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Gran presa dentro de un prau al que va a regar, Veiconde. Relacionada con la vallada de la Ponte La Zreizalina. |
Otro ejemplo de pozo lo tenemos en Tachurrosu. Los sobrantes de su fonte, que eran prácticamente toda el agua que salía excepto la que bebíamos y recogíamos nosotros y otros vecinos cuando estábamos por allí atareados con la yerba y otros menesteres. Estos sobrantes se encauzaban por una presina que bordeando el camino iba a desembocar a un pozo, situado junto al prau que hay del lado derecho del camino, el que se prolonga por debajo de la Ponte Rucabo y el curso del río.
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Pozo de Tachurrosu. |
La razón que hay detrás de estos embalses es que al disponer de más volumen de agua, al abrirlos esta consigue llegar más lejos y regar así más cantidad de terreno. Sin embalsar el agua se iría sumiendo en el primer tramo, quedando los más alejados sin recibirla.
Cuando la fonte manaba mucha agua, parte de esta circulaba por la pista y era recogida, más abajo, por una presina que la metía en el prau. No lo recuerdo claramente pero creo que esta presina se alimentaba, sobre todo, por el final de la presa de la Vallada del Palenque, después de regar el tercer prau.
Dos formas diferentes de aprovisionar un prau, que a diferencia de otros situados junto al cauce del río no disponía de vallada propia.
No abundan los embalses en Mual, había otros dos por debajo del Curtinal de La Chalga, relacionados con praus algo alejados de la acción de las valladas y que recogían las aguas de dos pequeños regatos, el del Vatse de Xuan Bifa y el del Vatse Cogotsu, y puede que hubiera alguno más que yo desconozca.
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Pozus en el Prau de Saturno, en sus tramos más pindios. |
Yo conocí la presa de Prau Nuevu cuando todavía llevaba una gran "presada" de agua. Estando de Guía en Munietsus algunos visitantes acampaban en tiendas de campaña al lado del Cortín de Cadenas. Una mañana, antes de que amaneciera del todo, subía yo en bicicleta a Las Tablizas donde tenía una cita con un grupo de visitantes. El caso es que al pasar cerca del cortín vi a dos o tres personas bañándose o chapuzándose en la citada presa. A pesar de que podían ser las personas a las que guiaría por la Reserva, no me detuve para no importunarles pues estaban desnudos, destacando ante mis ojos masculinos un precioso cuerpo de mujer.
La bici apenas mete ruido cuando circula y solo se dieron cuenta de mi presencia al pasar cerca de ellos y rápidamente se taparon para no escandalizar a un presunto lugareño, algo que a mí no me importaba lo más mínimo ya que bañarse "en porricas" es lo más natural que hay, ¿o no?.
Luego la presa fue perdiendo importancia y acabó semiabandonada, como todo lo del mundo campesino. La de Tachurrosu aguantó hasta tiempos más recientes.
El prau de mi familia no se beneficiaba de esa agua al estar más elevado, pero tenía una pequeña surgencia en su parte superior, probablemente relacionada con la de la fonte, situada a pocos metros de allí. La surgencia era suficiente para regarlo mínimamente, aunque siempre se acababa secando.
Este prau y todas las fincas que quedaban por encima de la antigua pista a Las Tablizas, seguramente formarían parte del Curtinal de Tachurrosu, que con el auge del ganado bovino se transformó en praus y con el tiempo en "pascones" que son praus de secano cuya yerba ya no se segaba y que servían para que el ganado pastara en ellos y que posteriormente ante una mayor estabulación de las vacas y porque estaban un poco alejados del pueblo fueron menos utilizados, conformando el pascón su auténtica composición, con el paulatino avance de matorrales y árboles raleados y en cuyos bordes abundaban los castaños.
La Vallada del Palenque no era la primera, bajando, de la vega aluvial de Mual. Un poco más arriba había otras dos, y puede que una tercera alimentando un pequeño prau en la vertiente derecha. Debajo de ella había otra, también pequeña, que beneficiaba al prau de Burducéu, el que queda debajo de la pista de Las Tablizas y en el que se nota perfectamente aún la presa que lo abastecía.
