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Impresión en una camiseta editada por la Administración. |
A finales del siglo pasado, con mis amigos del Cuelmo Ecoloxista Pésicu Chana (Juan) y Quique, nos presentamos a varios Concursos organizados por diferentes Consejerías del Principado de Asturias. Unas eran para realizar repoblaciones forestales en varios Concejos asturianos, de las que ya he hablado y que fueron dadas a grupos más acordes con los fines perseguidos por la Administración, empecinada aún con las repoblaciones tradicionales.
Más suerte tuvimos en otro de los Concursos. Se trataba de visitar colegios, centros educativos y otras entidades. Esta vez no acudíamos con un simple vídeo como había ocurrido con el de Muniellos. Íbamos acompañados de un flamante autobús, un Aula Móvil o Ecobús como se jactaba la Administración en llamarlo. De "eco" poco tenía, a no ser por el contenido de las actividades que en él se realizaban. En realidad era un cacharro que había cumplido su ciclo vital transportando personas y que readaptado, servía para realizar dentro de él las actividades del Aula Móvil, aunque era tan viejo que nos ocasionó muchos problemas.
Estaba totalmente pintado por el exterior, con motivos relacionados con el Medioambiente y con el lema de la actividad: "Asturias, nuestra aventura". El interior era otra cosa, mucho más acogedora. Se habían eliminado los asientos y en su lugar había diez mesas ancladas al suelo y con tres taburetes acolchados alrededor de cada una de ellas. Sobre cada mesa un monitor de ordenador, con su respectivo "ratón" pero sin teclado. El Máximo de alumnos admitidos, en sesiones de una hora de duración, era de treinta personas, con lo cual cada ordenador era compartido por tres, lo que originaba conflictos porque todos querían manejar el ratón.
En el ordenador había seis temas: aire, agua, energía, suelo, espacios naturales y flora y fauna. Se elegía un tema y tras una breve exposición se pasaba a un ejercicio práctico: diez preguntas, cada una acompañada de tres respuestas. Tras consultarse entre ellos, quien manejaba el ratón seleccionaba la respuesta que consideraban correcta. Al acabar la pantalla mostraba una puntuación y la respuesta correcta a las que habían fallado.
En el fondo del autobús había una enorme pantalla en la que se podían visionar colectivamente vídeos relacionados con los temas, disponiendo de algunos de gran calidad.
El interior del bus sorprendía gratamente a los asistentes y la actividad a realizar también. Pero el autobús no era autónomo, para que funcionaran los aparatos (incluido el aire acondicionado) había que conectarlo a una toma de corriente eléctrica del centro al que se acudía y que nos ocasionó no pocos quebraderos de cabeza.
Como ya os habréis percatado, "Touzaque", que era el nombre que le habíamos puesto a la Empresa que habíamos creado, fue la elegida para realizar esta actividad y el equipo estaba formado por un monitor, un servidor, sustituido por Chana cuando yo no podía acudir, y un conductor del autobús, que al final recayó en un amigo nuestro, Carlos, natural de Pueblo de Rengos.
La Consejería nos suministró un listado con los Centros y las fechas de quienes habían solicitado la actividad, tras haber sido esta ofertada, aunque quedaba abierta e incluso nosotros mismos la podíamos ampliar, tras ponernos en contacto con nuevos Centros.
Durante las dos campañas realizadas (1.998-99 y 1.999-2.000) recorrimos casi toda la geografía de las Asturias, tanto de la costa como del interior. En Centros muy grandes podíamos estar varios días, con cuatro actividades por la mañana y dos por la tarde. Creo recordar que en Llanera y Grau estuvimos hasta cinco días, con aforo completo. En Centros más pequeños estábamos menos tiempo, un día y a veces con una sola actividad.
Como el tema era interesante, acercamos el bus a Centros de nuestro Concejo, tras hablar personalmente con sus encargados. En la Villa de Cangas, en el Instituto de La Vega, donde un servidor había estudiado, estuvimos varios días y otro día en un colegio de Obanca-El Reguerón. Así como en pequeñas escuelas (CRA) en donde se concentraban los nenos y nenas de varios pueblos del entorno. En Veiga Rengos y hasta en La Riela (La Regla) donde nos costó Dios y ayuda poner en funcionamiento la maquinaria porque la corriente saltaba cada poco. También nos acercamos a Tormaleo, a un centro enorme, y a Zarréu, también muy grande, a Belmonte...por solo citar algunos de las cercanías de Cangas.
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Colegio de El Reguerón. 1 agosto 2.019. |
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Detrás de los campos deportivos del Reguerón está el colegio en el que estuvimos. |
Si las actividades duraban varios días el autobús permanecía anclado donde se había instalado el primer día. Si las actividades eran seguidas pero en diferentes lugares, al acabar en un sitio, lo trasladábamos a su campo base, en COGERSA entre Avilés y Xixón. Lo cierto es que no tuvimos ningún problema cuando dormía fuera de casa. Nadie lo allanó, o al menos nosotros no nos percatamos de ello, ni nunca nos robaron nada.
