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Vista del Cotarrón de La Candanosa, el Serrón del Níu L´Aigla, Sestu Gordu y de la sierra. Desde senda en Furmigueiros. 23 septiembre 2.000. |
El nombre de esta vatsina, ya que no deja de ser eso, una vatsina más, no lleva delante este nombre de una unidad de relieve (vallina). Nadie decía Vatsina Furmigueiros si no que simplemente la llamaban Furmigueiros.
Furmigueiros es la versión en bable occidental de su nombre originario que sería Furnigueiros. Si la zona era utilizada por personas de fala galega es lógico suponer que los nombres originarios fueran los de esta lengua.
Furnigueiros se deriva del nombre dado a la importante braña de Valdebóis; A Braña dos Furnigueiros, asentada en la colada (collada) de la sierra (os Furnigueiros).
La sierra es bastante accidentada en este tramo, recuérdese el topónimo de Sierramala (Abedulín de Sierramala) y en la collada había una boqueta (buqueta); Boqueta Furnigueiros, que era una hendidura en la cresta serrana, que facilitaba el paso entre dos valles de Munietsus y Valdebóis. Más en concreto entre Furmigueiros y A Bedulía.
Supongo que todos y todas sabréis lo que es un furmigueiro (hormiguero), ese pequeño montículo construido por las formigas (hormigas), donde viven, procrean y se protegen de las inclemencias del tiempo y de sus depredadores.
En los pueblos, antes y todavía en la actualidad, todos eran crueles con las moradas de estos insectos. Pequeños y mayores se esforzaban por borrarlos del mapa, incluyéndome yo mismo.
Recuerdo que con un palo hurgaba sus entrañas, esparciendo todo el termitero por el entorno. El furmigueiro era entonces un auténtico hervidero. Las formigas obreras se afanaban recogiendo las larvas y los huevos para tratar de llevarlas a un lugar seguro.
Las formigas soldado recorrían derecha e izquierda a la búsqueda del atacante. Trepaban por tu calzado, tu pantalón, tu jersey y cuando llegaban a tu piel te mordían o te picaban, inyectándote un producto químico irritante.
Normalmente no pasaba nada porque te picaran una o más hormigas, pero había que tener cuidado con unas que eran "roxas" y pequeninas, cuya picadura provocaba bastante escozor.
Estas solían tener el furmigueiro bajo el suelo y a veces sin darte cuenta te sentabas sobre él o demasiado cerca. Pronto te dabas cuenta de ello al notar el primer quemazón. Había entonces que salir pitando de allí y sacudirte toda la ropa y el calzado hasta desprenderte de ellas.
Era lógico que no se permitieran furmigueiros en la tierras cultivadas y en los praus, pues podían ser muy molestos. Pero los guajes, furmigueiro que veíamos, furmigueiro que deshacíamos, sin importarnos donde estuviesen situados.
A veces nos entreteníamos viéndolas, recorriendo el mismo camino en ambas direcciones o sorprendiéndonos cuando les salían alas y echaban a volar o cuando las veíamos trepando por el tronco de los árboles.
Eran especialmente molestas las que lograban entrar en las casas, porque luego no había manera de eliminarlas, encontrándotelas una y otra vez. A las muy "cucas" les atraía mucho el azucar y la miel y eso nos molestaba mucho, sobre todo a los nenos, muy aficionados también a estos productos.
Sorprendente el mundo de las formigas, que a pesar de su pequeño tamaño son tan interesantes como cualquier otro ser vivo.
Quienes estudian a estos pequeños animales dicen que son insectos eusociales, que es el nivel más alto de organización social que se da entre los animales, excluido el ser humano.
En realidad todo el furmigueiro funciona como una sola unidad, por lo que se le llama superorganismo. Quizás lo que mejor las caracteriza es la distribución y reparto de funciones dentro de cada furmigueiro.
Aquí nadie vive a costa del sudor ajeno. Cada miembro pertenece a un grupo especializado en ciertas tareas, que siempre debe realizar. No hay grupos con privilegios. La individualidad desaparece en beneficio de la comunidad.