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Prau de enfrente de Burducéu en la vertiente derecha del río, alimentado por una posible vallada |
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Restos de la presa que regaba el prau de Burducéu cerca de su inicio en el Ríu. No conserva su vallada y tal vez aprovechara el remanso creado por la de abajo |
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Restos del palenque de la presa del prau de Burducéu antes de entrar en el prau. |
Hacia el medio de este prau había y hay en el río, otra hermosa vallada, mayor de tamaño y ciertamente bella y curiosa. Se conserva relativamente bien y su única presa posee no uno si no dos palenques, a poca distancia el uno del otro, algo que no hemos visto en ningún otro sitio, al menos en estas dimensiones. Tal vez uno de ellos no sea original y su construcción sea posterior, cuando el original mermó en su función.
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Los dos palenques y el remanso de encima de la vallada. |
A pesar de encontrarse valle arriba de la Vallada´l Palenque y no sufrir la deposición de gravas y arenas que esta provocó tras su rotura, la vallada está totalmente colmatada y para que siguiera cumpliendo con su función se le añadió, recientemente, un nuevo varal con palos verticales clavados a ella que retuvieran ramas y hojas que ayudaran a seguir desviando el agua hacia su presa. Pese a ello en la actualidad la vallada vuelve a estar colmatada. También se revocó con hormigón y se restauró el inicio de la presa, eliminando, al menos en parte, el desaguadero con dos salidas que poseía entre los dos palenques.
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Varal reciente con palos verticales clavados en él para retener ramas y hojas que contribuyan a desviar agua hacia la presa. |
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Pese a la ampliación hacia arriba la vallada vuelve a estar colmatada en la actualidad. |
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El antiguo desaguadero estaba entre los dos palenques, Tenía dos vertederos, la zona ha sido restaurada mediante hormigón como se ve en la foto. |
De esta vallada destaca, además, su preciosa y alargada presa, que discurre por un terreno muy pendiente y para la que fue necesario abrirla en la roca y construirle una pared por su parte inferior. Su desaguadero estaba al poco de iniciarse esta y era manual, aprovechando una zona rocosa y que en la actualidad, como ya dijimos, está eliminado.
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Preciosa presa de la Vallada de Burducéu |
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Idem anterior. |
Alimentaba varios praus de Tachurrosu que quedaban vega arriba de los regados por la Vallada´l Palenque, en la primera abertura de la vega tras el estrechamiento y posterior desfiladero que hay hasta Las Tablizas.
Esta vallada está muy cerca de la pista lo que propició que algunos con buena vista y sin prisas en el cuerpo se fijaran en ella, la admiraran y le sacaran alguna foto. Os voy a mostrar dos bellas fotos que encontré vagando por internet. Son bellísimas, llenas de calidad y sensibilidad y pertenecen al blog "Caminando entre senderos" y espero que sus autores me disculpen por reproducirlas aquí. Las titulan "cascada del río Tablizas" y por aquel entonces la vallada estaba aún en su apogeo, en plena madurez, columpiando el agua que se filtraba por sus varales. No, no es una cascada, un liviano error que cometen algunos que desconocen el mundo de las valladas, son "como cascadas" sería más acertado decir. Pero eso no importa cuando lo que tenemos es pura poesía en la imagen.
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Preciosa foto del blog "caminando entre senderos", realizada antes de la última restauración donde se ve claramente el desaguadero doble y la vallada aún sin colmatarse del todo. |
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Titulada "cascada del río Tablizas", como la anterior, esta foto nos muestra la vallada en su plena pujanza. Pura poesía en imagen. |
Más abajo seguirá habiendo, todavía las hay, numerosas valladas, pero al estar el río más cercano a la vega y circular menos encajonado, no vuelve a haber ninguna tan grandiosa como la del Palenque. Los praus, en consecuencia, siguen presentes en el resto de la vega, ocupando siempre las partes cercanas al curso fluvial. En la larga recta de Panzaleitsas entre la pista y el río había dos de ellos, grandes y alargados, separados por el más pequeño Prau del Pozu´l Pinche. También había otro prau en la otra vertiente, igualmente alargado y algo más estrecho.