Recuerdo que en un Centro de la costa Oeste, en Navia o en otro lugar, ya no me acuerdo, dejamos el bus dentro de las instalaciones del Instituto todo un fin de semana, porque continuaríamos en él durante el inicio de la semana siguiente. El encargado de la vigilancia del Centro, vivía en una casita dentro del recinto. Era de etnia gitana y nos aseguro que nadie entraría en el bus ni le haría nada por fuera. Y así fue, por lo visto avisó a todos los de su etnia de no tocarlo y vigilar que nadie lo hiciera y parece ser que era muy respetado entre ellos.
Excepto en Cangas y en Uviéu, donde teníamos familia y una casa donde poder pernoctar, al resto de lugares, además del autobús, teníamos que llevar un coche particular en el que desplazarnos, pues salvo en Llanes que dormimos dentro del autobús (más que nada por miedo a que alguien entrara en él porque había sido una actividad fuera de cualquier Centro), en el resto siempre regresábamos al finalizar la jornada. Yo paraba entonces en Cangas, en casa de mis padres y en el entorno de Uviéu en la capi, en casa de alguno de mis hermanos Isabel o Naciu. Y Carlos, el conductor del bus, igual pues tenía familia en ambos lugares.
No creáis que la actividad, a pesar de lo repetitiva que pudiera parecer, carecía de interés para nosotros. Si lo fue cuando paramos, los dos años, en Mieres y Xixón, con motivo de sus Ferias, durante muchos días. Allí el Aula estaba permanentemente abierta y a disposición de quien quisiese participar (eso sí, siempre que fuesen jóvenes). Nos limitábamos a indicarles como se iniciaba o se continuaba con la actividad. Así como en Llanes, con motivo de sus fiestas.
En el resto de lugares la participación del Monitor era de suma importancia.
Para conseguir una mayor motivación de cara a los asistentes, sobre todo a los de cursos más avanzados, visionábamos un corto vídeo y algunas explicaciones, que variaban en función del entorno en el que nos encontrábamos. Disponíamos de un precioso vídeo sobre el tema de la depuración de las aguas, muy pedagógico y bien realizado, filmado y con datos de Asturias. Lo utilizábamos en la zona de la Cuenca Minera porque muchas imágenes eran de esta zona y los asistentes las reconocían, siguiendo las explicaciones con mayor interés. En núcleos urbanizados e industrializados visionábamos otros relacionados con la contaminación del aire, la energía, y en zonas más rurales lo hacíamos con otros sobre espacios naturales, flora y fauna...
Acercar las diferentes temáticas medioambientales con imágenes reconocidas por los alumnos hacía que estos se abriesen más y se interesaran a fondo por lo que se comentaba en el vídeo o en nuestras pláticas. Lo abstractas o teóricas que pueden resultar estas cuestiones se transformaban en algo que todos podían ver y entender. En el bus había numerosos vídeos, los fuimos visionando por nuestra cuenta, en horas libres, seleccionando aquellos que nos parecían más interesantes en relación con el medio en el que pudiéramos encontrarnos. No solo "aprendían" los alumnos si no también nosotros mismos.
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Esta es una de las camisetas editadas por la Administración para repartirlas gratuitamente entre la población. |
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Otra de las camisetas regaladas en el bus de Asturias, nuestra aventura. |
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Detalle. A nosotros nos dieron una gran cantidad de camisetas, que dábamos a los que habían obtenido mayores puntuaciones, para darle mayor atractivo a la actividad. |
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El Guía (Monitor), años más tarde, con una camiseta que aún conserva. 22 julio 2.022. |
Pero quizás lo más interesante de esta actividad fue la de conocer a fondo las diferentes "Asturias" de nuestra región. Como mínimo, un turismo viajaba siempre con el bus y en ocasiones hasta dos. El autobús solo lo movíamos hasta donde se realizara la actividad o hasta su base, pero con el turismo podíamos desplazarnos a otros lugares. Carlos y yo solíamos utilizar, cuando los Centros tenían la jornada partida, el tiempo entre el final de la última actividad de la mañana y la primera de la tarde.
Estando en Riosa, la Dirección del Centro nos invitó a comer. Tenían comedor para los alumnos, ya que muchos venían de localidades cercanas. Creo que fue el único Centro que lo hizo, pese a contar muchos de ellos con comedor. En la comida, en la que también estaban los profesores, surgió el tema del Angliru, que aquel año recibiría por primera vez un final de etapa de La Vuelta Ciclista a España y que contaba, según nos decían, con unas rampas impresionantes, de la que quitan el hipo. Como todavía nos quedaba un buen rato decidimos comprobar en persona las famosas rampas. Teníamos los dos turismos, pero el mío era diésel y el de Carlos de gasolina y además Carlos tenía más experiencia que yo conduciendo, así que fuimos en el de él y menos mal porque en el mío y conduciendo yo, dudo que hubiéramos llegado.