Esta compleja organización social les ha permitido colonizar y prosperar en la mayor parte de los ecosistemas de la tierra y formar el 20% de la biomasa de los animales terrestres.
Sería bueno que la sociedad humana tomara en consideración algunas de sus características, eliminando a todos los parásitos y listillos que viven del cuento y de la explotación de los demás.
Los nombres que se aplican a cada grupo especializado son los que existen en las sociedades humanas, pero distan mucho de asemejarse a estos.
La llamada reina es probablemente el miembro más importante de la comunidad. Pero eso no le otorga privilegio alguno ya que se pasa toda la vida poniendo huevos y más huevos, que garantizan la supervivencia del grupo. Es la única formiga fértil y la más cuidada, con la finalidad de que siga produciendo descendencia.
Las formigas soldado son las encargadas de proteger el furmigueiro frente a enemigos externos. Sacrifican su vida para defenderlo ya que, como ocurre con las abejas, cuando clavan su aguijón acaban pereciendo. Ellas no realizan golpes de Estado para defender los intereses de los grupos pudientes porque estos no existen.
Las llamadas obreras son las más numerosas y se subdividen en numerosos grupos, especializados en tareas concretas. Unas se encargan de buscar la comida, otras de conseguir que el furmigueiro este higienizado. Otras de cuidar los huevos y cuando estos eclosionan, a las larvas...
Nadie está libre de realizar alguna tarea. Aquí no hay políticos ("políticos estafadores, juegan a vivir de ti" cantaba La Polla Récords en su célebre "Delincuencia"), ni empresarios, ni burgueses ("explotadores profesionales).
Una sociedad sin clases sociales y sin los privilegios que estas otorgan a un grupo muy reducido de sus miembros, que viven a costa de los demás... Si, deberíamos aprender de estos minúsculos animales.
Los mayores nos decían a los peques que a los osos les gustaba mucho "fozar" en los furmigueiros y no se referían al oso hormiguero porque este no existe por aquí. Se referían a nuestros plantígrados, y debe de ser cierto ya que lo mismo que los osos buscan en las colmenas también lo encuentran en los furmigueiros.
El oso no buscaba la miel, ni las abejas o las formigas para saciar su apetito y atiborrarse de proteínas. Lo que en realidad buscaban y devoraban eran las larvas y los huevos, aunque ya puestos, a nadie le amarga un dulce en el caso de la miel.
Bueno a lo que íbamos es que aquí, en la collada de la sierra, debieron de existir grandes y visibles furmigueiros, que llamaron la atención de los pastores de Valdebóis, que pasaron a llamar a la zona con ese nombre. En realidad sería os Furnigueiros (con "n") que luego pasó a ser Furmigueiros (con "m"), propia del bable occidental.
Furmigueiros, la vatsina, tiene un relieve muy quebrado, con numerosas vaguadas y vaguadinas, todas ellas profundas y estrechas. Solo la ladera que asciende a mayor altitud cuando la sierra comienza a subir por encima del cutsáu en dirección al Pico Los Tsagozos, es más suave y permite la existencia de claros con pastos.
Ello explica la existencia de camperas algo lejos de la braña, como las que debieron existir en las grandas que ya hemos visto. Pero incluso aquí, en los tesos de las vaguadas parece que hubo claros ya que la vegetación arbórea está menos desarrollada
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En los tesos de las vaguadinas el arbolado está menos desarrollado. 27 julio 2.018. |
.El arbolado no deja nunca de crecer cuando se le deja en paz y el bosque es tan dinámico que no sé yo si cuando visitéis Munietsus y hagáis esta Ruta veréis lo que se veía cuando yo la recorría.
Entonces desde el teso Corno-Furmigueiros, entre las ramas y huecos que había, se veían las vaguadas de Furmigueiros. Vaguadas que acaban juntándose, unas por debajo de la senda y otras por encima de ella, para formar un único curso que acabará desembocando en la última vatsina de este valle, en Los Tsagozos, que por cierto también se ve desde aquí, recortada por el, desde esta vista, delicado Cotarrón de La Candanosa.