El primero tenía una, también preciosa, vallada, situada por debajo de La Ponte Rucabo y creo que también regaba el prau de la vertiente derecha. Esta vallada de madera ya no cumple, de forma directa, con la función para la que fue creada, ya que sus presas fueron abandonadas. La de la izquierda fue rehabilitada y capta el agua un poco más arriba mediante un murete de modestas dimensiones y dispuesto de forma ladeada para encauzar el agua solo hacia ese lado.
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Vallada de debajo de la Ponte Rucabo |
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Murete de piedra y palenque de la nueva vallada. |
Pero de forma indirecta la vallada original si cumple con otra función. Su existencia permite que aguas arriba el líquido elemento se apacigüe y reduzca su velocidad y fiereza. Y es precisamente este remanso el que permite que la nueva vallada o murete sea bastante liviano. ¿Os imagináis lo que ocurriría si la vallada de madera fuera destruida por el agua?, pues que seguramente ese remanso, o buena parte de él, dejara de existir al aumentar la erosión, lo que provocaría que la nueva vallada fuera barrida con la primera crecida.
Este aspecto es de suma importancia porque las pocas valladas que siguen en activo suelen tener esa disposición. Dependen de ese remanso mencionado. Las valladas originales ya casi no desvían el agua al encontrarse totalmente colmatadas. Pero el escalón que han creado en el río y que aún poseen, contribuye a amansar la fiereza del agua y permiten que las nuevas valladas de piedra sean de pequeñas dimensiones y muy fáciles de restaurar tras las crecidas.
El agua desviada por el murete de piedras y terrones se encauza hacia la vieja presa, que fue rehecha y aumentada algo en su inicio con materiales modernos (cemento y hormigón) y que posee dos desaguaderos y un palenque. Se puede ver muy bien desde la pista ya que está pegada a esta, a menor altura por la parte de abajo.
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Primer desaguadero de la presa, ya con compuertas metálicas. |
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Segundo desaguadero de la presa. |
El sistema de riego por inundación es típico en todos los praus de la vega y necesita un gran volumen de agua. En praus alargados como este el riego se hacía por fases, primero se regaba el fondo, luego el centro y por último el inicio del prau y luego vuelta e empezar. Cada zona se regaba durante uno o varios días. Aún se ven unos tablones junto a la presa general, con ellos se cerraba esta para que el agua saliera por el ramal elegido.
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Tablones para regular el riego en el primer prau. |
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En el primer prau subsisten arcaicas construcciones de cabanas que en poco diferirían de las de las brañas, hechas con toscos tablones de madera. |
El segundo prau tenía su vallada debajo del Pozu´l Pinche y su presa es igualmente muy visible pues también va pegado, casi a su mismo nivel, a la pista.
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Segundo prau de Panzaleitsas. |
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Vallada y presa debajo del Pozu´l Pinche. |
Curiosa la presa porque aparte del posible palenque de su inicio, conserva otros dos. Uno muy pequeño a mitad de recorrido y otro algo mayor tras el desaguadero y el inicio del prau. La finalidad del pequeño era evitar el paso de hojas y ramas. También contaba con dos desaguaderos, uno manual a medio camino y otro con las típicas compuertas, pegado al palenque y el prau, ambos de modestas dimensiones.
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Palenque y desaguadero principal, con compuertas, del inicio del prau. |
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Pequeño palenque hacia la mitad de la presa. Su misión como se ve en la foto era evitar que las hojas y pequeño ramaje consiguiera pasar. |
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Desaguadero manual hacia la mitad de la presa. |
Es una presa alargada, estrecha pero muy bonita, que llamará nuestra atención si pasamos andando por la pista pero que ignoraremos si vamos en coche.
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Bonita y alargada presa, casi al nivel de la pista. |
Al final de Panzaleitsas, en Los Cabuercos, la vega sufre un pequeño estrechamiento, más pronunciado y alargado en la vertiente izquierda, por donde va la pista, por lo que los praus son más pequeños. En realidad es el río, que se acerca mucho al borde de la vertiente izquierda, el que hace aumentar el espacio en la vega derecha. Ahí en Muruecos hay extensos praus, regados por dos valladas. La primera estaba instalada un pelín antes del estrechamiento y la otra un poco después de este.
La primera vallada aún está en activo y no conserva madera alguna, solo la del palenque, estando formada por piedras, con algún buen bloque.
