5/13/2024

La Ruta a Las Tsagunas 10 Bye bye Decutsada.

 

Un clarín permite que se abran las bóvedas del bosque, viéndose parte del solano de Decutsada. Algo poco frecuente. 26 julio 2.016.

Decíamos que hay robledales de solano y robledales de avesíu. El caso es que el robledal xerófilo siempre ha pasado por ser el prototipo de robledal y otro tanto ha pasado con su sotobosque. Este error se comete incluso en ambientes académicos y en parte es debido a la escasa presencia de buenos robledales donde poder comprobar todas estas cuestiones.

En Munietsus tenemos la fortuna de disponer de los dos tipos de robledales y además en varias de sus etapas vitales, o sea con diferentes edades.

Se dice que el robledal xerófilo es más propicio a que en él se desarrollen más especies subarbustivas como el ganzo y que hierbas como la lúzula estén ausentes. La mayor insolación recibida parece estar detrás de este razonamiento. Por contra el robledal umbrófilo, al recibir menos luz y ser más húmedo hace que los ganzos estén menos presentes y la lúzula sea más abundante.

Pero estos razonamientos parecen no tener en cuenta que todas esas cuestiones también se ven modificadas en función de la edad del arbolado. Solo se ajustan a bosques en su etapa, digamos juvenil.

Sea en solano o sea en avesíu, cuando los robles son jóvenes, la luz, fuente de vida, provoca el desarrollo de otros vegetales. A medida que los árboles van creciendo, los estratos inferiores se van debilitando al recibir menos luz.

Cuando el robledal es maduro, o algo más joven pero muy denso, la poca luz que deja pasar hace que los ganzos acaben desapareciendo o que su presencia se reduzca enormemente. Están más decaídos de lo normal y solo medran con brío cuando se producen claros entre el arbolado por causas naturales.

Todo lo contrario ocurre con la lúzula que se ve favorecida por la mayor presencia de sombra y que cubre parte de los suelos tanto del solano como del avesíu.

En Decutsada hemos pasado por robledales de solano, desde el inició del recorrido en Las Tablizas hasta la Ponte del Regueiru Decutsada y luego desde el Teso Los Carboneros hasta el Teso Decutsada, viéndolos en diferentes fases o etapas. Y en la primera vaguada tras cruzar el regueiro lo hemos hecho por un robledal de avesíu. 

Robledal de solano cercano a Las Tablizas. Árboles jóvenes cuya densidad mantiene limpio de subarbustos el suelo. 26 julio 2.016.


Robledal de solano tras pasar el Teso Los Carboneros. La alta densidad de robles propicia la presencia de lúzulas y el retroceso de los ganzos. 26 julio 2.016.


Robledal de avesíu en la vaguada que hay a continuación del regueiro, con abundantes lúzulas, alguna arandanera y escasos ganzos. 26 julio 2.016.

Los robledales adultos y densos son casi como los faéus. A los amantes de los bosques nos gusta degustarlos por dentro, recorriéndolos por todos sus rincones, monte a través, sin necesidad de sendas. En los faéus lo puedes hacer sin ningún problema, incluso aunque sean jóvenes. Es una delicia poder hacer lo mismo por un robledal.

Al voltear el Teso Decutsada habremos dejado atrás el valle del Regueiro Decutsada, así que creo necesario dedicarle unas palabras , de despedida y de homenaje.

Este valle es algo incluso excepcional en el Monte Munietsus. En el recorrido hasta Las Tsagunas y la vuelta a Las Tablizas no encontraremos bosques como los de aquí. En todo el Monte solo hay una zona, hablando de extensiones grandes, que lo supere: la que yo llamo "la selva de Munietsus", con Sestu Gordu como epicentro, justamente por encima y por debajo de la antigua senda que también llegaba a Las Tsagunas. La senda de la ruta larga, por Penas Negras, que ya hace muchos años que ha dejado de utilizarse por razones medioambientales vinculadas a la protección de especies animales en peligro de extinción como el osu y el urogallo. 

La selva estaba en un peldaño evolutivo, en el proceso de recuperación forestal, superior ya que sus árboles era aún más maduros que los de Decutsada. Con un proceso de selección natural prácticamente terminado.

La excepcionalidad de Decutsada reside en varios aspectos:

-Suelos bastante buenos en comparación con los del resto de la Reserva. Con excepción de dos o tres tseirones, algún afloramiento rocoso y las desangeladas Güérgolas, el resto son suelos relativamente profundos. 

Suelos relativamente profundos. Foto Ástor. 29 julio 2.017.