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Desde el teso vemos las vaguadas de Furmigueiros. La última ya es Los Tsagozos. 26 julio 2.016. |
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El Pico La Pena La Candanosa (el que está desarbolado) y el Cotarrón de La Candanosa nos muestran su cara amable desde esta vista. 27 julio 2.018. |
.Tras el teso y ya entrando en Furmigueiros hay una pequeña bajada, para equilibrar con la subidina anterior y continuar en llano. Pero la senda es muy irregular durante toda la vatsina, con alguna que otra subida pero de poca importancia.
Furmigueiros está formada, por donde discurre la senda, por tres vaguadas.
La primera es la más importante y es la que sube hasta la Boqueta Furmigueiros, aunque más arriba de la senda se subdivide en varias vaguadinas en torno a ella, que contribuyen, ayudadas por la pendiente, a darle ese aspecto agreste que mencionábamos antes.
Al poco y antes de llegar al centro de esta primera vaguada, la senda atraviesa un tseirón, que se prolonga hacia abajo y sobre todo hacia arriba por donde casi llega a la cima, pero que está muy tapado por la vegetación que ya lo ha colonizado.
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Solo se ve una parte del enorme tseirón de Furmigueiros, el resto está tapado por la vegetación. 26 julio 2.016. |
Lo que se ve de él no guarda relación con la extensión que realmente tiene, como podéis comprobar en el mapa que me había copiado mi amigo Víctor y que nos sirve para comprobar, de nuevo, el poder de la vegetación arbórea, que acaba colonizando todo o casi todo el terreno con el que se va encontrando, incluidos los canchales.
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Tserones del valle del Ríu Las Fayonas. Señalizado el de Furmigueiros. |
.Queda claro que la cantera del tseirón, aparte de algo del subsuelo rocoso de la vaguada, estaba en el teso Corno-Furmigueiros. Por encima de la senda afloran unos curiosos y bellos picuetos rocosos, alineados de arriba a abajo, y más arriba farallones rocosos. Restos de la erosión periglaciar que afecto a la zona y que provocaría la aparición de los tseirones.
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Vista hacia atrás desde el teso entre la primera y la segunda vaguada de Furmigueiros con los picuetos del teso Corno-Furmigueiros. 27 julio 2.018. |
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El teso Corno-Furmigueiros sería la cantera de los tseirones. Vista hacia atrás desde el ganzal de Los Tsagozos. 27 julio 2.018. |
Dejemos que el arbolado siga estabilizando esos movedizos pedregales con sus poderosas raíces y que vaya creando y mejorando el suelo existente.
Si dejáramos al Monte a su libre albedrío seguramente que la mayor parte de los tseirones serían engullidos por el gran bosque. Si lo han conseguido en algunas partes, pese a los rivales con los que se ha ido topando a lo largo del tiempo (pastoreo, talas e incendios), por que no iba a hacerlo en el resto.
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Fijáos en el suelo antes de llegar al tseirón desnudo. El tseirón está ahí pero ha sido engullido por el bosque. 27 julio 2.018. |
Incluso en los canchales hubo, en su tiempo, grandes robles, que fueron salvajemente talados, retardando o parando este proceso de colonización.
El ser humano necesita, sí o sí, madera para seguir sobreviviendo, pero ninguna corta responsable se debería realizar en sitios como estos.
Los costes superan a los beneficios y no me refiero a los costes necesarios para cortarlos y extraerlos si no a los que se derivan de su impacto medioambiental, que en ocasiones llevan a la ruina de amplias zonas.
Mal negocio transformar en desiertos pedregosos estos terrenos a cambio de la madera que nos puedan dar en un momento concreto.
Pero esa perspectiva de explotación renovable: solo cortar en zonas donde la renovación sea viable, nunca se aplicó, ni en Munietsus ni en el resto de bosques de nuestros montes.
Aquí, tras el tseirón desnudo y donde vuelve a aflorar el arbolado, tenemos un ejemplo palmario de una tala maderera: los restos de un buen tocón que sobresalía unos cuantos centímetros sobre el suelo. y a su lado otro que había corrido mejor suerte y que había conseguido emitir rebrotes. Se nota que ha habido rebrotes porque son varios los que han salido del tocón.