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Palenque y desaguadero manual en el inicio de la presa. |
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Vallada de piedra en Muruecos |
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Presa con agua en Muruecos. |
La segunda ha sido borrada por el agua pero aún se ve claramente el inicio de su presa con buenas paredes de piedra.
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Presa de la vallada arrasada por el agua, fijaros con que fuerza circula el agua donde estaba la vallada. |
Aquí en la segunda parte de Muruecos ya es evidente un mayor grado de antropización. El bosque de ribera brilla por su ausencia, ya no hay árboles en los bordes entre los praus y el río. Si los hay pero están muy podados. Se conseguía así que sus raíces siguieran con su labor protectora frente a las crecidas y que su pequeño tamaño no provocara sombras ni restos que redujeran la productividad de la yerba. Entre estos árboles periódicamente podados predominan los freinus frente a los umeirus, como consecuencia de su mayor aprovechamiento, como ya hemos comentado en otra parte.
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La ribera ya no tiene arbolado desarrollado en Muruecos. |
Llegamos a la Ponte la Zreizalina, ya en las inmediaciones del pueblo. Aquí a los pies de la ponte había otra buena vallada, muy transformada y en la que la madera hace tiempo que ha desaparecido siendo sustituida por la piedra y cuya imagen, tantas veces vista durante mi infancia y juventud, me hicieron creer que era la piedra el material original. La remodelación de la ponte, utilizando ya materiales modernos, creó un buen remanso en su entorno y propició, ya que había maquinas trabajando allí que se instalaran grandes bloques de piedra traídos en camiones desde alguna cantera, donde antes estaba la vallada y en el inicio de la presa derecha. Con ello se conseguía eliminar la erosión remontante y la consiguiente eliminación del remanso como ya comentamos en otra parte.
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Grandes bloques donde antes estaba la vallada y murete por encima de ellos. Visto desde abajo. |
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Protección con grandes bloques en la entrada de la presa. |
La vallada tenía dos presas. La izquierda regaba los praus que llegan y se prolongan por debajo de la casa de Baragaño. La derecha hacía otro tanto en los praus de Veiconde y seguramente servía también para aportar agua al mulín del Prau Pepa.
El agua removió algo, pero sin conseguir arrastrarlos, los grandes bloques. La presa izquierda dejó de utilizarse y en la actualidad solo fijándonos mucho vemos los restos de su palenque y compuertas. Es posible que se proyectara instalar en el inicio de esta presa una gruesa tubería prefabricada de hormigón como parece sugerir la que hay, abandonada, en el inicio del prau.
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Restos del palenque de la presa izquierda. |
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Gran tubería de hormigón, abandonada. |
Subsiste la gran presa de la derecha que en la actualidad utiliza el ya conocido murete ladeado, un poco por encima de la vallada original, donde el remanso del agua permite su conservación.
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Murete que desvía el agua por encima de la vallada original. |
La presa es muy ancha y pronto llega al prau y en una zona donde aún subsisten umeirus tendría el palenque y las compuertas. En la actualidad toda esta zona está muy modernizada. Los palos verticales del palenque, en número muy exiguo, se apoyan en un enorme bloque rocoso escuadrado y colocado ex profeso, con un espacio por debajo de él para dejar pasar el agua.
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Palenque, muy menguado. |
Tras el palenque están las modernas compuertas hidráulicas del desaguadero y la presa, metálicas en su totalidad, que se suben o bajan simplemente haciendo girar un volante.
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Compuertas |
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Continuación de la presa tras las compuertas. La compuerta se subía o bajaba simplemente haciendo girar el volante que veis en la imagen. |
El material utilizado tiene sus ventajas y sus inconvenientes. En este caso las ventajas son la comodidad a la hora de cerrar y abrir la presa y el desaguadero. Los inconvenientes son que las partes metálicas en contacto con el agua se oxidan y el "ferruño", aparte de ser muy desagradable a la vista, también contamina nuestra agua.
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Compuertas oxidadas contaminando el río |
Siguen los praus a ambos lados del río una vez ya metidos en el pueblo. Enfrente de la última vivienda del Corralín, bajando, Casa Nieves, había otra vallada que yo siempre vi con piedras, y la vi infinidad de veces dada mi cordial relación con Nieves, Gonzalo, Pepe y Marujina, mi segunda familia de Mual.
