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El Guía, o sea yo, entre el roquedo de un cerro de Fonculebrera, ensimismado haciendo fotos. 27 julio 2.017. Foto Ástor. |
En lugares donde hay tanta belleza y tan abundante como aquí en Munietsus, siempre me ha gustado fijarme en todo lo que me salía al paso cuando me ponía a caminar. Fijarme, pararme y desentumecer mis otros sentidos. Oír las cantarinas aguas de los regatos y regueiros o el susurro del viento peinando las hojas arbóreas. El olor húmedo del bosque y el seco de los tesos. El sabor agridulce de los arandanos y de las moras. La caricia dejada en aquella piel de roble, de faya o de una lisa roca. El frío del agua y el calor que fluye del cielo. Cientos de imágenes y miles de sensaciones.
Pero a veces había que recorrer grandes distancias para acceder a ellas o a otras por descubrir y entonces el camino, sin perder su magia, se convertía en algo a recorrer rápidamente y sin paradas. Si vais a Las Lagunas sabréis a que me refiero.
Andar por andar, con una finalidad física, es interesante. Yo lo practico mucho aquí en León, una ciudad media donde ha aumentado enormemente el tráfico rodado, viendo solo como el cielo se incendia antes de oscurecer, pero sin pararme, aunque hay lugares, como en todos los sitios, dignos de una visita más pausada.
Pero en Munietsus era diferente. Nunca me interesó comprobar si era capaz de subir por Fonculebrera a la primera laguna en dos horas, y una más en bajar a Las Tablizas por el río, que era el tiempo que yo estimaba para hacer el recorrido yendo a toda pastilla y sin parada alguna. Si iba con visitantes seguía su ritmo o el que pensaba que eran capaces de resistir y si lo hacía solo siempre había algo que me entretenía y que me hacía olvidarme de todo, incluso del tiempo.
Solo llegué a cronometrar el tramo que tenemos ahora, haciendo la Ruta. Desde el Tesu´l Retén hasta la fonte de Fonculebrera. Serán unos 700 metros en línea recta, claro que con los recovecos y vaivenes que experimenta la senda, pueden aumentar hasta los 1.000 m., o sea 1 km. Solo, sin hacer paradas y a buen ritmo, pero sin forzar, me llevaba unos escasos 20 minutos.
Cuando yo hice las primeras excursiones por Munietsus, este tramo de la Ruta se parecía poco al que existe en la actualidad y eso pese a que el camino es el mismo, por la misma senda. Estaba casi desarbolado en su totalidad. Siempre que pasaba por Decutsada me entretenía un buen rato, embelesado, observando el majestuoso bosque de robles y fayas, y cuando iniciaba este tramo, si el día estaba despejado y soleado, preferentemente en verano, el sol ya calentaba de lo lindo y en aquella solana, a la tiesta´l sol, era como si te metieras en un horno. Hasta las rocas que dominan este tramo parecían desprender calor. Nada que ver con la temperatura que suele haber en un bosque.
Esa era otra de las razones que me llevaban a hacer todo el tramo de un tirón y a buen ritmo. Claro que cuando iba acompañado, ya estando de Guía-Monitor, tenía que respetar el ritmo de mis acompañantes, sin forzarlos, para que no se desfondaran prematuramente.
En mis últimas visitas ya había muchas más sombras. Es increíble comprobar como se ha regenerado esta zona, así que a día de hoy seguro que el proceso no se ha detenido, aunque seguirá habiendo muchos claros de pura roca.
Ya os aviso ahora que el tramo es "jodido". El tramo más exigente de toda la Ruta. El desnivel que se salva no es que sea muy allá. El Tesu´l Retén esta sobre los 915 metros de altitud y la fonte de Fonculebrera sobre los 1.075 m. Total unos 160 m. de desnivel. Parece poco pero se salva en muy poco espacio y además la senda es tremenda, tan mala que hay zonas en las que ni siquiera existe, muy pendiente y llena de piedras sueltas y movedizas. Cada paso que das cuesta el quintuple que los que das en otras partes.
Nada más dados unos pasos desde el rellano de encima del Tesu´l Retén ya estás en el Vatse de Fonculebrera. Un valle no tan profundo como el de Decutsada o Bisnuevo, pero de cierta entidad y perfectamente diferenciable de sus vecinos al estar enmarcado por dos pronunciados tesos: el Teso Decutsada y el Teso Los Sagraos, con preciosos rellanos en ambos cerros.
Tesos pronunciados pero no rocosos, algo que contrasta con muchas partes de su interior, donde la roca madre y los tseirones cubren grandes superficies. Destacando las Penas de Fonculebrera, algo diferentes a las que hemos visto en Penas Negras, ya que aquí no hay "menhires". Son más compactas y a pesar de que tienen pendientes verticales estas son menos pronunciadas y más cortas que las de allí.
Su cercanía a la entrada del Monte, Las Tablizas, le hizo padecer talas desde que estas comenzaron en la segunda mitad del siglo XVIII. Y de esas fechas hay noticias sobre la existencia de incendios en este vatse. En ello pudo influir el que las partes altas, desde un poco por encima de la fonte, pertenecen al Monte Oubachu. Una superficie nada despreciable en cuyas cercanías los de este pueblo tenían varias brañas. Un monte humanizado del que hoy ya casi nadie se acuerda y que ha sido reclamado por el bosque, su antiguo y actual poseedor.
