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Interior del Monumento a los Mineros. Ciñera. 3-Noiembre-2.018 |
No cantábamos en Zaycor "en la planta catorce" porque no todos se sabían la letra completa. Fijaros que en toda la canción no hay ninguna frase que se repita, no hay un estribillo pegadizo y fácil de recordar. Es la fría y acertada descripción de un suceso que, por desgracia, se venía repitiendo cada cierto tiempo en todas las cuencas mineras. Muertos con nombre y apellidos, con padres, hermanos y casi todos con mujer e hijos y todos con muchos amigos y compañeros, porque eran "buena gente".
Gente solidaria la de los mineros. "Compañeru, dame tira" cantaba Nuberu. Por cierto este grupo asturiano tiene un disco "mineros" precisamente dedicado a ellos, donde resalta su versión de "en el pozu María Luisa", con las celebres frases de "Santa Barbara bendita, patrona de los mineros", aunque no incluyeron otras como "me cago en los capataces, ingenieros y esquiroles". Pero bueno, nadie es perfecto.
Solidarios los mineros, tanto que la preparación de la Revolución del 34, que a tantas personas como movilizó, incluyendo numerosos mineros, no fue detectada por la policía (los Guardias de Asalto) o la Guardia Civil hasta que esta estalló. No hubo esquiroles ni vendidos al patrón, algo que contrasta con los sicarios de Victorino, mineros también, de épocas más recientes o muchos de los que trabajaban en las minas a cielo abierto, que defendían la Empresa como si fuera de ellos mismos. Vulgares peones defendiendo intereses contrarios a los de la clase social a la que pertenecían.
Aquí, en esta zona de León, hubo varios pozos. Uno de ellos, el Pozo Ibarra, estaba situado justo al lado de El Faedo y tras su cierre fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2.011 en la categoría de conjunto etnológico. Un Patrimonio Histórico merecedor de una visita para no olvidarnos de nuestro pasado reciente. Tanto el castillete como otras estructuras están dejadas de la mano de Dios y es probable que acaben en ruinas. Una auténtica pena, así es como trabajan quienes dicen que están al servicio de la sociedad.
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A la izda, pegado a El Faedo, el pozo Ibarra y por encima de él la montaña de estériles. Foto Google. |
Y, ¡cómo no!, igual que en el resto de lugares con minería de carbón, acabó apareciendo la práctica de cielo abierto. Sus huellas son visibles, a día de hoy, en el descomunal "escabón" de la mina Santa Lucía, en los altos de un valle vecino al del regueiro de Ciñera que ya desemboca en Santa Lucía.
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Corta Pastora 2.020, iniciadora de la gran hondonada. Foto Google. |
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Corta Pastora 2.020. Fijaros como los crestones calizos estaban colonizados por las encinas. Foto Google. |
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Hondonada de la corta Pastora. Foto Google. |
El grandioso agujero provocó una cantidad ingente de estériles ya que las potentes capas de carbón se hallaban a diferentes niveles. Se fueron depositando en las laderas de los altos que vierten hacia Ciñera (y hacia Santa Lucía), en sucesivos aterrazamientos, que son precisamente los que se ven desde Ciñera.
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Montaña de estériles por encima del Pozo Ibarra. |
La Hullera se declaró en quiebra y está en fase concursal de acreedores. La misma cantinela de siempre, con una restauración ambiental que brilla por su ausencia y como decía Víctor en otra canción, esta más reciente:
"De los años de abundancia
no dejaron ni migajas".
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Hondonada y montaña de estériles es la herencia dejada por el cielo abierto. Foto Google. |
Pan para entonces y hambre para hoy y para mañana, eso es lo que supuso la minería en todas nuestras zonas. Zonas hermanadas desde la antigüedad, con los mismos problemas y las mismas necesidades, por más que varíen algo las condiciones medioambientales.
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Huellas del cielo abierto en esta zona. Foto Google. |
De vuelta, ya en el pueblo, tuvimos tiempo para detenernos ante un pequeño homenaje a los mineros y viéndolo rendirles el nuestro. No, no estuvo nada mal el viaje a El Faedo de Ciñera.