-Todo el terreno que se ve desde la pista-senda está poblado de arboleda, lo que da idea de bosque profundo. Pero en honor a la verdad si lo viéramos con perspectiva, por ejemplo desde el cielo, se vería como la ladera izquierda del valle, el solano, presenta grandes calvas, ganzales, peñascales, plantaciones de pinos, trazado de la carretera que va a Ibias. La mayor parte del trazado de esta carretera discurre por terrenos fuera de la Reserva, aunque aguas vertientes a Decutsada y Porciles. En resumen zonas en un estado muy regresivo.

Decutsada, un lugar de contrastes. Foto Google.


Solano de Decutsada, un largo camino en la recuperación natural. Foto Google.

 

Las Gúérgolas un mundo aún inhóspito. 28 julio 2.018.


Surcos rocosos de Las Gúérgolas y plantaciones de pinos. 28 julio 2.017.

 -El arbolado, con todas las salvedades y matizaciones que ya hemos ido mencionando en otras partes del blog, es excepcional. Pocas personas habrán visto un robledal como el que hay aquí. 

Increíble el arbolado de Decutsada. 29 julio 2.017.


Excelente vegetación. 27 julio 2.018.


Excelente vegetación. 27 julio 2.018.

-Es un valle lateral, un afluente el principal, bastante protegido del viento, aunque hay veces que este sí que actúa de forma virulenta. El bosque cuenta en este aspecto con otra ventaja. La mayor parte del arbolado tiene unas copas situadas al mismo nivel, lo que hace que se refuercen unas a otras frente al viento, ya que no dejan huecos ni sobreelevaciones por donde este se pueda colar o pueda causar roturas de copas salientes. El viento se encuentra con una línea de copas compactas y niveladas, por lo que resbala sobre ellas. 

Copas a la misma altura y bosque denso en la ladera derecha de La Chanadona. 28 julio 2.018.

Este aspecto es de suma importancia ya que la copa de un árbol es de vital importancia. Asegurada esta, cada año que pasa el arbolado mejora.

Pero también hay un aspecto negativo relacionado con la altura de los árboles. La feroz lucha existente entre los robles por alcanzar la luz, los ha hecho crecer mucho y tener un tronco delgado. El árbol centra todos sus esfuerzos en esa carrera hacia arriba y descuida su sistema de anclaje, a lo que se suma que estos suelos de herencia glaciar, por mucho que hayan mejorado gracias a la vida vegetal y animal, siguen siendo poco profundos o al menos no lo suficiente. 

Este cándanu (roble seco) ya no se sujeta por si mismo y se apoya en otro. Fijaros en sus alturas. Al lado del Teso Los Carboneros. 26 julio 2.016.

Ambos factores provocan cierta inestabilidad en el árbol. Son más fáciles de desmochar, por tener un tronco delgado y son más fáciles de arrancar, por tener un anclaje al suelo débil. Por eso, pese a la defensa que les proporciona la nivelación de sus copas, es frecuente que todos los años se arranquen y desmochen bastantes de ellos. 

Robles arrancados del suelo por el viento. Estaban completamente sanos. 29 julio 2.017.

-Ausencia de incendios desde hace ya varias décadas. A pesar de ello, en la ladera de solano, en el entorno de la pista, hay muchos robles con huellas de incendios pasados. Los incendios vinieron de arriba, las calvas allí existentes dan fe de ello.

No se si se detuvieron en el curso del arroyo o si pasaron al avesíu. La Parte de la Reserva parece haberse salvado de ellos, pero en el avesíu de Oubachu, situado a mayor altitud, las huellas vuelven a ser evidentes y en parte son las causantes del prematuro envejecimiento del bosque existente. Las consecuencias de los incendios no solo afectan a los árboles quemados que pasan directamente a mejor vida si no a todos aquellos que llegan a tocar, pero sin llegar a quemarlos. Las heridas acaban pasando factura.

Ver si hay huellas de incendios es relativamente sencillo y a veces saltan a la vista. Para los más antiguos, sin restos aparentes, observaremos detenidamente la zona inferior de los árboles, la que está en contacto con el suelo. Cuando esta zona presenta en todo su perímetro corteza continua significa que el fuego no le afectó. Si por el contrario presenta oquedades o trozos sin corteza es porque ahí si se produjo un incendio.

Pero ¡ojo! que hay oquedades en la base del tronco que no son originadas por el fuego. Algunas se deben a que los rebrotes no cicatrizaron o soldaron del todo la zona de unión entre el tocón o cepa y la nueva guía rebrotada.