Ya saliendo de Riosa comenzaba a empinarse la carretera, pero tras llevar subiendo unos kilómetros, Carlos decía que no le impresionaba tanto la subida, que era parecida a la que hay desde Cangas a la Ermita del Acebo. Luego la subida terminaba, llaneaba e incluso bajaba algo y entonces mirando al frente vimos como la carretera empezaba a subir de una forma descomunal. Allí estaban las auténticas rampas del Angliru (Les Cabanes, La Cueña Les Cabres...), tremendas y que casi daban miedo al hacerlas en coche. Con marchas muy cortas y con mucho tiento conseguimos llegar al alto, parar y ver los altos cercanos de esta Sierra del Aramo, con excelentes camperas en sus colladas y muy cercana a la urbe carbayona.
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A falta de otras fotos os pondré algunas de la Villa. El Puente Romano de Entrambasaguas, sobre el Ríu Tsuiña. 5 agosto 2.017. |
En Boal también nos invitaron a comer, no a la comida del mediodía si no a un magostu, que se realizaba en el mismo colegio una vez finalizado el horario lectivo. Fue una alegre tarde compartiendo con la chavalería aquellas sabrosas castañas que dos personas se afanaban en ir asando.
Entre ese intermedio, después del mediodía y antes del horario de la tarde, nos desplazábamos a numerosos lugares de la costa Occidental, descubriendo algunos preciosos puertos y atractivos enclaves naturales que yo desconocía por completo.
Muy interesante para mi fueron las visitas y el tránsito, con destino a otros lugares, por Atsande-Ayande, un Concejo que pese a estar al lado del nuestro desconocía casi por completo. Fuera de la carretera general y accediendo a lugares con buenas vistas fueron apareciendo ante mi atónita mirada las grandiosas explotaciones auríferas de época romana.
En Cangas le pedí prestado a unos vecinos de mis padres un libro que sabía que tenían: "El libro de la mina", del que yo tenía, pero fotocopiado, el capítulo dedicado a la minería del oro romana. En el libro aparece un excelente mapa con la localización y la forma de las minas hasta entonces censadas en Asturias. El mapa ocupa una hoja y parte de otra y en la fotocopia se veía mal. Pero con el original y sentado frente a una corta, pronto te dabas cuenta de cual se trataba. Uno de los coautores del capítulo este, Valentín Suárez (el otro es Sánchez Palencia), geólogo de la Universidad d´Uviéu (al que desde aquí deseo agradecerle que me dejara ojear la tesis inédita de Sánchez Palencia sobre este tema cuando realizaba yo mi tesina) es natural de Atsande y algunas cortas de ahí vienen detalladas con gráficos de su evolución.
Era una gozada ver frente a mis ojos, relativamente cerca, los restos de una corta e imaginar, con ayuda de los gráficos, como se había originado y evolucionado. Cortas abiertas en roca pura y de grandes dimensiones. Una pena que no las conociera cuando realicé la tesina, donde me había costado mucho entender, al principio, las formas de estas minas. Pero bueno, ese es uno de los inconvenientes que tiene el conocimiento autodidacta.
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El Puente de Los Nogales sobre el Ríu Narcea no es tan bonito como el Romano. |
También estuvimos en Navelgas, en la Asturias profunda y desconocida, donde entré en contacto con los "buscadores de oro actuales", que nos llevaron a ver las entradas de una galería de minería aurífera de interior, también de época romana, donde decían que había un lago, algo que desafortunadamente no pudimos comprobar pues el paso del tiempo había provocado desprendimientos haciendo peligroso y muy difícil internarse en ella.
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La Fontanica, debajo de la Plaza de La Refierta a la que se une mediante una larga escalinata. Preciosa fuente en la que ya no se puede beber su agua |
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En La Fontanica, aparte de beber sus aguas, también se lavaba ropa en invierno porque su agua no estaba tan fría como la del río. |
Y que decir de la idas y venidas con los turismos, por carreteras secundarias y otras de muy poco tránsito, en ocasiones con el propósito de atajar y hacer más corto el recorrido y en las que, a veces, era imposible no detenerse para admirar lo bello y distinto que era el paisaje.
Cuando hablo de "las Asturias", lo hago por referirme a lugares y ambientes tan distintos entre si, como los que existen en nuestra región: la costa, los valles interiores, la montaña, el Oriente, el Centro, el Occidente. Rincones y rincones llenos de personalidad propia y dotados, cada uno, de sus propios valores. Todos distintos y todos bellos y que solo conociéndolos aprendemos a valorarlos en su justa medida. Una gran tierra, como toda la que la rodea. Una buena lección de Geografía descriptiva física y humana, demostrándonos lo variopinta que es nuestra tierra y las personas que viven en ella. Personas que, como el paisaje, eran diferentes pero dotadas, todas ellas, de una gran cordialidad, muy abiertas y extrovertidas. Un signo, quizás, de los que habitan Las Asturias.
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Preciosas galerías acristaladas cercanas a su fin, ¡qué pena!, en la Calle Mayor, orientadas hacia el Sur para recibir mayor insolación. |
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