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Monumento a los Mineros en Ciñera. |
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Emocionante queja en el Monumento a los mineros de Ciñera. |
Si Munietsus se abriera a todo el que deseara visitarlo, como ocurre con El Faedo, no cabe duda que acabaría degradándose y perdiendo su encanto. Tampoco diría yo que se abriesen más rutas o que se restaurasen las que existían antes, con la que hay abierta es más que suficiente. Lo que sí digo es que habría que diversificar las visitas utilizando partes de la ruta y centrarse en lo más importante de Munietsus, en el bosque atlántico, y en ofrecer a los visitantes competentes Guías que dinamizaran las excursiones. La excusa de que sería costoso se podría solventar cobrando un módico precio a quien lo solicitase, a la gente seguro que no le importaría y quien diga lo contrario se equivoca y además sería algo opcional, el que quisiera ir por libre allá él.
Por experiencia personal se que la gente valoraría positivamente esta posibilidad. Así aumentaría la fama de la Reserva, sobre bases más reales y nada complicadas y que de una forma indirecta repercutiría positivamente en los pueblos del entorno, que podrían ofertar rutas también guiadas, previo pago, por sus montes.
Con algo de imaginación y mucho sentido común se podrían ofertar preciosas rutas, no solo a grandes masas arboladas si no también a lugares con algo reseñable y merecedor de una visita guiada. De Mual ya he mencionado alguna y de Oubachu se me ocurre ahora una. No insistiré mucho en ella pues muchos de los lugares a visitar ya han sido mencionados en otra parte (capítulos 59, 60 y 61).
Desde el mismo pueblo subiríamos primero al Cutsadietsu, el cutsáu de la sierra, utilizando una ancha pista que fue usada para entrar o salir del pueblo en vehículos cuando quedó inutilizada por una fana la pista que lo hacía desde la carretera del Counio. Entonces no existía la que lo hace por La Veicietsa, ni la que pasa por el Centro de Interpretación de La Reserva.
Tras un fuerte ascenso y ya más en llano veríamos los aterrazamientos de debajo de El Caleiru y luego la posible corta romana de La Cabuerca y otras oquedades que hay antes de llegar al cutsáu. Allí ya existía y existe una pista que bajaba a La Veiga´l Tachu y que salía a la carretera del Counio, por lo que los menos andarines también pueden salir desde El Cutsadietsu, hasta donde se puede acceder en coche.
Desde El Cutsadietsu, precioso el topónimo ¿no?, hay que dirigirse hacia Pena Ventana. No es recomendable hacerlo monte a través, cresteando por la sierra pues ya en mis años mozos los subarbustos y arbolillos ocupaban casi todas esas zonas. Es mejor seguir por una pista abierta en tierra, mucho más cómoda de transitar. Tendremos cuidado para detenernos en El Caleiru y L´Era Colas, oyendo a alguien que nos explique que es lo que vemos y las leyendas que las rodean.
Seguiremos subiendo hasta llegar a El Calechu de Pena Ventana, la joya etnográfica canguesa, y como si fuéramos tsobus deambularemos en torno a él y luego fingiremos haber caído en la trampa. Es casi un milagro que se conserve en el estado en que se encuentra. Tal vez habría que restaurarlo, aunque mínimamente para que no pierda su encanto. Un encanto rústico y agreste, acorde con todo lo que le rodea. De lo que no cabe duda es que necesita protección, mucha protección.
No irán ahora los visitantes a ver como una pobre alimaña se debatía en su agonía si no a imaginárselo y meditar en torno a ello. Salvando las distancias, porque la necesidad obligaba a ello, era un "cruel espectáculo", como el de un ruedo taurino, con varios toros destinados a morir. "¡Torete te queremos libre!, pese a que algunos se empecinen en llamar arte a la tortura de un animal. Mala catadura moral tiene aquel que disfruta con la tortura infringida a otro ser vivo. A esos verdugos y a quienes les aplauden y relacionándolo con lo que estamos hablando, les vendría bien aquel refrán de nuestra tierra que decía: "De ese matu nun puede salir buen tsobu".