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Restos de antiguas talas: un tocón y un roble rebrotado tras ser cortado. 26 julio 2.016. |
Aunque tal vez se trate de un solo tocón que se correspondería con un gigantesco albar. Si os fijáis el tocón tiene un buen agujero del lado que da para la senda, por lo que el árbol estaría afectado, pero no lo suficiente porque fue talado.
Tras la corta esa parte del tocón quedó inutilizada debido a su estado avanzado de descomposición. Pero la de abajo, que estaría en mejor estado, consiguió rebrotar.
Sigue habiendo tseirón en esta zona pero la callada labor del robledal ya había conseguido no solo taparla si no crear una nueva capa de suelo en el que medrarían excelentes albares.
Seguro que antes de la aparición de los rivales del bosque, todos de origen antrópico, los tseirones estarían todos colonizados. Eso sí, hasta determinada altitud, ya que los más altos, a pesar de estarlo o en vías de serlo tendrían un arbolado más escuálido o vacíos de ellos.
Las talas en esas zonas supusieron un enorme retroceso, ya que el posible rebrote sería algo excepcional. Sin raíces que sujetaran el canchal, las tseras volverían a desplazarse hacia abajo, la erosión hídrica marcharía con los nutrientes e incluso con el suelo mismo, volviendo a aparecer las piedras al desnudo.
Tras el tseirón desnudo pronto llegamos al centro de la vaguada, que posee un curso muy marcado y en donde abundan las piedras sueltas.
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Cauce de Furmigueiros, primera vatsina. 26 julio 2.016. |
En verano suele bajar seco, pero si ha llovido mucho y durante el resto del año sí que baja agua. Aunque es preferible que no la uséis para beber.
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En esta ocasión el curso bajaba algo de agua. 27 julio 2.018. |
A mí se me quitaron las ganas de beberla porque durante una de las primeras subidas en solitario a Las Tsagunas vi algo desagradable en el mismo curso, por encima de la senda, donde este se encajona entre la roca madre del subsuelo.
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Primer cauce de Furmigueiros, por encima de la senda. 26 julio 2.016. |
Se me erizaron los pelos del cogote cuando vi allí los restos de un desdichado corzo, despedazado seguramente por los tsobus. Desde entonces aunque tuviera sed y no llevara agua al pasar por aquí, me abstenía de beber en el regato.
Me venía a la cabeza la escena imaginada del pobre corzo, absorto bebiendo agua, sin darse cuenta de los lobos que lo acechaban, pues el murmullo del regueiro cantarín ahogarían los ruidos del exterior. Hasta que estos se abalanzaron sobre él, dándole muerte.
Además el agua podía bajar contaminada al ir descomponiéndose sobre ella los restos del desvalido corcín.
Y en un plis plas llegamos al teso entre la primera y la segunda vaguada de Furmigueiros, precedido como el de Corno-Furmigueiros de una corta subida, casi tan bonita como aquella. ¿A ver quién es el guapo que se atreve , por muy cansado que se encuentre y haya renunciado a continuar, a no asomarse a ese encantador balcón?.
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Teso entre primera y segunda vatsina de Furmigueiros. Otro imán para la vista y el cuerpo. 26 julio 2.016. |
Tras el pronunciado y estrecho cerro entramos en la segunda vaguada, muy marcada y poco ancha. Lo curioso de ella es que en su centro no está el curso fluvial. Este se halla un poco más allá y además no cruza la senda.
El agua, inexistente en verano , excepto si ha diluviado o lo esta haciendo en ese momento, se sume un poco por encima de ella.
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Entrando en la segunda vaguada, con el farallón de la tercera. El teso del fondo ya es el Cotarrón de La Candanosa. 26 julio 2.016. |
La tercera vaguada está muy cerca de la anterior y es la menos marcada de las tres. Con un farallón rocoso en su centro, por encima de la senda.
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La estrecha e irregular senda se acerca a la tercera vaguada. 27 julio 2.016. |
Y allí mismo iniciamos el pindio ascenso al teso con Los Tsagozos, tras el que la luz brilla con fuerza.
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Empinada cuestina antes de salir al teso con Tsagozos. 26 julio 2.016. |
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