Pero volvamos a la Ruta sin más demora. Tras abandonar el llano y las peñascas que hay en él, salimos a un gran claro, transitando durante un ratín por la primera granda que nos ofrece el solano de nuestro Monte. Ya intuíamos otras por encima de la pista de Decutsada, pero ahora la tenemos ante nosotros y tendremos que atravesarla.
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Vista hacia atrás del inicio de la granda de Fonculebrera. Al fondo colonia de orocantabricos en la zona rocosa. 27 julio 2.018. |
No es muy ancha, en la dirección que llevamos, pero llega hasta la misma cima del Teso Decutsada y hasta un pelín por debajo de la senda por la que andamos. Lo más sorprendente de ella es que se asienta sobre suelos terrosos, los más profundos de todo este valle. ¿cómo es posible que habiendo árboles hasta en las zonas rocosas, no los haya en estos suelos tan aptos para ellos?. Conociendo la historia maderera de Munietsus, supongo que algunos-as conoceréis la respuesta.
Debieron de salir buenas rollas de robles albares de esta zona, donde el bosque originario debía de ser imponente. Más difícil es determinar la fecha de su hecatombe. Parece tratarse de una tala a matarrasa pues el aspecto de la granda es bastante homogéneo, lo que apuntaría a talas realizadas por Muniellos S.A. (década de los cincuenta y sesenta). En la misma dirección parece apuntar lo atrasada que está la regeneración natural. Solo hay una leve colonización arbórea bastante por encima de la senda, no muy lejos de la cima. Habiendo árboles en todo su entorno la tala no debe de ser muy antigua, pues si lo fuera habría tenido tiempo para regenerarse.
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En el centro granda de Fonculebrera. Si aguzáis la vista veréis la senda. Foto Google. |
Pero las cosas no son tan sencillas. Una cosa es la regeneración natural, sin interferencias, a su libre albedrío, siguiendo los dictados de la madre naturaleza y otra bien distinta la regeneración natural mediatizada por el ser humano. Yo no conocí ningún incendio en esta zona desde mediados de los ochenta del siglo pasado, pero es más que probable que los hubiera habido con anterioridad.
Un solo incendio no supone el fin de la regeneración de una zona talada, solo la retardará. Lo preocupante es cuando los incendios son reiterativos, quedando el suelo desnudo, sin ningún tipo de protección. Si el terreno es pendiente, que es lo normal en todos nuestros montes, las lluvias pueden arrastrar esos suelos y en el mejor de los casos, si no lo hacen, el terreno se compacta, volviéndose muy duro.
Una tsande que llegue a esos suelos tan duros no lograra penetrar en ellos y acabará muriéndose. Para germinar y originar un nuevo árbol necesita enterrarse, estar sin luz y recibir la suficiente humedad para finalmente enraizar. El suelo necesita esponjarse y cierta capacidad para retener la humedad, al tiempo que retener la tierra y la materia orgánica que posee y que pueda recibir. En los suelos duros el agua resbala sin empaparlo y arrastra toda esa materia orgánica existente. Para conseguir sus fines, la naturaleza que es tan sabia hace surgir las grandas, con los subarbustos de los que tanto hemos hablado a lo largo de este blog.
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Granda de Fonculebrera. 27 julio 2.018. |
Aquí, en esta granda, los protagonistas son los ganzos, siendo el ganzo rojo (erica australis subsp. aragonensis) el dominante. Acompañado de otras ericas y de carqueixas.
Seguro que a no tardar mucho, si no hay incendios (toquemos madera), la granda irá evolucionando y acabará poblándose de robles, siendo probable que cuando visitéis Munietsus algunos ya lo habrán hecho.
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Vista del vatse de Fonculebrera en el inicio de la fuerte ascensión hasta la fonte. 23 septiembre 2.000 |
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Banda de albares. 27 julio 2.018. |
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Robles en la banda de arbolado. 27 julio 2.018. |
Se agradece la banda arbolada que hay tras la granda. Es poco ancha pero ayuda a rebajar la calentura, si hace sol, que ya empezamos a sentir. Es un bosque todavía joven. La pendiente por la que va la senda se suaviza algo. Pero es algo pasajero porque pronto vuelve a empinarse y con un mal suelo donde abunda la roca madre y los tseirones y además con muy poco arbolado.
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La senda tras el primer trozo arbolado y antes de llegar a la vuelta. 26 julio 2.016. |
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Mismo tramo y misma fecha que la foto anterior. Vista hacia atrás. |
Pronto llegamos ante una gran peñasca, que es como si nos cortara el paso y en donde , de frente por donde vamos, veremos una tablilla con una flecha que señala a la derecha.