Beberemos, si podemos, agua de La Fonte Brigueda y nos deleitaremos con las amplias vistas que hay desde Pena Ventana y durante todo el recorrido: el tortuoso, áspero y bello paisaje del Vatse Cabreiru y parte del Ríu del Coutu y el más apacible, gracias a sus bosques, del Ríu Rengos. Perdiéndose la vista por los confines del concejo cangués.
Sería injusto no mencionar que la ruta a El Calechu también se podría realizar desde el pueblo de L´Arna, teniendo enfrente otras joyas que supongo que conocéis: los cortados de este desfiladero del Ríu Rengos (Narcea), la cascada de Aguas Blancas y La Ermita de San Tsuis a la que los de L´Arna peregrinaban todos los años, sintiéndola tan suya como los de la veiga Rengos (Pousada, Caldevitsa...).
Cascada de Aguas Blancas. Foto Jose Mingo. |
De la imprescindible visita a tales lugares (La cascada del Regueiru Ruicueva y La ermita y veiga de San Tsuis) nada diré, ya lo he hecho en otra parte y además su ruta ya está recogida en la PR-AS-111 (Ruta Pousada Rengos-Tsagunas de Noceda). Solo mencionar que juraría haber visto, en alguno de los muchos tránsitos por la carretera desde La Venta a La Pescal, una cascada aún mayor precipitándose desde el regueiro de la ermita y que era mucho más visible que la de Aguas Blancas, algo ocultada por la vegetación. En otro orden de cosas los de L´Arna llamaban La Penona a La Pena Moncóu.
Y qué os parecería una visita guiada a Los Castietsos, el castro de Pueblo Rengos. Al salir de Pueblo en dirección al Rañadoiro, cogeremos la antigua carretera (no la nueva que sube un poco para atravesar la sierra por un túnel) y seguiremos un ratín por ella, hasta donde confluyen Lus Pusadoiros y Regueira Lus Praus, los dos valles de la sierra del Rañadoiro.
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A la dcha camino a Regueira lus Praus. A la izda inicio de Lus pusadoiros sobre el que pasa el nuevo viaducto de la carretera. Foto Google. |
No hay confusión porque la carretera atravesaba el nuevo cauce por un puente. Tras el puente salía un camino que se internaba por el valle de Lus Pusadoiros y que llevaba a todos los numerosos praus de siega que había en él.
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Cogeremos el camino que hay tras el viejo puente y pasaremos por debajo del viaducto. Foto Google. |
Se pasaba al pie de una antigua cantera de mármol o un caleiru, no lo recuerdo muy bien y continuando nos internábamos por la primera vatsina del valle, donde había muchos praus y una buena cabaña. Una senda salía del camino y subía a un cutsáu del tsombu (cerro) que separa Lus Pusadoiros de Regueira Lus Praus. y alli, un poco cerro abajo están Los Castietsos.
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Nos meteremos por la primera vatsina a la dcha de Lus Pusadoiros y seguiremos el trazado en rojo que vemos en la imagen. Foto Google. |
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Los Castietsos de Rengos en el mapa de 1953. |
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Localización de Los Castietsos de Pueblo de Rengos, en el tsombu que divide Lus Pusadoiros de Regueira Lus Praus. Foto Google. |
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Detrás de la cantera del Poleiro se ve el cerro que separaba los dos valles del Rañadoiro donde está el castro. Desde L´Arna, de su blog. |
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Los Castietsos de Pueblo de Rengos. 4 noviembre 2.000 |
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Teso donde se asienta el castro de Rengos. Foto Google. |
Habría otra ruta algo más larga, ya que el camino de Lus Pusadoiros continuaba. Salía de esa vatsina y se dirigía a otros praus del fondo del valle. Se tendría que reabrir (creo que está obstaculizada por un simple montón de tierra) la vieja carretera, hasta donde termina el solano del valle. Allí de la carretera salía un camino que atravesando y luego bordeando los praus que hay, enlazaba con el que subía valle arriba.