Esa oquedad, a la larga, acaba afectando al árbol ya que por ahí empieza a extenderse la pudrición, acabando prematuramente con la vida del árbol.

-Humedad y frescura notables en toda la ladera derecha, el avesíu. El regueiro siempre baja un buen caudal y aún en veranos secos y calurosos tenemos una temperatura ideal.

-Primero la pista y luego la senda están en muy buenas condiciones y con buen suelo. Asimismo los desniveles no son excesivos. Solo hay un fuerte repecho desde el tseirón sobre la pista hasta cerca del cruce entre la pista y la senda. Y además si uno sube fijándose en lo que le rodea, apenas si se aprecia.

-Situado muy cerca de la entrada permite recorrerlo en muy poco tiempo, siendo apto para cualquier tipo de visitante, incluidos los niños y niñas. Os imagináis las sensaciones y el recuerdo imborrable que perdurarán en una mente infantil. Todo un regalo, un tesoro que cobijarán durante toda su vida. No hará falta que les expliquemos nada, solo dejarles ver y sentir la majestuosidad que desprende este gran bosque. Y si vais sin niños, disfrutad vosotros como si lo fuerais. ¡Daros ese gustazo!.

-Y, ¡como no!, Decutsada permite ver y sentir con todos los sentidos un grandioso bosque desde dentro. Puede que os amedrante o que os eleve el espíritu pero seguro que no os dejará indiferentes.

También hay aspectos negativos como la ladera solana muy desarbolada, la ruina de los rebrotes, el envejecimiento prematuro de algunas partes del bosque o la existencia de la carretera que va a Ibias por el Counio. 

En primer término ganzal en la ladera izquierda de Decutsada. 28 julio 2.017.

Esta carretera no tiene mucho tráfico y a pesar de que no hace mucho que la ensancharon y renovaron sigue siendo bastante estrecha y con bastantes curvas. Antes aún lo era mucho más y los vehículos grandes, como los camiones y autobuses, pitaban en las curvas más pronunciadas para avisar a otros usuarios de su presencia. 

Carretera algo ensanchada. 2.017

Lo cierto es que estar paseando por un bosque de la magnitud de Decutsada y oír esas bocinas era algo cuando menos perturbador, rompía con la sensación de encontrarte en un lugar alejado de la civilización, perdido en un medio donde dominaba solo la naturaleza.

Decutsada es el único lugar del Monte Munietsus, aparte de Las Tablizas, donde se puede oír el sonido de vehículos circulando. La continuación de la senda hasta Las Tsagunas y la vuelta a la entrada está libre de ellos. El Teso Decutsada amortigua totalmente esos ruidos, luego la lejanía les impide llegar y en la bajada, pegados al Ríu La Candanosa y el Ríu Munietsus, lo que más oiremos serán los sonidos del agua. Primero saltarinas y briosas y más tarde calmosas y sosegantes. Desde Penas Negras, Bisnuevo o Las Tablizas, que quedan más o menos enfrente de la carretera, no tengo constancia de haberlos oído nunca.

Antes de ir a Muniellos deberéis barajar la posibilidad de hacer la ruta completa, yendo a Las Tsagunas, o la de reducir la visita a una breve incursión, primero por donde hemos venido caminando, llegando hasta el Tesu´l Retén que está muy cerca de aquí, del Teso Decutsada. Dar la vuelta a Las Tablizas y subir río arriba hasta la Ponte La Zreizal, para luego volver a Las Tablizas donde finalizaría la excursión. 

En el año 2.000, estando de Guía de la Reserva, planteaba estas dos opciones a los visitantes y a día de hoy sigo creyendo que ambas siguen siendo interesantes. Sois vosotros-as, los visitantes, quienes debéis de sopesar los pros y los contras de cada opción y elijáis la que elijáis seguro que ninguna os defraudará. Lo digo para que lo tengáis en cuenta. Quizás haciendo una os entrará el gusanillo de hacer la segunda. Munietsus bien merece más de una visita, una para valorar su inmensidad y sus contrastes y otra (u otras) para degustar a fondo y sin prisas alguno de sus bosques.

Desde Las Tablizas hasta el Teso Decutsada hay todo un mundo de detalles, pero lo cierto es que hemos andado muy poco. Una minuciosidad en relación a lo que nos queda por delante. Guardemos muy dentro de nuestro corazón todo lo que nos ha hecho sentir Decutsada y hagámosle sitio a las emociones y maravillas que nos esperan. 

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