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Gran roca donde hay que curvar a la derecha siguiendo la dirección existente. 26 julio 2.016. |
Hacedle caso y comprobaréis que ahí la senda gira en esa dirección. La indicación se ha hecho porque una señora siguió de frente, por donde parece haber como un caminín y tuvo que ser rescatada tras caer y romperse una pierna. ¡Pocas bromas con las penas de de Fonculebrera! y más los que no estéis acostumbrados a lidiar con ellas.
Tras el giro la pendiente se acelera y ganamos altura rápidamente en los veinte-treinta metros siguientes. Vuelve a girar la senda, ahora hacia la izquierda, en dirección al centro del vatse. Aquí vuelve a haber arbolado, pero bastante irregular, con algunos buenos ejemplares de roble, pero envejecidos, sin copa, con algunos ya secos.
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Una vista hacia atrás tras el nuevo curveo a la izquierda. 26 julio 2.016. |
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Tras el segundo giro un respiro, entre comillas. 27 julio 2.018. |
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Buenos robles tras el segundo giro, aunque bastante decrépitos. 27 julio 2.018. |
A partir de aquí y hasta la fonte atravesaremos una sucesión de vaguadinas, separadas por auténticos cerros rocosos. Todo ello con pendientes máximas y suelos no malos si no peores. En uno de esos cerros, al poco de los giros, hay una cuerda sujeta a la roca en varios puntos (con clavos) que no es necesaria excepto para principiantes y personas con algo de vértigo. Que nadie sienta vergüenza si siente la necesidad de agarrarse a ella, la seguridad ante todo.
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Ástor entre el roquedo. Se aprecia como este baja en bandas verticales conformando pequeñas vaguadas. 29 julio 2.017 |
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Vista hacia atrás desde uno de los primeros repechos rocosos. 27 julio 2.018. |
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Primera cuerda. 26 julio 2.016. |
El arbolado está poco presente y las sombras son de malísima calidad.
Vamos ganando altura de forma muy rápida y en los múltiples tesines rocosos tenemos espléndidas vistas de la ladera derecha de este valle, algo más avesía y mucho más poblada de arbolado. Arbolado que mejora a medida que va ascendiendo, hasta culminar primero en la llanada de La Braña Los Sagráos y luego en la llanada de Chanetos, por donde se ve un excelente bosque de albares, con buenos ejemplares de fayas entre ellos. Os recomiendo que paréis, a pleno sol. Eso sí con una visera o gorra, ya que merece la pena.
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Ladera derecha del Vatse Fonculebrera en su parte alta. Entorno del roblón. Desde senda en cerrín rocoso bastante arriba. 23 septiembre 2.000. |
Luego la senda tiene otra vuelta, primero a la derecha y luego a la izquierda. Y más arriba una segunda cuerda, en este caso algo más necesaria, aunque se puede salvar el tesín rocoso sin necesidad de utilizarla. A la caída del tesín, contra el Vatse, hay un trozo de pared rocosa bastante lisa, pero el calzado se agarra bien, al menos cuando está seca. Si está mojada, extremar las precauciones porque si bien todos los tesines tienen bastante desnivel hacia abajo, este de la cuerda es el que se lleva la palma (unos 20-30 m.).
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Detalle de la senda en la última cuerda. 4 noviembre 2.000. |
La necesidad de esta y sobre todo de la anterior cuerda, puede parecer discutible, pero no lo es tanto si tenemos en cuenta que en los cerros rocosos a los que cada poco salimos no tenemos huella alguna de la existencia de una senda. La dura y en ocasiones lisa cuarcita, era muy difícil de labrar por quienes hicieron la senda. Al menos con los medios que tenían a su alcance. Así que para hacer visible por donde iba esta, la senda, invisible en los cerros de mayor volumen y a veces con dificultades para saber por donde continuaba, la cordada es una señal que nos indica que vamos por el camino correcto. Tras superarla pronto volvemos a ver la senda, o algo que se le parece.
No eran tan tontos los que hicieron la senda, ¿verdad?, así que no las menospreciéis aunque no las uséis. Ahora las vistas del avesíu que tenemos de frente y por encima de nosotros siguen siendo espectaculares.
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Avesíu de fonculebrera por debajo senda después de la última cuerda. 4 noviembre 2.000. |
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Avesíu de Fonculebrera por encima senda desde uno de los últimos repechos. Parece un auténtico vergel. 4 noviembre 2.000. |
Al poco de la cordada, que tiene más vuelo que la anterior, en una de las vaguadinas hay una fuerte subida. Aunque es corta puede resultar peligrosa porque hay mucha piedra suelta, que puede hacernos trastabillar y darnos un buen trompazo. En su parte final hay tres peldaños hechos con roca. Recuerdo que en el año 2.000 el primero de ellos se estaba deshaciendo.
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Después de la última cordada trozo peligroso. 27 julio 2.018. |
Se puede decir que aquí termina la parte dura de la ascensión, queda un falso llano con algo más de pendiente en su tramo final y tras otro tesín salimos a un tseirón. Estamos al lado del centro del Vatse, al que llegamos por una senda ahora totalmente llana, por el tseirón, a pleno sol.
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Final de la ascensión, ya estamos en zona llana. 27 julio 2.018. |
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Vista hacia atrás desde el tramo llano antes de la fonte. 27 julio 2.018. |
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