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Inicio de la ruta larga por el camino que atraviesa los últimos praus de siega de Lus Pusadoiros. Noviembre 2.000. |
Esta otra ruta comenzaría ahí arriba, sobre los últimos praus, habilitando un espacio para aparcar los vehículos. Pero si hacéis esta ruta por vuestra cuenta, tened cuidado, en el Rañadoiro hay muchos tsombus y tapados por el arbolado es muy fácil confundirse y no dar con el castro.
La nueva carretera ya no permite disfrutar de las esplendidas vistas que había desde la vieja. Pero a cambio con el túnel, se ha creado un ancho corredor para que los osus, y el resto de "bichos", puedan desplazarse a sus anchas entre Monesteriu, Munietsus, y resto de la redondada, garantizando así la necesaria variabilidad genética de las especies. Seguro que ellas aplauden el nuevo trazado. Además si alguien quiere ver y disfrutar toda esta zona aún puede hacerlo, aunque eso sí, pateando el terreno.
El castro no está excavado, pero aún se le intuyen elementos de su estructura. Historia y naturaleza se funden en Los Castietsos de forma inigualable pues el castro está inmerso en un precioso faéu, con fayas que habrán engordado mucho desde la última vez que lo visité, a finales de los ochenta.
El mofu que yo removí buscando la presencia de alguna muralla, seguro que se ha regenerado y si ningún busca tesoros ha hurgado el subsuelo el lugar es el sitio ideal para echar a volar nuestra imaginación, oyendo a alguien que trata de explicarnos donde estamos y observando un paraje de cuento de hadas.
Si hacéis por vuestra cuenta esta ruta veréis árboles que tal vez os desorienten, bonitos alerces que en otoño se doran y acaban perdiendo sus hojas, insulsos pinos, abetos alzándose por encima de las fayas, tan altos que parecen perderse en los cielos, cipreses de poderosos troncos...Pero que nadie se llame a engaños, son árboles de plantación. Árboles de fuera traídos a este Monte de Utilidad Pública cuando estaban en boga las repoblaciones de resinosas entre nuestras frondosas, o solas, para conseguir bosques mixtos que produjeran mucha madera que posteriormente sería explotada. Pero ya que están ahí y esperando que nunca sean talados, tal vez merezca la pena prestarles algo de atención y disfrutar de su compañía.
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Fayas, abetos y otras resinosas comparten ahora el terreno. Primera vatsina a la dcha de Lus Pusadoiros en 2.012. |
El lugar es un buen campo de pruebas para ver su evolución y su lucha con las fayas. Una pena que no podamos aplicar lo mismo hacia los robles, que han sido esquilmados, sin duda talados, en todos los solanos y cuya regeneración natural es casi una quimera debido a los recurrentes incendios que padecen los montes de Rengos. Las fayas, que también fueron taladas, al estar instaladas en suelos más frescos y con menor insolación, han repoblado una buena parte de sus antiguos dominios, pero los robles son periódicamente chamuscados, cercenando su recuperación.
Una lastima porque los robles también formaban parte del inmenso faéu que predomina en esta parte del Alto Narcea (Ríu Rengos). Incluso en el faéu de Monesteriu se ven muchos robles cuando las laderas de vatses y vatsinas tienen una orientación más sureña. Y eso en el avesíu ya que el solano (todas las laderas derechas del valle) es de mayor dominio del robledal.
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Gran albar en pleno faéu de Monesteriu. 28-7-2.917. |
Madoz en su Diccionario Geográfico-Estadístico Histórico de España y sus posesiones de Ultramar (1846-50) anota: "Tanto en el expresado Monte Muniellos, que es muy extenso, como en el de Rañadoiro, se crían corpulentos robles, hayas, abedules, platanos (evidentemente se refiere a los pládanos o arces), avellanos y toda especie de arbustos; habiendo en el de Rañadoiro una antiquísima haya de 80 pies de altura y 18 pies de circunferencia por lo cual se le da al monte el nombre de Fayona".
No hay en los actuales montes de Rengos ninguna faya como aquella, pero es solo cuestión de tiempo que alguna de las actuales lo consiga. ¡Velemos por su conservación!. y si algún día el castro se excava que se haga respetando escrupulosamente todo el entorno.
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