Su presa izquierda que pasaba en El Lavadero por debajo del camino y una estrecha y alargada güerta, enseguida llegaba al Mulín de Casa Francos. Lo bueno de los mulinos, entre otras muchas cosas, es que no consumen el agua que utilizan, la usan para mover las muelas y otros artilugios y la dejan en libertad posteriormente, por lo que esa agua servía para regar un extenso prau propiedad de esa familia, que pegado a otro más pequeño llegaba hasta La Ponte Fonsu y la actual iglesia del pueblo.
La parte de este prau que da contra el río estaba bordeada, con algún pie suelto por dentro, de árboles frutales, con unos excelentes perales del país (pyrus sbp.) que los años que las "xeladas" lo permitían, desafortunadamente muy pocas, daban unas enormes peras que se deshacían en la boca.
Los nenos y los guajes del pueblo éramos muy traviesos y de noche hasta temerarios y algo pillos. En los últimos años de mi estancia en Mual y los primeros vividos en Cangas pero que subía mucho al pueblo, me juntaba con otros chavales y juntos organizábamos para la noche grandes aventuras a la busqueda de fruta: manzanas, peras, zreizas...
Era más la aventura, lo osado de nuestra acción, lo que nos movía a hacerlo, aunque ya metidos a nadie le amarga un dulce. Pero, como digo, era la tensión, la adrenalina que se descargaba y luego el relax y el compartir con los otros el "botín" conseguido y las sensaciones experimentadas por cada uno, lo que nos impulsaba, porque mucha de esa fruta la podías conseguir si se la pedías amablemente a su dueño, pero claro, eso no tenía mérito alguno. Aunque con las zreizas, las dulces zreizas, rubias o negras, si solíamos hacerlo, teniendo, eso sí, que recogerlas nosotros mismos. No respetábamos nada yendo incluso a los frutales de los padres de alguno de los miembros de la banda, en cuyo caso nadie mejor que él para guiarnos.
Pro también se pasaba mal y se sentía miedo, ingredientes esenciales de cualquier buena experiencia. Una vez ya subidos a una zreizal y degustando las primeras zreizas, oímos llegar a su propietario gritando improperios y amenazas, realmente enfurecido.
Tocaba retirarse y además a toda pastilla, pues nunca nos llegamos a enfrentar a nadie, y cada uno se escabulló por donde pudo, sin tiempo de elegir la vía de escape. Yo fui a dar cerca del precipicio de La Fervienza y a pesar de que el lugar no me gustaba nada, y menos de noche, por lo peligroso que era, me acurruqué en una parte algo hundida. Pero el sitio no me gustaba y menos cuando oí unos ruidos sospechosos. De un salto salí fuera de él y fue una suerte porque inmediatamente el saliente se precipitó al vacío con un estruendo horroroso. No quiero pensar que hubiera sido de mí de haberlo acompañado.
En otra ocasión, también de noche, en plena huida a la desesperada, al atravesar una "sebe" de pared, calculé mal la distancia que había al suelo. Pensaba que había dos o tres metros de desnivel y me tiré esperando algo de vuelo y de pronto el suelo estaba allí mismo, dándome un buen "trompazo".
Pero lo peor era cuando te pillaban y te espetaban: "¡Luis, lo hubiera esperado de cualquiera menos de ti!" y lo que seguía. A los reproches se unía el miedo que se te metía en el cuerpo y no te abandonaba durante un tiempo, por la amenaza de decírselo a nuestros padres. Y luego la despedida con aquello de : "que sea la última vez, si quieres zreizas pídeme permiso que yo te lo daré".
Lo cierto es que no recuerdo que mis padres me reprendieran nunca por ir a robar fruta a los vecinos, pues nadie había hecho queja alguna. Por lo visto el suceso era un secreto entre tu y el afectado. Él también había sido un niño y entendía perfectamente nuestro comportamiento porque seguramente él había tenido el mismo. Ya lo decía el sabio: "nada nuevo hay bajo el sol", aunque para los chavales y jóvenes todas las experiencias nos eran novedosas y únicas.
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