bestial, de cerca de 4 m. de perímetro, un solo tronco, sanísima, de unos 35 m. de altura aproximada. Algo descomunal que se completa con un roble por debajo de ella de 2´30 m. de perímetro, tan recto y alto como la faya. Si tienes hipo, mirando esta pareja, seguro que se te quita.
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La ladera de La Chanadona, entre el Teso Los Carboneros y L´Era Farruco, es sencillamente espectacular. |
Me meto contra el cauce donde hay algo como de fuentina y un gran arce muy averiado por abajo. Cruzo el cauce y sigo. Oigo cerca el canto del Regueiro Decutsada. Robledal y faéu espectacular. Salgo de El Vatsinón e intuyo que estoy por encima, no muy lejos, de la senda que sube a Las Tsagunas tras haber cruzado el Regueiro. Hay un roble muy bueno pegado a una sendina que pasa por el lado de arriba y luego otros dos. Siguiendo por la sendina se sale a la senda, entre el roble grandón cercano al Teso Los Carboneros y los colosos guardianes de la senda, encima de un arce hecho polvo.
Solo añadiría que en la excursión de despedida también salí al Teso Decutsada, donde me aguardaba una desagradable sorpresa. Ya no recuerdo si aquel año o el anterior había habido grandes ventoleras de viento, muy perjudiciales para el arbolado, pero es seguro que las hubo. Allí por el alomado teso y sus rellanos de la parte inferior de La Chanadona, había arrancados del suelo y desplomados en él, decenas y decenas de robles, robles medianos de 40 o 50 años de vida.
Lo cierto es que me apenó aquel espectáculo, tantos y tantos árboles desguazados en lo mejor de su vida. Menos mal que permanecían en pie muchos de sus hermanos y que las heridas del bosque podrían ser restañadas, en una zona donde sus avances y retrocesos van de la mano. Los tesos o cerros son los lugares más expuestos a las rabietas de Eolo, que de una tacada puede cercenar la labor de varias décadas.
Pero así es la naturaleza, tierna y cruel al mismo tiempo. Vida y muerte van de la mano, como inseparables hermanos, hasta el fin de los tiempos. Pero como el León (Gieco) cantaba: "Que dignidad tan grande la de creer siempre en la vida, con solo ver una flor brotando entre las ruinas", y en el Teso Decutsada, contra viento y marea, todos los años brotan robles y más robles y si los albares no bastaran, en las Penas de Fonculebrera están sus primos los orocantábrica, dispuestos a echar una mano si fuera menester.
Se podrían extraer muchas conclusiones de esta excursión, tan detallada, pero esa labor la dejo a cada lector de estas líneas. No creo que les resulte tan complicado, teniendo en cuenta lo que hemos dicho y expuesto en capítulos anteriores. Yo me quedo con las sensaciones experimentadas visitando uno de los lugares con más encanto del mundo que conozco.
Si me gustaría que alguien, dotado de sensibilidad, revisitara esos lugares, yo creo que ya nunca podré hacerlo de nuevo, y que me contara, como yo os he contado, el estado actual de esos lugares, gracias de antemano.